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¿Le sería útil llevar consigo una computadora de bolsillo?¡Despertad! 1977 | 8 de marzo
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0,170 centavos por gramo, mientras que las de las dos cajas pequeñas cuestan 0,164 centavos por gramo. Pero, ¿qué hay si hasta el momento del problema de las galletas hubiese estado sumando progresivamente sus compras? Si su calculadora tiene una tecla independiente de memoria, puede poner en la reserva de memoria la cuenta de sus compras hasta ese punto, luego calcular cuáles galletas comprar, y entonces añadir el precio de las galletas a la cifra que apartó en la memoria.
Es diferente el problema de dinero que se le presenta a uno al viajar en el extranjero. ¿Ha examinado usted alguna vez una etiqueta que decía “63 francos,” “128 cruceiros,” o “19 chelines” o así por el estilo? Tal vez haya pensado: “¿Cuánto será eso en mi dinero?” Una calculadora electrónica pudiera sacarlo del aprieto. ¿Cómo?
Muchas calculadoras le permiten registrar una cifra como constante. (Algunas hasta tienen una tecla especial para eso marcada “K.”) Eso le permite multiplicar, dividir, sumar o restar consecutivamente por ese mismo número. Así una vez que determine el tipo del cambio, puede introducirlo como constante. Luego, ponga el precio que se da en dólares, pesos, marcos, francos, libras o lo que sea la moneda extranjera. Entonces use la constante para convertir ese precio en uno que le sea fácil de entender, en el dinero de su país.
¿Cocina usted? Entonces tal vez se enfrente a un problema de conversión de otra clase. Digamos que su vecina le dio una receta excelente que usted quiere preparar cuando la visiten sus parientes. Pero la receta es para seis personas, y usted espera a catorce. Fácil. Lo único que tiene que hacer es determinar cuánto debe aumentar la cantidad de cada ingrediente. En su calculadora divida el número de convidados (14) por el número que la receta sirve (6). Su multiplicador resulta ser 2,3. Ahora la receta. Pide 1⁄2 kilo de carne de res y 1⁄2 kilo de carne de cerdo. Con su multiplicador se entera de que necesitará 1,15 kilos de cada una. La una cucharadita de mostaza se convierte fácilmente en 2,3 cucharaditas. Y así por el estilo.
¿Qué desventajas?
Como habría de esperarse, no todo acerca de las calculadoras electrónicas es ventajoso. Hay desventajas, y es prudente considerarlas. Entre otras cosas, el tener una calculadora requiere algún dinero, tiempo y atención. ¿Cuánto la usaría? En su caso el hecho de que son raras las ocasiones en que realmente le sería útil una calculadora tal vez no justifique el gasto, aun a los recientes precios bajos. ¿Quiere invertir dinero en algo que no necesite, o que solo le sirva de juguete por unos cuantos días?
Además, requerirá algún tiempo para aprender a usar una calculadora. Tendrá que pensar en su reparación si se descompone. ¿Y qué hay de las baterías que tendrá que conseguir periódicamente si es de la clase que las requiere? Son preguntas que merecen consideración.
Otro punto: si tiene una calculadora electrónica, ¿cómo afectará su habilidad actual de hacer cálculos? Un señor de Illinois se acostumbró a usar su calculadora para adición sencilla o para multiplicar unas cuantas cifras pequeñas. Más tarde dijo: ‘Cuando me vi obligado a computar algo sin mi calculadora, descubrí que lo hacía mucho más despacio que antes. Se me hizo más difícil hacer cálculos sencillos, cosas que había aprendido de niño y que antes hacía con facilidad.’ Por eso, decidió solo usar su calculadora cuando se enfrentara a matemáticas largas, aburridas, como el sumar columnas de cifras, o cuando tuviera que obtener muchos porcentajes o promedios, o cuando la velocidad y exactitud fueran vitales.
¿Calculadoras en la escuela?
Dado que cada vez más familias tienen disponible una calculadora, muchos educadores están deliberando sobre la cuestión de permitir que las usen los niños de escuela. Y de permitirlas, ¿cuándo? Es decir, ¿cuán temprano en su instrucción escolar?
En estas deliberaciones, un punto común de convenio ha sido que las calculadoras no deben introducirse demasiado temprano. El niño debe aprender primero a sumar, restar, multiplicar y dividir, y hacerlo con facilidad. Es especialmente importante que el niño haya aprendido de memoria las tablas normales de multiplicación. Frank S. Hawthorne, del Departamento de Educación del Estado de Nueva York, comentó. “Si se introducen demasiado temprano, antes que el niño haya desarrollado algún ‘sentido de números’ y tenga cierta familiaridad con las operaciones elementales de la aritmética, las calculadoras pudieran causar mucho daño. . . . No ayudan a los estudiantes a comprender los conceptos elementales de los números.”
Respecto a esto mismo, un informe periodístico de enero de 1976 dijo que “los oficiales mayores del Ministerio de Educación Austríaco le han declarado la guerra a [las calculadoras] por motivo de que amenazan con ‘analfabetismo en matemática.’” Quieren prohibir las calculadoras electrónicas en las aulas de nivel primario. Esto tiene por objeto “animar a los niños a hacer sus cálculos con lápiz y papel [y] proteger a los jovencitos de la competición injusta que resultaría en las clases por no poder algunos comprar sus propias calculadoras.”
Por otra parte, algunas autoridades opinan que las minicalculadoras no constituyen un peligro, que merecen un lugar en la educación. Una vez que el estudiante haya aprendido bien los procedimientos fundamentales de la matemática, una calculadora puede hacer ese estudio mucho más interesante para él. Habiéndose eliminado el aburrimiento de los cálculos rutinarios, puede que el estudiante tenga más entusiasmo para resolver los problemas y hacer sus tareas escolares. En una escuela de California los estudiantes usan las calculadoras en una o dos clases cada semana. Una maestra de allí comentó: “Niños que no manifestaban interés en asistir a la clase de matemática ahora preguntan: ‘¿Es éste el día de las computadoras?’”
Ciertos peritos opinan que las calculadoras de bolsillo les pueden ser especialmente útiles a los que son lentos para aprender. ¿Cómo? Bueno, si el estudiante puede comprobar sus respuestas rápidamente con una calculadora, eso puede servir para aumentar su confianza y sentido de logro. Las calculadoras aumentarán la motivación o iniciativa del estudiante porque con ellas podrá resolver problemas más interesantes o hacer cálculos grandes que de otro modo lo desanimarían. A veces por ser tan compleja la solución de un problema con lápiz y papel el estudiante pierde de vista el problema que está tratando de resolver, pero la velocidad de una calculadora de bolsillo evitaría eso.
A pesar de estos aspectos provechosos, vale la pena repetir que si se le ha de permitir al estudiante usar una calculadora, primero debe haber demostrado que ha aprendido los fundamentos de la matemática. Así nunca será un analfabeto en matemática si se descarga la batería de su calculadora.
Se calcula que dentro de poco la venta de calculadoras de bolsillo ascenderá a 40.000.000 de aparatos por año. Por eso no cabe duda de que estén desempeñando un papel en la vida moderna. ¿Qué hay de su vida? Una minicalculadora pudiera ser útil, simplificando su vida y acelerando ciertas actividades. Pero una calculadora electrónica también pudiera ser simplemente otro dispositivo innecesario que exige su tiempo, dinero y atención. Queda con usted determinar si le sería útil lleva consigo una computadora de bolsillo.
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¿Tiene sed?¡Despertad! 1977 | 8 de marzo
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¿Tiene sed?
◆ Si la cantidad normal de agua en el cuerpo de un individuo varía por 1 ó 2 por ciento, generalmente se da cuenta de ello porque siente sed. Si perdiera el 5 por ciento del agua que su cuerpo normalmente tiene, sentiría la boca seca y pudiera experimentar alucinaciones. Una pérdida de 15 por ciento probablemente sería fatal.
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