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  • Cambios felices en Quebec
    ¡Despertad! 1975 | 22 de junio
    • Cambios felices en Quebec

      LOS días templados y asoleados estaban llenos de bullicio con el entusiasmo de los franco-canadienses mientras multitudes de testigos de Jehová de la provincia de Quebec se reunían en sus asambleas “Propósito Divino” durante agosto de 1974. La asamblea de Montreal tuvo una concurrencia de 5.785 personas, mientras que en la ciudad de Quebec se reunieron 2.505. El entusiasmo francés y la joie de vivre (alegría de vivir) le agregaban algo extra a los interesantes dramas bíblicos que se presentaron allí.

      Las asambleas de Quebec fueron también notables por la publicidad liberal y benévola dada por la prensa de habla francesa y otros medios de noticias. Parecían fascinados por la difusión y progreso de los testigos de Jehová, un sorprendente contraste con la mengua de la Iglesia Católica Romana, que por tanto tiempo dominó todas las facetas de la vida de Quebec.

      Tanto en Montreal como en la ciudad de Quebec los testigos de Jehová usaron para sus asambleas campos deportivos de propiedad municipal. De parte de la policía y funcionarios públicos se recibió excelente cooperación en ambas ciudades.

      Pero, ¿es esto notable? ¿No es normal que estas asambleas cristianas se celebren en paz y con la cooperación de las autoridades? ¿Debería esto ser diferente en Montreal y la ciudad de Quebec?

      Un trastrueque sorprendente

      Para los que están familiarizados con los antecedentes, estas pacíficas asambleas y la excelente cooperación prestada por las autoridades representan un cambio casi increíble. ¡Los acontecimientos en Quebec han cambiado tan rotundamente en los pasados treinta años que tienen las señales inequívocas de una revolución! ¡Una revolución sin violencia, con ideas y fe como armas de combate en vez de armas de fuego!

      Durante los años 1940 y 1950 los testigos de Jehová fueron prácticamente proscritos en Quebec. Hubo centenares de arrestos y juicios —en realidad se instituyeron un total de 1.775 juicios— ¡el mayor volumen de litigios sobre cualquier materia en la historia del Imperio Británico! Fue un reinado del terror. Turbas, palizas, violencia, discriminación, pérdida de trabajos... toda la gama de hostigamiento oficial y privado a una minoría entró en juego.

      Este fue un esfuerzo deliberado de destruir a los pacíficos testigos cristianos de Jehová, que se atrevían a predicar las buenas nuevas del reino de Dios y abrir la Biblia a la gente de la Quebec católica. Esta persecución fue tan extremada que un escritor bien conocido de Quebec, Leslie Roberts, dijo de este período: “Para muchos de los habitantes fuera de Quebec esa provincia había llegado a ser el hogar de una persecución religiosa que evocaba los días de la Inquisición.”

      ¿Pero cómo podía suceder eso? ¿No es el Canadá un país libre con una constitución democrática? Después de todo, este es el siglo XX.

      Un baluarte del catolicismo del siglo XVIII

      En la Quebec anterior a 1960, el siglo XX había llegado solo en sentido limitado. Durante más de trescientos años, la provincia había estado prácticamente bajo la total dominación de la Iglesia de Roma.

      Quebec fue originalmente establecida en 1608 como la Nueva Francia, parte del imperio colonial francés. Los gobernantes franceses de París no estaban muy interesados en el Canadá, una tierra que Voltaire llamó “unas pocas hectáreas de nieve.” El primer gobernador, Samuel de Champlain, “deseaba solamente católicos romanos en su nuevo mundo. Los que venían con él . . . estaban determinados a esparcir la Iglesia . . . en el proceso la Iglesia llegó a ser el estado. Así quedó hasta hace relativamente poco tiempo,” dijo un estudio sociológico de los problemas de Quebec llamado Canadá 70.

      La dominación católica romana fue prominente en la vida de Quebec desde el principio de la colonización europea. Las opresiones del sistema francés del siglo XVIII, una unión de Iglesia y Estado, que lanzó a la gente a la Revolución Francesa de 1789 fueron introducidas en Quebec. Francia se libró de estos anacronismos medievales durante la Revolución de 1789. Quebec no, porque ya no era parte del Imperio Francés; antes de la Revolución Francesa la conquista británica del Canadá en 1759 había transferido la provincia a la corona británica.

      Previendo la venidera Revolución Norteamericana, la cual en realidad llegó en 1776, el gobierno británico deseaba una Quebec tranquila. Por lo tanto Gran Bretaña firmó un convenio con la Iglesia Católica, el importe del cual en realidad fue: ‘Ustedes apoyen a Gran Bretaña; nosotros los dejaremos controlar a Quebec.’

      El estudio Canadá 70 explica: “Según el punto de vista de muchos historiadores y escritores la Conquista resultó en una alianza impía entre la Iglesia Católica Romana y los Gobernantes Británicos. . . . Antes de llegar a ser Primer Ministro, Pierre Elliot Trudeau escribió: ‘La lealtad fue trocada por la libertad religiosa.’”

      El gobierno británico realmente entregó la gobernación de Quebec a la Iglesia Católica y “la Iglesia llegó a ser el Estado.”

      El uso de poder de parte de la Iglesia

      ¿Y qué hizo la Iglesia Católica con su inmenso poder? El estudio Canadá 70 explica: “Hay poca necesidad de documentar el control —político y espiritual— de la Iglesia Católica Romana sobre la población franco-canadiense de Quebec durante la primera mitad de este siglo. El control de la Iglesia fue virtualmente absoluto. . . . Por medio de su clero determinado llegó a las agencias gubernamentales, las instituciones de enseñanza, las cajas fuertes de los negocios, los hogares de la gente. . . .

      “Durante todo el siglo diecinueve la Iglesia libró su férrea batalla en todo frente contra cualquier idea liberal o anticlerical que hubiera podido entrar en Quebec.”

      Debido a estas peculiaridades de la historia, Quebec no sintió los efectos de la Revolución Francesa, la Revolución Norteamericana y la revolución industrial. La provincia entró en la mitad del siglo XX como un reducto o baluarte de la sociedad agraria del siglo XVIII apartada por causas de idioma de la influencia y la actitud prevalecientes de la América del Norte.

      El atraso de Quebec controlado por la Iglesia resultó ser un campo fértil para la explotación de parte de personas sin escrúpulos.

  • La Iglesia y el Estado se unen para impedir el progreso
    ¡Despertad! 1975 | 22 de junio
    • La Iglesia y el Estado se unen para impedir el progreso

      MAURICE DUPLESSIS llegó a ser primer ministro de Quebec en 1936. A excepción de un período (1939-1944), continuó en el cargo hasta su muerte en 1959. El historiador Leslie Roberts lo ha descrito como un “demagogo empedernido que gobernó a su partido Unión Nacional y a toda la provincia de Quebec con voluntad de hierro; agitador de la chusma y dictador; grand seigneur y tirano.”

      El Star de Toronto describió el gobierno de Duplessis como “el más abiertamente corrupto que la provincia ha tenido.”

      Apoyado por la Iglesia

      ¿Y dónde se encontraba apoyo para este mal? En “el distrito rural de Quebec . . . donde la Iglesia era todopoderosa. Fue de allí que el primer líder del partido, Maurice Duplessis, sacó todo su poder,” dice Canadá 70.

      El sistema de Duplessis dependía de la Iglesia Católica Romana para mantenerse en el poder. La responsabilidad por el daño que su administración le trajo a la provincia y a su gente tiene que recaer sobre el clero de Roma.

      ¿Qué ventajas sacó el clero de esta alianza? El estudio Canadá 70 explica: “La libertad de reunión y la libertad de palabra les fueron negadas a los testigos de Jehová porque se oponían al evangelio según le Chef (Duplessis), y la Iglesia Católica Romana. Mantuvo el poder por medio de su alianza con la Iglesia, los agricultores, y lo selecto comercial reaccionario de habla inglesa. En todo eso fue ayudado por una prensa dócil.”

      El Duplessis odiador de la libertad encajaba perfectamente con los propósitos de la Iglesia Católica. El clero deseaba dedicar la población de Quebec a la Iglesia. Los obispos proclamaron que la nación franco-canadiense tenía una misión mesiánica... “hacer de la provincia de Quebec la nación cristiana que reemplazaría a la Francia vacilante en el papel de hija mayor de la Iglesia.”

      Duplessis y la Iglesia cooperaron para suprimir la educación y el progreso que libertaría a les Québecois de la atadura medieval en la que se les mantenía. Esta combinación tuvo bastante buen éxito en impedir el adelanto y en mantener a la gente de Quebec sujeta a la gobernación opresiva de iglesia-estado.

      ¡Pero no todos se inclinaban ante el sistema! ¡Hubo un vislumbre de libertad que este dictador local no pudo sofocar!

      Los testigos de Jehová luchan por la libertad religiosa

      El Señor Jesús había dicho de este “tiempo del fin” en que hemos estado viviendo desde 1914: “Estas buenas nuevas del reino se predicarán en toda la tierra habitada para testimonio a todas las naciones.” (Mat. 24:14) Los testigos cristianos de Jehová aceptan este mandato. Parte de la “tierra habitada” es la provincia de Quebec. Allí empezaron los testigos de Jehová a ensanchar su actividad evangélica misional en 1924.

      Las dificultades parecían colosales. Las personas eran bastante amistosas por su cuenta, pero la influencia sacerdotal llevó a la violencia y a los arrestos como parte común de la experiencia misional. Muchos jueces católicos, educados por los sacerdotes, tenían un punto de vista algo miope de los derechos legales de cualquier persona que se atreviera a estar en desacuerdo con la Iglesia. Las luchas legales en los tribunales de Quebec empezaron en 1924 y continuaron hasta 1964.

      Los testigos de Jehová estaban tratando de ejercer el derecho legalmente garantizado de libertad de cultos, predicando pacíficamente a la gente el alentador mensaje del reino de Dios bajo Cristo Jesús. Pero en Quebec, el esfuerzo por ejercer estas libertades del día actual tropezó con un sistema controlado por católicos romanos que en realidad jamás había salido de la edad del oscurantismo. Para ellos los testigos de Jehová (o cualquiera no-católico) eran herejes que no tenían derechos.

      Fue una confrontación similar a la que encontraron los apóstoles cuando trataron de predicar el mensaje del reino de Dios en desafío al poder romano en los días de Nerón. Los testigos de Jehová se enfrentaron a una Iglesia Católica poderosa, rica y políticamente atrincherada. Desde un punto de vista humano no era una contienda; la Iglesia Católica, aparentemente, tenía todas las ventajas. Los humildes testigos de Jehová carecían de influencias o apoyo de parte de las autoridades terrenales, pero eran extremadamente poderosos en fe y en el espíritu de Jehová.

      La actividad de los testigos de Jehová en Quebec anterior a la II Guerra Mundial era limitada y se efectuaba bajo constante persecución de parte de sacerdotes, turbas y fiscales gubernamentales. Pero a mediados de la década de 1940 la lucha por la libertad de predicación allí llegó a definirse. Para ese entonces la Iglesia tenía su instrumento, Duplessis, en el poder. ¿Podría él detener la predicación de los testigos cristianos de Jehová? ¿Podría apartar la Biblia abierta de manos de la población católica de Quebec?

      “Guerra sin misericordia”

      En 1944 la actividad evangélica de los testigos de Jehová empezó a esparcirse por la provincia de Quebec. El mismo viejo modelo de acusaciones insignificantes se reimplantó, acusaciones de distribuir circulares, vendedores ambulantes o tocadores de timbres eran conducidos en Montreal, Verdún, Lachine y en la ciudad de Quebec.

      A los testigos de Jehová no se les desviaba fácilmente de su deber dado por Dios de predicar “estas buenas nuevas del reino.” Se defendían los casos y continuaba la predicación. La lucha se aceleró durante 1945 por una serie de tumultos inspirados por el clero católico. Estos tumultos surgieron principalmente en Chateauguay y Lachine. Esto resultó en que la publicidad de todo el país enfocara su atención en el creciente conflicto religioso en Quebec.

      Para fines de 1945 había 400 casos pendientes en los tribunales. Las autoridades esperaban por medio de dilaciones y hostigamiento detener la actividad del pueblo de Jehová e impedir una clara decisión legal que abriera el camino a una apelación.

      En el otoño de 1946 había 800 casos tramitándose lentamente en los tribunales. Hubo tantos casos contra los testigos de Jehová que la policía, los jueces y los tribunales no podían manejarlos todos. La situación se estaba poniendo crítica.

      El público tenía derecho a saber acerca del reinado de terror de Duplessis. En noviembre de 1946 los testigos de Jehová presentaron un ardiente tratado que denunciaba la persecución que ellos estaban recibiendo de parte de los poderes de iglesia-estado en Quebec.

      La distribución de este enjuiciamiento y un tratado siguiente fue un amargo golpe para Duplessis. Amenazas, censuras y pronunciamientos de “guerra sin misericordia contra los testigos de Jehová” fue su reacción. A los 800 casos pendientes se agregaron otras 843 acusaciones en cuatro meses. No obstante, los fiscales acusadores cambiaron ahora de simples acusaciones de reglamentos a serios enjuiciamientos criminales por libelo sedicioso y conspiración. Las autoridades no hicieron ningún esfuerzo por negar los hechos descritos en los tratados. Decían en efecto: ‘Es sedicioso para ustedes hasta decir la verdad acerca de cuán mala es verdaderamente esta situación.’

      Se intensifican las presiones

      Al continuar cumpliendo con su comisión cristiana, los testigos de Jehová hallaron que las presiones se intensificaban. Se formaron chusmas en las calles contra los testigos de Jehová que llamaban a las puertas.

      Debido a su fe, los niños eran expulsados de las escuelas o arrastrados a los tribunales como delincuentes juveniles. Los padres de familia perdieron sus empleos, las licencias comerciales eran canceladas. La policía y las chusmas invadieron los lugares de adoración y disolvieron las reuniones.

      Respetables jóvenes cristianas eran arrestadas, desnudadas y mantenidas en cárcelas sucias junto a prostitutas, ladronas y adictas a las drogas. Algunas eran arrestadas simplemente mientras caminaban por la calle o al ir de compras. Fue necesario distribuir muchos tratados de noche para evitar falsos arrestos por ejercer este derecho constitucional.

      Janet MacDonald, una fiel misionera que participaba de esta obra, dice: “Las hojas impresas se distribuían durante la noche y durante el día. Nos movíamos rápidamente por los distritos rurales bajo las nevadas del crudo invierno, a menudo con la policía persiguiéndonos tenazmente. A mediados de la noche un automóvil lleno de Testigos se precipitaba a una aldea con un surtido de hojas. ¡Cada uno de nosotros se dirigía rápidamente a las casas asignadas, dejaba las hojas, regresaba rápidamente al coche y partíamos! Mientras la policía estaba registrando la aldea, nosotros estábamos en otra.”

      En su libro The Chief, Leslie Roberts dijo acerca de la guerra de Duplessis: “Los escuadrones de la policía provincial traían a los Testigos literalmente por centenares mientras éstos permanecían tranquilamente en las calles entregando sus ardientes tratados. En la ciudad de Quebec, un hombre llamado Laurier Saumur llegó a ser la estrella ‘repetidora’ . . . arrestado y acusado en ciento tres ocasiones diferentes durante la ‘guerra.’”

  • Derrota de la opresión
    ¡Despertad! 1975 | 22 de junio
    • Derrota de la opresión

      LAS medidas extremas adoptadas por Duplessis, y las desenfrenadas declaraciones de jueces de algunos tribunales inferiores, provocaron una respuesta entre los elementos del pueblo canadiense que amaban la libertad.

      En un caso en la ciudad de Quebec, el juez Jean Mercier desencadenó un amargo ataque sobre un testigo de Jehová que estaba sometido a juicio por una simple acusación de reglamentos. El Globe and Mail, un influyente periódico de Toronto, comentó lo siguiente en cuanto a esto en su editorial del 19 de diciembre de 1946. Bajo el encabezamiento “Vuelta de la Inquisición,” decía:

      “La persecución de la secta religiosa conocida como Testigos de Jehová, que ahora se está efectuando en la Provincia de Quebec con todo entusiasmo oficial y sanción judicial, ha tomado un giro que sugiere que la Inquisición ha vuelto al Canadá francés. Se informa que el juez Jean Mercier del tribunal municipal de la ciudad de Quebec, dijo que actualmente la policía de Quebec tiene instrucciones de ‘arrestar a la vista a cualquier Testigo conocido o a cualquiera de quien se sospeche serlo.’ Si esto es cierto, el poder policial de Quebec se está usando para encerrar a hombres y mujeres por sostener una opinión religiosa.

      “Este es un ultraje monstruoso a las libertades civiles. Era la teoría de la Inquisición que una función de los tribunales era librar de herejes a la comunidad. La Inquisición sentenció a muerte a los herejes, mientras que en Quebec solamente se les pone en prisión; pero el juez Mercier evidentemente no estaría en contra de que se volviera a imponer la pena más severa. Se informa que ha dicho que, si fuera posible, sentenciaría a todo Testigo de Jehová a ‘por lo menos cadena perpetua.’”

      Muchos canadienses escandalizados

      La información con respecto a la persecución de los testigos de Jehová fue una sacudida para muchos canadienses. La fe y la tenacidad de esta minoría a la luz de la abrumadora oposición les ganó mucho respeto.

      Un bien conocido periodista, Jack Karr, informó en el Star de Toronto del 26 de diciembre de 1946:

      “Se requiere valor para ser Testigo de Jehová hoy en la provincia de Quebec... valor y una cosa conocida terrenalmente como agallas. Porque los Testigos son objeto de odio, sospecha y desprecio por la mayoría de la población. Sin embargo, pocos habitantes de Quebec parecen estar muy seguros en cuanto a por qué odian y desprecian a los Testigos, excepto que el gobierno les ha dicho que recelen de ellos.

      “Pero si es difícil para los que no son de Quebec ser Testigos en la provincia, tiene que ser mucho más difícil para los de Quebec que han renunciado a su fe y se han unido al movimiento. Han perdido amigos y, en realidad, son socialmente rechazados en su vecindario. Los que en un tiempo fueron sus amigos ahora los espían, dicen, e informan de sus actividades, y cuando se celebran reuniones, el vecindario inmediato está tenso por el antagonismo y el espionaje sin disfraz.

      “Por esta razón, a veces es algo difícil para un extraño captar el significado de la situación y entender a cabalidad que estas cosas verdaderamente están sucediendo en el Canadá. El espectador quizás no esté en total acuerdo con las doctrinas de los Testigos ni con sus métodos de alcanzar sus fines, pero al menos saldrá de la experiencia de asociación con ellos con un gran respeto por su valor y su tenacidad en hacer valer sus derechos. . . .

      “En resumen, los Testigos de Jehová, un pequeño grupo de 200, han creado una gran conmoción en el viejo Quebec. Y en una ciudad compuesta por una población 90 por ciento de habla francesa y 95 por ciento de católicos romanos, sus reuniones están empezando a parecerse a las reuniones de los cristianos primitivos en la Roma de Nerón.”

      ¿Y a qué llevó todo este sufrimiento?

      Los testigos de Jehová se abrieron paso con cinco victorias claves en el Tribunal Supremo del Canadá entre 1949 y 1959 y así calmaron el rencoroso ataque iglesia-estado. Estos casos de prueba del Tribunal Supremo establecieron los principios gubernamentales que resolvieron con éxito los centenares de otros casos.

      Los dos últimos casos mayores fueron ganados en 1959. Uno fue una acción personal efectuada contra Maurice Duplessis por un testigo de Jehová que había administrado un restaurante en Montreal. Su licencia para vender bebidas alcohólicas fue cancelada debido a que daba fianza para muchos testigos de Jehová acusados. El Tribunal Supremo del Canadá hizo personalmente responsable a Duplessis por los daños y perjuicios. Tres meses después que se pagara el juicio, Duplessis murió.

      Se reconoce el valor de las decisiones

      El valor de estas decisiones y de la posición denodada de los testigos de Jehová ha sido calurosamente reconocido por las principales autoridades constitucionales del Canadá. En su libro sobre Federalism and the French Canadian, Pierre Elliot Trudeau, ahora primer ministro del Canadá, declaró: “En la provincia de Quebec los testigos de Jehová . . . han sido burlados, perseguidos y odiados por toda nuestra sociedad; pero se las han arreglado por medios legales para luchar contra la iglesia, el gobierno, la nación, la policía y la opinión pública.”

      El profesor Frank Scott de la Universidad McGill, en su libro Civil Liberty and Canadian Federalism, trata el caso Lamb v. Benoit: “El caso Lamb es meramente otro ejemplo de ilegalidad policial, pero es parte del triste cuadro que ha sido expuesto demasiado a menudo en Quebec en años recientes. La señorita Lamb, otra testigo de Jehová, fue arrestada ilegalmente, detenida durante el fin de semana sin que se le hiciera ninguna acusación, sin permitírsele telefonear a un abogado, y después se le ofreció la libertad con la condición de que firmara un documento librando a la policía de toda responsabilidad por la manera en que la habían tratado. Al leer tal caso uno se pregunta cuántas otras víctimas inocentes han sido tratadas en forma similar por la policía pero que no han tenido el valor y el respaldo para seguir el asunto hasta la victoria final... en este caso 12 años y medio después que había tenido lugar el arresto. Debiéramos estar agradecidos de tener en este país algunas víctimas de la opresión estatal que luchan por sus derechos. Su victoria es la victoria de todos nosotros.”

  • Quebec se hace progresista: Revolución en paz
    ¡Despertad! 1975 | 22 de junio
    • Quebec se hace progresista: Revolución en paz

      DENTRO de seis meses de la muerte de Duplessis en 1959 su gobierno cayó en derrota. Ramsay Cook dijo en su libro Canada and the French Canadian Question: “La muerte de Duplessis quitó la tapa de cierre que había mantenido sellados los rumores de los elementos agitados y descontentos del Canadá francés durante más de una década. Es dudoso si aun Duplessis hubiera podido mantener la tapa por mucho más tiempo, porque las fuerzas sociales y económicas en pugna eran demasiado poderosas.”

      Escribiendo sobre estas condiciones, Pierre Elliot Trudeau (quien es católico) describió la necesidad de “liberar las conciencias amedrentadas por una iglesia obscurantista dominada por el clero . . . libertar a hombres aplastados por la tradición autoritaria y pasada de moda.” Señaló que jamás había habido mucha libertad en Quebec y agregó: “Alrededor de 1960 pareció que la libertad iba a triunfar al fin. . . . tanto así que la generación que entraba en los años 20 en 1960 fue la primera de nuestra historia en recibir libertad bastante completa como su porción. El dogmatismo de Iglesia y Estado, de la tradición, de la nación, había sido derrotado.”

      Un punto decisivo

      El “cambio del viejo estilo” trajo nuevos desarrollos en muchas partes. El año 1960 marcó un punto decisivo, un paso adelante tan abrupto que se habla comúnmente de él como de la “Revolución en paz.”

      Se abrió una nueva era de información y libertad intelectual. La prensa y los medios de comunicación comenzaron a considerar la realidad de la vida y sus problemas en vez de interpretarlo todo con miras de proteger al catolicismo y al status quo. Los sociólogos de Canadá 70 comentaron: “El establecimiento de un Departamento de Educación en 1964 significó el fin del control de la educación por parte de la Iglesia, y la llegada de la Revolución en paz en 1960 terminó con los increíbles poderes políticos del clero.”

      La Quebec de la década de 1960 realmente empezó a deshacerse de la vieja imagen de la dominación clerical y el aislamiento. Comenzó a adoptar el estilo de vida norteamericano tal como se encuentra en el resto del Canadá y en los Estados Unidos.

      Varios factores de la vida del siglo XX han contribuido a la Revolución en paz, la “sociedad en movimiento” de Quebec. Uno de estos fue el Concilio Vaticano iniciado por el papa Juan XXIII. Los cambios en la Iglesia que siguieron a este concilio tuvieron una influencia perturbadora en muchas de las personas católicas.

      En vez de la total dominación católica el Star de Montreal señaló que es ahora “el punto de vista común entre los intelectuales de Quebec que la Iglesia es lo que siempre ha estado mal en Quebec.”

      Las victorias de los testigos de Jehová en el Tribunal Supremo del Canadá abrieron una nueva era para el ejercicio de las libertades civiles y la libertad de prensa en Quebec. La censura había sido declarada inconstitucional. Los oradores públicos y los escritores ya no temían la mano dura de un acusador gubernamental que se usara para detener el flujo normal de la información.

      Otra característica de la vida canadiense que ha tenido un profundo impacto en Quebec ha sido la llegada de la televisión. Mientras el habitante de su aldea sabía solamente lo que le decía el sacerdote local, se le podía engañar fácilmente en la creencia de que estaba bien cuidado por su guardián clerical. Pero cuando llegó la televisión, empezó a ver cómo era el resto del mundo y cuán atrasadas realmente estaban las comunidades controladas por los católicos.

      Aunque la Revolución en paz no ha sido librada con armas, ha producido cambios inmensos en Quebec. ¿Pero qué hay de la posición atrincherada del catolicismo romano?

      Mengua del poder católico

      Los sociólogos de Canadá 70 señalan lo siguiente: “Era inevitable que la Iglesia Católica algún día tendría que renunciar al control completo del pueblo, y en Quebec la pérdida del poder por parte de la Iglesia fue súbita y sorprendente.”

      El Star de Montreal publicó el siguiente relato del escritor Ralph Surette: “El poder de la Iglesia Católica Romana en Quebec se ha desintegrado; la angustia y la indiferencia tanto de parte de laicos como de clérigos muestran un estado de crisis . . . La crisis es reconocida. La comisión da como sentado (y confirma) lo que es conocimiento común: que la asistencia a misa ha descendido drásticamente, que los sacerdotes se están yendo, que muchas parroquias están en dificultades económicas.”

      El mismo artículo señala el impacto que esto ha producido en el clero, diciendo: “El clericalismo como poder absoluto comenzó a desmoronarse en este tiempo [1949], preparando el camino para que el estado llegara a ser la principal institución en la vida de Quebec en la década de 1960. . . . En relativamente pocos años, el sacerdote de Quebec ha perdido ‘tanto su posición social como su auditorio.’”

      Tan serios llegaron a ser los problemas de la Iglesia Católica que a pedido de los obispos se nombró una comisión gubernamental, la Comisión Dumont, para investigar los “Laicos y la Iglesia.” El informe de 315 páginas de la Comisión se presentó en diciembre de 1971 y en su mayor parte confirmó lo que ya sabían las personas bien informadas: que la Iglesia había perdido la confianza del público; que los clérigos y los laicos están abandonando a la Iglesia.

      En lo que se refiere a las personas de Quebec, el punto de vista común que a menudo se expresa es: ‘La Iglesia ha desaparecido.’

      “Abandonando la iglesia en multitudes”

      A la larga una iglesia depende del apoyo de las personas. El Informe Dumont dice lo que le ha sucedido a la vida católica en este aspecto: “Durante los últimos diez años, la práctica religiosa ha menguado rápidamente. Es muy evidente entre los jóvenes, pero la mengua se extiende en forma progresiva y más tranquilamente a la gente mayor.”

      Precisamente con cuánta rapidez lo muestra Relations, la publicación de Montreal para sacerdotes, que en marzo de 1974 declaró: En diez años la asistencia dominical a la iglesia ha descendido de 65 por ciento a 30 por ciento; y, entre los jóvenes, de entre 15 y 35 años de edad, ha descendido hasta el 12 por ciento.

      El obispo Léo Blais de Westmount ha declarado públicamente que “los fieles están abandonando la iglesia en multitudes.”

      También hay un serio problema de reemplazo en el sacerdocio. Se han clausurado seminarios para entrenamiento de sacerdotes en Nicolet, Joliette, Rimouski y Sherbrooke. El gobierno está usando los edificios para colegios de la comunidad y, en Nicolet, para una escuela de policías.

      Las cifras con respecto a los candidatos para el sacerdocio son reveladoras. El Informe Dumont muestra que: “La cifra anual de candidatos para las órdenes santas (sacerdotes y otros) de nuestra Iglesia sobrepasaba de 2.000 en 1946, pero en 1970 era un poco más de cien.”

      Relations declaró en marzo de 1974: “El reclutamiento de sacerdotes empezó a menguar rápidamente en 1968 . . . Muchos pastores están abandonando el ministerio. Al mismo tiempo el reclutamiento de ministros ha llegado al mínimo: 3 nuevos estudiantes seminaristas este año.” Esto es para Montreal, una diócesis que afirma tener 1.700.000 católicos, más de un tercio de los miembros de las iglesias en la provincia.

      El número de socios en las organizaciones católicas también está disminuyendo rápidamente. La Liga del Sagrado Corazón, que tenía 28.000 asociados hace 10 años, ahora tiene solamente 3.000.

      Aparte de los problemas espirituales y los problemas de personal, existe también en Quebec la dificultad de sencillamente mantener las iglesias. Muchas de éstas están al borde de la bancarrota.

      Varias iglesias bien conocidas en la ciudad de Montreal han sido demolidas y la propiedad se ha usado para otros propósitos. Una de éstas es la Iglesia Notre-Dame-d’Alexandrie en la calle Amherst. En este caso, el sacerdote, Benjamín Tremblay, se alegró de ver su iglesia destruida por la cuadrilla de demolición. Pero, ¿por qué se sintió feliz?

      Se informa que había dicho públicamente que la Iglesia tiene que ocuparse ahora de la vida social y económica de la zona y que el nuevo centro ayudará al sector económicamente deprimido en que se encuentra. Había dicho antes que sería mejor vender estas iglesias a cuidar “elefantes blancos.” En Montreal se han clausurado once grandes iglesias católicas desde 1967, mientras que otras están programadas ya sea para ser vendidas o para ser demolidas.

      Causas de la mengua católica

      ¿Qué ha sucedido? ¿A qué se debe la sorprendente mengua del poder católico?

      La falta de confianza en el liderazgo católico ha producido mucha incertidumbre y ésta no está limitada a Quebec. Andrew M. Greeley, un crítico jesuita de la jerarquía de Estados Unidos, ha comentado: “La honradez me obliga a decir que creo que el presente liderazgo de la iglesia se encuentra en bancarrota moral, intelectual y religiosa. No tenemos caudillos que pueden comunicarnos un sentido de dirección.”

      Los sociólogos de Canadá 70 hallaron dentro de la Iglesia en Quebec “una enorme brecha de credibilidad. La brecha había alcanzado tales proporciones que los laicos hallaron razones fundadas para sospechar prácticamente de todos los movimientos dentro de la jerarquía eclesiástica.”

      El obispo Léo Blais, ya mencionado, también ha señalado al clero. Según su opinión, algunos sacerdotes actualmente son fuentes de confusión en la Iglesia de Montreal. El obispo Blais sugirió que es “nuestra falta de disciplina y nuestra desobediencia la que ha causado confusión en sus mentes y ha apartado a muchos católicos.”

      “¿Está muerta la Iglesia?”

      “¿Está muerta la Iglesia?” es una pregunta formulada en los titulares del periódico de habla francesa La Patrie de Montreal.

      En respuesta, el sacerdote Hubert Falardeau dijo que los papas y los obispos “han olvidado que la iglesia no era una sociedad temporal sino espiritual. Querían tener cantidad de miembros y no miembros de calidad. Para mantener a la gente en las iglesias era necesario tener preceptos. El pueblo no estaba muy bien educado de modo que los llenaron de preceptos. Todas estas cosas... los días de fiesta, las grandes ceremonias, se utilizaron para atraer grandes cantidades de personas.”

      Además explica: “Hay una descristianización porque no hubo una verdadera cristianización. Cuando la iglesia empezó, la gente se bautizaba cuando eran adultos. Después llegó a presuponerse que todo el mundo era cristiano y los bautizaban al nacer.”

      Este sacerdote católico habla ahora acerca de la necesidad de una verdadera cristianización, bautismo de adultos y obra misional entre el pueblo. Estas son las prácticas a las cuales se adhieren estrictamente los testigos de Jehová y que han contribuido notablemente al buen éxito de su actividad. Nadie necesita preguntar si los testigos de Jehová están muertos; ¡su acción y obra misional dedicada en todas partes de la Tierra son una respuesta, no en palabras, sino en acción!

      Los testigos de Jehová participaron en una obra misional entre el pueblo mismo de puerta en puerta entre la gente de Quebec. Cuando al testigo Everett Carlson de Joliette, Quebec, se le preguntó qué observaba entre las personas católicas que daba cuenta de su cambio de actitud para con la Iglesia, dijo: “Ha habido un cambio notable desde 1970 en la actitud de la gente. Tienen menos temor de hablarles a los testigos de Jehová, hacerles preguntas y expresarse acerca de los cambios de la Iglesia. Están listos a admitir que el cambio de enseñanza sobre el fuego del infierno, el comer carne los viernes y muchas otras cosas, han debilitado su fe.”

      Debemos recordar que, mientras que la Iglesia Católica ha perdido gran parte de su poder casi soberano en Quebec, sería erróneo dar la impresión de que ha abandonado completamente la escena. Las personas más jóvenes en gran medida han retirado su apoyo, pero la generación mayor tanto de clérigos como de laicos continúa dando a la Iglesia un apoyo de no poca consideración. El ritual y el hábito tardan en morir.

      Sin embargo, se han efectuado cambios rápidos en Quebec entre 1960 y 1974. La Revolución en paz ha producido muchos desarrollos útiles.

  • Nueva era de libertad en Quebec
    ¡Despertad! 1975 | 22 de junio
    • Nueva era de libertad en Quebec

      ¿QUÉ vería usted si visitara a Quebec hoy en día?

      Observaría una sociedad muy parecida a la del resto de Norteamérica. El temor ha desaparecido así como la opresión que colgaban como una mortaja sobre la gente durante el período de total dominación católica. Pueden tomar sus propias decisiones en cuanto a educación seglar, trabajo, planeamiento de la familia, religión... ya no se preocupan por la aprobación del sacerdote.

      Desde 1964 el gobierno ha tomado la dirección de la educación académica y la ha mejorado. La educación está dirigida ahora a los negocios y la educación técnica en vez de la teología y la filosofía. La juventud franco-canadiense tiene cada vez más oportunidades para entrar en el mundo comercial e industrial.

      La prensa y otros medios tienen libertad para investigar las cuestiones del día y publicar sus hallazgos. El habitante de Quebec de hoy es más erudito y está mejor informado que nunca antes. La opinión pública culta demanda mejor gobierno.

      Las minorías como los testigos de Jehová y otras son tan libres hoy en día en Quebec como lo son en cualquier otra parte. Hay todo un nuevo ambiente de libertad intelectual jamás conocido antes de la “Revolución en paz.”

      Quebec ha salido de la noche del oscurantismo al mundo moderno con un gran paso adelante. Aunque muchas condiciones han mejorado debido a estos cambios con respecto a los asuntos seglares de la vida, ¡todavía hay una necesidad humana más importante que es necesario considerar!

      El vacío religioso: ¿Quién lo puede llenar?

      Cualquier repentina remoción del núcleo de una sociedad deja un espacio vacío. ¿Qué ha sucedido, pues, en Quebec a continuación de la súbita mengua del poder de la Iglesia Católica?

      El escritor Ralph Surette del Star de Montreal comenta: “La Iglesia Católica ha estado en el núcleo de la sociedad franco-canadiense durante 300 años . . . ¿Qué sucede cuando se desvanece esa clase de poder? . . . la angustia y la indiferencia tanto de parte de los laicos como del clero han brotado en el lugar en que una vez estuvo firme la Iglesia.”

      Por lo tanto, ¿quién o qué puede llenar este vacío religioso? ¿Quién está listo para satisfacer la necesidad que la gente tiene de alivio espiritual e instrucción bíblica? Muchas religiones en el Canadá, en tiempos pasados, han temido esparcirse en Quebec por temor de la jerarquía católica dominante. Como resultado no están equipadas para llenar las necesidades religiosas que ahora existen.

      Sin embargo, ¡hay una excepción notable! Durante los pasados cincuenta años los testigos de Jehová han continuado sin cesar tanto en tiempos buenos como malos mostrando su interés amoroso por la gente franco-canadiense. Han ofrecido instrucción bíblica y ayuda espiritual a todos los que la deseaban. Los testigos de Jehová están sólidamente establecidos en Quebec, pues actualmente tienen 130 congregaciones y más de 7.000 personas participan activamente en dar instrucción bíblica. Están listos y capacitados para llenar el vacío religioso. ¿Pero, podrán ganarse la confianza de la gente?

      Se han ganado el respeto y la confianza

      Actualmente ha llegado a ser muy evidente que la oposición a los testigos de Jehová manifestada anteriormente entre el pueblo de Quebec fue causada por la mala información que propagaron los líderes clericales y políticos de la época. En el ínterin la gente se ha relacionado de primera mano con los testigos de Jehová y ahora tiene un punto de vista muy diferente.

      Un redactor franco-canadiense, André Rufiange, escribió lo siguiente para Le Journal de Montreal del 30 de julio de 1973: “Duplessis se debe de haber dado un vuelco en su tumba; él, que trató a los testigos de Jehová como espantapájaros y que nos convenció, en aquel entonces en la escuela, de que eran una secta de malhechores . . . No soy Testigo, pero sí soy testigo del hecho de que los Testigos dan testimonio de ser eficaces y tener conducta apropiada. . . . Realmente personas excelentes. Si fueran las únicas personas en el mundo, de noche no tendríamos que atrancar y poner cerrojo a nuestras puertas y colocar una alarma contra ladrones.”

      Los testigos de Jehová y sus prácticas pacíficas de instrucción bíblica en el hogar de la gente actualmente son una parte bien conocida y aceptada de la escena de Quebec. A menudo las amas de casa les preguntan: ‘La Iglesia ha desaparecido. ¿Qué pasa ahora? ¿A dónde vamos de aquí?’ Habiendo perdido la confianza en la Iglesia que por tanto tiempo los dominó, muchas personas están acudiendo ahora a los testigos de Jehová como las únicas personas seriamente interesadas en sus problemas personales y en sus necesidades religiosas.

      La organización de los Testigos está creciendo en número así como en calidad y madurez. Durante la última década los testigos de Jehová han patrocinado en Montreal una escuela de habla francesa que ya ha dado entrenamiento básico en idioma francés a más de 1.200 individuos, que se han mudado de otras partes del Canadá para servir donde hay más necesidad en esa parte del campo.

      Además, en el verano de 1974, los testigos de Jehová presentaron una traducción de la Biblia en francés moderno, disponible por una suma al alcance de todos. Se está haciendo todo lo posible para estimular espiritualmente al pueblo de Quebec. Los testigos de Jehová a menudo hacen notar cuánto gozan al trabajar entre esta gente interesante y estimulante.

      Confirmando el hecho de que se han ganado el respeto, Georges Bherer, escritor de Le Soleil de la ciudad de Quebec, publicó sus observaciones después de asistir a la asamblea “Propósito Divino” allí en agosto de 1974: “Los testigos de Jehová han experimentado un sorprendente aumento en la provincia de Quebec durante los últimos años. . . .

      “Para el testigo de Jehová, la religión es un modo de vivir y no una colección de ceremonias. Poniendo énfasis en la honradez y la pureza moral, predican que Cristo es realmente el Hijo de Dios y que toda esperanza de vida futura depende de ejercer fe en él. Creen que en el futuro muy cercano, en nuestra generación, el reino de Dios destruirá el actual sistema inicuo.”

      El éxito y la efectividad de la actividad de los testigos de Jehová en Quebec ha contribuido en sí al respeto y a la confianza de la gente de Quebec. Le Petit Journal, un periódico de Montreal, en su número del 28 de julio de 1974, ha señalado públicamente la mengua religiosa de una parte y el progreso de la otra, declarando: “Mientras las religiones tradicionales están en decadencia, con iglesias que cada vez se quedan más vacías, los testigos de Jehová están experimentando un creciente aumento de miembros y hasta están comprando anteriores edificios de iglesias y otros edificios en los cuales reunir a sus nuevos miembros.

      “Mientras que en 1945 solo tenían 356 miembros [en Quebec], llegaron a unos 7.000 por toda la provincia en 1974, divididos en 120 congregaciones esparcidas en 125 ciudades.

      “En 1973 los testigos de Jehová tuvieron un aumento en su número de 22 por ciento. Debido a este gran aumento de testigos en Quebec se compraron varios salones e iglesias para proveer lugares de reunión. La más importante compra de edificio en el distrito de Montreal es el salón de baile Dorémi en Saint Luc que puede ubicar a 1.800 personas.” La propiedad en Saint Luc, Quebec, se ha convertido en Salón de Asambleas de los testigos de Jehová.

      La ciudad de Joliette, en Quebec, solía ser un centro especial para el catolicismo romano. Una de las estructuras más dominantes en la ciudad era un inmenso seminario. Los misioneros testigos de Jehová fueron expulsados por tumultos católicos en 1949.—Vea Awake!, del 8 de abril de 1950.

      Ahora hay una activa congregación de testigos de Jehová en Joliette con un excelente Salón del Reino en una de las principales calles. Mientras que el seminario ha sido adquirido por el gobierno y transformado en un colegio de la comunidad. Los testigos de Jehová han usado este anterior seminario dos veces para sus asambleas de circuito semestrales.

      Roland Gagnon era un hombre de negocios de Joliette que, en 1949, formó parte de la turba que echó fuera de la ciudad a los testigos de Jehová. Actualmente es miembro de la congregación de testigos de Jehová de Joliette.

      Ahora que conocen mejor a los testigos de Jehová, muchos de los franco-canadienses naturalmente amistosos y vivarachos han cambiado y están mostrando su confianza y respeto correspondiendo a la alentadora información bíblica que se les ofrece.

      Pero, ¿cómo está afectando esta enseñanza la vida de las personas que la aceptan?

      Ayudando a la gente

      Muchas son las presiones de este mundo inestable. Los problemas son universales, pero especialmente la juventud necesita ayuda. Los testigos de Jehová suministran esta ayuda. El siguiente encabezamiento de noticias de La Patrie de Montreal del 28 de julio de 1974, llama la atención a una parte de la buena obra que se está efectuando: “JÓVENES JIPIES ADICTOS A DROGAS RESCATADOS POR LOS TESTIGOS DE JEHOVÁ.”

      El artículo explica cómo cuatro jóvenes que habían sido adictos a las drogas, tres hombres y una mujer, se hicieron testigos de Jehová, limpiaron su persona y sus prácticas morales. Se publicaron fotos que mostraban cómo era cada uno de ellos antes y después de hacerse testigos de Jehová. Las fotos de “antes” mostraban jóvenes de pelo largo, despeinados; las fotos de “después” mostraban cuatro jóvenes bien arreglados.

      El artículo del periodista Andrée Le Bel comenta: “Dicen que su estilo de vida ha cambiado tanto debido a que al fin han hallado un propósito en la vida al cual pueden dedicar todas sus energías . . . Todos los testigos de Jehová están de acuerdo en que el practicar principios bíblicos en la vida diaria mejora la conducta moral y la calidad de la vida.”

      Otro joven, un católico de Montreal, había permitido que su vida fuera tragada por el juego. Escribe: “Una noche mientras estaba en las carreras, mi cuñado y su esposa visitaron mi hogar y dejaron dos ejemplares de La verdad que lleva a vida eterna, con mi esposa. Cuando llegué a casa ella me explicó lo que había aprendido acerca del fin de este sistema y que estaba muy cercano, y que los que no se ponen de parte de Jehová serán destruidos. Ella me sugirió que leyera el librito azul, que estaba abierto en la página 94. Me interesó porque yo estaba verdaderamente perturbado por el modo en que me comportaba y sabía que tenía que cambiar. Mi conciencia me perturbaba tanto que no podía dormir de noche.

      “Leí el librito el día siguiente, y esa noche le pedí a mi cuñado que estudiara conmigo. Ahora me alegro de estar con mi esposa entre los testigos de Jehová.”

      Estas son solamente algunas de las experiencias de los que han sido ayudados por la obra de predicación y enseñanza de los testigos de Jehová. Ejemplos tan animadores como los anteriores han sucedido muchas veces.

      ¿Qué llamado de los testigos de Jehová llega al corazón de tantos? Es el mensaje sencillo y sin complicaciones de la Biblia de que el gobierno de Jehová Dios y de su Hijo Cristo Jesús está a punto de apoderarse de la gobernación de la tierra del actual sistema tambaleante. Este gobierno efectuará cambios que resultarán en felicidad y vida para todos los que califiquen para vivir en ese nuevo orden.

      Ya se han efectuado cambios felices en Quebec, pero los más grandes todavía están por venir por medio del reino de Dios. Los testigos de Jehová extienden a todos la invitación de unírseles y aprender más acerca de Jehová, el Dios de amor, y sus grandiosos propósitos para la humanidad. Como dice la Biblia: “Feliz es el hombre que no ha andado en el consejo de los inicuos . . . Antes bien, su deleite está en la ley de Jehová . . . y todo lo que hace tendrá buen éxito.”—Sal. 1:1-3.

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