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Sombras de unidad de familia encierran promesaLa Atalaya 1953 | 15 de noviembre
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11. ¿Por qué razones no puede decirse que Jehová favoreció la superioridad de razas al exaltar a Israel?
11 Al llegar a este punto alguien pudiera de nuevo levantar una objeción. ¿No se manifestó Jehová mismo a favor de este principio cuando seleccionó a los israelitas como su pueblo y los exaltó por encima de todos los demás pueblos? ¿No podría decirse que Jehová estaba favoreciendo la superioridad de raza de parte de la nación judía? Pero otra vez nos dirigimos a los oráculos divinos y hallamos un enfático ¡No! Jehová no engañó a los israelitas en cuanto a la razón por la cual los escogió. “A ti te escogió Jehová tu Dios, para que le seas un pueblo de exclusiva posesión, más que todos los pueblos que están sobre la haz de la tierra. No por ser vosotros más numerosos que todos los pueblos, os ha amado Jehová y os ha escogido; (porque vosotros erais el más pequeño de todos los pueblos); sino por el amor de Jehová hacia vosotros, y por guardar el juramento que había hecho a vuestros padres, os sacó Jehová con mano fuerte, y os redimió de la casa de servidumbre, librándoos de mano de Faraón, rey de Egipto.” (Deu. 7:6-8) Indisputablemente, la superioridad de esta nación dependería de que fuera y permaneciera como un pueblo para exaltar el nombre de Jehová, porque el salmista cantó: “Él empero los salvó por causa de su nombre, para dar a conocer su poder.”—Sal. 106:8.
12. ¿Por qué no retendría Dios a Israel inalterablemente como pueblo debido a su amistad con Abrahán?
12 Cierto, Dios mismo había dicho que era debido al juramento que había prestado a sus padres. Pero el hecho de que no se obligó mediante eso a mantener a la nación entera como propia de él se manifiesta claramente por lo que aconteció en el desierto en el segundo año después que ella salió de Egipto. Después que diez de los doce espías que fueron enviados a Canaán para inspeccionar la tierra regresaron con un informe desfavorable y horrendo, Jehová se airó con la nación por esta manifiesta falta de fe. “Jehová dijo entonces a Moisés: ¿Hasta cuándo me ha de tratar este pueblo con desprecio? ¿y hasta cuándo no creerán en mí, a pesar de todas las señales que he hecho en medio de él? Los heriré con peste y los desheredaré, y haré de ti una nación más grande y más fuerte que ellos.” (Núm. 14:11, 12) Siglos después Juan el Bautista también dió testimonio sobre este punto cuando condenó a algunos de los descendientes naturales de Abrahán: “Descendientes de víboras, ¿quién les ha mostrado cómo huir de la ira venidera? Por lo tanto produzcan frutos que sean propios del arrepentimiento. Y no se pongan a decir dentro de ustedes mismos: ‘Como padre tenemos a Abrahán.’ Porque les digo que Dios tiene poder para levantarle hijos a Abrahán de estas piedras.” (Luc. 3:7, 8, NM) Claramente Jehová no estaba interesado en un pueblo simplemente por causa del pueblo mismo o debido a alguna supuesta “superioridad” que su relación con él pudiera darle. Ni estaba instituyendo aquí una “raza superior” que para siempre pudiera decir que ocupaba una posición favorecida debido a la amistad que existía entre Dios y su antepasado Abrahán. Jehová Dios nunca cambia sus principios justos y ha mantenido consistentemente el arreglo que estableció en el Edén.
EL ISRAEL TÍPICO UNA FAMILIA UNIDA
13. ¿Cómo dió énfasis Jehová al hecho de que el sacerdocio no era una casta especial?
13 No es extraño, entonces, que en la organización de Israel no se dejara lugar para hacer posible alguna distinción de clases bajo la Ley; tampoco estuvo Jehová instituyendo un sistema de castas cuando estableció el sacerdocio como un cuerpo oficiante y un medio de acercamiento a él para los israelitas. Dado que Jehová estaba recalcando la condición cargada de pecado de los judíos, era necesario que se hiciera alguna provisión mediante la cual pudieran acercarse a Jehová para adorarlo. Los sacerdotes, estando consagrados y santificados a este servicio; podían suministrar este medio de acercamiento mediante los diversos sacrificios y ofrendas arreglados bajo los términos del pacto de la Ley. Pero aunque se les dió a los sacerdotes este privilegio peculiar, Jehová todavía recalcó el hecho de que él era Dios de todo Israel. “En aquel tiempo, dice Jehová, yo seré el Dios de todas las familias de Israel, y ellas serán mi pueblo.”—Jer. 31:1.
14. ¿Cómo entró la tribu de Leví a esta posición favorecida?
14 Además, originalmente no fueron los levitas los que habían sido apartados como los escogidos de Dios. En Egipto, cuando el ángel de Jehová pasó a través de la tierra y mató a todos los primogénitos de los egipcios, todos los primogénitos de todas las familias de Israel fueron santificados por Jehová y llegaron a ser suyos por razón de que la vida de ellos se les perdonó. Así todas las familias quedaron representadas imparcialmente en Su posesión. Ahora bien, según la práctica en tiempos antiguos, los hijos mayores normalmente con el curso del tiempo servirían de sacerdotes de todas maneras, pero, al establecer su sacerdocio nacional, Jehová, por su propio derecho de acción independiente, tomó a los levitas en lugar de ellos. “Y habló Jehová a Moisés, diciendo: Y en cuanto a mí, he aquí que he tomado a los Levitas de en medio de los hijos de Israel, en lugar de todos los primogénitos (los que abren la matriz) de entre los hijos de Israel; y serán míos los Levitas. Por que todos los primogénitos son míos: pues en el día que herí a todos los primogénitos en la tierra de Egipto, santifiqué para mí todos los primogénitos de Israel, así de hombres como de bestias; míos serán. Yo Jehová.” (Núm. 3:11-13; vea también los versículos 44-51) Por esto es que Jehová al inaugurar el pacto de la Ley dijo a todas las familias de Israel: “Ahora pues, si escuchareis atentamente mi voz y guardareis mi pacto, me seréis un tesoro especial, tomado de entre todos los pueblos; pues que mía es toda la tierra: y vosotros me seréis un reino de sacerdotes y una nación santa.” (Éxo. 19:5, 6) Ciertamente, entonces, Jehová no estuvo instalando con los levitas un sacerdocio elevado ni haciendo una distinción de clases.
15. (a) ¿Qué evidencias manifiestan que no se les dió prominencia indebida a las familias de Israel? (b) ¿Cómo se evitó la parcialidad?
15 Otra evidencia de que no se les daba prominencia extraordinaria a las familias de Israel es el hecho de que se permitía el matrimonio entre miembros de diferentes tribus pero no se permitía en casos en que resultaría en que la herencia de la tierra saliera de la tribu. (Núm. 27:5-11; 36:1-12) Aunque se prohibía el matrimonio con extranjeros, había ciertas condiciones en que hasta podía efectuarse un matrimonio con una mujer tomada cautiva en la guerra. (Deu. 21:10-13) Se recordará que Rahab, una antepasada de Cristo Jesús, recibió la bienvenida de Salmón a la tribu de Judá, y que éste se casó con ella, como también fué el caso con Rut, quien llegó a ser la esposa de Booz. (Mat. 1:2-5; Jos. 6:23, 25; Rut 4:10, 13) En el asunto de matrimonio es notable también que aunque un hombre fuera siervo podía casarse con la hija de su amo. (1 Cró. 2:34, 35) De esto se ve que los siervos ocupaban una posición muy favorecida en Israel. Es verdad que se permitía la esclavitud, pero ¿no se le daba énfasis al hecho de que toda la nación de Israel estaba esclavizada a Jehová? (Lev. 25:55, UTA) Además no se permitía vender permanentemente a un hijo natural de Abrahán como esclavo involuntario a sus hermanos. (Éxo. 21:2-8; Lev. 25:39-55; Deu. 15:12-18) Además, los siervos no debían ser oprimidos de manera alguna, sino que habían de ser tratados con consideración. Cualquier daño que les resultara a manos de sus amos había de ser reconocido y había de efectuarse el debido remedio o castigo aun al grado de dejar que el siervo se fuera libre debido a la pérdida de un ojo o un diente. (Éxo. 21:20, 21, 26, 27, 32) Tampoco debía detenerse el salario; pago puntual se requería a todo tiempo. (Lev. 19:13; Deu. 24:14, 15) Llega a ser aparente entonces que aunque las clases aparecieron en Israel la ley no permitía parcialidad de ninguna clase contra algún grupo o individuo debido a su condición social en la vida. Sólo los que eran enemigos de la nación eran apartados o considerados como parias.—Deu. 7:1-3.
16. ¿Qué se representa por el hecho de que se dió una misma ley para el nativo y el extranjero?
16 Aquí de nuevo, sin embargo, vemos la misericordia de Dios manifestada. Aunque se dió un mandato positivo de destruir completamente a todos los que estaban ilegalmente en la tierra que se había dado a los israelitas como herencia, Jehová hizo provisión para los extranjeros que eran de disposición favorable para con los judíos. Si querían someterse a la circuncisión y guardar todas las leyes de Israel, serían aceptados como parte de la nación y recibirían muchas bendiciones igual como el judío nativo. (Núm. 15:14-16) Aquí entonces en todo respecto hay en la nación de Israel un cuadro hermoso de la unidad que existe en las congregaciones del pueblo de Jehová hoy, el que hubiera una misma ley tanto para el nativo como para el extranjero representando bien el que hay un mismo conjunto de consejo teocrático para la “manada pequeña” de los ungidos y para las “otras ovejas,” que viven juntos como “una sola manada,” una familia sin división.
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La unidad en el modo de vida del nuevo mundo una realidadLa Atalaya 1953 | 15 de noviembre
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La unidad en el modo de vida del nuevo mundo una realidad
1, 2. ¿Cómo puede verse que la vida de familia desempeña un papel importante en la estructura teocrática?
LA VIDA de familia desempeña un papel importante en la estructura teocrática de la congregación cristiana. Esto se debe a que Jehová Dios ha ordenado teocráticamente el arreglo de familia igual como lo hizo al principio con Adán y después con la nación de Israel. Aunque por una parte era cierto en lo que toca a los israelitas que ellos eran judíos por nacimiento y por otra parte es cierto que los cristianos hoy son testigos de Jehová por selección y asociación, sin embargo el orden de familia predomina a través de toda la organización. Al salirse de la sociedad del viejo mundo y separarse de la familia agonizante que se encuentra bajo la condenación de Adán, uno tiene que asociarse, si es que va a recibir vida, con la sociedad del Nuevo Mundo y llegar a ser miembro de la familia de Dios. Esto lo hace aceptando a Jesucristo como su padre en lugar de Adán y, si es recibido por Dios, es justificado y hecho el propio hijo espiritual de Dios o es reservado para la vida eterna sobre la tierra y se le da esta posición justa al fin del reinado de mil años de Cristo.
2 Aun los de la congregación que son colocados en puestos responsables como superintendentes son seleccionados según la manera en que dominan a sus propias familias si están casados. (1 Tim. 3:4, 5) Y cuando Pablo manifiesta la actitud correcta a ser asumida por los que están en dichos puestos la asemeja
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