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Un vistazo a las escuelas de grandes ciudades¡Despertad! 1985 | 22 de septiembre
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Un vistazo a las escuelas de grandes ciudades
Los niños pasan muchas de sus horas del día en la escuela. La escuela puede ejercer una influencia profunda. No obstante, muchos padres tienen solamente una idea vaga de cómo son las escuelas. Por eso, ¡Despertad! examina el panorama docente de cuatro países diferentes, comenzando con los Estados Unidos.
EN ABRIL de 1983 se publicó un informe patrocinado por el gobierno que alarmó tanto a padres como a educadores. Tenía un título ominoso: A Nation at Risk (Una nación en peligro). Compilado por un grupo de expertos que fueron escogidos con cuidado, el informe comenzó diciendo: “Nuestra Nación está en peligro [...] Los cimientos docentes de nuestra sociedad están siendo corroídos actualmente por una creciente ola de mediocridad que amenaza a nuestro mismísimo futuro como Nación y pueblo”. Las pruebas son:
◼ “Unos 23.000.000 de adultos estadounidenses son analfabetos en la práctica, a juzgar por las pruebas más sencillas de lectura, escritura y comprensión cotidianas”.
◼ “Cerca de 13 por 100 de todos los adolescentes de 17 años de edad en los Estados Unidos se pueden considerar analfabetos en la práctica”.
◼ “El aprovechamiento medio de los estudiantes de escuela secundaria en la mayoría de los exámenes normalizados es ahora más bajo que hace 26 años”.
Como resultado de este informe, las escuelas estadounidenses han llegado a estar bajo examen minucioso. Pero tal vez no haya otro lugar donde los problemas educativos de los Estados Unidos se hagan tan patentes como en las escuelas de las grandes ciudades. Estas padecen de una combinación mortífera de presupuestos que se reducen y salones de clase que se atestan. Los salarios bajos, la violencia en el salón de clases y las enormes proporciones de estudiantes que abandonan la escuela desaniman y hasta ahuyentan a muchos maestros competentes. Algunas familias reaccionan a todo esto matriculando a sus hijos en escuelas privadas o en las de los suburbiosa.
Sin embargo, ni los libros ni los artículos sobre los problemas de las escuelas urbanas presentan todo el cuadro. Así que, con la ayuda de un amigo que trabaja de supervisor escolar, un reportero de ¡Despertad! decidió echar personalmente un vistazo a algunas escuelas. Este informa lo siguiente:
Panorama docente
“Estamos de pie frente a una de las escuelas primarias más grandes de la ciudad. Docenas de jóvenes que no asisten a clases se pasean con aire retador por los terrenos de la escuela. ‘[Las autoridades] no tienen los recursos necesarios para contratar a suficientes empleados escolares para encargarse de estos jóvenes’, explica mi amigo y anfitrión.
”La escuela tiene los rasgos distintivos de la decadencia urbana. Entramos en la oficina del director y hablamos por encima del alboroto ensordecedor de voces, máquinas de escribir y teléfonos sonando. El director se ve cansado y demacrado, y son solo las diez de la mañana. Él es cortés, y partimos para hacer una visita rápida a nuestro primer salón de clases.
”Allí hallamos a un hombre joven y vigoroso que muestra lo que puede hacer un buen maestro. ‘¿Sobre qué quisieran aprender ustedes? —pregunta él a sus estudiantes—. ¿Sobre un animal que tiene la lengua en la nariz, un árbol de Florida que camina o un ave que no puede volar?’ Los intrigados estudiantes optan por el primero, el oso hormiguero. Abren ansiosamente sus libros de texto para efectuar algunos ejercicios rutinarios sobre la comprensión de la lectura. No obstante, su maestro los ha movido a querer aprender.
”Las escuelas urbanas son estudios en contraste. Ahora visitamos una escuela que, aunque vieja, es inmaculada y ordenada. No hay jóvenes perdiendo el tiempo en los alrededores. Hay silencio en los pasillos. ‘Esta escuela tiene un buen director’, explica mi anfitrión.
”Lamentablemente, hasta administradores eficientes se encaran a problemas enormes. El papeleo burocrático mantiene a los maestros ocupados, llenando formularios en lugar de enseñando. Hay leyes que obstruyen la disciplina escolar. Hay maestros que temen por su propia supervivencia emocional y física; estudiantes que rehúsan estudiar, pero exigen diplomas. El dinero para libros y equipo se desvía para pagar los altos costos del vandalismo. ¡Es sorprendente que a las escuelas de las grandes ciudades les vaya tan bien!”
Afortunadamente, la Fundación Carnegie para el Adelantamiento de la Enseñanza dice: “Creemos [...] que la educación pública estadounidense está comenzando a mejorar”. No obstante, hay solo una manera de averiguar cómo es la escuela a que asiste su hijo: Échele un vistazo usted mismo.
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El maratón docente del Japón¡Despertad! 1985 | 22 de septiembre
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El maratón docente del Japón
Por el corresponsal de “¡Despertad!” en el Japón
“NADA, en realidad, es más esencial en la sociedad japonesa o más fundamental para el éxito del Japón —dice Edwin O. Reischauer, profesor de Harvard— que su sistema docente.”
Con todo, últimamente las escuelas del Japón han venido a estar bajo ataque. El periodista Yoshiko Sakurai dice: “El sistema de educación del Japón ha sido reducido a un concurso para pasar exámenes más bien que un medio por el cual los estudiantes son nutridos intelectualmente”. Sasuke Kabe, director de escuela japonés, concordó con esto, según se informa: “Hemos enfatizado tradicionalmente la adquisición de conocimiento en oposición al desarrollo de personas equilibradas”.
Por consiguiente, muchos educadores se quejan de que las escuelas del Japón se han convertido en un maratón docente... un agotador desafío de competencia. ¿Por qué llegó a surgir esa situación? Básicamente debido al alto valor que el pueblo japonés atribuye al respeto de otros y al éxito. Así, el tener empleo en una empresa o firma prestigiosa se tiene en muy alta estima. No obstante, para conseguir un empleo como ese, por lo general uno tiene que haberse graduado de una universidad de prestigio.
Sin embargo, a menos que uno haya asistido a ciertas escuelas secundarias, las probabilidades de entrar en una de esas universidades escogidas son bastante remotas. Pero es muy probable que usted no esté en la escuela secundaria adecuada si no logra entrar en la escuela intermedia apropiada, lo cual no sucede si la escuela primaria a la que usted asiste no tiene una cantidad razonable de estudiantes que aprueben los exámenes de entrada a la escuela intermedia. ¡Hasta la escuela de párvulos a la que uno haya asistido podría algún día determinar cuánto adelanta uno en cierta empresa!
El “infierno de los exámenes”
No es de extrañar, pues, que el periodista Kimpei Shiba escriba que “madres inclinadas a la educación [...] [comienzan] llevando a [sus] hijitos de solo 2 años de edad a fin de que sean adiestrados para los exámenes de entrada a la escuela de párvulos que les permitirán entrar en las mejores escuelas primarias”. La competencia es tan intensa que, de cada nueve estudiantes, solo uno consigue admisión.
Después de comenzar la escuela primaria, los siguientes 12 años se pasan en la preparación para los exámenes sucesivos necesarios para lograr admisión en los niveles de estudios superiores. El periodista Shiba dice: “La competencia [es] tan violenta que se creó la expresión el ‘infierno de los exámenes’. Cuando los niños pasaban al sexto grado de la escuela primaria, se apresuraban por llegar a casa con el trabajo [tareas] que requería unas dos horas de estudio. Luego se tragaban la cena antes de salir apresuradamente hacia escuelas privadas llamadas ‘juku’, que se especializan en preparar a estudiantes para los exámenes de admisión a la escuela intermedia, donde los estudiantes pasaban 3 horas de adoctrinamiento bajo gran presión 7 días a la semana”.
Usted naturalmente supondría que, después de haber sobrevivido a un desafío tan enorme como ese, los nuevos universitarios serían todos estudiantes sobresalientes que están ansiosos de aprender. No es así, dice el escritor Kimpei Shiba. Él describe al estudiante universitario promedio como uno que “puede tomar las cosas con calma y a menudo jugar mah-jongg por medio día durante horas escolares porque sabe que es seguro que recibirá su diploma. Todo lo que necesita es obtener la cantidad requerida de créditos”. Parece que a la mayoría de los empresarios les interesa poco cuánto realmente han aprendido los graduados. Los empleos son para los que simplemente se gradúen de las universidades apropiadas.
Los frutos de la competencia
No es sorprendente que haya surgido todo tipo de corrupción y problemas en este ambiente de competencia. Todos los años hay padres preocupados que, mediante soborno, logran la admisión de sus hijos en universidades, escuelas secundarias y escuelas intermedias. Algunos padres hasta hacen arreglos para obtener divorcios falsos a fin de que uno de los padres y un hijo puedan registrar una dirección que indique que viven en la jurisdicción de una escuela prestigiosa. Pero cuando miles de estudiantes compiten por solo unos cuantos centenares de vacantes en cierta escuela, la mayoría queda desilusionada. Esto ha llevado a algunos al suicidio. Otros han desahogado su frustración mediante actos de violencia.
Quizás lo más angustioso de todo sea el efecto que tiene en los estudiantes este ambiente en que el pez grande se come al chico. Es interesante notar que la oficina del primer ministro comisionó a un grupo de personas para comparar las actitudes de los jóvenes, entre las edades de 18 y 24 años, en 11 países. Una de las preguntas que se hizo fue: ‘¿Desea usted ser adinerado?’. El Japón encabezó a los países donde se contestó afirmativamente. Por otra parte, a los jóvenes se les preguntó también si querrían ayudar a personas mediante trabajo social. Los jóvenes japoneses fueron los últimos de la lista. Así que, aunque las escuelas del Japón sobresalgan en lo académico, algunas personas les darían una mala calificación en lo que tiene que ver con producir personalidades equilibradas, que manifiesten interés en otros.
¿Tiene todavía otros efectos perjudiciales en los estudiantes la filosofía docente de éxito a toda costa? Considere un problema que se ha desarrollado en las escuelas alemanas.
[Comentario en la página 5]
“El sistema de educación del Japón ha sido reducido a un concurso para pasar exámenes más bien que un medio por el cual los estudiantes son nutridos intelectualmente”
[Fotografía en la página 5]
La competencia comienza temprano
[Reconocimiento]
Centro de información del Japón
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“Schulangst”... ¿el precio del éxito?¡Despertad! 1985 | 22 de septiembre
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“Schulangst”... ¿el precio del éxito?
Por el corresponsal de “¡Despertad!” en Alemania
SCHULANGST... la palabra fue creada para describir un problema que se está convirtiendo rápidamente en uno de alcance internacional. Y aunque la traducción de la misma no capte en cierto modo todos los matices de la palabra, más o menos significa “ansiedad escolar”.
Hace diez años, el doctor Eckhard Schrickel, pediatra alemán, dijo: “Por lo menos dos terceras partes de los niños que trato no están enfermos de ningún órgano en el sentido corriente de la palabra. Están enfermos de la escuela”. La publicación médica Deutsches Ärzteblatt afirma que desde entonces la cantidad de niños que reciben tratamiento por dificultades relacionadas con la escuela ¡ha aumentado diez veces!
En verdad, si se ha de creer a la Asociación Alemana de Maestros Jóvenes, el sistema de escuelas públicas de la República Federal está en una crisis. La asociación señala a los 280.000 estudiantes que anualmente no reciben buenas calificaciones —casi uno de cada 30—, así como a los 18.000 que tratan de suicidarse por razones relacionadas con la escuela. Cada año, centenares logran hacerlo.
Las causas
Tal vez el factor más importante que causa Schulangst sea la presión constante que se ejerce sobre los niños para que salgan bien en los estudios. Padres y maestros de Alemania dicen a los jóvenes que si desean obtener admisión a una universidad o hallar un empleo significativo, tendrán que tener un sobresaliente registro escolar. No obstante, para muchos niños, ¡el temor al posible fracaso crea tensiones que a menudo los hacen sacar malas calificaciones! El profesor alemán Walter Leibrecht advierte: “Nosotros los padres tenemos que darnos cuenta de que la ambición exagerada por parte nuestra solamente puede perjudicar a nuestros hijos”.
Es cierto que las calificaciones pueden incitar a los estudiantes a hacer trabajo excelente y pueden poner de relieve aspectos en que necesiten mejorar. Y si un padre no se interesa en la educación de su hijo, el muchacho tal vez pierda el incentivo de aprender. Sin embargo, el profesor Leibrecht condena “la presión severa de las calificaciones”. El dar demasiado énfasis a las calificaciones puede hacer que los niños de inteligencia media o hasta los de inteligencia superior al promedio se sientan inferiores. “Cuando las calificaciones se convierten en una palanca para aplicar presión —dice la revista alemana Eltern—, y no dejan libertad alguna para el desarrollo personal, cuando deforman el equilibrio social, entonces hay algo malo tocante a nuestro sistema. Nuestros hijos son quienes sufren.”
Los hogares llenos de discordia o desbaratados por el divorcio o la separación también pueden producir Schulangst. En tales hogares, los niños frecuentemente se sienten confundidos, intranquilos o hasta creen que no se les ama. Es interesante notar que el doctor Gerhardt Nissen, director de la Clínica de Siquiatría Juvenil de la Universidad Julius-Maximilian, de Wurtzburgo, explica: “Se puede notar que los estudiantes tratan de suicidarse solamente cuando existen graves defectos en la relación de padre e hijo o en la estructura de la personalidad del niño”. (Las cursivas son nuestras.)
No obstante, otro factor que causa Schulangst lo revela un niño de 11 años de edad: “Estoy seguro de que podría resolver el problema que la maestra presenta, si solo pudiera entenderlo”. Especialmente desde los últimos años de la década de los sesenta, la sencillez en los salones de clase alemanes ha cedido cada vez más a la complicada jerga científica y tecnológica. La Schulangst se alimenta de la frustración resultante.
Hasta el ver por largo tiempo la televisión puede ser un factor. Cierto educador afirma que los televidentes tienden a olvidar rápidamente lo que ven, para así poder concentrarse mejor en lo que se presenta luego. ¿Cuál es el resultado? ¡Tienden a olvidar el trabajo escolar con igual rapidez!
A veces a los estudiantes se les somete a “amenazas, extorsión y maltrato”. Por eso el periódico Hamburger Abendblatt comentó además: “Muchas veces el temor a la escuela es también el temor a la violencia de los condiscípulos de uno [...] Los estudiantes reaccionan a la tensión mediante la violencia”.
¿Un precio demasiado alto?
Aunque la palabra Schulangst es alemana, difícilmente es particular de Alemania. Es sencillamente otra indicación perturbadora de que muchas escuelas no están pasando la prueba. El éxito académico es excelente. Pero cuando los niños desarrollan un temor casi mórbido a la escuela, los padres deben preguntarse si el precio del éxito no es demasiado alto.
No obstante, en gran parte del mundo las escuelas están luchando por enseñar hasta las destrezas más básicas, como la de leer y escribir. ¿Hasta qué grado está el Tercer Mundo, es decir, el conjunto de naciones en vías de desarrollo del mundo, haciendo frente a este desafío?
[Comentario en la página 7]
La presión que ejercen muchos maestros y padres para que los estudiantes salgan bien en los estudios hace que muchos jóvenes tengan un temor casi mórbido a la escuela
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El Tercer Mundo... ¿va cerrando la brecha del analfabetismo?¡Despertad! 1985 | 22 de septiembre
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El Tercer Mundo... ¿va cerrando la brecha del analfabetismo?
Por el corresponsal de “¡Despertad!” en Nigeria
MÁS de 800.000.000 de personas —una tercera parte de la población adulta del mundo— no pueden leer estas palabras. Son analfabetas. Y en el África, solo alrededor de 40 por 100 de la población sabe leer y escribir. Sin embargo, las oportunidades de educarse están aumentando en las naciones africanas. Por ejemplo, en Nigeria hay centenares de escuelas primarias y secundarias, y más de 20 universidades. No obstante, el analfabetismo persiste.
Por miles de años, en el norte de África ha habido comunidades de personas que saben leer y escribir. La influencia de los musulmanes del África septentrional también llevó la alfabetización a la parte de África que colinda con el sur del Sáhara. Pero, por lo general, la alfabetización se limitaba a los que efectuaban estudios religiosos en árabe. La enorme mayoría de los demás era analfabeta.
Ya para el siglo XVI los comerciantes portugueses comenzaron a introducir el estilo europeo de leer y escribir. Pero no fue sino hasta el siglo XIX, cuando los territorios africanos llegaron a estar bajo el régimen colonial, que los misioneros católicos romanos y protestantes establecieron escuelas. Al igual que en la Europa de aquel tiempo, los estudios escolares se limitaban a unas cuantas personas. La sociedad agrícola sencillamente tardó en ver el valor de aprender por medio de libros. Los niños eran una parte vital de la mano de obra, y las comunidades no estaban dispuestas a permitirles asistir a clases.
Se interponen cuestiones religiosas
Puesto que no querían que sus hijos llegaran a estar bajo una influencia religiosa diferente, los líderes musulmanes también rechazaron los intentos por introducir escuelas misionales. Los emires del norte de Nigeria ni siquiera aceptaron las escuelas del gobierno, sino hasta que la administración colonial consintió en no enseñar religión en estas. Aun así, a las niñas no se les permitía matricularse.
Pero gradualmente hubo progreso y expansión en los sistemas escolares. Se establecieron escuelas para niñas. La educación escolar penetró hasta las zonas lejanas. Pero el grueso de la gente permaneció sin educarse. Por eso, las naciones africanas que se han hecho independientes recientemente heredaron una población en que las masas sabían leer y escribir un poco o eran totalmente analfabetas.
Progresos recientes
La mayoría de los gobiernos han iniciado programas para la educación en masa. El 60 por 100 de la población de Tanzania, que asciende a casi 20.000.000 de habitantes, sabe leer y escribir. También Etiopía informa buenos resultados. Sin embargo, los programas del África occidental han fracasado debido a los frecuentes cambios de gobierno y las condiciones económicas inestables. El señor Alfred Kwakye, ministro testigo de Jehová de Ghana, dice que “el nivel de aprovechamiento ha descendido tanto que el niño promedio casi no sabe leer ni escribir en ningún idioma después de cursar diez años en la escuela”. Abiola Medeyinlo, estudiante de universidad de Nigeria, también se lamenta de que muchas veces “los que se han graduado de escuela secundaria no saben deletrear palabras básicas en inglés”.
El sistema de la UPE (siglas en inglés de Enseñanza Primaria Universal), de Nigeria, ilustra cómo paralizan frecuentemente los planes de educación gratuita el financiamiento inadecuado, así como la escasez de edificios escolares, equipo docente y maestros capacitados. Es cierto que desde que comenzó el programa de la UPE, en 1976, la población en las escuelas primarias aumentó de 8.200.000 estudiantes a 16.500.000 para 1983. Sin embargo, poco después del comienzo del programa, las clases estaban atestadas, y los estudiantes tenían que asistir a la escuela mediante un sistema de turnos o tomar lecciones debajo de los árboles. Muchos de ellos tenían que sentarse sobre piedras o traer sus propios bancos y otro equipo de escuela. Se contrató a millares de maestros incompetentes para suplementar a los maestros competentes, que, relativamente, eran pocos. Sin embargo, a pesar de todo esto, el nivel de alfabetización entre los niños de Nigeria ha aumentado.
Los programas de alfabetización de adultos que se llevan a cabo en Nigeria están plagados de problemas similares. Por eso, comunidades, familias y maestros han tenido que establecer por su cuenta programas de ayuda propia. A los miembros de la familia que saben leer y escribir se les anima a que ayuden a los que son analfabetos, sobre la base de que ‘cada uno enseñe a uno’. A todos los grupos religiosos, organizaciones sociales y medios informativos —radio, televisión y prensa— se les pide que auspicien programas que ayuden a la gente a aprender a leer y escribir.
Pero ¿cómo se puede enseñar a alguien que solo habla uno de los 250 idiomas de Nigeria si en dicho idioma hay muy poco material de lectura disponible o no hay ninguno? Y aun si tal persona aprende a leer y escribir, ¿cómo puede retener esta capacidad si no hay libros ni periódicos que leer en su idioma? Estas son algunas razones por las cuales no hay muchas personas que se esfuercen por tratar de aprender a leer y escribir y por las cuales aquellas que sí aprenden vuelven a ser analfabetas. No es de extrañar que todavía haya unos 27.000.000 de adultos analfabetos en Nigeria. Puesto que tales adultos no pueden ayudar a sus hijos a hacer las lecciones escolares, puede que también estos niños vuelvan a ser analfabetos después que terminen la escuela.
Sin embargo, Nigeria tiene la meta, la cual es bastante ambiciosa, de eliminar el analfabetismo para el año 1992. No obstante, hay poca base en el pasado para tal optimismo.
[Recuadro en la página 9]
La lucha de la India contra la corrupción escolar
La periodista india Salome Parikh escribió recientemente: “La educación escolar de la India está adquiriendo poco a poco un ambiente de bazar. Es un mercado favorable al vendedor, y cada año aumentan la indiferencia y corrupción que surgen como consecuencias inevitables de cualquier situación de escasez”.
Un corresponsal de la India también informa: “Hay mucha corrupción. Los funcionarios escolares disfrutan del próspero negocio de aceptar sobornos y ‘donativos’ públicos de padres que quieren matricular a sus hijos en la escuela. El engaño por parte de los estudiantes es público y desenfrenado. En las zonas rurales, los maestros frecuentemente desaparecen de 10 a 15 días enteros para ir a atender a sus fincas. Pero reaparecen cuando el supervisor viene a inspeccionar la escuela. Entonces estos supervisores esperan recibir como soborno grandes cantidades de trigo, arroz y azúcar de los aldeanos y de los maestros. A cambio, ¡escriben informes entusiásticos sobre cómo se está eliminando el analfabetismo en la aldea!”.
[Recuadro en la página 9]
La escuela secundaria y el Tercer Mundo
El escritor Gene Maeroff dice que “no hay suficientes escuelas secundarias para atender a la población de muchos de los países del mundo. [...] La proporción de adolescentes en las escuelas secundarias es de:
19 por 100 en Argelia,
18 por 100 en el Brasil,
9 por 100 en Gambia,
28 por 100 en la India,
20 por 100 en Indonesia,
38 por 100 en Iraq,
15 por 100 en Kenia,
17 por 100 en Paquistán,
26 por 100 en Tailandia”.
[Fotografías en la página 9]
En una escuela de Bhután...
[Reconocimiento]
Foto de FAO⁄F. Mattioli
...y una de Suazilandia
[Reconocimiento]
Foto de FAO⁄F. Botts
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La educación de su hijo, y usted¡Despertad! 1985 | 22 de septiembre
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La educación de su hijo, y usted
“Las ideas que su hijo tenga en cuanto a la educación y lo que ello significa se originan de usted. Usted debe ser un ejemplo vivo de lo que espera que sus hijos honren y emulen.”—The National Commission on Excellence in Education.
¿CÓMO son las escuelas de su localidad? Prescindiendo de que sean excepcionales o inadecuadas, es probable que su hijo pase gran parte del tiempo en ella. ¿A qué clase de influencias está expuesto allí? La única manera de saberlo con certeza es si visita con regularidad la escuela de su hijo y llega a conocer a los maestros. También mantenga abiertas las líneas de comunicación entre usted y sus hijos. Esté alerta a cualesquiera problemas o inquietudes que tal vez ellos estén teniendo con relación a la escuela.
Es cierto que el nivel educativo de muchos padres no es muy alto. Pero el director de una escuela primaria de la ciudad de Nueva York dijo lo siguiente al corresponsal de ¡Despertad!: “Hasta un padre analfabeto puede tener una actitud bastante positiva al abordar el asunto de la educación escolar de su hijo. Puede animar a su hijo a que vaya a la escuela. Puede asegurarse de que su hijo haga las tareas escolares y tenga el ambiente apropiado en el cual estudiar. Puede reforzar lo que se le enseña en la escuela preguntándole: ‘¿Qué aprendiste hoy en la escuela?’”.
Recuerde, también, que la educación más importante que un padre puede dar a su hijo consiste en “la disciplina y regulación mental de Jehová” (Efesios 6:4). El niño a quien se educa de ese modo tiene fuerte motivación para llegar a adquirir destrezas educativas. (Compárese con Deuteronomio 17:18, 19; 1 Timoteo 4:13 y 1Ti 5:8.) El niño también tendrá un punto de vista equilibrado sobre el éxito y evitará la competencia implacable, lo cual le permitirá estar mejor capacitado para enfrentarse a las tensiones y presiones de la escuelaa. (Eclesiastés 4:4; Gálatas 5:26.)
El fracaso de las escuelas es solo una de las pruebas que siguen acumulándose, de que la gobernación humana es inadecuada (Jeremías 10:23). Los acontecimientos mundiales prueban fuera de toda duda que pronto Dios se encargará de la administración de la Tierra (Lucas 21:10-28). Bajo Su reinado, no habrá el problema del analfabetismo ni Schulangst. Pues todos los habitantes de la Tierra “serán personas enseñadas por Jehová” (Isaías 54:13). Además “la tierra ciertamente estará llena del conocimiento de Jehová como las aguas están cubriendo el mismísimo mar”. (Isaías 11:9.)
No obstante, mientras tanto, interésese en la educación de su hijo. Entonces, aunque las escuelas no pasen la prueba, su hijo podrá tener éxito.
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