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  • Jóvenes que aman a Dios
    La Atalaya 1969 | 15 de enero
    • Jóvenes que aman a Dios

      LA FE DE UNA NIÑA

      ● ¿Pueden comprender y apreciar los niñitos el significado de la promesa amorosa de Dios de resucitar a los muertos? ¿Pueden ejercer fe en ella de manera inteligente? Una carta conmovedora de parte de una madre muestra que pueden hacer esto más intensamente de lo que los adultos se pueden imaginar. Escribe ella:

      “Quise escribirles, pensando que mi carta puede servir de estímulo a otros que tienen niñitos y que dedican tiempo a enseñarles la Palabra de Jehová. A veces no estamos muy seguros de exactamente cuánto están comprendiendo sus mentes pequeñas, pero cuando nos enfrentamos a los hechos tienen fe fuerte.

      “Estoy hablando de nuestra propia experiencia con nuestra hijita de cinco años. Recientemente murió de leucemia. Solo vivió tres meses después de su primera señal de dicha enfermedad. Tenía leucemia de los huesos. Aunque tratamos de no decírselo, era demasiado lista y alerta. Lo supo desde el principio. Vez tras vez nos tranquilizaba diciendo que no tenía miedo de morir porque ella sabía que estaría durmiendo y Jehová la traería de nuevo inmediatamente, como lo expresaba. Decía: ‘Sé que el estar en la tumba no parecerá largo en absoluto. Será simplemente como si me fuera a dormir una noche, y luego despertaré y el nuevo orden de Jehová estará aquí y podré jugar con los animales, y toda la gente mala habrá desaparecido.’

      “Ustedes no se pueden imaginar el alivio que nos dio el ver tal fe. La mañana antes de morir dijo: ‘No llores, mamacita. Te buscaré en el nuevo orden.’

      “A veces nosotros los padres nos preguntamos cuánto están aprendiendo nuestros pequeñuelos, pero cuando son puestos a prueba, aun de la clase más severa, prueban que realmente son hijos ‘santos.’ (1 Cor. 7:14) ¡Cuán preciosa es la vida, y cuán bueno y maravilloso es nuestro Gran Dios al darnos esta maravillosa esperanza de la resurrección!”

      UNA PEQUEÑA PUBLICADORA CONSCIENTE

      ● Los padres cristianos están profundamente interesados en el bienestar espiritual de sus hijos. Amorosamente los entrenan desde la infancia en la adoración pura de Dios. Exactamente lo que absorben los niños de este entrenamiento cristiano se puede ver en esta experiencia de los padres de una niñita:

      “Una mañana, después de desayunarnos, mi hija más joven entró en la cocina con una bolsa de revistas y dos de las Biblias personales de los niños y anunció: ‘Mamá, voy a predicar de casa en casa.’ Mis hijos siempre están pretendiendo que conducen estudios bíblicos, asisten a reuniones en el Salón del Reino o se dan unos a los otros presentaciones de revistas como se efectúa en la obra de predicación de casa en casa. Mi esposa concordó en que estaba bien y que no saliera del patio.

      “Después de un rato, mi esposa notó que la niña más joven no estaba en el patio con los otros niños. Pensando que estaba en el jardín del frente, la llamó, y la vecina de al lado abrió su puerta y dijo: ‘Su hijita estuvo aquí hace diez minutos diciendo que era misionera y quería saber si yo deseaba una Biblia.’ Evidentemente, puesto que no pudo alcanzar el abastecimiento de revistas de nuestra casa, ingeniosamente hizo lo que pudo, utilizar Biblias personales.

      “Ahora mi esposa comprendió que mi hija no estaba jugando, sino que realmente había salido a predicar. Yendo calle arriba, encontró a una señora trabajando en su patio y ésta confirmó que nuestra hija había pasado a verla. La señora dijo: ‘Sí, su hijita vino y me preguntó si sabía yo quién era Jehová Dios. Cuando le contesté, Sí, ella me ofreció una Biblia.’ Más adelante, otra ama de casa suministró prueba de que mi esposa estaba siguiendo el rastro correcto, porque dijo que mi hija la había visitado diciendo que estaba haciendo la obra del Señor.

      “Nuestra pequeña predicadora activa evidentemente había razonado algo sobre las instrucciones que le hemos dado en cuanto a obedecer a Jehová primero en todo. Inculcamos esto en nuestros hijos preguntándoles con frecuencia: ‘Si Jehová les dice que hagan algo y su papá les dice que hagan algo diferente, ¿a quién le prestarán atención?’ Contestan: ‘Haremos lo que dice Jehová.’ Esto coloca en sus corazoncitos el deseo de servir a Jehová y de ser motivados a hacer su voluntad. Nuestra pequeña predicadora notó que Jehová dice que salgamos y prediquemos, mientras que mamá y papá dicen que se quede en el patio. Puesto que uno no puede hablar a muchas personas en el patio, ella hizo lo que pensó que le agradaría a Jehová, y salió con las mejores intenciones. Para ahora mi esposa estaba realmente preocupada, pues vivimos en una calle bulliciosa, y mis tíos comenzaron a ayudar en la búsqueda. Puesto que no la pudieron hallar, regresaron a casa con la idea de llamar a la policía.

      “Cuando llegaron por la entrada de los automóviles, ¿quién creen que estaba esperando pacientemente a todos? pues, mi hijita. Después de todo, ella había hecho lo que ella creía que Jehová deseaba que hiciera, y entonces regresó a casa. Cuando llegué a casa, se le aplicó disciplina y se le dio estímulo también para no enfriar su celo. Razoné con ella y cuidadosamente le expliqué que nunca debe salir sola, ya que estaría en peligro debido a su edad. ‘Pero, papá, no estaba sola,’ contestó sinceramente.

      “‘¿No estabas sola?’ pregunté.

      “‘No, verás, Juanito estaba conmigo y yo le estaba mostrando cómo ir de casa en casa también,’ dijo contenta. Esta debe haber sido una nueva experiencia para Juanito, ya que él es de un hogar católico. A pesar de la edad de ella, nuestra hijita quería servir a Jehová y hasta estaba entrenando a otro a hacerlo. Ahora ella comprende la importancia de que alguien la acompañe, porque acaba de cumplir cinco años de edad.”

  • Preguntas de los lectores
    La Atalaya 1969 | 15 de enero
    • Preguntas de los lectores

      ● Me gustaría llegar a ser testigo de Jehová, pero hace unos años me divorcié y me volví a casar. ¿Qué pasos tengo que dar para ser acepto para el bautismo?—D. C., EE. UU.

      Recibimos con regularidad preguntas de esta clase. Es bueno ver que la verdad que está registrada en la Biblia ha llegado al corazón de los que preguntan y los ha impulsado a querer vivir en armonía con los requisitos justos de Dios para poder servirle de manera acepta. Tales individuos merecen encomio.

      Las circunstancias pasadas de los que vienen a un conocimiento exacto de Dios varían mucho. Algunos han estado casados, divorciados y se han vuelto a casar (hasta varias veces) antes de aprender acerca de la voluntad de Dios y de sus requisitos morales en cuanto al matrimonio. No pudiendo tratar de cada situación en particular aquí, presentaremos algunos comentarios generales que probablemente abarquen la mayoría de los casos.

      Tocante a matrimonio, los cristianos están obligados a vivir de acuerdo con dos códigos. El primero, y más importante, es la ley de Dios. Obviamente, Jehová como el Creador y Legislador tiene el derecho de mandar cómo sus criaturas deben comportarse. (Isa. 33:22) El otro es la ley del país donde uno vive. Por declaración directa y por ejemplo la Biblia indica que los que desean el favor de Dios tienen que cumplir con los requisitos legales respecto al registro de su matrimonio. (Mat. 22:21; Tito 3:1; Luc. 2:1-5) Los cristianos no pueden pasar por alto ni una ni la otra de estas leyes.

      En vista de eso, la persona que se casa tiene que hacer más que reconocer que está aceptando responsabilidad delante de Dios; también tiene que cumplir con los requisitos legales del país donde vive. En sentido cristiano no está verdaderamente casada y no tiene derecho a los privilegios del matrimonio hasta que haya hecho eso.

      Ahora invirtamos este asunto y consideremos el divorcio. Tomando en cuenta lo ya dicho, debe ser evidente que tanto los requisitos de Dios como los del Estado tienen que satisfacerse en cuanto al divorcio. Tal vez la ley del país permita el divorcio sobre muchas bases, pero la ley de Dios solo permite el divorcio sobre la base de adulterio. (Mat. 19:9)a Si una persona obtiene un divorcio sobre alguna base que no sea adulterio (porque no se haya cometido adulterio), no está libre, según la ley de Dios, para casarse de nuevo. Detallando esto más, si una persona que ha obtenido tal divorcio legal, pero no bíblico, se casa después con otra persona, esto sería una violación seria de la ley de Dios; sería adulterio. (Por otra parte, si se hubiera cometido adulterio, el cónyuge inocente no estaría libre para buscar otro cónyuge hasta haberse completado

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