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Un idioma radicalmente diferente¡Despertad! 1975 | 22 de agosto
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inferior, ascendente, saliente, aunque algunas autoridades agregan un quinto, el entrante.a Pero en el cantonés, un dialecto que se habla en Cantón y Hong Kong, hay nueve tonos. Por lo general, la diferencia entre un tono y otro es muy pequeña, y por eso se les hace difícil a los estudiantes extranjeros distinguirlos. Sin embargo, a veces la ligera diferencia en la pronunciación puede significar una diferencia muy grande en significado. Por ejemplo, en mandarín la palabra para “señor” es “chu3,” mientras que la palabra para “cerdo” es “chu1.” Por eso cuando un extranjero quiere decir “tien chu3” (señor celestial, el término que usan los católicos chinos para referirse a Dios), si no está seguro del tono correcto, fácilmente puede decir “tien chu1” y referirse a un cerdo celestial, para el asombro o diversión del oyente chino. Comprensiblemente, un extranjero que está aprendiendo el idioma tiene que conservar su sentido del humor para evitar el desaliento.
Esta peculiaridad del idioma chino —una gran cantidad de palabras que tienen pronunciación muy parecida o idéntica— hace que les sea muy difícil a los extranjeros dominarlo. Por ejemplo, en el mandarín hay 69 palabras que se pronuncian como i, 7 de las cuales están en el tono 1 (constante superior), 17 en el tono 2 (constante inferior), 7 en el tono 3 (ascendente) y 38 en el tono 4 (saliente). Mientras que en español dos palabras diferentes con pronunciación idéntica, tales como coser y cocer, son excepciones, en chino son extremadamente comunes. Por lo tanto cuando uno escucha hablar el chino, tiene que apoyarse fuertemente en el contexto para decidir el significado de las palabras usadas.
Como es de esperarse en un gran país como China, hay veintenas de dialectos que habla la gente en diferentes partes del país. En algunas partes del país, especialmente en el sur, un viajero se puede encontrar con diferentes dialectos en aldeas separadas por solo unos cuantos kilómetros. A veces hasta las personas de aldeas vecinas pueden tener dificultad en entenderse unas a otras. Algunos dialectos son similares a otros, como los que se hablan en el norte de China, mientras que otros no suenan ni remotamente parecidos, como el dialecto cantonés y el dialecto de Shangai. Estos dos dialectos son completamente diferentes no solo en su vocabulario, sino también en la pronunciación de los varios caracteres que se usan en el lenguaje escrito. Además, algunas palabras del dialecto solo se usan al hablar, pero no tienen forma escrita. Ciertamente, si no fuera por la lengua escrita, las personas de diferentes partes de China tendrían mucha dificultad en entenderse unas a otras. Afortunada y asombrosamente, aunque los chinos hablan muchos dialectos completamente diferentes, todos leen un solo idioma, el mandarín escrito. Con la excepción de las personas que hablan mandarín, todos los chinos hablan de una manera y escriben de otra. Pero si dos chinos no pueden hablar uno con el otro comprensiblemente, por lo menos se pueden comunicar por escrito.
Esfuerzos por reformar
Debido a que el chino es un idioma tan difícil de aprender, especialmente para los extranjeros, en tiempos modernos se han hecho esfuerzos repetidamente para simplificarlo por medio de varios métodos. Algunos proponen simplificar los caracteres, como lo ha hecho la China comunista, para que se puedan aprender más fácilmente. Sin embargo, el gobierno nacionalista de Taiwan no favorece en absoluto dicho esfuerzo, y lo mismo es cierto de los chinos de mente más conservadora y de más edad. Otros han tratado la romanización, el reemplazar los caracteres con letras romanizadas. Los primeros que hicieron esto fueron los misioneros católicos que vinieron a la China durante la dinastía Ming (1368-1644 E.C.). Pero la literatura que escribieron en letras romanizadas solo fue usada por los misioneros mismos. En el siglo diecinueve, los misioneros de la cristiandad tradujeron la Biblia a varios dialectos, tales como el soochow, shangai, ningpo, amoy y cantonés, en letras romanizadas. En 1867, el erudito inglés T. F. Wade publicó su propio sistema de romanización que se ha usado extensamente por escritores de libros de texto y diccionarios chinos.
Entonces en 1918 el gobierno chino publicó un juego de cuarenta símbolos fonéticos para ayudar a los lectores a pronunciar correctamente los caracteres. Estos se imprimen junto a los caracteres en lugar de reemplazarlos. Este sistema fonético se usa sencillamente como una ayuda para la pronunciación y no tiene la intención de tomar el lugar de los caracteres.
En 1934 se publicó un alfabeto chino latinizado. Era un sistema bastante sencillo que no incluía ninguna intención de indicar los tonos particulares de las palabras. Como resultado, fácilmente podía causar confusión y no cobró gran popularidad con la gente. Desde entonces ha pasado completamente al olvido. También la China comunista ha hecho esfuerzos para latinizar el idioma chino, pero el asunto todavía está definitivamente en la etapa experimental.
Perspectivas futuras
Aunque se han hecho repetidos esfuerzos para simplificar el idioma chino o aun para cambiarlo a un estilo alfabético, hasta ahora esos esfuerzos no han logrado ningún gran éxito. La peculiaridad que se mencionó anteriormente del idioma chino, de que tiene muchas palabras con pronunciación muy parecida o hasta idéntica, ciertamente hace muy difícil el expresarlo clara y correctamente en un estilo alfabético. Además, comprensiblemente sería una tarea formidable el cambiar la cantidad colosal de literatura clásica a un idioma romanizado, ¡sin mencionar la tarea de enseñar a 800 millones de personas un método nuevo! Esto quizás explique en parte por qué el pueblo chino todavía está contento de usar su lengua muy difícil y hacer que sus hijos dediquen muchas horas copiando, recitando, y aprendiendo de memoria los miles de caracteres que se necesitan para saber leer y escribir.
Al mirar a los cientos de idiomas que se hablan en diferentes partes de la Tierra, fácilmente se puede ver cómo todos estos idiomas diferentes han sido una fuerza divisiva que ha impedido la libre comunicación entre los habitantes de la Tierra. Solo hay que viajar a un país extranjero sin saber su idioma para comprender cuán inútil y frustrado se siente uno cuando no comprende lo que la gente dice y la gente no comprende a uno.
En el interés de la libre comunicación entre todos los hombres, ciertamente sería una gran bendición el que toda la humanidad hablara un solo idioma común. Pero ¿cómo se podría hacer esto en un mundo que está haciéndose cada vez más nacionalista y quedando más dividido?
Felizmente, aunque el realizar tal tarea parece estar más allá de la capacidad del hombre, no es algo que no pueda lograr el Creador de la humanidad, Jehová Dios. De hecho, es su expresa voluntad el que, en el futuro muy próximo, toda la humanidad esté unida bajo el justo y perfecto gobierno del reino de Dios en manos de su Hijo Jesucristo. Entonces razonablemente podremos esperar ver a toda la humanidad hablar un lenguaje común en que pueda expresar sus pensamientos y sentimientos perfectamente.
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Millones de insectos¡Despertad! 1975 | 22 de agosto
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Millones de insectos
● Cada año los científicos descubren de 7.000 a 10.000 nuevas clases de insectos. Ya se conocen más de 800.000 especies de insectos, y algunas autoridades opinan que si se conocieran todas las especies de insectos que hay en la Tierra, el total sería mucho más de 1.000.000.
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