-
¿Basta la sinceridad para agradar a Dios?La Atalaya 1964 | 1 de marzo
-
-
Baal, ¡respóndenos!’ Pero no hubo voz, y no hubo quien contestara.” Estos profetas habían creído sinceramente que Baal les respondería. En su desesperación hicieron lo siguiente: “Comenzaron a llamar con todas sus fuerzas y a cortarse según su costumbre con dagas y con lanzas, hasta que hicieron manar sobre ellos la sangre. Y sucedió que, tan pronto hubo pasado el mediodía y continuaron comportándose como profetas hasta la ofrenda de granos, no hubo voz, y no hubo quien contestara, y no hubo prestar atención.”—1 Rey. 18:25-29.
¡Ninguna respuesta! ¡Toda su sinceridad y celo no sirvió absolutamente para nada! Baal no respondió porque no podía. No era un dios viviente. La sinceridad de ellos en su adoración no agradó a Jehová el Dios viviente, pues él había condenado las prácticas que realizaban estos sacerdotes. No estaba contento con su forma degradada de adoración, por sincera que fuera. ¿El resultado? Dios aprobó el degüello del grupo completo de 450 profetas de Baal. ¿Eran sinceros estos profetas de Baal? Sí. ¿Agradaron a Dios? No. Lo enfurecieron. ¿Por qué? Porque violaron la terminante declaración legal concerniente a la adoración de dioses falsos: “No debes tener ningunos otros dioses contra mi rostro.”—Éxo. 20:3.
No, la sinceridad sola no agrada a Dios. Repetidas veces Dios ha expresado su desagrado contra quienes violan sus leyes, por sinceros que pudieran ser.
¿QUÉ AGRADA A DIOS?
Si la sinceridad sola no agrada a Dios, ¿qué lo hace entonces? El primer requisito esencial para agradar a Dios es conocerlo. No podemos agradar a Dios si no sabemos quién es él, cuáles son sus propósitos y qué requiere de nosotros.
Es semejante a una persona que quiere un registro o licencia de conductor de automóvil. Debe llegar a conocer las reglas de tránsito del país en que vive. Puede conducir un automóvil, siempre que cumpla esas leyes. Si viola las leyes referentes a la conducción, debe entonces pagar la multa correspondiente y hasta quizás pierda su licencia o registro. Pero uno debe conocer las reglas antes de poder cumplirlas. Sin el conocimiento de esos reglamentos, de inmediato incurriría en violaciones, a pesar de lo sincero que uno fuera en sus esfuerzos por conducir.
En lo concerniente a Dios podemos aprender de él de su Palabra, la Biblia. En esta asombrosa comunicación a la familia humana él nos dice quién es, cuáles son sus propósitos y qué requiere del hombre. Su Palabra nos dice de sus leyes. Si las violamos, entonces desagradamos a Dios. “Bien sabes tú que Jehová tu Dios es el Dios verdadero, el Dios fiel, que cumple pacto y bondad amorosa en el caso de los que lo aman y de los que observan sus mandamientos hasta mil generaciones, pero que recompensa a su cara al que lo odia, destruyéndolo.” (Deu. 7:9-11) Por lo tanto, no es un asunto de simple sinceridad en el modo en que nosotros escogemos adorar. Lo que es vital es la sinceridad al apegarnos al modo en que Dios especifica que debemos adorar.
Puede verse lo razonable de esto cuando examinamos el mundo en que vivimos. El crimen, la delincuencia, el desorden, el odio, la tensión racial y el derrumbe moral general es un resultado directo de desobedecer los mandamientos de Dios. ¿Considera usted agradables los resultados? ¡Por supuesto que no! No obstante, donde se obedecen las leyes de Dios, entonces la paz, la armonía, el amor y una moral elevada son la regla. Puede hallarse esta condición hoy día entre los adoradores dedicados de Jehová Dios.
Aun entre los cristianos dedicados, sin embargo, el individuo no debe engañarse y creer que simplemente ‘haciendo como si hiciera’ agrada a Dios. Los que están dedicados a Dios deben estarlo de toda el alma, deben ser obedientes de corazón. Deben guardar sus mandamientos. Su asociación con otros cristianos que respetan todos los mandamientos de Dios no es garantía de que estén individualmente agradando a Dios. Le agradan si lo obedecen. Si no lo obedecen, entonces sus alegaciones de sinceridad y su asociación con otros cristianos dedicados no bastará para agradar a Dios.
Nadie puede burlarse de Dios. Sus propósitos quedarán firmes. Lo que él dice que hará, verdaderamente lo realizará. Cuando él ordena a los humanos que adoren de cierto modo, deberían hacerlo. Sí, la sinceridad juntamente con la ejecución de la voluntad de Dios es el modo de agradarle. La sinceridad sola, si no está acompañada por el cumplimiento de la voluntad de Dios, no puede agradarle.
¿POR QUÉ AGRADARLE?
Cuando una persona viola leyes civiles, incurre en una penalidad. Al obedecer esas leyes, disfruta de los beneficios de la sociedad que las hizo. Cuando una persona viola las leyes de Dios, incurre en una penalidad. Al obedecer las leyes de Dios, disfruta de los beneficios que proceden de Dios.
¿Cuál es la penalidad actualmente por las violaciones de las leyes de Dios? Puesto que estamos viviendo en los últimos días, cerca del fin de este inicuo sistema de cosas, la declaración del salmista cobra mayor significado: “Pero los transgresores mismos ciertamente serán aniquilados juntos.” (Sal. 37:38) Los violadores de las leyes de Jehová Dios, aunque sean sinceros, serán eliminados en muerte al fin de este sistema.
¿Cuáles son los beneficios para los que obedecen sinceramente los mandamientos de Dios? El Salmo 37:27 promete: “Apártate de lo que es malo y haz lo que es bueno, y por lo tanto reside hasta tiempo indefinido.” Los amantes de lo que Dios considera bueno vivirán a través del fin de este sistema a un nuevo sistema de cosas donde la Tierra será puesta de vuelta en una condición paradisíaca. Allí verdaderamente ‘residirán hasta tiempo indefinido’ y disfrutarán de las delicias de esta Tierra hermoseada. El Salmo 37:29 nos ayuda a entender cuánto durará este “tiempo indefinido” para los amantes de lo que es recto cuando dice: “Los justos mismos poseerán la tierra, y morarán para siempre sobre ella.”
La paz y la vida perfecta en un paraíso restaurado será la porción de los que aman a Dios y sinceramente siguen sus caminos. La vida en ese paraíso cumplirá todos sus justos deseos, pues el salmista dijo de las promesas de Dios: “Estás abriendo tu mano y satisfaciendo el deseo de toda cosa viviente.”—Sal. 145:16.
-
-
“Señales siniestras para la religión”La Atalaya 1964 | 1 de marzo
-
-
“Señales siniestras para la religión”
✔ Recordando al estudiante de la Biblia acerca de la profecía de Revelación 17:16, que tiene que ver con el imperio mundial de la religión falsa y que muestra que los poderes políticos se vuelven en contra de esas religiones, Jorge W. Cornell, escritor de la Prensa Asociada, en un artículo que salió en el Morning News de Wilmington (Delaware) del 1 de febrero de 1963, dice: “El ambiente del mundo hoy día tiene aquí y allá señales siniestras para la religión. Siguen manifestándose, semana tras semana, como si fueran sombras que cruzaran el horizonte de nuestros tiempos, amenazando los derechos del hombre de ejercer su fe. Expulsan misioneros del Sudán. Se cierra otro seminario en Rusia. Echan a monjas de Ceilán. Escuelas cristianas son ‘arabizadas’ en Egipto. Excluyen a ministros de Angola. A otros se les destierra de Nepal, se les ejecuta en Marruecos. Una matanza anticristiana hace erupción en Nueva Guinea. Por lo general, los sucesos son aislados, esparcidos por aquí y por allá, y en sí mismos no son extensivos, pero sí acumulan un testimonio sombrío acerca de la era moderna. . . .
“Es una era marcada no solo por la oposición neonacionalista contra el cristianismo en muchas regiones africanas y asiáticas, sino también por la campaña antirreligiosa a través de la extensa órbita comunista. . . . El Dr. Pablo Anderson, consultante sobre asuntos internacionales del Concilio Nacional de Iglesias . . . dijo que aun en el martirio bajo la Roma pagana en los primeros cuatro siglos del cristianismo, las persecuciones envolvían los casos de ‘una religión por la otra,’ pero que ahora, el intento es ‘eliminar todo concepto de Dios.’ Es el ataque más extenso en contra de la religión, y envuelve a más gente, que nunca antes, dijo él.”
-