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Yo fui adivina¡Despertad! 1977 | 22 de febrero
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para engañar a las criaturas humanas. No puede resolver los problemas de la humanidad; tampoco puede resolver los problemas personales. Por eso, nunca volveré a confiar en la adivinación y animaré a otras personas a evitarla también. Confío y seguiré confiando en Jehová Dios que conoce todas las cosas y que puede resolver todos los problemas para el bien eterno de la familia humana.
Muchas personas solían depender de mi habilidad para predecir el futuro para saber cómo dirigir sus negocios y su vida personal. Pero ahora vienen a mí con una pregunta diferente: “¿Por qué trabaja usted más ahora como testigo de Jehová sin recibir dinero que lo que trabajaba previamente como adivina por mucho dinero?” Algunos hasta preguntan: “¿Qué propósito tiene?” Y otros: “¿Qué es mejor que el dinero?” Les contesto de la Biblia. Les digo que he hallado algo de valor duradero... conocimiento acerca de Dios y sus propósitos. Espero con confianza y gran anhelo las bendiciones que Jehová ha preparado para el disfrute de la humanidad en el futuro cercano, el futuro seguro.—Contribuido.
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El papel de la Iglesia Ortodoxa en Rusia¡Despertad! 1977 | 22 de febrero
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El papel de la Iglesia Ortodoxa en Rusia
EN 1847, el crítico literario ruso Vissarion Belinski le escribió a un autor que había elogiado a la ortodoxia rusa: “¿Por qué introducir en esto a Cristo? ¿Qué es lo que encontró en común entre Él y cualquier iglesia, especialmente la Iglesia Ortodoxa? Él fue el primero en anunciar a la humanidad la doctrina de libertad, igualdad y fraternidad, y con Su martirio le ha puesto el sello de la veracidad a Su enseñanza.” ¿Hubo en realidad tan grande diferencia entre el cristianismo verdadero y la religión ortodoxa rusa?
El libro House Without a Roof (1961), de Maurice Hindus, comenta: “En los días zaristas los campesinos formaban más del 80 por ciento de la población, pero la Iglesia no se esforzó nunca por sacar al muzhik [campesino ruso] de las supersticiones que le habían venido desde los tiempos paganos. El clero era apático ante los brujos, hechiceros, magos, hacedores de encantos, que infestaban a las aldeas y explotaban la credulidad e ignorancia de los muzhiks. El batushka [sacerdote] de la aldea a menudo era él mismo un hombre ignorante, aficionado al vodka y no renuente a seducir una atractiva feligresa. . . . El muzhik, principal columna de la Iglesia por su abrumadora cantidad, si no por otra razón, permaneció en una relativa ignorancia de la fe en la que había nacido. Raramente era un lector de la Biblia. En su abrumadora mayoría era iletrado. Aprendía más acerca del mal y el bien de los cuentos y de las baladas de los mendigos y peregrinos ambulantes que del sacerdote parroquial.”
¿A qué se debía esto? ¿Por qué no daba la Iglesia Ortodoxa más énfasis eficaz a la religión y las elevadas normas morales de la Palabra de Dios? Continúa el autor Hindus: “La responsabilidad fatal en que incurrió la Iglesia Rusa fue su completa subordinación y servilismo al Estado zarista, lo cual en las palabras de Milyukov ‘paralizó todo brote vivo de la religión.’”
‘Pero, seguramente las cosas han cambiado; no se ve eso ahora,’ quizás piensen algunos. Sobre la base de muchos años de observación estrecha y de primera mano, Hindus señala lo siguiente acerca de la Iglesia Ortodoxa en Rusia hoy día:
“La Constitución excluye a la Iglesia de la política, limitando su funcionamiento a tan solo la observancia religiosa. Pero cuando pide su cooperación el Kremlin, responde prontamente con sus bendiciones sobre la política exterior soviética, sea cual fuere. Aunque el Kremlin ya no se refiere a Rusia como santa, para la Iglesia altamente nacionalista, la Santa Rusia está siempre en lo correcto y sus enemigos, verdaderos o imaginarios, según los determine el Kremlin, siempre están equivocados.”
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