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  • ‘Conformes a este mundo’
    La Atalaya 1959 | 1 de abril
    • Holmes: “Hay alguna dificultad en pensar de los Estados Unidos como nación cristiana—es decir, si se piensa en el cristianismo en términos, no de creencia o profesión de fe, sino de la vida verdadera. Hay bastantes iglesias cristianas en este país. . . . Pero, ¿cuánto influyen estas iglesias en los pensamientos y la conducta del ciudadano de término medio, y qué diferencia haría en la vida de la comunidad si fueran clausuradas, y nunca más volvieran a abrirse?”

      La respuesta es demasiado obvia. La conformidad al mundo es debilidad, no fuerza, transigencia, no integridad. El verdadero poder moral y espiritual proviene de la resuelta adherencia a la voluntad de Dios; cualquier otro proceder reduce la vitalidad espiritual. “El cristianismo de hoy en día se defrauda,” declara el Dr. Alberto Schweitzer, “con el embaimiento de que cada año está haciendo más fuerte su posición como iglesia. Se está acomodando al espíritu de la época por medio de adoptar una especie de mundanalidad moderna. . . . Exactamente en proporción a lo que gana en cuanto a poder externo, pierde en lo espiritual.”

      MUNDANALIDAD ANTIBÍBLICA

      ¡Qué notoria es la mundanalidad antibíblica de las iglesias de la cristiandad! Poderosas verdades bíblicas han sido debilitadas tanto que los sermones vienen a ser pláticas que complacen a la muchedumbre. “Habrá un período de tiempo,” predijo el apóstol de Cristo, “en que no aguantarán la enseñanza sana, sino que, de acuerdo con sus propios deseos, acumularán maestros para sí mismos para regalarse los oídos.” ¡Los sermones regaladores de oídos son la especialidad de tantas iglesias!—2 Tim. 4:3.

      Las iglesias han ido tras el prestigio y la ganancia monetaria. Han buscado gloria de parte del mundo, a pesar de la declaración precisa de Jesús: “Ay, cuando quiera que todos los hombres hablen bien de ustedes, porque cosas como ésta son lo que sus antepasados hicieron a los profetas falsos.” Han iniciado toda especie de métodos dudosos para obtener fondos, incluyendo juegos de azar. Han adulterado la Palabra de Dios con filosofía y psicología para complacer a más personas, a pesar de las palabras del apóstol Pablo: “Hemos renunciado a las cosas disimuladas de las que hay que avergonzarse, no caminando en astucia ni adulterando la palabra de Dios, sino haciendo manifiesta la verdad recomendándonos a toda conciencia humana.” Las iglesias han predicado la política y se han metido en la política a pesar de amonestaciones bíblicas concisas: “La forma de adoración que es limpia e incontaminada desde el punto de vista de nuestro Dios y Padre es ésta: cuidar de los huérfanos y de las viudas en su tribulación, y mantenerse sin mancha del mundo.” “Adúlteras, ¿no saben que la amistad con el mundo es enemistad con Dios? Cualquiera, pues, que desea ser un amigo del mundo se está constituyendo un enemigo de Dios.”—Luc. 6:26; 2 Cor. 4:2; Sant. 1:27; 4:4.

      ¿Es extraño el que la conformidad a este mundo haga que uno sea enemigo de Dios? No, porque este mundo está bajo el dominio del “dios de este sistema de cosas,” Satanás el Diablo. (2 Cor. 4:4) Los caminos de este mundo están en conflicto directo con los justos requisitos de Dios. Y no obstante, como G. G. D. Kilpatrick, director del Colegio Teológico Unido de Montreal, dice acerca de las iglesias: “Hemos consentido en cuanto a convenciones, costumbres y miras que están totalmente discordes con los ideales y el espíritu de la religión que afirmamos profesar.”

      ¿Existe duda alguna de que las iglesias de la cristiandad se hayan conformado a este mundo? No según el Concilio Nacional de las Iglesias de Cristo de los Estados Unidos de Norteamérica, el cual declaró en su informe para 1954 que lleva el nombre State of the Churches Report: “La iglesia de término medio se ha con formado al mundo a tal grado que la gente se sorprende si ella desafía agudamente el comportamiento prevaleciente de la comunidad.”

      Aunque las iglesias se han conformado a este mundo a pesar del mandato inequívoco: “No os conforméis con este siglo,” no hay por qué usted debiera proceder de la misma manera desobediente. La Biblia señala la voluntad de Dios. Aprenda esa voluntad. Modele su vida según ella. Deje que esta revista le ayude a hacerlo.

  • Parte 7—“Hágase tu voluntad en la tierra”
    La Atalaya 1959 | 1 de abril
    • Parte 7—“Hágase tu voluntad en la tierra”

      Es la voluntad de Jehová Dios el Creador la que tiene que hacerse en la tierra. La prueba de ese hecho es lo que aprendimos en el Capítulo 2 del libro “Hágase tu voluntad en la tierra.” El Capítulo 3, en el cual nos hallamos actualmente, se espacía en que es “Necesario un santuario.” Durante los pasados miles de años los hombres han edificado santuarios para la adoración de sus dioses, pero todos éstos han sido profanados o destruídos. Hasta el templo de Jehová Dios en Jerusalén fué destruído hace mucho. ¿No hay un santuario verdadero que tenga santidad permanente? Mientras que los cielos le son como trono a Dios el Creador, la tierra es el estrado de sus pies y debe mantenerse santa. El jardín de Edén en el cual Dios puso al primer hombre y la primera mujer fué en realidad un santuario, un lugar sagrado, santo; era eso especialmente porque Dios lo visitaba y conversaba allí con el hombre. Pero, un hijo espíritu celestial de Dios se rebeló contra Él y dió pasos para introducir el pecado en el jardín de Edén y de esa manera profanar el lugar santo. Él se hizo Satanás el Diablo.

      7. Por medio de mantener el Paraíso como santuario, ¿qué sería posible que hicieran Adán y Eva, y qué mandamiento especial fué posible que ellos quebrantaran, y con qué pena?

      7 Por medio de mantener el Paraíso de Edén como un lugar santo o un santuario les sería posible a Adán y Eva vivir en él con sus hijos para siempre. En este jardín Dios había plantado un árbol especial, que él llamó el “árbol del conocimiento del bien y del mal.” Entre tanto que Dios prohibiera que el hombre comiera de él, el que el hombre comiera de él sería incorrecto, sería desobedecer a su Padre celestial, pecar contra Dios. “Y Jehová Dios también impuso este mandamiento al hombre: ‘De todo árbol del jardín puedes comer hasta que quedes satisfecho. Pero en cuanto al árbol del conocimiento del bien y del mal no debes comer de él, porque en el día que comas de él positivamente morirás.’” (Gén. 2:9, 16, 17) Allí el Legislador Jehová Dios declaró que la pena por el pecado era, no el tormento eterno y en vida del alma humana, sino muerte positiva, el dejar de vivir o existir. Adán, hecho a la imagen y semejanza de Dios, entendió tanto el mandamiento de su Padre celestial como el castigo que se le daría por quebrantar ese mandamiento. Después que su Padre celestial le dió como esposa a la mujer perfecta, Eva, Adán le dijo a ella acerca del mandamiento de su Padre, porque, como dijo Adán, “esto por fin es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Esta será llamada Varona, porque del varón fue tomada ésta.”—Gén. 2:23.

      8. ¿Por qué, cuándo y cómo atacó Satanás el Diablo lo justo de la ley que Dios les dió a ellos?

      8 De este mandamiento Satanás el Diablo se dió cuenta de sobre qué punto podría probar la obediencia de Adán y Eva hacia su Padre celestial y la devoción exclusiva de ellos hacia su Dios. Él era, por supuesto, invisible a Eva, dado que era una criatura espiritual. Pero él hizo manifiesta su presencia y presentó sus sugestiones para hacer el mal y pecar por medio de una bestia del campo, una serpiente. Adán no se encontraba allí en ese momento para que se le preguntara. De modo que por la serpiente, Satanás el Diablo le preguntó a Eva, no como chisme, sino aparentemente en busca de información: “¿Es verdaderamente cierto que Dios dijo que ustedes no han de comer de todo árbol del jardín?” Eva le contestó correctamente: “Del fruto de los árboles del jardín podemos comer. Pero en cuanto a comer del fruto del árbol que está en medio del jardín, Dios ha dicho: ‘No deben comer de él, no, ustedes no deben tocarlo por temor de que mueran.’”

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