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    La Atalaya 1976 | 1 de julio
    • a mi cargo,” dijo. “Pensé que no tenía ningún derecho moral a presentarme ante mis ex-alumnos.”

      En notable contraste, la Conferencia Nacional de Obispos Católicos recientemente impuso la supresión de un libro publicado por el Concilio Nacional de Legos Católicos. ¿Por qué? Porque entre otras cosas, el libro, “Una cuestión de valores,” planteaba preguntas escrutadoras acerca del propio papel de la Iglesia en ese conflicto mundial. Preguntaba: “¿Dónde estaba la iglesia cuando el fascismo y el nazismo adquirían fuerza en Europa? ¿Dónde estaba cuando los judíos estaban siendo recogidos y enviados a la extinción en vagones para ganado?”

      Evidentemente los obispos prefieren tratar tales preguntas a la manera del que esconde el polvo debajo de la alfombra. Se quejó el cardenal Krol de Filadelfia: “No es la clase de material que pudiera usarse para considerarlo.”

  • ¿Hay matrimonio cristiano de éxito en África?
    La Atalaya 1976 | 1 de julio
    • ¿Hay matrimonio cristiano de éxito en África?

      YA POR varios siglos las iglesias de la cristiandad han estado enviando misioneros al África, y con el transcurso de los años han bautizado a millares. En 1968 se calculó que las iglesias contaban con 42.056.000 miembros, o con una de cada ocho personas de la población total del África. Pero, ¿cuál es la situación en cuanto al matrimonio cristiano?

      Estudios hechos en varios países ubicados al sur del Sáhara revelan que el africano se ha adherido persistentemente a las formas tradicionales del matrimonio. Por considerar que las bodas eclesiásticas o cualquier matrimonio contractual es demasiado occidental, la mayoría de los africanos que son cristianos nominales no van a las iglesias para casarse. Además, en los últimos años tanto la industrialización como el cambio en los patrones o arreglos sociales están produciendo su impacto en las costumbres tradicionales relacionadas con el matrimonio. Muchos, especialmente entre los jóvenes, ni siquiera están molestándose en casarse a la manera tribual.

      EL MATRIMONIO TRIBUAL CONTRA EL MATRIMONIO ECLESIÁSTICO

      En un estudio comisionado por la Conferencia de Arzobispos (anglicanos) de Toda África y preparado por Adrian Hastings se informa que en una zona de Kenia en cinco años hubo un promedio anual de diez casamientos eclesiásticos anglicanos, en contraste con 4.000 bautismos. Una diócesis de Uganda solo tuvo catorce casamientos eclesiásticos, en contraste con 92.604 bautismos. El informe muestra que ésta es la tendencia por toda África.

      Son varios los factores que influyen en el africano y lo llevan a casarse de acuerdo con la costumbre tribual en vez de en la iglesia. ‘Por lo común hay que pagar el precio de la novia tanto en un caso como en el otro; por eso, ¿por qué incurrir en el gasto adicional de unas bodas eclesiásticas?’ razona él.

      Considerando esta situación, J. Henry Okulla informó desde África lo siguiente a The Christian Century: “Se sabe que los casamientos eclesiásticos son costosos, no solo porque se piden grandes cantidades de dinero [como dote, por parte de los padres de la muchacha], sino también debido a las costumbres de las bodas occidentales que se han adoptado... trajes nupciales costosos, grandes recepciones en las cuales se sirve cerveza y otras bebidas alcohólicas. Muchos quedan más pobres por haberse casado. Por lo tanto, algunos jóvenes simplemente convienen en empezar a vivir juntos; solo más tarde legalizan sus votos ante los padres de la muchacha y a los ojos de la sociedad. Pero aunque su matrimonio haya sido aceptado plenamente por la sociedad, la iglesia todavía rehúsa otorgarles este reconocimiento, y a ellos y a sus hijos se les rehúsan los sacramentos.”

      El sacerdote J. Labreche, de África Oriental, reconoció otro factor que tiene gran influencia: “Los africanos quieren un matrimonio fructífero y no se les convence fácilmente en cuanto a entrar en un compromiso de toda la vida antes de tener una garantía de que tendrán hijos. El concubinato se convierte en el medio natural de probar.” La costumbre africana es que el nacimiento de un hijo sella el matrimonio. Antes de eso la relación más constituye un “matrimonio de prueba” que otra cosa, en muchos casos.

      Según G. E. Currens y R. J. Payne, voceros clericales de la Iglesia Luterana Evangélica de Liberia: “Al matrimonio no se le considera como iniciar entre un hombre y una mujer una unión que está socialmente autorizada, sino más bien como la evidencia culminante de que tal unión ha alcanzado buen éxito.”

      Esto puede comenzar, como entre los taitas de Kenia, cuando un hombre, el “padre-electo,” da una prenda, kifu, a los padres de una muchacha como evidencia de su propósito de obtener el derecho definitivo sobre la capacidad de dar hijos de la mujer. En ese carácter él adquiere la aprobación tácita de los padres de la novia para las relaciones sexuales que han de conducir a la realización de las facultades reproductivas de ella. El establecimiento efectivo de la relación como matrimonio puede efectuarse después que la mujer prueba que no es estéril.

      ADAPTACIÓN ECLESIÁSTICA A LA COSTUMBRE TRIBUAL

      Al verse ante fuerte resistencia a lo que es visto como costumbres occidentales o europeas en cuanto al matrimonio, muchos clérigos locales han ejercido presión en los directores de su iglesia en particular para que éstos cambien las reglas eclesiásticas según los deseos de sus parroquianos o nuevos conversos. El alto mando de sus iglesias no se ha apresurado a efectuar cambios oficiales para permitir que los africanos bautizados se casen según la costumbre tribual y todavía continúen siendo aceptados. Sin embargo, las iglesias no quieren perder miembros.

      El resultado ha sido que en la escena local muchas iglesias han sido tolerantes cuando miembros de ellas se han casado de acuerdo con la costumbre tribual en vez de en la iglesia. Se impone poca disciplina eclesiástica, o ninguna. Algunas iglesias han llegado hasta a adoptar un “Servicio de bendición” que se usa para los que han entrado en los llamados “matrimonios de prueba,” aunque esto no tiene legalidad alguna.

      Si los nuevos conversos ya están casados según el matrimonio tribual, muchas iglesias convienen en bautizarlos. Se presentan problemas adicionales si el africano es polígamo, es decir, si tiene más de una esposa. La Conferencia Lambeth Anglicana de 1888 “estuvo dispuesta en algunos casos a admitirlos [a los polígamos] al bautismo y otras iglesias protestantes de vez en cuando hicieron la misma cosa,” según el informe de Hastings. Sin embargo, la posición oficial de la mayoría de las iglesias ha seguido siendo una de oposición a la poligamia, aunque se inclinan a considerar con mayor indulgencia a las esposas secundarias de los polígamos.

      A principios de 1972 el Vaticano cedió a la presión y expidió nuevas reglas para la iniciación de adultos, según las cuales se aceptó una categoría de “simpatizadores” para los que practicaban la poligamia. Estos conversos pueden participar en muchas actividades de la iglesia, aunque oficialmente tienen que renunciar a la poligamia antes del bautismo.

      En contraste con la posición oficial de algunas iglesias, la Iglesia Luterana Evangélica de Liberia ha estado bautizando a polígamos por más de veinte años con la estipulación de que no adquieran más esposas. Dando razones para esta norma, Currens y Payne alegan, en su comunicación conjunta: “Esta norma es un testimonio vívido acerca del Dios benévolo que encuentra a los hombres donde están y los acepta como son, y entonces por Su Espíritu transforma sus vidas. Es gracia en acción para el africano de esta generación.”

      “LA INMENSA ZONA GRIS”

      Según el punto de vista de los clérigos Currens y Payne: “La verdadera cuestión a la que se enfrenta la iglesia no es el hecho de la pluralidad en el matrimonio, sino más bien cómo abordar la inmensa zona gris de dificultades no resueltas en la relación entre hombres y mujeres que no son casados o que son supuestamente monógamos.”

      Su informe continúa: “Es sumamente discutible, en realidad, el que el 90 por ciento de la Iglesia Luterana en Liberia lo compongan ‘monógamos,’ si por eso se da a entender una unión matrimonial en la cual el esposo y la esposa son fieles el uno al otro. Lo que sí existe entre la mayoría de los miembros son varios grados de enlaces extramaritales... desde adulterio incidental, o el tener temporalmente una amante mientras la esposa está criando a un niño, hasta concubinato encubierto pero constituido. Esas relaciones son autorizadas por la cultura tribual y se practican casi universalmente en la sección ‘occidentalizada’ de la sociedad.”

      ¿Con qué resultado? El mismo informe luterano continúa: “La norma de la iglesia en realidad ha sido el terreno más fértil para el florecimiento del engaño y la hipocresía. . . . ¿No hay algo seriamente incorrecto en que los cristianos recurran al engaño para permanecer dentro de la iglesia?”

      ¿QUÉ PASA?

      ¡Sí, no hay duda en cuanto a ello; hay algo seriamente incorrecto! Se está segando lo que se ha sembrado. Una iglesia hipócrita produce miembros hipócritas. En vez de enseñar a los conversos africanos profundo respeto a Dios y sus principios que se tienen que observar imparcialmente en todo el mundo, el transigir y el adaptarse han llegado a ser la norma. El propósito evidente es hacer conversos y mantenerlos a cualquier precio. Rara vez se excomulga a un miembro por adulterio o por “matrimonio de prueba.” Se tolera y se excusa la poligamia.

      La cristiandad no ha suministrado ninguna fuerza estabilizadora en el matrimonio a medida que el cambio social barre el continente, poniendo a la deriva, en cuanto a lo moral, a un número creciente de personas. Comentando sobre los resultados aciagos de esto en su informe sobre el matrimonio en la Unión Sudafricana, D. W. T. Shropshire declaró: “Nuestros municipios nativos están llenos de hombres y mujeres que no están casados ni por ritos cristianos ni por la costumbre nativa y no pueden ser disciplinados por ninguno de los dos códigos.”

      DONDE TIENE BUEN ÉXITO EL MATRIMONIO CRISTIANO

      La cristiandad ha reconocido que no ha ayudado al africano a adoptar las normas cristianas en el matrimonio. Pero, ¿significa esto que el matrimonio cristiano no puede tener buen éxito en África? No, porque hay una gran diferencia entre lo que se enseña o se permite en las iglesias de la cristiandad y lo que la Biblia les enseña a los cristianos genuinos y les impele a hacer.

      Se ofrece prueba concluyente en las vidas de los testigos cristianos de Jehová, que ahora son más de un cuarto de millón en África. Estos han aprendido las normas de Dios según se manifiestan en la Biblia

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