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Manteniendo un punto de vista equilibrado para con los expulsadosLa Atalaya 1974 | 15 de diciembre
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requerirá una manifestación genuina de humildad de parte de la persona que fue expulsada. (Isa. 57:15; Sant. 4:8-10) Pero la vida misma está envuelta y, puesto que el “tiempo acepto” de la buena voluntad y tolerancia de Dios ya se está acercando a su fin, ciertamente no querrán dejar que el orgullo les impida volver a su Padre celestial y tratar de tener una buena posición de nuevo con él y plena asociación con Sus hijos espirituales o hijos en perspectiva en su relación de familia feliz. (2 Cor. 6:1, 2) Más bien estarán agradecidos a Dios de que ha hecho provisiones tan misericordiosas para perdón y restauración, y reconocerán que ‘esta cualidad bondadosa de Dios está tratando de conducirlos al arrepentimiento.’—Rom. 2:4.
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‘Luces del mundo’ por 1.900 añosLa Atalaya 1974 | 15 de diciembre
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‘Luces del mundo’ por 1.900 años
¿QUÉ grupo de personas ha iluminado al mundo?
Los científicos, dicen algunos. Se escriben libros que suministran la historia de cómo la ciencia ha revelado gradualmente los misterios de la “naturaleza.” Y sus hallazgos han traído esclarecimiento en algunos sentidos. Sabemos más acerca de la estructura de las cosas... el universo, el cuerpo del hombre, el átomo. Tenemos más “comodidades,” comunicación y transportación más rápidas.
Pero también tenemos la bomba nuclear, armas bélicas químicas y biológicas. Tenemos una sociedad edificada sobre una economía que se derrumbaría sin ciertas fuentes de energía para electricidad, viaje, transportación. Tenemos un ambiente natural contaminado, arruinado, porque el hombre no tiene verdadero esclarecimiento a fin de usar los hallazgos de manera que beneficie a toda la humanidad.
Bien podría hacerse la pregunta: ¿Está más feliz la población del mundo en virtud de los “adelantos” de la ciencia bajo la administración humana?
¿Qué hay de la religión? Las religiones de la cristiandad han llevado la delantera en ser una ‘luz,’ y sus líderes son sobresalientes entre las ‘luces’ de este mundo. Sin embargo ¿suministran alguna guía verdadera a la gente o a los gobiernos en este tiempo cuando hay problemas en todas partes? ¿Han acercado a la gente más a Dios y a las cualidades divinas de amor y paz?
¿QUIÉNES SON LAS ‘LUCES’ VERDADERAS?
Entonces, ¿qué quiso decir Jesucristo cuando dijo a los que prestaban atención a sus palabras: “Ustedes son la luz del mundo”? (Mat. 5:14) Sus apóstoles y discípulos ciertamente fueron ‘luces’ durante el primer siglo. Pero ¿quiénes seguirían después de ellos como ‘luces’? Los que siguieran el modelo de Jesús y sus apóstoles. Darían luz de entendimiento a la gente en cuanto a Dios y sus propósitos. Acercarían a la gente más a Dios. Su comisión no era convertir a todo el mundo. Pero las buenas nuevas del reino de Dios que proclamaban traerían paz a los que las oyeran con obediencia, y harían posible que vivieran una vida feliz ahora, con la esperanza de felicidad plena que habrá de venirles a ellos y a la humanidad bajo el gobierno de ese reino. Estos mismos portadores de luz tendrían un propósito en la vida e impartirían propósito a la vida de los que oyeran su mensaje.
En la parábola del trigo y la mala hierba Jesús mostró que habría algunos a través de los siglos que estarían viviendo como cristianos verdaderos. Éstos no serían los hombres sobresalientes del mundo. (1 Cor. 1:26-28) Estarían sirviendo al Dios verdadero, mientras que al mismo tiempo habría una hueste de cristianos falsos que se presentarían a sí mismos como ‘luces.’—Mat. 13:36-42.
Estas dos clases, Jesús dijo, continuarían, no distinguidas claramente una de la otra, hasta el tiempo de la “siega,” que es “una conclusión de un sistema de cosas.” Entonces se efectuaría una separación clara. “En aquel tiempo,” dijo él, “los justos resplandecerán tan brillantemente como el sol en el reino de su Padre.”—Mat. 13:43.
De modo que, durante ese largo período de más de 1.900 años desde la ascensión de Cristo al cielo, Dios ha sido muy selectivo. No ha estado tratando de salvar al mundo. La salvación de toda la humanidad que obedientemente responda a los mandatos de Dios se efectuará durante el reinado de mil años de Cristo sobre la Tierra. Durante los pasados 1.900 años Dios ha estado seleccionando a los que serán reyes y sacerdotes con Cristo y que gobernarán durante esos mil años para traer bendiciones a la humanidad. Este cuerpo gobernante real será un grupo celestial y está restringido en número a 144.000 personas. (Rev. 7:1-8; 14:1-4; 20:4, 6) El escoger a éstos de entre la humanidad durante un período de 1.900 años ciertamente ha requerido selectividad. Durante esos 1.900 años los seleccionados han servido de luces a los que oyeron con entendimiento y cuyo corazón estuvo fuertemente deseoso de servir a Jehová Dios. Los entendidos, a su vez, han llegado a ser miembros de ese grupo selecto.
La parábola de las “diez vírgenes” ilustra el derrotero de los que verdaderamente han sido “la luz del mundo.” Han sido los que han aceptado la obligación de proceder como Jesús dijo: “Resplandezca la luz de ustedes delante de los hombres, para que vean sus obras excelentes y den gloria a su Padre que está en los cielos.” (Mat. 5:16) Por lo tanto se hace evidente quiénes son las “diez vírgenes” de la parábola de Mateo 25:1-12.
Las “vírgenes” siendo diez, un número que representa perfección en las cosas terrestres, simbolizan, como clase, a todos los cristianos que tienen la perspectiva o que profesan tener la perspectiva de ser coherederos de Jesucristo en el reino celestial. La parábola empezó a tener su cumplimiento en el día del Pentecostés de 33 E.C. ¿Cómo así? Fue entonces que los primeros miembros de esta clase fueron engendrados espiritualmente y colocados en una posición para llegar a ser ‘herederos de Dios’ y “coherederos con Cristo.”—Rom. 8:17.
Son hijos espirituales, pero en la parábola se les representa como muchachas vírgenes. Esto se debe a que tienen la perspectiva de ser, como grupo o cuerpo, la “novia” del gran Novio, Jesucristo. (Juan 3:28-30; Rev. 19:7-9; 21:9-11; Efe. 5:23-27; compare con Mateo 22:1-14.) El cumplimiento de la parábola continúa a través de los 1.900 años, hasta el tiempo de la “siega” y su terminación.
Había cinco vírgenes “discretas” y cinco “necias.” El que haya la misma cantidad de cada grupo denota que todos los que empezaron tuvieron una oportunidad igual y también indica que no habría necesariamente más de una clase que de la otra. No obstante, el hecho de que cinco eran “necias” muestra que no todos los que se ponen en camino como “vírgenes” resultarían dignos finalmente de ser admitidos a “la cena de las bodas del Cordero.”—Luc. 12:35-38.
LAS “LÁMPARAS” Y EL “ACEITE”
Las vírgenes tenían lámparas (como se acostumbraba en aquellas bodas antiguas). Todas sabían que necesitarían que estas lámparas estuvieran encendidas hasta el fin de la procesión de las bodas, para su
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