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    La Atalaya 1954 | 15 de noviembre
    • Requisitos para el ministerio

      “Dando estos consejos a los hermanos serás un ministro de la clase correcta de Cristo Jesús.”—1 Tim. 4:6, NM.

      1, 2. ¿Cuáles son algunos de los medios que Jehová usa para efectuar sus propósitos?

      JEHOVÁ, el Dios vivo, siendo infinito en sabiduría, usa muchas fuerzas y criaturas para llevar a cabo sus propósitos eternos y para efectuar cualquier tarea específica en un tiempo determinado. En siglos pasados él ha usado furiosas llamas de fuego, mares agitados por tormentas, grandes peces, bestias del campo, aves del aire, insectos, humanos, ángeles y hasta al arcángel Miguel. Todos éstos a su vez han trabajado bien en hacer la voluntad de su gran Creador.

      2 El arcángel, también identificado en la Biblia como la Palabra, fué la primera y única creación directa de Jehová. Él fué a quien Jehová usó como el “obrero magistral” en crear todas las demás cosas. (Pro. 8:30, AN; Apo. 3:14) “Todas las cosas vinieron a la existencia por medio de él, y sin él ni siquiera una cosa vino a la existencia.” (Juan 1:3, NM) Él llenaba los requisitos necesarios para el ministerio asignado a él y siempre obedeció y agradó a su Padre celestial, deleitándose en hacer su voluntad. Exactamente cómo es que todos los otros ángeles fieles ministran para la ayuda de aquellas personas sobre la tierra que son herederas de salvación no lo sabemos plenamente, pero de que ellos son siervos de Jehová que llenan los requisitos necesarios para efectuar su ministerio se nos asegura: Jehová “‘hace a sus ángeles espíritus, y a sus siervos públicos una llama de fuego.’ . . . ¿No son todos espíritus para servicio público, enviados para ministrar a favor de los que van a heredar la salvación?”—Heb. 1:7-14, NM; Sal. 104:1-4.

      3. ¿Cómo se distinguieron Abel y Enoc como ministros de Jehová?

      3 En tiempos antiguos hombres y mujeres sirvieron bien a Jehová porque llenaron los requisitos para el ministerio asignado a ellos. Dieciséis de los tales se mencionan honorablemente en el sagrado Registro en Hebreos 11. Abel, el primero, fué un fiel testigo de Jehová cuya voz no fué acallada aun cuando su envidioso hermano Caín lo asesinó. Hablando a Caín, Jehová dijo: “¡Escucha! La sangre de tu hermano está clamando a mí desde la tierra.” (Gén. 4:10, NM) “Por fe Abel ofreció a Dios un sacrificio de mayor valor que Caín, por cual fe se le dió testimonio de que era justo, Dios dando testimonio respecto a sus dádivas, y mediante ésta, aunque murió, todavía habla.” (Heb. 11:4, NM) Enoc, también, está en esa lista, habiendo llenado los requisitos necesarios para su ministerio asignado. “Sí, el séptimo hombre en línea desde Adán, Enoc, profetizó . . . cuando dijo: ‘¡Miren! Jehová vino con sus santos millares, para ejecutar juicio contra todos y para condenar a todos los impíos concerniente a todas sus obras impías que hicieron de un modo impío y concerniente a todas las cosas ofensivas que pecadores impíos hablaron contra él.’”—Judas 14, 15, NM.

      4. ¿Qué actividades de Noé demuestran que él llenó los requisitos como ministro de Jehová?

      4 Unos dieciséis siglos después que Adán y Eva fueron arrojados de su hogar paradisíaco a causa de rebelión y desobediencia, sus hijos llegaron a estar tan intensamente impregnados de desviación moral que todo pensamiento e imaginación suyos sólo eran malos continuamente. Por eso Jehová determinó enviar sobre la tierra un poderoso diluvio de aguas que destruyera a ese sistema inicuo y todos los que lo apoyaban. Para salvar vivas a cualesquier personas justas que hubiera sobre la tierra y ciertos animales, Jehová ordenó la construcción de un refugio. Esto fué una estructura singular. Llámela un barco, si desea. Jehová asignó esta tarea a Noé aunque éste no era constructor de barcos. Como hombre que tenía gran fe en Jehová y en la habilidad perfecta de Jehová para llevar a cabo sus propósitos, Noé prosiguió con su trabajo y lo terminó a tiempo. Además de construir, Noé predicó oralmente acerca del propósito de Jehová. (2 Ped. 2:5) Él también llenó los requisitos necesarios para el ministerio.

      5. Durante su larga vida ¿cómo cumplió Abrahán con los requisitos de un ministro aprobado?

      5 Luego, después del Diluvio, Jehová asignó una tarea a otro hombre que tuvo la fe necesaria para efectuarla. A causa del servicio fiel y la obediencia firme de este hombre Jehová le hizo una promesa maravillosa. Esta promesa llegó a ser un pacto y en ella iba incluída la esperanza para toda la humanidad creyente. “Ahora la Escritura, viendo de antemano que Dios declararía a la gente de las naciones justa por causa de la fe, declaró las buenas nuevas con anterioridad a Abrahán, a saber: ‘Por medio de ti todas las naciones serán bendecidas.’” (Gál. 3:8, NM) Sobre Abrahán vino la prueba más severa cuando Jehová le pidió que ofreciera a su amado hijo Isaac como sacrificio sobre un altar en el monte Moría. Esto, para el registro sagrado, servía para representar a Jehová Dios ofreciendo a su amado Hijo Jesús como sacrificio para la redención de humanos creyentes. Por fe Abrahán obedeció y el cuadro que se necesitaba se hizo. Sin embargo, por la bondad inmerecida de Jehová Dios, Isaac fué salvado vivo y devuelto a su fiel padre Abrahán.—Gén. 22:1-18.

      6, 7. ¿Qué requisitos para un buen ministro se destacan en la carrera de Moisés?

      6 Con el tiempo Moisés también sirvió de ejemplo de un hombre equipado para el ministerio, aunque al principio él no creyó que llenaba los requisitos necesarios. Millares de israelitas estaban en servidumbre egipcia cuando Moisés nació de padres hebreos. Desde el tiempo de su nacimiento hasta el mismo día que murió la fe desempeñó una parte importantísima en su vida. Bajo un decreto del rey de Egipto se daba por sentado que Moisés, junto con todos los demás bebés varones de los israelitas, fuera muerto al nacer. Por fe sus padres rehusaron matar a su hermoso hijo. Por la dirección de Jehová, el niño llegó a ser adoptado por la hija de Faraón y criado en la corte real. Allí llegó a ser instruído en toda la sabiduría de los egipcios. Empero aun en este medio raro Moisés no abandonó la adoración pura a Jehová, el Dios de Israel. Una vez cuando trató de ayudar a sus hermanos a quienes sus capataces egipcios oprimían, Moisés se metió en dificultad con Faraón y se vió obligado a huir por su vida a la tierra de Madián. Allí permaneció durante cuarenta años sirviendo como pastor para Jetro, con cuya hija después se casó. A la edad de ochenta años Moisés estaba bien maduro en el camino de la justicia y estaba equipado con lo que él requería para desempeñar el ministerio que ahora Jehová le asignó a él, diciendo: “Indisputablemente he visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y he oído su clamor como resultado de los que los obligan a trabajar, porque bien sé los dolores que sufren . . . . Y ahora ven y déjame enviarte a Faraón y saca tú a mi pueblo, los hijos de Israel, de Egipto.” (Éxo. 3:7-10, NM) Al oír este mensaje de Jehová Moisés debió haberse regocijado, pero en vez de eso tuvo miedo de emprender la tarea porque conocía el espíritu de los egipcios y su rey. Dijo que no era apto ni estaba equipado para la misión. Esto desagradó a Jehová, porque él sabía más acerca de las habilidades de Moisés que Moisés mismo. De modo que Jehová le dijo que estaría con él. Con esta seguridad como su fuerza Moisés prosiguió a efectuar su misión.

      7 Moisés tenía lo que se requería para esta asignación. Fué ricamente bendecido por llevarla a cabo. En ello hay una buena lección para todos nosotros. Cuando Jehová nos da una asignación mediante su organización no debemos excusarnos o quejarnos de que no podemos cumplir con ella. Jehová no puede aceptar excusas. Si las aceptara, eso significaría que Jehová no conoce las limitaciones de sus siervos. Tal falta de su parte es imposible para el Dios de sabiduría infinita. La obediencia de parte nuestra es mejor que las excusas. La obediencia conduce a la vida; las excusas pueden conducir a la muerte sin fin.

      8. ¿En qué respectos nos ayuda la ejecución por Jeremías de su obra como ministro fiel?

      8 Después de salir de Egipto y entrar en la tierra de promesa la nación de Israel prosperó, llegando a ser muy numerosa y rica. Pronto, sin embargo, se apartó de la adoración verdadera a Jehová y practicó la insensata adoración de demonios de las naciones paganas que estaban a su alrededor. Esto desagradó mucho a Jehová. Jehová ahora envió a su profeta Jeremías, otro hombre bien equipado para el ministerio, a Jerusalén para amonestar a los sacerdotes infieles y los profetas falsos y también a los reyes de Judá de que él usaría al rey de Babilonia para destruir la ciudad y su magnífico templo. Además, que él permitiría que los del pueblo fueran llevados como esclavos a Babilonia donde servirían a otros dioses durante setenta años. (Jer. 25:8-13; Dan. 9:1, 2) Estos sacerdotes y profetas falsos persiguieron a Jeremías, pero él llevó a cabo su comisión y plenamente demostró que llenaba los requisitos necesarios para el ministerio. En una ocasión trajeron a Jeremías ante los príncipes, acusándolo de sedición y diciendo que era digno de muerte. ¿Por qué? Estaba diciendo a la gente que entregara la ciudad al rey de Babilonia. ¿Qué hizo Jeremías? ¿Estaba preparado para hacerle frente al asunto? A sus perseguidores él dijo: ‘Estoy en sus manos. Hagan conmigo como les parezca bien y propio. Sólo sepan de seguro que si ustedes me ejecutan, traerán sangre inocente sobre ustedes mismos y sobre esta ciudad y sus habitantes, porque con verdad Jehová me envió a ustedes para hablar todas estas palabras en sus oídos.’ Entonces los papeles cambiaron para los sacerdotes falsos y perseguidores, porque al oír esto el pueblo dijo: ‘Este hombre no merece la pena de muerte, porque él nos ha hablado en el nombre de Jehová nuestro Dios.’ (Jer. 26:14-16) Esto también ilustra cómo los testigos de Jehová fueron perseguidos en tiempos antiguos a instigación e insinuación de sacerdotes y profetas falsos. ¡Es igual hoy día! Satanás no tiene nuevos trucos; sólo viste los viejos trucos con ropa nueva. Conocemos sus ardides, como Pablo dijo: “No seamos alcanzados por Satanás, porque no desconocemos sus intenciones.” (2 Cor. 2:11, NM) En contraste, Pablo nos recuerda: “¡Oh la profundidad de las riquezas y de la sabiduría y del conocimiento de Dios! ¡Qué insondables son sus juicios e inexplorables son sus caminos!”—Rom. 11:33, NM.

      PRESENTANDO AL MINISTRO MAYOR

      9. ¿Qué privilegios singulares fueron usados apropiadamente por Juan el Bautista como ministro?

      9 En su tiempo debido Jehová se propuso que el Mesías viniera y fuera presentado también primero a Israel. Jehová no escogió a uno de los escribas o fariseos eruditos para desempeñar este preciado ministerio de presentar al Mesías. ¡No! Él escogió a un hombre rústico, uno que no había sido indoctrinado con las tradiciones y errores de los gobernantes religiosos de Jerusalén. A fin de preparar el camino para el Mesías Juan el Bautista fué escogido por Jehová, y Juan lo presentó a la gente cuando llegó. Antes de su nacimiento Juan fué dedicado al servicio de Jehová. Padres devotos lo criaron y le dieron instrucción en su niñez y pasó su vida en años tempranos en la soledad del desierto. Allí podía leer y meditar en lo que está escrito en las Escrituras hebreas y prepararse para la obra que estaba delante de él. Así obtuvo lo que necesitaba para llenar los requisitos para el ministerio. Al leer el relato de la actividad de predicación de Juan usted se enterará de que fué un hombre denodado, que nunca se detenía de declarar lo debido. Muchas veces en su auditorio se encontraron escribas, fariseos y saduceos, pero no los honró dándoles lugares prominentes. Más bien, a ellos dijo: “Descendientes de víboras, ¿quién les ha mostrado cómo huir de la ira venidera?”—Mat. 3:7, NM.

      10. ¿Qué prácticas correctas de un buen ministro son especialmente notables en el breve término de servicio que Jesús tuvo sobre la tierra?

      10 Seis meses después que Juan comenzó su ministerio Jesús vino a él para ser bautizado. Juan titubeó, diciendo: “Yo soy el que necesita ser bautizado por usted, ¿y usted viene a mí?” Jesús contestó: “Que sea, esta vez, porque de ese modo nos es apropiado efectuar todo lo que es correcto.” (Mat. 3:14, 15, NM) Muy poca información aparece en la Biblia en cuanto a la vida temprana de Jesús, aparte del hecho de que fué engendrado por el espíritu de Jehová y nació en Belén. Él nació de la virgen María, de la familia de David. Hoy en bibliotecas de Roma y Constantinopla hay registros que dicen que como joven Jesús no se interesó en la política de aquellos tiempos o en los problemas y puntos de discusión de la gente. No hizo ningún esfuerzo por libertar a la gente de la servidumbre al yugo irritante de los romanos. Pasó su tiempo estudiando las Escrituras hebreas y hablando a la gente acerca del reino de los cielos. También en esos registros se dice que nadie le enseñó a leer, no obstante sabía la Biblia de memoria, lo cual sorprendió y fastidió a los rabinos eruditos de ese tiempo. Su madre, también, estuvo perpleja porque Jesús no se interesaba en los problemas de la nación de Israel, recordando ella que el ángel Gabriel le había dicho que su hijo heredaría el trono de su padre David y que de su reino no habría fin. En una ocasión ella le habló acerca de esto, pero Jesús respondió: “Mujer, usted no sabe quién soy.” Pero estos registros no son parte de la Biblia. Según la Biblia Jesús sabía quién era él y qué misión estaba destinado a efectuar. Esta él la efectuó.

      11. ¿Con qué obstáculos se encontraron Juan el Bautista y Jesús en su actividad ministerial?

      11 Juan el Bautista y Jesús tuvieron muchas dificultades y obstáculos que vencer al ir de un lugar al otro predicando: “¡El reino del cielo se ha acercado! Por lo tanto arrepiéntanse y sean bautizados para la remisión de pecados.” Los judíos confiaban en que el Mesías que esperaban estableciera un reino sobre la tierra, uno tal como aquel sobre el cual David y Salomón habían gobernado; pero Juan y Jesús hablaban acerca de un reino celestial, espiritual. Los judíos esperaban un gobernante y profeta mayor que Moisés que viniera y los librara de las naciones gentiles opresoras e hiciera de Israel la nación más grande sobre la tierra, para que todos los pueblos acudieran a ella. Recordaban que su propio profeta Isaías registró: “En aquel día, pues, habrá un Renuevo de la raíz de Isaí, que se presentará como bandera a los pueblos, y a él acudirán las naciones: y será glorioso su descanso.” (Isa. 11:10) Y todavía otra enseñanza aturdió a muchos de los judíos. Juan predicó el perdón de pecados mediante el arrepentimiento. Esto les extrañó, porque por más de quince siglos los judíos habían observado un detallado sistema de servicios y sacrificios en el tabernáculo y más tarde en el templo. El propósito de tales servicios y sacrificios era el de anular los pecados del pueblo, para que continuamente fuera mantenido en armonía con Jehová bajo el arreglo del pacto de la ley presentado mediante Moisés. Ahora, el enseñar que los pecados podrían ser perdonados mediante el arrepentimiento simbolizado por bautismo en agua era más de lo que los caudillos religiosos podían soportar. Sin embargo, muchas personas comunes aceptaron a Juan como profeta y gozosamente vinieron a él para ser bautizadas.

      12. ¿Qué condición del día presente que resulta de la enseñanza falsa aparece como un paralelo de las condiciones que Jesús arrostró?

      12 Los caudillos religiosos judíos no entendieron que los sacrificios animales que los sumos sacerdotes ofrecían año tras año no quitaban y no podían quitar los pecados de la gente. Hacía falta un sacrificio humano perfecto para satisfacer las demandas de la ley de Jehová contra la humanidad. Una vida humana perfecta tenía que ser sacrificada para comprar lo que se perdió mediante el pecado de Adán en el Edén. Ni siquiera los discípulos podían entender por qué era necesario que Jesús muriera antes de que su reino fuera establecido y fuera posible derramar bendiciones sobre todos los obedientes. Deseaban hacerlo rey inmediatamente y restaurar otra vez la gloria terrestre de Israel. Aquí, incidentalmente, vemos una condición contraria a la de hoy, porque la religión falsa durante largo tiempo ha enseñado que las únicas personas que han de salvarse son aquellas destinadas a ir al cielo y que el reino de Dios sólo se refiere a las bendiciones en el cielo. Sin embargo, el mensaje de Dios hoy día para la gente de la tierra es de un reino celestial que derramará bendiciones sobre la tierra, llenándola de la gloria de Jehová, haciendo de ella un paraíso de placer donde los hombres y mujeres obedientes vivirán eternamente con felicidad, alabando y sirviendo gozosamente a Jehová.

      13. ¿Cómo cumplió Jesús sobre la tierra otros requisitos esenciales de un ministro correcto, y con qué resultados?

      13 De modo que apreciamos que Jesús también estuvo cabalmente equipado para su ministerio. Muy cuidadosamente estudió la Palabra de Dios, recordó lo que leyó y siguió las instrucciones escritas para él. También reunió a su alrededor a muchos discípulos y los entrenó para el ministerio. Al público habló con ilustraciones, pero a sus discípulos claramente explicó las doctrinas sanas. Al entrenar a sus discípulos para su obra Jesús fué muy práctico. Los llevó consigo de ciudad en ciudad y de aldea en aldea y de casa en casa, enseñándoles cómo y qué enseñar a la gente. Más tarde, después de tal entrenamiento, los envió de dos en dos para que ellos también consiguieran valiosa información práctica mediante experiencia personal. Los hombres que él entrenó llegaron a ser ministros competentes que tenían lo que se requería para su servicio.

      14. ¿Cómo sirve el verdadero entendimiento de Pedro y su práctica del bautismo simbólico para ilustrar otra cosa esencial para el ministerio?

      14 Considere a Pedro, por ejemplo. En el día del Pentecostés Pedro predicó a una gran reunión pública, sin duda la más grande a la cual se había dirigido hasta ese tiempo. Como resultado de esa predicación tres mil personas fueron convertidas y más tarde bautizadas. (Hech. 2:14-41) Los que creen en la aspersión en vez del bautismo mediante sumersión en agua enseñan que Pedro debe haber rociado a ese grupo grande, dado que no había modo de sumergir a tantos en Jerusalén. Pero tales maestros están equivocados, porque en aquel tiempo había muchas albercas adentro y alrededor de Jerusalén donde se pudo haber bautizado fácilmente a multitudes. Las albercas que Salomón construyó para regar sus jardines las describe él: “Plantéme viñas, híceme huertos y jardines y planté en ellos árboles frutales de toda clase; construíme albercas de agua para regar con ellas un soto donde crecían los árboles.” (Ecl. 2:4-6, BC) Hoy día tres de esas albercas todavía pueden verse en Jerusalén. Estaban conectadas con tubería figulina, y son de unos 50 pies de largo, 20 pies de ancho y unos 12 pies de profundidad, con peldaños de piedra en cada extremidad. Además de estas albercas también estaba la alberca de Siloé, donde se pudieron haber efectuado inmersiones en masa con facilidad. De modo que Pedro no roció a aquellos miles de personas; sin duda fueron sumergidas en agua. Verdaderamente ese apóstol fiel estuvo bien entrenado para el ministerio y, ayudado por el espíritu de Jehová, Pedro usó la primera de las “llaves del reino” para abrir privilegios del Reino a los judíos.—Mat. 16:19.

      EL MINISTERIO DE PABLO

      15, 16. (a) ¿Cuándo y cómo seleccionó Jesús al último de sus doce apóstoles? (b) ¿Qué prácticas de Pablo lo identificaron como ministro verdadero?

      15 Después del Pentecostés el mensaje del Reino se esparció rápidamente, causándoles mucho disgusto a los enemigos de Jesús. Algunos hombres prominentes de ese tiempo aceptaron el mensaje del Reino y comenzaron a predicarlo a otros. Entre ellos estuvo un talentoso joven de Tarso, llamado Saulo. Su nombre más tarde fué cambiado a Pablo y llegó a ser uno de los doce apóstoles de Jesús.

      16 Pablo tuvo una experiencia maravillosa que dió lugar a su conversión a la verdad. Mientras iba en el camino a Damasco para perseguir a los cristianos recibió un vistazo milagroso del Cristo glorificado, quien le dijo a Pablo que era un vaso escogido para llevar el mensaje del Reino a mucha gente. Con gran celo Pablo emprendió el ministerio. Después de un período de estudio cuidadoso para aprender los requisitos para el ministerio se dedicó plenamente al servicio de Jehová Dios. Viajó a tierras distantes, predicando y enseñando las buenas nuevas dondequiera que iba. En una ocasión Pablo visitó la ciudad de Atenas en Grecia, donde esperaba encontrar a sus compañeros en el ministerio. Allí en la sinagoga se esforzó por interesar a los judíos de habla griega en el mensaje del Mesías, pero ninguno de ellos quiso escucharle. Más tarde, en la plaza del mercado, tuvo oportunidad de discutir las Escrituras con ciertos filósofos, poniéndose en contacto también con los epicúreos y los estoicos. Los epicúreos no creían que sus numerosos dioses se interesaban mucho en los asuntos del hombre. Su principal objetivo en la vida era complacer los sentidos. Los estoicos creían que todos los intereses de la vida eran gobernados y dirigidos por el hado.

      17. En Atenas, ¿qué actitudes de ciertos oyentes curiosos no oscurecieron ni destruyeron el sentido de responsabilidad que Pablo tenía como ministro de Jehová?

      17 Ambos grupos, aparentemente importunados por la persistencia de Pablo, finalmente se disgustaron con él, de modo que algunos lo llamaron charlador, y otros comenzaron a preguntarse exactamente qué era lo que estaba tratando de hacer. (Hech. 17:18, NM) Este vocablo “charlador” lo usaron con desprecio, queriendo decir que Pablo era semejante a un cuervo que iba juntando pedacitos de alimento a lo largo del camino, suponiéndose que él había estado recogiendo pedacitos de conocimiento acá y allá y ahora trataba de pasar dicho conocimiento a otros como si fuera suyo. Ah, pero estos filósofos no pudieron contestar las preguntas de Pablo o refutar sus argumentos acerca de Jesús y la resurrección. Por eso, en desesperación, “lo agarraron y lo condujeron al Areópago, diciendo: ‘¿Podemos llegar a saber qué es esta nueva enseñanza?’” En ese tiempo una ley romana disponía que ‘ninguna persona tendrá dios alguno separado, o dios nuevo; ni adorará en privado algún dios extraño a menos que sea permitido públicamente.’ Pablo topó con esta ley primero en Filipos, donde sus acusadores dijeron a los magistrados: “Estos hombres están perturbando muchísimo a nuestra ciudad, siendo ellos judíos, y están publicando costumbres que no nos es lícito adoptar o practicar, puesto que somos romanos.”—Hech. 17:19; 16:19-40, NM.

      18. ¿Cómo se ven aquí Atenas y Jerusalén en contraste?

      18 Ahora Pablo estaba en el lugar que en ese entonces y durante muchos siglos antes se jactaba de ser el centro de cultura y educación, una ciudad independiente o libre, una democracia modelo. Sus grandes filósofos, presentando su llamada sabiduría, habían atraído la atención de gente instruída de todo el mundo. Los atenienses habían sido un pueblo orgulloso y rico. Pero ahora Atenas, también, estaba sujeta al sexto imperio mundial, Roma. Pablo, por otra parte, era de Jerusalén, la ciudad sobre la cual Jehová había tenido agrado en poner su nombre y donde Jesús había enseñado a la gente y dado ímpetu inicial a la religión verdadera. Más que eso, Pablo era un ciudadano activo de la verdaderamente libre “Jerusalén que está arriba,” la organización de Jehová. (Gál. 4:26, NM) ¿Qué resultaría de esta invitación para que se diera una manifestación de la sabiduría procedente de lo alto a los defensores de la sabiduría de este mundo? Veamos:

      19-21. (a) ¿Quiénes formaron el auditorio de Pablo en el cerro de Marte, y cómo estuvo él equipado para ministrarles? (b) ¿Cómo procedió Pablo para esclarecer a sus oyentes?

      19 El antiquísimo Areópago, o cerro de Marte, en un tiempo el lugar donde el famoso tribunal supremo de la ciudad se reunía al aire libre, ahora apenas era más que un foro público. Ahora estaban sentándose en los mejores asientos los orgullosos, bien vestidos y bien alimentados epicúreos. Desfilando detrás de ellos llegan los estoicos de rostro serio, seguidos de sus discípulos de todas partes. Dionisio, un juez, también llega, ocupando un asiento donde pudiera oír todo lo que Pablo dijera. Finalmente se ve a una dama llamada Dámaris ocupando un asiento. (El discurso de Pablo en esa ocasión la convirtió de modo que vino a ser seguidora de Cristo.) ¡Qué auditorio!—representantes de la magistratura, de las clases cultas y de los círculos de buen tono de esa decadente metrópoli de erudición y cultura.

      20 Ahora miremos al orador invitado, el apóstol Pablo, siervo de Jehová. Él es un hombre pequeño, que nada ofrece a la vista y que no está vestido ricamente. Ya había pasado algún tiempo en la cárcel antes de venir a Atenas, y debido a sus viajes su ropa probablemente estaba ajada. Allí, completamente solo, estaba de pie sin ayuda o consuelo humano. ¿Estaba desanimado y abatido? Difícilmente, porque estaba armado de la “espada del espíritu,” la cual es más aguda que cualquier espada carnal, y él sabía esgrimirla porque llenaba los requisitos necesarios para el ministerio. Con el espíritu de Jehová guiándolo, Pablo habla:

      21 “Hombres de Atenas, observo que en todas las cosas ustedes parecen estar más entregados al temor de las deidades que lo que están otros. Por ejemplo, mientras iba de paso y observaba cuidadosamente sus objetos de devoción también hallé un altar sobre el cual se había inscrito ‘A un Dios Desconocido’. Por lo tanto a lo que ustedes desconocidamente le están dando devoción piadosa, esto les estoy publicando.” (Hech. 17:22, 23, NM) ¡Qué introducción! ¡Qué manera de dirigirse a esta reunión de filósofos! Estas palabras provinientes de un “charlador” tuvieron un efecto electrizante en sus oyentes curiosos, austeros. De seguro que ellos no esperaban cosa semejante a ésta. Pues con una sola declaración breve Pablo les había devuelto la pelota. Ahora los filósofos eruditos habían llegado a ser los ‘charladores’ que parecían insensatos e ignorantes, mientras que el hombre pequeño e insignificante de Jerusalén se había convertido en el instructor erudito. Estos orgullosos atenienses públicamente admitían que ignorantemente adoraban a un dios del que no conocían nada, mientras que Pablo conocía mucho acerca de él y felizmente procedió a darles información. Él no podía hablar de esta manera a esos hombres en la plaza del mercado, donde regularmente se reunían para instruir a otros, pero aquí Pablo era su orador invitado, libre para decir lo que deseara.

      22, 23. ¿Cómo identificó Pablo atinadamente al Dios vivo?

      22 ¿Puede usted imaginarse a esos filósofos, incómodos, decirse unos a otros: ‘¿De quién fué la idea de traer a este hombre aquí para que nos avergonzara así?’ ¡Ah, pero espere! Pablo sólo había comenzado a exponer la ignorancia de estos hombres. Él continúa: “El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que hay en él, siendo, como es Este, Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos a mano, ni es servido por manos humanas como si necesitara alguna cosa, porque él mismo da a todas las personas vida y aliento y todas las cosas. Y él hizo de un solo hombre toda nación de hombres, para habitar sobre la entera superficie de la tierra, y decretó las estaciones señaladas y los límites fijos de la habitación de los hombres, para que buscaran a Dios, . . . aunque, de hecho, no está muy lejos de cada uno de nosotros. Porque por él tenemos vida y nos movemos y existimos, aun como ciertos poetas de entre ustedes han dicho: ‘Porque también somos progenie de él.’” ¡Qué palabras, viniendo del pequeño “charlador” de Jerusalén; sí, palabras de vida!—Hech. 17:24-28, NM.

      23 Pablo entonces citó, según algunos afirman, de un poema por Arato de Cilicia y también de Cleanto: “Comencemos por Dios. Levante todo mortal su voz para entonar la infinita alabanza a Dios. Dios llena el cielo, la tierra, el mar, el aire; sentimos su espíritu moviéndose aquí y por dondequiera, y nosotros somos prole de él.” De modo que el orador apoyó su asombroso argumento, no citando algo de los profetas hebreos, a quienes su auditorio no aceptaría como autoridad, sino recordándoles de un escrito de uno de su propia clase. Escuche a medida que él continúa: “Viendo, por lo tanto, que somos la progenie de Dios, no debemos imaginarnos que el Ser Divino sea semejante a oro o plata o piedra, semejante a algo cincelado por el arte e ingenio del hombre.” Ahora, ¡cómo se estaba encogiendo la egolatría de cada uno de aquellos orgullosos filósofos, y qué incómodos se estaban sintiendo! ¡Cómo anhelaban que dejara de hablar y cuán regocijados hubieran estado si pudieran haber salido del auditorio sin que nadie los viera!—Hech. 17:29, NM.

      24, 25. (a) Continuando, ¿qué requisito de Jehová recalcó Pablo? (b) ¿El hablar a sus oyentes de qué doctrina sana resultó en qué desenvolvimientos culminantes en la extraordinaria asamblea pública?

      24 Pero sean pacientes, caballeros, Pablo tiene más que decirles. Usando tino teocrático sus siguientes observaciones son bondadosas; y si esos llamados “sabios” mal informados estuvieran dispuestos a escucharlas quizás pudieran conseguir la vida. Él añade: “Cierto, Dios ha pasado por alto los tiempos de tal ignorancia, empero ahora le está diciendo a la humanidad que todos ellos por todas partes deben arrepentirse. Porque él ha fijado un día en que se propone juzgar la tierra habitada en justicia por un hombre a quien él ha designado, y él ha proporcionado una garantía a todos los hombres con haberlo resucitado de entre los muertos.”—Hech. 17:30, 31, NM.

      25 ¿Resurrección de los muertos? Asombroso, sí; pero para los filósofos atenienses eso instantáneamente llegó a ser para ellos la salida. “Algunos empezaron a mofarse, mientras que otros dijeron: ‘Le oiremos acerca de esto aun otra vez.’” Así, abruptamente y con ceremonia no refinada, la mayoría democrática, mediante voto oral, declaró terminada la sesión. Ellos, como “sabios,” pensaron que nadie de importancia alguna en Atenas creía en la resurrección. Pero, como de costumbre, estuvieron muy equivocados. Cuando “Pablo se salió de en medio de ellos . . . algunos hombres se unieron a él y vinieron a ser creyentes.” Entre los tales estuvieron el juez Dionisio y una mujer llamada Dámaris. (Hech. 17:32-34, NM) Se organizó una congregación en Atenas y, por la bondad inmerecida de Jehová, aun hoy muchos testigos de Jehová continúan predicando en esa ciudad. Mediante el uso libre y denodado de la Palabra de Dios Pablo manifestó que toda la “sabiduría” producida por aquellos filósofos atenienses era insensatez, indigna de seria consideración, mientras que se puso de manifiesto que la Palabra de Jehová contiene el camino a la vida. Sólo ella durará para siempre. Mediante esta experiencia de Pablo se nos recuerda que él llenaba los requisitos necesarios para el ministerio asignado a él. Con este discurso vigoroso, claro, aunque interrumpido, atinadamente puso al descubierto las sofisterías de estos hombres curiosos y sabios en las cosas del mundo y también estableció la fe de unos cuantos que estaban conscientes de su necesidad espiritual.

  • Ministros de la clase correcta hoy día
    La Atalaya 1954 | 15 de noviembre
    • Ministros de la clase correcta hoy día

      1. ¿Qué conducta correcta e incorrecta demostró Moisés como ministro?

      LOS requisitos para el ministerio verdadero pueden diferir en ocasiones determinadas. Hace unos treinta y cinco siglos el profeta de Jehová, Moisés, fué instruído en toda la sabiduría de los egipcios, habiendo sido criado en la corte real. Más tarde, como hombre maduro que obedecía a Jehová, Moisés supo cómo acercarse a y tratar con el Faraón orgulloso. Puesto que era de genio apacible y humilde, Moisés ejercitó también notable paciencia con los millones de israelitas que, acabando de ser librados de la esclavitud en Egipto, estaban inquietos y no eran muy fáciles de dirigir. Como esclavos el gobierno egipcio les había provisto las cosas necesarias, y por lo tanto habían tenido poca o ninguna experiencia en hacer provisión para ellos mismos. Por eso frecuentemente se quejaron acerca de las provisiones que ahora Jehová hacía para ellos en la jornada del desierto. Moisés nunca se exasperó, salvo en una ocasión. En esa ocasión perdió su dominio propio; sí, en esa ocasión olvidó a Jehová. A los israelitas murmurantes, millones de ellos, Moisés entonces exclamó coléricamente: “¡Rebeldes! ¿Es de este risco que les sacaremos agua a ustedes?” (Núm. 20:9-13, NM; Sal. 106:32, 33) Pero, considerándolo todo, Moisés estuvo equipado para su trabajo como ministro de Jehová, desempeñándolo bien, muriendo en el favor de Jehová y siendo enterrado por Jehová.—Deu. 34:5-7; Heb. 3:1-6, NM.

      2. (a) ¿Cómo nos ayuda ahora la conducta ejemplar de Jesús como ministro de la clase correcta? (b) ¿Cómo nos ayuda la de Pablo?

      2 El Moisés Mayor, Cristo Jesús, como hombre sobre la tierra fué un ejemplo perfecto de uno que llenaba los requisitos necesarios para su ministerio dado por Dios. Siendo un estudiante diligente de la Palabra de Jehová, las Escrituras hebreas, Jesús como joven y adulto siguió sus instrucciones implícitamente. Su ministerio fué el trabajo de su vida. No tuvo ningún otro interés sobre la tierra, sino que dió todo su tiempo y talento a su tarea asignada. Sus seguidores estuvieron bien instruídos para la obra que les asignó después de su muerte y resurrección, y ellos la desempeñaron bien. Semejante a Jesús, su fiel apóstol Pablo estuvo enteramente dedicado al servicio de Jehová. “Una sola cosa” ocupó su interés y atención: la predicación de las buenas nuevas del Reino. (Fili. 3:13; Hech. 28:30, 31) Pablo no trató de hacer muchas cosas. Él se comparó a un soldado que no se dejaba envolver en los negocios mundanos para poder agradar a su superior. No, Pablo no tuvo una oficina legal en Jerusalén o una fábrica de tiendas en Tarso. Todo su tiempo y fuerza las dedicó a su ministerio asignado, recordando a sus hermanos: ‘De ninguna manera considero mi vida como estimada para mí, si sólo puedo terminar mi curso y el ministerio que recibí del Señor Jesús, de dar testimonio cabal de las buenas nuevas de la bondad inmerecida de Jehová.’—Hech. 20:24, NM.

      3. ¿Por quién está siendo edificada la sociedad del Nuevo Mundo, y con qué propósito?

      3 Hoy un trabajo predicho desde antiguo por Jehová se está haciendo por él mediante sus ministros en todas las tierras del globo terráqueo. (Isa. 51:15, 16; 61:1-3; Mat. 24:14, 15, NM) Hay requisitos especiales para los ministros que se ocupan de ese trabajo. Jehová ha establecido e irresistiblemente continúa edificando una sociedad del Nuevo Mundo, por toda la tierra, la cual durará para siempre. Los miembros de esa sociedad, todos ministros, constituyen el núcleo visible de la “nueva tierra” de Jehová que pasará con vida a través de su guerra en el Armagedón. Hoy esta sociedad de ministros consiste del resto de los ungidos de Jehová que todavía están sobre la tierra y sus compañeros de buena voluntad que ahora están siendo recogidos de “todas las naciones y tribus y pueblos y lenguas,” cada uno equipándose para servir como ministro de la clase correcta bajo Cristo Jesús. (Apo. 7:9, NM) Para eficazmente ayudar a muchas otras personas que están deseosas de enterarse acerca del nuevo mundo de Jehová, estos ministros tienen que llenar los requisitos necesarios. Ellos tienen que emprender y sí emprenden su ministerio con seriedad, porque el desempeño fiel de él significa vida; el no desempeñarlo, muerte. No es una ocupación que pueda emprenderse por un tiempo y luego ponerse a un lado por otra. Jesús amonestó: “Ningún hombre que ha puesto la mano en el arado y mira a las cosas atrás, es muy apto para el reino de Dios.” (Luc. 9:62, NM) Sí, este trabajo durará por los siguientes mil años, y después de eso Jehová mismo dará a cada ministro fiel otras asignaciones en su organización universal. (1 Cor. 15:24-28) ¡Cuán deleitable perspectiva!

      4, 5. ¿Qué requisitos llenan los ministros de la clase correcta de hoy, y con qué resultados?

      4 La aptitud para enseñar a otros y el deseo de participar en entrenarlos de muchas maneras para servir a Jehová se hallan entre los requisitos de hoy día. Así como Jesús era, así se requiere hoy que los ministros de Jehová sean estudiantes diligentes de su Palabra escrita, las Escrituras hebreas, y ahora también de su complemento, las Escrituras cristianas griegas. Otro deber requerido en la edificación de la sociedad del Nuevo Mundo es buscar las otras ovejas del Señor Jesús que ahora tienen el derecho de llegar a ser de la creciente grande muchedumbre de esa sociedad. (Apo. 7:9, 10, NM) Por todas las tierras del globo terráqueo estas personas semejantes a ovejas andan hoy, aisladas, oprimidas y sufriendo robos a manos de los pastores falsos de la cristiandad; pero ahora están siendo halladas y recogidas en el un solo rebaño bajo el Pastor Propio de Jehová, para alimentarse del suculento alimento en dehesas buenas. (Eze. 34:1-15) “Otras ovejas,” dijo Jesús, queriendo decir “ovejas” aparte de sus coherederos celestiales, la “manada pequeña” y a todas éstas él dijo que las tenía que traer a un solo rebaño. Él no quiso decir que él descendería personalmente a la tierra desde el cielo y haría esta obra recogedora. Más bien, ha enviado y continúa enviando a sus hermanos que quedan sobre la tierra a hacer esto. A Pedro él dijo: ‘Alimenta a mis corderos, alimenta a mis ovejas.’ Y ahora, en este “tiempo del fin,” Jesús mismo ha extendido ese mismo mandato para que aplique a todo oyente obediente de la Palabra de Dios.—Juan 21:15-17; Dan. 12:8-12; Mat. 24:14, 15; Apo. 22:17.

      5 Los que hoy día son ‘ministros de la clase correcta de Cristo Jesús’ están dedicados a la Persona, Jehová, y diligentemente se dedican a la obra que él les asigna. (Pro. 22:29) Aman a sus ovejas y hacen todo lo que está dentro de su poder para ayudarlas a que se enteren acerca del Dios vivo y su Cristo y se hagan ministros maduros. Esto lo hacen asociándose con los colaboradores de Jehová en reuniones arregladas por su organización visible para el provecho de sus siervos. Debe concurrirse a todas las reuniones de congregación, así como a asambleas de circuito y distrito y convenciones nacionales. ¿Por qué? Porque en estas reuniones todos aprendemos cómo desempeñar mejor nuestras obligaciones ministeriales y participar allí en la edificación mutua como miembros activos de Su sociedad del Nuevo Mundo. Allí conocemos a nuestros compañeros anunciadores del reino de Jehová de otros territorios y oímos acerca de sus experiencias en el ministerio, de esta manera acumulando mucha información provechosa y también, mediante nuestra misma presencia, ayudando a otros. De esta manera los ministros se mantienen en contacto estrecho con todos los siervos y en compañerismo con ellos. A los menos maduros y más recientes en la obra se rinde ayuda valiosa. Estas mismas cosas son las que Jesús hizo entre sus discípulos porque sabía que las ovejas se hallan en gran necesidad de ayuda y consuelo. Ahora, como en el día de Jesús, las ovejas han sido oprimidas y esquiladas por pastores falsos. Las víctimas de esos opresores están sumamente conscientes de su necesidad espiritual; necesitan consejo, guía e instrucción que las ayuden en su ministerio.

      6. (a) ¿De qué manera pueden aun los físicamente débiles participar ahora en la obra ministerial? (b) ¿Mediante qué ilustraciones estimuló Jesús a todo seguidor de él a ser un ministro diligente?

      6 Mediante el continuamente tratar de desempeñar todas estas cosas demostramos que somos ‘ministros de la clase correcta de Cristo Jesús,’ participando gozosamente con Jehová en la edificación de su sociedad del Nuevo Mundo, para eterna alabanza de Él. Bien nos damos cuenta de que uno no puede adorar verdaderamente a Jehová hoy día sin tomar parte en la obra que él ahora asigna que se haga para cumplir sus propósitos. Aun los ciegos y los postrados en cama, pueden ir poco a poco cultivando y fortaleciendo en ellos la costumbre de predicar atinadamente a visitantes, o mediante una carta ocasional predicar a amigos, diciéndoles claramente acerca del nuevo mundo, su perfecto gobierno y las bendiciones que les esperan a todos los que ahora optan por servir y amar a Jehová, el Hacedor de éste. (Isa. 9:6, 7) Cuando no se pueda hacer nada más en el ministerio debido a incapacidad física o enfermedades, entonces uno regularmente puede orar a Jehová y suplicarle a favor de los que pueden trabajar. Esta práctica correcta la recalcó Pablo: “Ustedes también pueden coadyuvar mediante su súplica por nosotros, a fin de que por muchos se den gracias a favor nuestro por lo que bondadosamente se nos da debido a muchas caras vueltas hacia arriba.” “Ahora los exhorto, hermanos, por medio de nuestro Señor Jesucristo y por medio del amor del espíritu, a que se esfuercen conmigo en oraciones a Dios a favor mío.” (2 Cor. 1:11; Rom. 15:30, NM) Aquellos de la sociedad del Nuevo Mundo que carezcan de fuerza física, y por consiguiente estén limitados en cuanto a la cantidad de servicio que pueden rendir deben sentirse animados. ¿Por qué? Los tales correctamente deben cobrar ánimo porque en las parábolas de Jesús de las “libras” (minas) y los talentos hallamos consuelo. En su ilustración de las “libras” o “minas” Jesús manifiesta que es evidente que los trabajadores son de habilidad igual (porque cada uno recibió una mina), pero que son diferentes en celo; y también la recompensa para cada uno fué diferente. En la otra ilustración, de los talentos, los esclavos eran de habilidad diferente (como se manifiesta por el habérseles dado diferente número de talentos) pero eran iguales en celo, y la recompensa fué la misma en este respecto: “Entra en el gozo de tu amo.” Nótese de estas ilustraciones que no fué la habilidad natural la que determinó la recompensa, sino la diligencia del esclavo, su cuidado de los intereses del amo, el celo manifestado por él en el servicio de su amo. El más celoso recibió la mayor recompensa.—Mat. 25:15, 23; Luc. 19:13, NM; Pro. 22:29.

      7. ¿Qué ha resultado del continuo anuncio del reino de Jehová durante los pasados cuarenta años?

      7 Tanto las Escrituras como los hechos físicos manifiestan que Cristo Jesús fué entronizado en el reino de Jehová en 1914. Ese año señalado trajo el fin de los “tiempos de las naciones” que Jesús predijo. (Luc. 21:24, NM) Desde ese año él, como Señor de los señores y Rey de los reyes, ha estado gobernando en medio de sus enemigos. (Sal. 2; 110:2; Apo. 17:14; 19:11-16) Este hecho ha sido y continúa siendo predicado a todos los habitantes de la tierra en obediencia al mandato de Jesús. (Mat. 24:14) Como resultado miles y miles de personas han optado por declararse de parte de Jehová y hablar en nombre de Él y su Rey, y esta actividad continuará hasta que todas las personas de la grande muchedumbre del Apocalipsis 7:9, 10 (NM) hayan sido halladas, congregadas, alimentadas y entrenadas para participar en alabar a Jehová. Cuando termine el gran recogimiento, el derramamiento de la ira de Jehová en el Armagedón seguirá. (Sof. 2:1-3) Esta grande muchedumbre irá aumentando la sociedad del Nuevo Mundo de hoy a medida que abandone las dificultades y dolores de este viejo y agonizante sistema de cosas, acosado como está con delincuencia de Jóvenes, adolescentes promotores de chusmas, perversidad comercial, infidelidad religiosa, desorden gubernamental y corrupción general. En la sociedad del Nuevo Mundo todos los recogidos hallan el gozo de Jehová, el Dios vivo. Este gozo brota de su seguridad de que en el futuro muy cercano Su archienemigo, Satanás el Diablo, verá a todas sus hordas terrestres destruídas mientras que el Diablo mismo será abismado por mil años durante los cuales el Cristo de Jehová reinará. Entonces toda la tierra se desbordará con la gloria de Jehová.

      LA PALABRA DE DIOS EN NUESTRA BOCA PARA EL MINISTERIO

      8. ¿Qué esperanza y seguridad sirven para sustentar y alegrar a los ministros de la clase correcta de hoy día? ¿Por qué?

      8 Diariamente la sociedad del Nuevo Mundo está creciendo en números, en fuerza. Muchos, muchos miles de personas perplejas están hallando en sus provisiones lo que nunca antes habían conocido. Aquí está una esperanza sólida sobre la cual la fe verdadera puede ser anclada. El propósito y el poder ilimitado del Dios verdadero, Jehová, forman la base de esa esperanza segura. Por lo tanto sus adoradores verdaderos ahora hablan osadamente, no de algún proyecto humano, sino palabras que definen y describen el proyecto perfecto y permanente de Jehová, su nuevo mundo sin fin. (Efe. 3:20, 21) A sus alabadores anuentes aplica hoy en realidad la antigua afirmación garantizada de Jehová: ‘He puesto mis palabras en tu boca, y te he cubierto con la sombra de mi mano, para que plante los cielos, y coloque los fundamentos de la tierra, y diga a Sión, “¡Pueblo mío eres tú!”’ (Isa. 51:15, 16) Después ascender de la tierra al cielo y pagar allí a Jehová el precio de rescate para librar los humanos obedientes de la maldición de la muerte para que llegaran a ser sus ministros correctos, Cristo Jesús llegó a ser el fundamento del nuevo mundo de Jehová Dios. Siglos más tarde, después de su entronización como Rey de Jehová en la Sión celestial (1914 d. de J. C.), el núcleo visible o “estructura” terrestre de la sociedad del Nuevo Mundo comenzó a aparecer. Por consiguiente, la proclamación global de las “buenas nuevas” del establecimiento del Reino en el cielo comenzó entonces y continúa, por los ministros de Jehová. Él protege a estos portavoces suyos, guardándolos bajo la sombra de su mano o poder irresistible, mientras andan fielmente entre muchos en todas las tierras efectuando su gloriosa misión.—Eze. 9:2-4; 40:2.

      9, 10. ¿Cómo y con qué propósito se les está enseñando ahora de la Palabra de Jehová a los que están dispuestos a aprender?

      9 Es Jehová quien planta los nuevos cielos y coloca el fundamento de la nueva tierra; Pero los testigos de Jehová tienen Sus palabras puestas en su boca, y por eso predican que el reino del Todopoderoso Dios es la única esperanza para los humanos que desean sobrevivir en estos días llenos de sombras y en que se sacude todo lo que puede ser sacudido. Por todas partes ellos instan a los que oyen de buen agrado a dedicarse a Jehová y luego servir fielmente bajo la guía de su Rey del nuevo mundo ya entronizado. En la mente de hombres, mujeres y niños los testigos de Jehová infunden las verdades escritas concernientes a los nuevos cielos y la nueva tierra. De su Palabra escrita también proclaman los arreglos definidos de Jehová para su nuevo mundo que exclusivamente y por sí solo dirigirá todos los asuntos de la tierra cuando su guerra en el Armagedón quite permanentemente el presente sistema de cosas inicuo que pertenece a su archienemigo, Satanás. En todas las tierras del globo ahora se está enseñando, a los que están dispuestos a aprender, los principios, reglas y reglamentos del nuevo mundo que Jehová hizo que se registraran, y se les aconseja vivir ahora en armonía con ellos.

      10 Por ejemplo, frecuentemente ha oído usted el dicho: “No hay lugar como el hogar.” Entre los fundamentos sobre los cuales los hombres imperfectos en todas las edades han edificado naciones está el hogar. Los hogares son creados por el matrimonio. El sistema de cosas de Satanás ha hecho una farsa del matrimonio. Para el mundo de los humanos de hoy el matrimonio ha llegado a ser en gran manera asunto de conveniencia. De Su Palabra escrita los testigos de Jehová verdaderamente enseñan que el matrimonio es una institución divina y tiene que mantenerse limpio y puro si ha de tener buen éxito. En el nuevo mundo será administrado apropiadamente. Por eso los principios que Jehová ha fijado para el nuevo mundo ya están siendo establecidos en la mente de individuos fieles y rectos que esperan participar de las perspectivas felices que se van destacando más y más.

      11, 12. ¿Cómo participan ahora en el ministerio los “príncipes” a quienes se hace referencia en Isaías 32:1, y con qué resultados?

      11 La obra que Jehová hace antes del Armagedón Jehová la describe adicionalmente por la mano de su fiel escritor, Isaías: “¡He aquí! un rey reinará con rectitud, y príncipes gobernarán con justicia; y cada uno de ellos será como un escondite del viento, y un refugio de la tormenta, como corrientes de agua en un lugar seco, como la sombra de una roca grande en una tierra fatigosa.” (Isa. 32:1, 2, UTA) A Cristo Jesús como el entronizado Rey del nuevo mundo de Jehová ya lo hemos identificado. Él ahora verdaderamente está reinando con justicia, ‘en medio de sus enemigos.’ (Sal. 110:1; 2:1-12; Apo. 19:11-16) Pero ¿quiénes son estos ‘príncipes que gobiernan con justicia’? Seguramente esto no se refiere a ninguno de los grandes de este mundo malo o de los sistemas descollantes de la religión falsa, aunque a algunos de entre ellos se les llama “príncipes de la iglesia.” Tampoco son estos ‘príncipes que gobiernan con justicia’ los hijos del pequeño número de monarcas terrestres que queda.

      12 Sarim, la palabra hebrea de este texto que se ha traducido “príncipes,” significa caudillos o capitanes que toman parte en el servicio del Rey. Exactamente de esta manera también se usa en muchas otras partes de las Escrituras hebreas. Los “príncipes” son hombres sobre la tierra que están dedicados al Rey. Están equipados con todo lo que se requiere para la obra que están haciendo bajo la dirección del Rey. Pastorean a las otras ovejas del Rey, de las cuales ya hay una grande muchedumbre que con regularidad tiene que ser recogida, alimentada y preparada para un lugar en la sociedad del Nuevo Mundo. Satanás ahora trata de desorientar a las ovejas mediante sus vientos de doctrina y propaganda falsas, y podría producir mucho daño entre ellas si no fuera por la provisión de Jehová de “príncipes” o capitanes que llenan los requisitos para el ministerio de ayudar a las ovejas perplejas. Ahora bien, la “tempestad” que se menciona es una referencia a los asaltos que Satanás está haciendo hoy contra la sociedad de la religión verdadera, tratando de efectuar nuestra destrucción. (Isa. 32:2) Las ovejas del Rey son protegidas por el ministerio de los “príncipes” que traen refrescantes corrientes de verdad para guiar y fortalecer a esas personas humildes, y así ellas vienen bajo la sombra de la gran Roca, Jehová, el Dios vivo.

      13. ¿Por qué tiene éxito ahora la obra ministerial en muchas tierras?

      13 Estos “príncipes” o capitanes han sido bien instruídos en la sociedad del Nuevo Mundo mediante tales agencias como la Escuela bíblica de Galaad de la Wátchtower, o una de las muchas escuelas de ministerio teocrático provistas por los testigos de Jehová por todo el mundo en sus congregaciones. Ahora esta obra se está llevando a cabo con gran éxito en muchas tierras. Como resultado hay miles y más miles de personas, jóvenes y ancianos, que buscan protección y seguridad de las angustias de la tierra. No se les ofrece ninguna esperanza en el sistema de la religión falsa, pero en la sociedad del Nuevo Mundo se halla un pueblo que está regocijándose con el conocimiento de los buenos propósitos de Jehová, con la seguridad de que su reino, por el que se ha orado y esperado durante mucho tiempo, ahora está establecido en los cielos y pronto quitará de la tierra a Satanás y a su sistema de cosas que por tanto tiempo ha oprimido al género humano y reprochado el nombre de Jehová, nuestro Dios justo.

      14. ¿Qué consejo bíblico da énfasis a la importancia de preparación adecuada para el ministerio?

      14 En cualquier tiempo desde el día de Abel ha sido un gran privilegio ser testigo de Jehová. Pero ahora, particularmente, lo es porque vemos el cumplimiento de tantas profecías bíblicas. Como ejemplo, lea Isaías 60:1-3, 8: “¡Levántate! ¡resplandece, oh Sión! porque ha venido tu luz, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti. Pues he aquí que las tinieblas cubrirán la tierra, y densas tinieblas las naciones; mas Jehová, . . . se levantará sobre ti, y en ti será vista su gloria. Y naciones vendrán a tu luz, y reyes a tu naciente resplandor. ¿Quiénes son estos que vuelan como una nube, o a la manera de las palomas que vuelven en bandadas a sus ventanas?” De Jehová viene este mandato, y significa que la sociedad del Nuevo Mundo tiene mucho trabajo que hacer antes de que Su ira estalle en el Armagedón. Esto debe regocijar su corazón. ¡Imagínese!, “reyes” y “naciones” vendrán buscando consuelo y luz y se dirigirán a los ministros de Jehová a quienes él ha asignado para servir. Para este servicio es necesario que sus testigos llenen ciertos requisitos. Ahora es el tiempo para prepararse para este trabajo, porque en todas las tierras se necesitan muchos ministros. ¿Está usted interesado en este trabajo salvador de vidas? Si así es, prepárese para él. Jesús dijo que un “esclavo que entendió la voluntad de su amo pero que no se preparó ni hizo conforme a la voluntad de él, será golpeado con muchos azotes.” (Luc. 12:47, NM) Todos los que desean prepararse para este gran ministerio hallarán que toda ayuda posible ha sido provista por Jehová mediante su organización. Evite la necesidad de ‘ser golpeado con muchos azotes.’ Usted no los disfrutará tanto como disfrutará del prepararse para el ministerio. Ahora no hay tiempo que perder. ¡La acción pronta y cabal es esencial!

      TRABAJO SINGULAR AHORA EN PROGRESO

      15, 16. ¿Qué trabajo singular están haciendo ahora los ministros de la clase correcta? ¿Por qué?

      15 El trabajo que los siervos de Jehová han de hacer en estos días es singular. Consiste de ir a los hogares de la gente y conducir estudios bíblicos de casa con todos los que estén interesados. Este método interesa a las personas que son de corazón honrado, porque ellas pueden estudiar su Biblia en la quietud de sus hogares y aprender allí mucho acerca del nuevo mundo de Dios y las bendiciones que les esperan a todos los que obedecen la Palabra de Jehová. Las preguntas bíblicas se contestan de tal manera que pueden ser entendidas y recordadas, y todo esto sin usar mucho tiempo “preparándose para ir a la iglesia.” Las personas recién interesadas son instruídas en la importancia de decir a otras lo que aprenden, y éstas son ayudadas por siervos que son ministros maduros y que llenan los requisitos necesarios para su ministerio. Así en un tiempo corto otras personas llegan a ser “aptas para enseñar” a todavía otras, aprendiendo rápidamente lo que se requiere de ellas en su posición ministerial.

      16 Ahora las buenas nuevas del reino establecido de Jehová están siendo proclamadas en más de ciento cincuenta diferentes tierras, y la proclamación está siempre aumentando. En países donde la Biblia no se ha enseñado la gente tiene hambre de las verdades del Reino. En algunos lugares hay personas que no pueden leer, pero cuando se les lee el mensaje reconocen el sonido de la verdad, la recuerdan y prontamente ponen manos a la obra de decirla a otros que se hallan cerca de ellas. ¡Qué privilegio es ayudar a estas personas a aprender acerca de Jehová y su reino! Pronto, sin embargo, esta parte de la obra que Jehová ha asignado a su pueblo será terminada, y no habrá más oportunidad de sufrir por Cristo y a causa de la verdad, cosa que sus apóstoles se deleitaron en hacer. Tenga presente su recordativo: “Ya el segador está recibiendo un galardón y está recogiendo fruto para vida eterna.” (Juan 4:35, 36, NM) Para cumplir el mandato del Maestro de predicar las buenas nuevas del Reino a todas las naciones se necesitan muchos misioneros y “príncipes” que llenen los requisitos necesarios para este ministerio. Estos tienen que estar bien organizados en todas las tierras. “La cosecha, en realidad, es grande, pero los trabajadores son pocos,” dijo el Señor en su día; y hoy es igual, porque todo el mundo es el campo. Evidentemente Isaías se refería a la obra de predicación que habría de hacerse en estos días cuando escribió acerca de testigos de Jehová que serían recogidos de todas las naciones e instruídos en cómo trabajar. “Mas ahora, dice Jehová que te creó, . . . ¡No temas; porque contigo estoy yo! traeré tus hijos desde el Oriente, y del Occidente te recogeré; diré al Norte: ¡Da acá! y al Sur: ¡No detengas! ¡Traed a mis hijos de lejos, y a mis hijas desde los fines de la tierra! a cada uno que es llamado de mi nombre, y a quien yo he creado para mi gloria: yo le he formado, sí, yo le he hecho.”—Luc. 10:2, NM; Isa. 43:1, 5-7.

      17, 18. ¿Qué rasgos de la asamblea mundial de 1953 ilustran la unificación predicha de los que ahora participan en el ministerio?

      17 Ahora, esto seguramente no significa que Jehová recogerá a todos sus testigos en un solo lugar sobre la tierra y hará que prediquen únicamente allí. Más bien parece indicar que los recogerá a unidad estrecha a fin de instruirlos. Su declaración: “yo le he formado,” se referiría a los que son estrechamente juntados como unidad u organización para manifestar la gloria de Jehová. Vea cómo se hizo esto de manera limitada en el estadio Yanqui de la ciudad de Nueva York del 19 al 26 de julio de 1953. El miércoles de esa asamblea mundial de ocho días de los testigos de Jehová el presidente de la Sociedad Watch Tówer se dirigió a los siervos de sucursal, distrito y circuito reunidos y les habló sobre el tema: “El trabajo principal de todos los siervos.” El enorme estadio estaba lleno hasta su capacidad y todos siguieron con profundo interés el bosquejo que se hizo de la obra de predicación que ha de ser promovida en todas las tierras, con el propósito de recoger a las otras ovejas dentro de la sociedad del Nuevo Mundo. El orador indicó la necesidad de que todos trabajen de la misma manera bajo la dirección de la organización que Jehová ha establecido sobre la tierra para proclamar su mensaje de esperanza a todas las naciones, así como Jesús mandó: “Estas buenas nuevas del reino se predicarán en toda la tierra habitada con el propósito de dar un testimonio a todas las naciones, y entonces vendrá el fin consumado.”—Mat. 24:14, NM.

      18 En ese gran auditorio en el estadio Yanqui la mayoría de las naciones de la tierra estaban representadas, y se les dijo cuán importante es terminar este trabajo tan pronto como sea posible. Las actividades de la entera organización fueron bosquejadas con mucho detalle y la necesidad de que todos trabajen como un solo cuerpo grande, para completar la obra de testificar a las naciones, recibió mucho énfasis. La naturaleza de la obra que estos siervos tienen que desempeñar también se declara en el aserto de Jehová. “Todas las naciones están congregadas a una, y los pueblos están reunidos; sin embargo, ¿quién de entre ellos pudo predecir esto, pudo anunciárnoslo de antemano? Presenten ellos sus testigos para probar que tienen razón, para que oigan su defensa y digan: ‘Verdad es.’”—Isa. 43:9, UTA.

      19. (a) ¿Qué esfuerzos inútiles de líderes mundiales de hoy fueron predichos por Jehová? (b) ¿Qué responsabilidad confía él a sus testigos?

      19 Las naciones del mundo están en temor extremado en cuanto al futuro, y bien pueden estarlo a medida que descubren armas más nuevas y más letales lo bastante poderosas para destruir al género humano. También, parecen tener la disposición de usar dichas armas. Sus testigos, los clérigos de la religión falsa y los gobernantes de las diversas naciones, no tienen ningún mensaje consolador que ofrecer a la gente. Oh, sí, le advierten los peligros que yacen en el futuro y le piden que contribuya liberalmente para armamentos para hacer frente a la seria situación que arrostra el mundo. Pero no pueden decir qué cosa es la que les espera a las naciones. Jehová los invita a que relaten su plan para la protección y salvación del género humano, pero no tienen ninguno. Por eso se les aconseja guardar silencio acerca de la paz y prosperidad mundiales mediante sus esfuerzos vanos y que escuchen a Jehová Dios, quien, mediante sus testigos ahora sobre la tierra, tiene un mensaje bíblico de consuelo para todo el género humano. Y a sus ministros Jehová dice: ‘Ustedes son mis testigos, y mi siervo a quien he escogido; para que conozcan y me crean, y entiendan que yo soy él: antes de mí no se formó Dios alguno, ni lo será después de mí. Yo, yo soy Jehová; y aparte de mí no hay salvador.’—Isa. 43:10, 11.

      20. ¿Por qué se puede instar a toda la gente ahora a escuchar a los testigos de Jehová?

      20 Mediante un examen cuidadoso hallamos que el fiel profeta de Jehová, Isaías, identifica el tiempo en que esta profecía se cumple. Es el tiempo en que las naciones de la tierra se han juntado para tratar de encontrar la manera de traer y preservar la paz para el mundo. Pero bajo el predicho sacudimiento por Jehová las condiciones empeorarán más y más. Ahora este profeta, Isaías, bajo inspiración amonesta a estas naciones que se han juntado a prestar oídos a los testigos de Jehová, porque éstos conocen los propósitos de Él y han sido escogidos para dar a las naciones la información que necesitan para ser guiadas en estos tiempos decisivos. Jehová es el único que puede salvar a su pueblo, y a todos se nos insta a acudir a su Palabra para consuelo y esperanza. A esto Jesús también se refirió cuando dijo: “¿Quién es verdaderamente el esclavo fiel y discreto, a quien su amo asignó sobre sus domésticos para darles el alimento al debido tiempo? Feliz es aquel esclavo si al llegar su amo le hallare haciéndolo así. De cierto les digo: Lo nombrará al cargo de todos sus bienes.”—Mat. 24:45-47, NM.

      21. ¿Qué deberes del simbólico esclavo fiel y discreto ilustran las responsabilidades presentes del ministro de la clase correcta?

      21 El “esclavo fiel y discreto” de Jehová, los unidos hermanos ungidos de Cristo Jesús que quedan, por más de treinta años ya ha estado sirviendo al pueblo de Dios con la verdad de Su Palabra a medida que el entendimiento de ella se ha hecho más y más claro. Ahora a ese esclavo se le pide que dé un mensaje de verdad y consuelo a las naciones que están angustiadas ‘a causa de las cosas que vienen sobre la tierra habitada.’ Sí, ellas disciernen que vendrá aniquilación total a menos que algo se haga pronto para librar a la gente de sus propios planes diabólicos. Note que Jesús dijo que ‘nombraría’ a su esclavo fiel y discreto a cargo de todos sus bienes. “Bienes” aquí se refiere en parte a las verdades que ahora han de anunciarse a las naciones, y el que el esclavo sea nombrado a cargo de tales bienes indica que tiene la responsabilidad como distribuidor. De todos los que se han dedicado a Jehová Dios y su servicio ministerial él requiere que ahora participen en esta gran obra de distribución. Con ese fin todos deben hacer cuanto puedan para lograr desarrollo en cuanto a los requisitos necesarios para este ministerio mundial a las naciones. Cuando esta obra quede completa, entonces vendrá la guerra del Armagedón. Esta derribará por completo la organización inicua de Satanás, invisible y visible; arrojará a esa Serpiente en el abismo y dejará limpio el camino para el gobierno permanente de Jehová Dios mediante su Cristo. Sin nada que se le oponga, ese gobierno justo entonces traerá paz y felicidad a todos los sobrevivientes creyentes, para la propia honra y gloria de Jehová. Por eso, entonces, estudie su Biblia, llene los requisitos necesarios para el ministerio, únase a las actividades de la sociedad de ministros del Nuevo Mundo, y ¡viva para siempre en el nuevo mundo de Jehová que ahora se ha acercado!

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