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El milagro de la transfiguraciónLa Atalaya 1952 | 15 de diciembre
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El milagro de la transfiguración
“No, no fué mediante el desviarnos para seguir cuentos falsos inventados artificiosamente que nosotros los familiarizamos a ustedes con el poder y presencia de nuestro Señor Jesucristo, sino que fué mediante el haber llegado a ser testigos oculares de su magnificencia.”—2 Ped. 1:16, NW.
1. ¿Qué resultados provechosos les vienen a los que tienen el privilegio de ver algo de la gloria de Jehová y Cristo Jesús?
LA GLORIA magnífica de Jehová puede percibirse sólo en la medida que él se digne revelarla. Él puede esconderla o manifestarla, y felices son aquellos entre sus hijos a quienes se favorece y se les permite ver aunque sea un solo reflejo efímero del esplendor divino. Tal vista maravillosa levanta y fortalece a uno y le proporciona lo que se necesita para esclarecimiento y fidelidad. Capacita al siervo de Dios a hacer frente a condiciones críticas y confirma su esperanza a medida que avanza hacia el nuevo mundo y la vida eterna. En generaciones pasadas Jehová reveló su magnificencia en parte a Moisés, a Pedro, a Santiago y a Juan, y a su amado Hijo, nuestro Señor Jesús. Un estudio diligente del registro de Jehová hace posible que creamos su testimonio y de esa manera aprendamos para nosotros mismos acerca de la majestad y gloria asombrosas del Rey Eterno según éstas fueron reveladas por la vida, muerte, resurrección y segunda presencia del Señor Jesús. Además, por la bondad inmerecida de Jehová, ahora podemos ser animados y fortalecidos en la ejecución del servicio asignado a nosotros al ver la gloria de Jehová por medio de su Hijo Cristo Jesús que ahora reina. Los que se encuentran en esta condición feliz dan gracias y con una buena conciencia se esfuerzan por purificarse, siguiendo la santidad y regocijándose en la esperanza.
2, 3. Explique por qué Pedro dijo que no estaba siguiendo “cuentos falsos inventados artificiosamente”.
2 Note cuidadosamente las palabras de Pedro en su segunda carta, 2 Pe capítulo 1 (NW): “Que la bondad inmerecida y la paz les sean aumentadas a ustedes mediante un conocimiento acertado de Dios y de Jesús nuestro Señor, por cuanto su poder divino nos ha dado abundantemente todas las cosas que atañen a la vida y a la devoción piadosa, por medio del conocimiento acertado de aquel que nos llamó por medio de gloria y virtud.” (Vs. 2, 3) Entonces, después de una descripción de algunas cualidades que el cristiano tiene que poseer, él dice de ellas: “Porque si estas cosas existen en ustedes y rebosan, impedirán que ustedes sean inactivos o infructíferos tocante al conocimiento acertado de nuestro Señor Jesucristo.” (V. 8) Estas nunca deben olvidarse, de otro modo fracasaremos y perderemos la entrada al reino de nuestro Señor Jesucristo. Uno de los mejores modos de impedir tal ‘infructuosidad’ es hacer mención de ellas continuamente.
3 Enfáticamente y con mucha convicción, el apóstol continúa en el versículo 15: “De modo que haré cuanto pueda también a todo tiempo para que, después de mi muerte, ustedes puedan hacer mención de estas cosas para ustedes mismos.” Para confirmar el asunto y ayudar a sus hermanos él declara adicionalmente: “No, no fué mediante el desviarnos para seguir cuentos falsos inventados artificiosamente”—cuentos que pudieran haber originado con la mitología pagana o los escritos apócrifos. No, Pedro no había inventado diestramente un cuento. No hubo ningún sistema de pernicioso misticismo engañosa o “artificiosamente” edificado, no, nada artificial en lo que él tuvo que decir, cuando este esclavo fiel hubo revelado el poder y la presencia del Señor Jesús; se trataba de un testigo ocular de su magnificencia al recibir él “honra y gloria cuando palabras tales como éstas le fueron traídas [a Jesús] por la magnífica gloria: ‘Este es mi hijo, mi amado, en quien he puesto mi aprobación.’” “Sí,” dice Pedro, “estas palabras oímos traídas del cielo mientras estábamos con él en el monte santo.” (Vs. 16-18) Pedro aquí se refiere al milagro de la transfiguración, y, ya que vemos que él usa el hecho de ella para probar sus puntos, es muy necesario que la entendamos. Nos será útil hacer una consideración y ver la aplicación de ella.
LA TRANSFIGURACIÓN
4. Explique la transfiguración en sus propias palabras.
4 Lo que realmente sucedió ha sido registrado para nosotros en Mateo 17:1-9, Marcos 9:1-10 y Lucas 9:27-36. Citando del relato de Marcos (NW): “Además él siguió diciéndoles: ‘Verdaderamente les digo, Hay algunos de los que están aquí que no probarán la muerte hasta que primero vean el reino de Dios ya venido en poder.’ En efecto seis días después Jesús llevó consigo a Pedro y a Santiago y a Juan, y los condujo a un monte alto donde estuvieran solos. Y él fué transfigurado delante de ellos, y sus prendas exteriores se hicieron resplandecientes, mucho más blancas que lo que cualquier limpiador de ropa en la tierra pudiera blanquearlas. También se les apareció Elías con Moisés, y estaban conversando con Jesús. Y reaccionando, Pedro dijo a Jesús: ‘Rabí, es bueno que nosotros estemos aquí, así que levantemos tres tiendas, una para usted y una para Moisés y una para Elías.’ De hecho, él no sabía cómo debía responder, porque ellos se asustaron mucho. Y se formó una nube que los cubrió protectoramente, y una voz salió de la nube: ‘Este es mi Hijo, el amado; escúchenle.’ De repente, sin embargo, miraron alrededor y no vieron a nadie con ellos ya, salvo a Jesús solo. Mientras venían bajando del monte, él expresamente les ordenó que no contaran a nadie lo que vieron, hasta después que el Hijo del hombre se hubiese levantado de entre los muertos. Y ellos tomaron la palabra a pecho, pero discutían entre ellos mismos lo que quería decir esto de levantarse de entre los muertos.”
5. Poco antes de la transfiguración ¿qué preguntas les había hecho Jesús a sus discípulos, y por qué?
5 Es de importancia observar que cada escritor antecede el evento de esta visión notable con la pregunta de nuestro Señor y la discusión consiguiente con sus discípulos, “‘¿Quién están diciendo los hombres que soy?’ Ellos le dijeron: ‘Juan el bautista, y otros, Elías, y aun otros, Uno de los profetas.’ Y él les planteó la pregunta a ellos: ‘Pero ustedes, ¿quién dicen que soy?’ En respuesta Pedro le dijo: ‘Usted es el Cristo.’ También comenzó a enseñarles que el Hijo del hombre tendría que pasar por muchos sufrimientos y ser rechazado por los ancianos de influencia y los principales sacerdotes y los escribas y ser muerto, y levantarse tres días después.” (Mar. 8:27-29, 31, NW) Claramente Jesús aquí estaba confirmando que él era el Cristo, que él moriría y sería resucitado y que ellos verían el Reino en poder antes de probar la muerte. Los discípulos estaban preparados para lo que había de seguir, porque Jesús lo había dicho tan claramente que no podían entenderse mal sus observaciones.
6. ¿Cómo se cumplió la promesa de Jesús de que algunos de sus discípulos no verían la muerte hasta que primero vieran al Hijo del hombre en el Reino con poder?
6 ¿Exactamente qué dijo Jesús tocante a ver el reino de Dios? La respuesta quedará clara si se hace una breve comparación del registro hecho por los tres diferentes escritores: “. . . no probarán la muerte hasta que primero vean al Hijo del hombre viniendo en su reino” (Mat. 16:28, NW); “. . . hasta que primero vean el reino de Dios ya venido en poder” (Mar. 9:1, NW); “. . . no probarán la muerte hasta que primero vean el reino de Dios.” (Luc. 9:27, NW) El significado claro es que antes que ellos terminaran su curso terrestre primero tenían que ver al Hijo del hombre en su reino con poder. El Señor Jesús había llevado consigo a Pedro, Santiago y Juan a un monte alto a orar, y mientras oraban la apariencia de su rostro se hizo diferente y su vestimenta resplandeció y brilló con resplandor sobrenatural. Él fué “transfigurado” delante de ellos. Luego la visión reveló a Elías y Moisés conversando con él, ellos también apareciendo “con gloria”. Evidentemente en esta ocasión los tres apóstoles estaban agobiados con sueño, y a medida que despertaban completamente oyeron que se efectuaba una conversación. ¿Qué clase de discusión podría ser? Lucas es el único escritor que nos informa: “Estos aparecieron con gloria y empezaron a hablar acerca de su partida que él estaba destinado a cumplir en Jerusalén.”—Luc. 9:31, NW.
7. Describa cómo impresionó a los apóstoles esa visión.
7 Fué el impetuoso Pedro quien entonces prorrumpió con la sugestión de que sería bueno levantar tres tiendas en ese monte elevado, una para el Señor, otra para Moisés y otra para Elías. Mientras todavía hablaba, una nube se formó y empezó a cubrir al trío y salió “una voz de la nube, diciendo: ‘Este es mi Hijo, el Amado, a quien he aprobado; escúchenle.’ Al oír esto los discípulos cayeron sobre su rostro y se asustaron mucho. Entonces Jesús se acercó y, tocándolos, dijo: ‘Levántense y no tengan temor.’ Cuando alzaron los ojos, no vieron a nadie sino sólo a Jesús mismo. Y mientras iban descendiendo del monte, Jesús les mandó, diciendo, ‘No cuenten la visión a nadie hasta que el Hijo del hombre sea levantado de entre los muertos.’” (Mat. 17:5-9, NW) Esta visión de seguro había hecho una gran impresión en la mente de Pedro, porque treinta y un años después él escribió acerca de ella al esforzarse por hacer ver claramente a sus hermanos que él no había estado ‘inventando artificiosamente cuentos falsos’ sino que les había predicado la verdad.
8. ¿Aceptó Pedro la visión como un cumplimiento de la promesa de Jesús? Explique cómo y por qué.
8 Siguiendo con la consideración del asunto, Pedro usa esta visión de la transfiguración con respecto al “poder y presencia” del Señor Jesucristo, habiendo sido él mismo un testigo ocular de su magnificencia. Es muy evidente que lo que los apóstoles vieron comunicó a su mente prueba fehaciente del poder y presencia de Jesús. Pedro claramente manifiesta que la transfiguración fué para él el cumplimiento de la promesa de Jesús de que algunos de sus discípulos no probarían la muerte hasta que primero hubieran visto al Hijo del hombre en su poder regio. Mediante esta visión ellos habían visto la presencia y poder de Jesucristo en gloria del Reino, y acompañando a esto estuvieron las palabras que la gloria magnífica anunció de Jesús, ‘Este es mi Hijo, mi amado, en quien he puesto mi aprobación.’ Los apóstoles vieron el brillo, la magnificencia, y realmente oyeron la voz de Jehová desde los cielos reconociendo a Jesús como el amado Hijo de Dios, identificándole así como el aprobado y mandándoles que ‘le escucharan’.
9. ¿Cómo nos afectaría hoy esa gloriosa visión, y es de esperarse que habría una visión más grandiosa ahora?
9 Los tres discípulos quedaron asombrados por la majestad de este glorioso espectáculo. ¿No le pasaría lo mismo a cualquier hijo de Jehová ahora si tuviera el gran honor y privilegio de ver tal vista maravillosa? Luego, además de eso, ¡oír realmente la voz de Jehová desde los cielos! ¿Qué haría cualquiera de nosotros? Sin duda haríamos exactamente lo mismo, caer rostro a tierra atemorizados. Debido a que no hemos experimentado tal vista asombrosa nos es sumamente difícil comprender todo lo que está implicado, aunque sabemos que estos tres hombres se atemorizaron, lo que indica claramente el poder, convicción y reconocimiento de la presencia de la palabra de Jehová. Nunca se les olvidaría a ellos. Hoy no esperamos subir literalmente a un monte alto y ver tal visión. Sin embargo, mientras consideramos esa escena de la transfiguración, comprenderemos que los hijos de Dios sobre la tierra hoy tienen una visión mucho más grande en todo respecto. Si obtenemos la mente de Dios sobre estas verdades, ellas tendrán el mismo efecto sobre nosotros, haciéndonos hoy temer en presencia de la voz de Dios, y haciéndonos ver claramente nuestra pequeñez, y cuán completamente indignos somos de la bondad y misericordia de Jehová.
PALABRA Y VISIÓN PROFÉTICAS
10. ¿Cuál fué la promesa de la palabra profética en el Deuteronomio 18:15-19?
10 Para nuestro propio bienestar y fortaleza en estos tiempos de prueba indudablemente el deseo verdadero de cada uno es el obtener el mayor provecho de la visión que aquí se considera. Para entender su eficacia, vigor y esplendor hay que examinar la palabra escrita de Jehová que se dió hace siglos. Al hacerlo así, sabemos que las Escrituras hebreas habían enseñado que Jehová Dios levantaría un profeta semejante al majestuoso Moisés, un legislador, maestro y representante de Jehová, quien sería Rey en Israel. “Jehová tu Dios levantará para ti un Profeta de en medio de ti, de tus hermanos, semejante a mí; a él oiréis: . . . me dijo Jehová: Acertaron bien en lo que han dicho. Profeta les he de levantar, de en medio de sus hermanos, semejante a ti; y pondré mis palabras en su boca, y él les hablará todo cuanto yo le mandare. Y sucederá que el hombre que no obedeciere a mis palabras que él hablare en mi nombre, yo mismo le pediré cuenta de ello.”—Deu. 18:15, 17-19.
11. Explique algunas de las cosas en que Cristo es ‘semejante a Moisés’.
11 La promesa que Dios dió fué que ‘uno semejante a Moisés sería levantado’, y ciertamente hubo gran similitud entre Moisés y Cristo, aun desde su nacimiento. Se hizo un esfuerzo para destruirlos cuando eran bebés. Recibieron enseñanza especial de Jehová durante su período de ayuno de 40 días. Fueron levantados para libertar al pueblo de Jehová del mundo de idolatría y adoración falsa. Se opusieron a los sacerdotes y representantes de Satanás y exaltaron y adoraron al único verdadero Todopoderoso Jehová, llevando así el punto en disputa de la supremacía a una culminación victoriosa. Ambos fueron ‘corderos’ usados para el arreglo de pactos hechos para producir un pueblo especial, un reino de sacerdotes. Ambos edificaron tabernáculos donde la gloria de Jehová moró con ellos en sus servicios sacerdotales. Fueron comandantes y líderes, tuvieron naciones aunque no tuvieron países fijos, y fueron apartados para el servicio de Jehová. Estas sólo son unas cuantas de las cosas en que Moisés y Cristo fueron semejantes. Verdaderamente Cristo fué ‘uno semejante a Moisés’.
12. ¿Por qué debería figurar Elías en la visión del Reino?
12 No sólo se proponía Jehová levantar uno semejante a Moisés, uno Mayor que Moisés, sino que él prometió que un Elías Mayor también vendría. “¡Acordaos de la ley de Moisés mi siervo, la que yo le prescribí en Horeb, para todo Israel; mis estatutos y mis leyes! He aquí que os voy a enviar a Elías profeta, antes que venga el día grande y tremendo de Jehová. Y él volverá el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres; no sea que yo venga y hiera la tierra con maldición.” (Mal. 4:4-6) Ahora vemos que las profecías enseñan que dos grandes profetas hebreos iban a figurar en eventos futuros. Esto no significaría necesariamente que estos dos bien conocidos profetas realmente tendrían que aparecer en carne para cumplir estas profecías. Ambos murieron con fe y ahora esperan su resurrección.
13. Mencione algunas de las obras sobresalientes de Elías y la conexión que éstas tienen con los eventos de la primera venida.
13 Jehová dijo: “Os voy a enviar a Elías profeta.” El hombre Elías había sido fiel y nunca había dudado de Jehová y se le honraba por sus obras de fe. Una de las grandes obras que Elías ejecutó fué el conducir a Israel al arrepentimiento verdadero, y por lo tanto deberíamos esperar que el ‘Elías venidero’ hiciera una obra de la misma clase. En los días de Jesús, Juan el Bautista había completado la obra como precursor. También este reconciliador trabajó concienzudamente para volver la gente al camino de la justicia y si fuese posible efectuar su conversión. Él bien sabía que si ellos no se hallaran convertidos cuando el día de la ira estuviera listo para ser derramado serían destruídos completamente. Juan el Bautista estaba desempeñando un servicio parecido a la clase de servicio que Elías efectuó. Él denunció a los sacerdotes que estaban sirviendo al Diablo, reprendió al rey, dió una amonestación a Israel y sirvió al gran Jehová intrépidamente. Mientras tanto los líderes de Israel estaban cometiendo el error de mirar al hecho de la venida de Elías más como un evento milagroso para ellos, que comprender que la obra que él iba a hacer realmente había de anteceder al juicio de destrucción, y que por lo tanto era su última esperanza. Hasta ahora, entonces, podemos ver que dos profetas fueron prometidos para el fin de los días, y ambos se vieron en esta escena de la transfiguración.
14. Cite algunas de las promesas que Jehová había hecho concernientes al hijo de David. ¿Cómo tienen éstas su lugar en la escena de la transfiguración?
14 No sólo vemos en esta escena a Moisés y Elías con su vestimenta resplandeciendo; recuerde que Jesús el Cristo de Dios estaba allí. Él está allí como El Cristo, el ungido de Jehová, porque las profecías claramente habían enseñado que vendría un hijo de David que sería el ungido del Señor, y su reino dominaría para siempre. Dice Jehová, “He hecho pacto con mi escogido, he jurado a David mi siervo: Para siempre estableceré tu linaje, y edificaré de siglo en siglo tu trono. Estableceré también su linaje para siempre, y su trono durará como los días del cielo. Una vez he jurado por mi santidad; no mentiré a David: su linaje durará para siempre, y su trono como el sol delante de mí. Será establecido para siempre como la luna, y como testigo fiel en el cielo.” (Sal. 89:3, 4, 29, 35-37) “He aquí que vienen días, dice Jehová, en que levantaré para David un Vástago justo, el cual reinará como rey, y prosperará; y ejecutará juicio y justicia en la tierra.”—Jer. 23:5; vea también Jer. 30:9; Eze. 34:23, 24; 37:24.
15. Además de ser Cristo hijo de David, ¿qué otra cosa era él? Dé prueba.
15 El hijo de David sería mayor que David, sería el “señor” de David, porque él sería el Hijo ungido de Jehová. Las categorías de hijo, rey y ungido todas están unidas en el Salmo 2:2, 6, 7. Isaías asimismo testifica tocante a la relación entre el reino y el hijo y heredero de David, y el Mesías: “Porque un Niño nos ha nacido, un Hijo nos es dado: y el dominio estará sobre su hombro; y se le darán por nombres suyos: Maravilloso, Consejero, Poderoso Dios, Padre del siglo eterno, Príncipe de Paz. Del aumento de su dominio y de su paz no habrá fin; se sentará sobre el trono de David y sobre su reino, para establecerlo, y para sustentarlo con juicio y justicia, desde ahora y para siempre.” (Isa. 9:6, 7) A la primera venida de nuestro Señor, Israel esperaba al ungido de Dios, el que sería su rey. La piedra angular de Sión había de ser puesta y Jehová lograría esto, porque está escrito: “Este es el día que ha hecho Jehová; . . . ¡Bendito aquel que viene en el nombre de Jehová!” (Sal. 118:22-26) “Díganle a la hija de Sión, ‘¡Mira! tu Rey está viniendo a ti, de genio apacible, y montado sobre un asno, sí, sobre un pollino, hijo de una bestia de carga.’ . . . ‘¡Salva, rogamos, al Hijo de David! ¡Bendito es el que viene en el nombre de Jehová!’” (Mat. 21:5, 9, NW) Esto significa que no sólo había prometido Jehová uno mayor que Moisés y Elías sino también uno mayor que David, uno que sería el Hijo de Dios. Esto se comprueba por el registro al cual ahora dirigimos nuestra atención.
EL HIJO Y HEREDERO DE DIOS
16. Dé apoyo bíblico manifestando que el hijo de David es el propio hijo de Dios.
16 Al tiempo que María concibió, el ángel dijo: “Has hallado favor con Dios; y, ¡mira! concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y habrás de llamarlo Jesús. Este será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y Jehová Dios le dará el trono de David su padre, y él será rey sobre la casa de Jacob para siempre, y no habrá fin de su reino. . . . Espíritu santo vendrá sobre ti, y poder del Altísimo te sombreará. Por esa razón también lo que nace será llamado santo, el Hijo de Dios.” (Luc. 1:30-35, NW) Al tiempo que nació el hijo, el ángel de Jehová fué enviado para anunciarlo a los pastores del campo. “Y de repente el ángel de Jehová se puso junto a ellos y la gloria de Jehová centelleó en derredor de ellos, y se asustaron mucho. Pero el ángel les dijo: ‘No teman, porque, ¡miren! les estoy declarando a ustedes las buenas nuevas de un gran gozo que toda la gente tendrá, porque les nació a ustedes hoy un Salvador, que es Cristo el Señor, en la ciudad de David.’” (Luc. 2:9-11, NW) Luego tenemos el registro del testimonio de Simeón: “Él no vería la muerte antes que hubiese visto al Cristo de Jehová. . . . ‘Este es puesto para la caída y el levantamiento de nuevo de muchos en Israel y para señal en contra de la cual se hablará.’” (Luc. 2:26, 34, NW) Fué cierto que él llegó a ser una “piedra de tropiezo” y “roca de caída” para ambas casas de Israel.
17-19. ¿Cómo sabemos que Cristo es el heredero de Dios?
17 A Juan el Bautista los judíos, mediante sus sacerdotes y levitas, le hicieron algunas preguntas: “‘¿Quién es usted?’ . . . ‘No soy el Cristo.’ . . . ‘¿Qué, entonces? ¿Es usted Elías?’ . . . ‘No lo soy.’ ‘¿Es usted El Profeta?’ . . . ‘¡No!’ . . . ‘¿Por qué, pues, bautiza usted si usted mismo no es el Cristo ni Elías ni El Profeta?’” (Juan 1:19-25, NW) Note en lo susodicho cómo se mencionan en unión a los mismos tres siervos. Natanael expresó el asunto concisamente en una oración: “Rabí, usted es el Hijo de Dios, usted es Rey de Israel.” (Juan 1:49, NW) Porque Jesús era el Hijo de Dios era el heredero de aquellas cosas que Jehová prometió. Ciertamente él era algo más que el hijo y heredero de David. Jesús preguntó a los judíos: “‘¿Qué piensan ustedes acerca del Cristo? ¿De quién es hijo?’ Ellos le dijeron: ‘De David.’ Él les dijo: ‘¿Cómo, entonces, es que David por inspiración le llama “Señor”, diciendo: “Jehová dijo a mi Señor, ‘Siéntate a mi diestra hasta que ponga a tus enemigos debajo de tus pies’”? Por lo tanto, si David le llama “Señor”, ¿cómo es él su hijo?’” (Mat. 22:42-45, NW) “Así que la Palabra vino a ser carne y residió entre nosotros, y tuvimos una vista de su gloria, gloria como la que pertenece a un hijo unigénito por parte de un padre.” (Juan 1:14, NW) “Lo he visto y he dado testimonio que éste es el Hijo de Dios.” (Juan 1:34, NW) Al tiempo del bautismo Jehová lo reconoce como su Hijo, “Y una voz salió del cielo: ‘Tú eres mi Hijo, el amado; yo te he aprobado.’”—Luc. 3:22, NW.
18 Se nos proporciona más corroboración en los escritos de Pablo a los hebreos: “Dios, que hace mucho habló en muchas ocasiones y de muchas maneras a nuestros antepasados por medio de los profetas, al fin de estos días nos ha hablado por medio de un Hijo, a quien él ha nombrado heredero de todas las cosas.” (Heb. 1:1, 2, NW) De nuevo tenemos la ilustración que Jesús dió: “‘Enviaré a mi hijo el amado. Probablemente respetarán a éste.’ Cuando los cultivadores alcanzaron a verlo se pusieron a razonar uno con otro, diciendo: ‘Este es el heredero; matémosle, para que la herencia sea nuestra.’” (Luc. 20:13, 14, NW) Al quedar establecido así por este registro, no hay duda alguna de que el que es identificado como el Hijo de Dios es heredero del mundo cuyo reino durará para siempre.
19 Resumiendo entonces lo que está implicado en la transfiguración, podemos ver (1) que Moisés prefiguró a uno que vendría después de él y quien sería un mayor líder, legislador, libertador y rey para Israel; (2) que Elías, quien fué uno de los más grandes profetas, prefigura a uno aun mayor que vendría, el que lograría efectuar ciertas obras en conexión con el rey y el reino del poder de Dios; (3) la promesa del Mesías que es el Cristo de Dios, aquel a quien Dios ha escogido y aprobado, ungido para ser rey y sacerdote; y (4) a Jesucristo el Hijo de Jehová Dios y heredero al Reino y el nuevo mundo.
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Poder y presencia de nuestro Señor JesucristoLa Atalaya 1952 | 15 de diciembre
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Poder y presencia de nuestro Señor Jesucristo
1. ¿Cuáles grandes verdades recordarían después estos tres testigos al reflexionar acerca de la transfiguración?
ESTOS tres discípulos, Pedro, Santiago y Juan, estaban bien informados tocante a las Escrituras, no sólo teniendo conocimiento de las profecías sino teniendo un corazón que estaba en armonía con el gran Dios de los cielos, y ellos habían aprendido mucho por mediación de Jesús. Por eso cuando vieron su transfiguración ésta no fué como un cuadro pasajero. Habían subido a un monte alto y estaban cansados y con sueño. Sin embargo, despertaron completamente y contemplaron esa escena maravillosa y también oyeron algo de la conversación. ¡Cuán a menudo volverían a captar mentalmente estos tres hombres ese resplandor de gloria, ese brillo que nunca podría ser olvidado, y contemplar su significado, uniendo profecía con profecía, promesa con promesa, y, coronándolo todo, la voz de Dios! En Moisés vieron representada la ley, el pacto, la organización teocrática, el Reino, la liberación de la nación y el ser trasladados a salvo a la Tierra Prometida. Para ellos, Moisés significaba esto y mucho más. En Elías verían al fiel defensor de la adoración pura y verdadera, un odiador verdadero de la adoración falsa, un defensor del servicio de Jehová, un censurador de reyes, destructor de sacerdotes falsos, restaurador de muertos a vida y uno quitado del servicio terrestre sin la determinación de hombres. Luego vieron al Hijo de Dios en gloria, y tal gloria ellos sabían que pertenecía al Cristo de Dios. Seguramente la visión, pues eso era, representó en miniatura casi a manera de cuadro al vivo, aunque no sin vida, al Hijo del hombre en gloria, con su poder del Reino. ¡De qué mejor modo o forma podrían haberlo visto, ya que esa visión lo abarcó todo!
2. ¿Es esclarecedora la conversación del trío en la visión? ¿Por qué?
2 Allí tenían también la conversación entre Moisés, Elías y Jesús. Y ¿de qué estuvieron hablando? Probablemente de muchas cosas no registradas, pero sí sabemos que discutían la partida de Jesús en Jerusalén. (Luc. 9:31, NW) Por lo tanto nos interesa saber lo que estaba implicado en ella. Es necesario que recordemos que sólo una semana antes Jesús abiertamente había dicho a sus discípulos: “El Hijo del hombre tiene que pasar por muchos sufrimientos y ser rechazado por los ancianos de influencia y los principales sacerdotes y escribas y ser muerto y al tercer día ser levantado.” (Luc. 9:22, NW) El uso de la palabra “partida” es muy esclarecedor, y sumamente importante. En la versión de Nácar-Colunga se usa la palabra “muerte”, que no transmite la idea completa. Cuando la palabra “muerte” se usa, sólo pensamos en dejar de existir; pero partida transmite la idea de salir, de ir a alguna parte. La palabra griega de la cual se traducen las palabras “partida” y “muerte” en este texto es éxodos. Cuando pensamos en éxodo se abarca más que “muerte”.
3. ¿Cómo tuvo Moisés una partida? y ¿estuvieron incluídos otros?
3 Moisés y la nación teocrática típica experimentaron un éxodo y éste se obtuvo sobre la base de la promesa de Jehová, la muerte de los primogénitos de Egipto, el cordero muerto y la sangre rociada. La muerte estuvo envuelta en el primogénito de Egipto y en el cordero degollado que tomó el lugar de Moisés. Esa fué la muerte de ellos, pero también la partida de Moisés, quien prefiguró a Cristo. La liberación no vino sólo a Moisés sino a por lo menos otros dos millones de personas. Fué su salida, su marcha, un éxodo, una partida. El libro hebreo del Éxodo nos da un relato de las primeras etapas en el cumplimiento de la promesa que Jehová hizo a los fieles de antes del día de Moisés con referencia al desarrollo de Israel, realmente desde una familia hasta una nación. Su éxodo fué el logro de la liberación, tiempo durante el cual no tuvieron ciudad permanente sino que estuvieron en marcha del mundo de Satanás a su herencia. Jehová llamó a su pueblo de Egipto y finalmente lo constituyó un reino.
4. ¿De qué modo tuvo Elías una partida, y está él vivo en los cielos?
4 Elías tuvo un éxodo, aunque su partida fué sumamente diferente. El registro declara: “Y aconteció que mientras ellos seguían andando y hablando, he aquí un carro de fuego con caballos de fuego, que los separaron al uno del otro; y subió Elías en un torbellino al cielo. Y Elíseo le vió, y clamó repetidamente: ¡Padre mío! ¡padre mío! ¡carro de Israel y su gente de a caballo!” (2 Rey. 2:11, 12) No debe considerarse que esta partida quiere decir que Elías está en el cielo todavía activo en forma corporal, porque Pablo dice en Hebreos 11:13 (NW): “En fe murieron todos éstos, aunque no recibieron el cumplimiento de las promesas, pero las vieron desde lejos.” El Señor Jesús dijo: “Además, ningún hombre ha subido al cielo sino el que descendió del cielo, el Hijo del hombre.” (Juan 3:13, NW) Jehová arregló la partida de Elías de este modo a fin de representar y prefigurar algo mayor concerniente al Elías que había de venir en el futuro.
5, 6. ¿Esperaba Jesús sólo muerte en Jerusalén? ¿Cómo lo sabemos?
5 El Moisés y el Elías de la visión estaban hablando de la partida de Jesús, no sólo de su muerte, el dejar la obra terrestre al morir y que así terminara, sino de una salida a algo más, a un futuro, sí, a una eternidad delante de él. Él había dicho que sería levantado al tercer día, y en una ocasión declaró: “¿Qué será, por consiguiente, si ustedes contemplan al Hijo del hombre ascendiendo a donde él estaba antes?” (Juan 6:62, NW) Su muerte fué muerte victoriosa y quiso decir salvación para los del mundo que oyeran su voz. La partida de Cristo Jesús significa la liberación de multitudes de presos. Por consiguiente Pablo cita: “Cuando ascendió a lo alto se llevó cautiva a una multitud; dió dádivas en hombres.” (Efe. 4:8, NW) El rey David proféticamente había escrito: “Los carros de Dios son veinte millares de miles sobre miles; el Señor está en medio de ellos; como en Sinaí, así en el Santuario. Subiste a lo alto; llevaste multitud de cautivos; recibiste dones entre los hombres, y entre los rebeldes también; para poder morar Jehová Dios en medio de ellos.” (Sal. 68:17, 18) Aquí note también las palabras del apóstol: “Es de acuerdo con la operación de la potencia de su fuerza [la de Dios], con la cual ha operado en el caso del Cristo cuando lo levantó de entre los muertos y lo sentó a su diestra en los lugares celestiales, muy por encima de todo gobierno y autoridad y potestad y señorío y todo nombre que se nombra.”—Efe. 1:19-21, NW.
6 La partida de Jesucristo quiso decir partir de esta tierra mediante la muerte y luego ser levantado de entre los muertos por su Padre y ser ensalzado a la posición gloriosa en la majestad celestial. Se había hecho la promesa, “Porque no dejarás mi alma entre los muertos, ni permitirás que tu Santo vea corrupción. Me harás conocer el sendero de la vida: en tu presencia está la plenitud de gozo; a tu diestra se hallan delicias eternamente.” (Sal. 16:10, 11) De modo que la partida en el caso de Jesucristo quiso decir mucho más que sólo su muerte.
7. ¿Qué otro detalle de la transfiguración sirvió para confirmar la profecía?
7 Todavía hay más en cuanto a la escena de la transfiguración, porque como corona de este espectáculo de toda gloria se proporciona más confirmación. A medida que la nube se formó y comenzó a cubrirlos protectoramente “se atemorizaron. Y una voz salió de la nube, diciendo: ‘Este es mi Hijo, el que ha sido escogido. Escúchenle.’” (Luc. 9:34, 35, NW) Con razón en años posteriores Pedro escribe: “Él recibió de Dios el Padre honra y gloria cuando palabras tales como éstas le fueron traídas.” (2 Ped. 1:17, NW) Es cuando combinamos todos estos detalles separados en un total que realmente empezamos a apreciar cómo fué que estos tres apóstoles vieron al Hijo del hombre en su gloria, en el Reino con su poder y majestad. Jehová estaba confirmando la palabra que él había hablado por medio de Moisés y los profetas. “Escúchenle” dijo la voz de Jehová. “A él oiréis” se había declarado por medio de Moisés. Luego poco después de la partida de Jesús, Pedro exclama: “A él tienen que escuchar conforme a todas las cosas que les hable. Realmente, cualquier alma que no escuche a ese Profeta será completamente destruída de entre el pueblo.” (Hech. 3:22, 23, NW) En vez de que Moisés estuviera ahora hablando al pueblo de Dios la autoridad fué trasladada a Cristo Jesús. El pacto de la ley estaba terminando y el nuevo pacto comenzando.
8, 9. (a) ¿Cómo manifiesta Pablo su conocimiento y entendimiento de esta visión? (b) ¿Cuán importante es la voz de Jesucristo en este respecto?
8 Parece que las palabras del apóstol Juan en su primer Jn capítulo 1 fueron influídas por la escena de la transfiguración. “Así que la Palabra vino a ser carne y residió entre nosotros, y tuvimos una vista de su gloria, gloria como la que pertenece a un hijo unigénito por parte de un padre.” (Juan 1:14, NW) Quizás muchas de estas cosas de las que habla Juan fueron escritas con la gloriosa visión en mente. Luego hay otra confirmación que manifiesta la importancia de la transfiguración y su representación del Reino y la majestad del Rey. Escuche las palabras de Pablo: “Dios, que hace mucho habló en muchas ocasiones y de muchas maneras a nuestros antepasados por medio de los profetas [Moisés, Elías y otros], al fin de estos días nos ha hablado por medio de un Hijo [‘¡Escúchenle!’], a quien él ha nombrado heredero de todas las cosas [‘¡Este es mi hijo!’], . . . Él es la reflexión de su gloria y la representación exacta de su mismo ser, y él sostiene todas las cosas por la palabra de su poder, y después que él hubo hecho una purificación por nuestros pecados [pasó a la muerte] se sentó a la diestra de la majestad en lugares encumbrados [completó su éxodo o “partida”].”—Heb. 1:1-3, NW.
9 Pablo continúa explicando que, no a cualquiera ha dicho él ‘Tú eres mi Hijo’, sino que cuando él pone de manifiesto a su primogénito lo reconoce y les dice a todos los ángeles que le adoren; y después de estas palabras Pablo cita del Salmo 45 para probar que éste es el ungido y que continuará para siempre. Luego él usa palabras parecidas a las de Pedro: “Por eso es necesario que pongamos más que la acostumbrada atención a las cosas que nosotros escuchamos, para que nunca nos deslicemos. ¿Cómo escaparemos si hemos descuidado una salvación de tal grandeza puesto que empezó a ser hablada por medio de nuestro Señor?” (Heb. 2:1, 3, NW) Así que mucho de lo que Pablo escribió a los hebreos refleja la escena de la transfiguración. Aun el matiz de pensamiento alcanza grandes alturas en armonía con ésta, manifiesta las glorias del nuevo pacto en su expresión verdadera, y demuestra el anochecer del viejo pacto. Pero ¡cuán grandioso es el amanecer del nuevo, y las perspectivas celestiales iluminadas de esta manera! La transfiguración manifiesta la gloria de Moisés y Elías y luego el desvanecimiento de ésta con honor, pero la voz de autoridad sale del cielo reconociendo al Hijo y mandando que es a él a quien ellos tienen que escuchar. Sí, aunque Jehová en tiempos pasados habló por medio de los profetas ahora él hablará por medio de su Hijo. La voz de Jesucristo es como la voz de Jehová Dios para su pueblo. Benditos son sus ojos si ven y sus oídos si oyen, porque estas verdades traerán mucho gozo y consuelo.
SIGNIFICADO PROFÉTICO
10. ¿Prefiguró la transfiguración algo más grandioso, y qué confirma?
10 Aunque esa aparición magnífica fué tan impresionante y significativa para los tres apóstoles y para la iglesia primitiva, y también para los fieles desde entonces, no obstante ése no es el fin, porque significa mucho más para nosotros hoy. ¿Por qué? La respuesta sencilla es que ahora hemos llegado a la presencia real de nuestro Señor Jesucristo y su reino está aquí en su poder. El Rey, Cristo Jesús, no gobernó en su primera venida, y recordemos que la transfiguración sólo fué una visión, aunque con toda seguridad representó cosas más grandiosas por venir. Las Escrituras y los hechos señalan a la segunda aparición de nuestro Señor, tiempo en que él vendrá con la gloria del Padre para gobernar al mundo. Hay una cosa segura, y ésta es que la visión de la transfiguración confirma la palabra profética de Jehová, dándole vida, y por eso nos habla elocuentemente. Pedro dice: “En consecuencia, tenemos la palabra profética hecha más firme, y hacen bien en prestarle atención como a una lámpara que resplandece en un lugar oscuro, hasta que amanezca el día y el lucero del alba se levante, en sus corazones.”—2 Ped. 1:19, NW.
11. ¿Cuándo se realizará la aparición de Cristo? Cite textos para probarlo y mostrar quiénes la verán.
11 Aquí también hay algo futuro, una mirada adelante a un gran evento. Pablo dice: “Porque ¿cuál es nuestra esperanza o gozo o corona de alborozo—¿no lo son en verdad ustedes?—delante de nuestro Señor Jesús en su presencia?” (1 Tes. 2:19, NW) Jesús dijo, “Porque el Hijo del hombre está destinado a venir en la gloria de su Padre con sus ángeles.” (Mat. 16:27, NW) “Y verán al Hijo del hombre viniendo sobre las nubes del cielo con poder y grande gloria.” (Mat. 24:30, NW) “Cuando el Hijo del hombre llegue en su gloria y todos los ángeles con él, entonces se sentará sobre su glorioso trono.” (Mat. 25:31, NW) Este tiempo de gloria era futuro y Pablo manifestó que, aunque la promesa de la palabra profética era tener a todos los ángeles sujetos al Hijo, empero por razón específica ese tiempo todavía sería futuro. (Para explicación vea Hebreos 2:8-15, NW) La gloria del Rey Cristo Jesús estaría en plenitud en la segunda aparición, cuyo tiempo es ahora. Jehová Dios de nuevo lo declarará, esta vez a toda la gente, como su Hijo, el Rey del nuevo mundo.
12. ¿De qué manera se ha demostrado el poder de Cristo en estos últimos días? y ¿qué mensaje se dirige al mundo, y por qué?
12 El Rey reina en y desde el cielo, porque la segunda presencia es un hecho consumado. Su autoridad y fuerza quedaron demostradas cuando echó a Satanás y sus demonios de los cielos y quebrantó su poder; también por la liberación de su pueblo de la encarcelación en Babilonia de modo que cientos de miles ahora están regocijándose en su libertad. Por su dirección y poder estos libertados han sido preservados, a pesar de todo el odio concentrado que se ha dirigido contra ellos. La proclamación del establecimiento del Reino está haciéndose más fuerte y se está oyendo en lugares más lejanos cada año, y antes de que la obra sea terminada se conocerá que es la proclamación principal y más importante del mundo. Esta predicación de las buenas nuevas tiene que hacerse antes que venga el fin. Sí, el fin télico, porque cuando se haya acabado de dar el testimonio a las naciones entonces vendrá el más terrible tiempo de dificultad que este mundo jamás habrá conocido, porque Dios herirá la tierra con una maldición. “Antes que tenga efecto el decreto, (el día pasa como la paja arrebatada del viento,) antes que venga sobre vosotros la ardiente indignación de Jehová; . . . Buscad a Jehová, todos los mansos de la tierra, . . . buscad la justicia, buscad la mansedumbre; puede ser que os pongáis a cubierto en el día de la ira de Jehová.”—Sof. 2:2, 3.
13, 14. (a) ¿Cómo se hace la obra de Elías? (b) Explique Hechos 3:19-22 con relación a esto.
13 El mensaje para la población de la tierra implica el exhortar a la gente a que vea claramente los días peligrosos, para que sepa la proximidad del fin completo del viejo sistema. Antes que venga la ira de Jehová los que quieran la salvación deben producir obras que traigan misericordia y perdón. El arrepentimiento es necesario. Recuerde la promesa de Jehová: “He aquí que os voy a enviar a Elías profeta, antes que venga el día grande y tremendo de Jehová.” (Mal. 4:5) La obra de Elías fué la de volver a los habitantes de sus hechos malos al arrepentimiento. Jehová ha manifestado su consideración y misericordia para con la entera población de este mundo mediante el enviar a sus siervos bajo su dirección a dar amonestación de la destrucción inminente. Para que sean salvos para vida los que oigan el mensaje tienen que obedecer los mandatos de Dios según se expresan por medio del Rey, Cristo Jesús.
14 Ahora examinemos brevemente las palabras que Pedro pronunció después del Pentecostés. “Por lo tanto, arrepiéntanse, y vuélvanse para que sean borrados sus pecados, para que vengan tiempos de refrigerio de la persona de Jehová y para que él envíe al Cristo señalado para ustedes, Jesús, a quien el cielo, verdaderamente, debe contener dentro de sí mismo hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas de las cuales Dios habló por boca de sus santos profetas de tiempo antiguo. De hecho, Moisés dijo: ‘Jehová Dios producirá para ustedes de entre sus hermanos un profeta semejante a mí. A él tienen que escuchar conforme a todas las cosas que les hable.’” (Hech. 3:19-22, NW) Estas palabras tienen que aplicar en el cumplimiento del gran día de restauración, el tiempo del dominio del Reino; así que Pedro se une a Moisés, Elías y Cristo al enseñar el reino de Dios.
15. ¿Con qué propósito viene Cristo en la gloria de Jehová, y cómo sabemos que él está presente?
15 En la gloria de Jehová, Cristo Jesús aparece por la segunda vez para juzgar y gobernar. Está escrito: “¿Quién es este Rey de gloria? ¡Jehová, el fuerte, el valiente! ¡Jehová, el valiente en batallas! . . . ¡Jehová de los Ejércitos, él es el Rey de gloria!” (Sal. 24:8, 10) La gloria de Jehová está sobre Cristo. “Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda la creación.” (Col. 1:15, NW) Las siguientes palabras proféticas están recibiendo cumplimiento ahora: “Mis ojos han visto al Rey, a Jehová de los Ejércitos. . . . ¡Santo, santo, santo es Jehová de los Ejércitos, toda la tierra está llena de su gloria!” (Isa. 6:5, 3) Por fin ha llegado el día para que suceda todo lo que ha sido escrito en las profecías. Se han acercado los días del cumplimiento de toda visión. (Eze. 12:23) Muchas señales y maravillas ya han sucedido y hay más que seguirán, porque el Hijo de Dios y Rey del mundo está presente, y todo lo que fué prefigurado y prometido por medio de Moisés, Elías y para el Mesías ahora sucederá.
16. Como resultado de su poder y presencia ¿cuáles son algunas de las señales y maravillas ahora evidentes?
16 El resto de los ungidos ha sido congregado; centenares de miles de las “otras ovejas” ya han sido recogidas; el viejo mundo ha sido amonestado; nuevos sistemas de cosas están comenzando; el amado Hijo de Dios ha sido entronizado en los cielos; el gobernante del viejo mundo y sus demonios han sido removidos y degradados; la religión falsa ha sido expuesta; la clase del “hombre rico” se halla atormentada. La adoración verdadera ha sido restaurada. El mensaje del Reino está siendo publicado por dondequiera. La unidad ha llegado al pueblo de Jehová. La organización teocrática está ahora restaurada, y muchas otras maravillas han acontecido que son demasiado numerosas para mencionarlas aquí. Y piense en algunas de las cosas maravillosas que todavía se efectuarán: Babilonia la grande será destruída por completo; se pondrá fin a las guerras; toda iniquidad y toda forma de maldad serán terminadas, con una restauración plena de todas las cosas que el hombre perdió por la desobediencia; y la humanidad restaurada disfrutará de paz, gozo, felicidad y vida sin fin. El Príncipe de Paz estará dominando. ¡Cuán glorioso y feliz día! ¡Quién puede retraerse de proclamar sus buenas nuevas!
17. ¿Debemos continuar dando la alarma al mundo antes que venga la destrucción? ¿Por qué?
17 En estos últimos días el pueblo de Jehová ha estado llevando a cabo la obra Elías, particularmente desde 1878 hasta 1918, cuando la obra fué interrumpida y esa parte del servicio del Reino entonces terminó. Poco después el pueblo de Dios salió de la condición silenciosa y efectuó obras más poderosas, así como Eliseo continuó después que Elías terminó; de hecho, Eliseo siguió la obra de Elías ungiendo a Hazael para ser rey sobre Siria y a Jehú como rey sobre Israel, en armonía con los mandatos de Elías. (1 Rey. 19:15; 2 Rey. 8:8-15; 9:1-10) Aunque Elías terminó la obra en cuanto a lo que tocaba a él, sin embargo fué Elíseo quien la completó. Así es en estos últimos días: aunque el servicio Elías como tal fué interrumpido en 1918, sin embargo Jehová por medio de su pueblo todavía completa la obra de amonestación que ha de hacerse antes que venga la destrucción.
18. ¿Experimentará el resto de los ungidos en estos últimos días una partida o sólo una muerte?
18 Además, creemos que en 1918 los santos que habían estado durmiendo fueron despertados y levantados a la gloria celestial para estar con su Señor para siempre. Los santos que ahora están con vida en la tierra serán cambiados en un instante al morir para unirse al Señor que ha vuelto. Su muerte será un éxodo, una partida. Sí, ellos también sufrirán muchas cosas, serán rechazados, pero, sin dormir en la muerte, serán cambiados y levantados a la gloria celestial, para estar por siempre jamás a la diestra del Padre. Hoy en la carne el resto de los ungidos no está en un monte literal, pero está con los que se hallan en el monte de Sión cantando el Cántico de Moisés y del Cordero, que seguramente es una canción de alabanza y gracias por la liberación.—Apo. 14:1-3.
19. En cumplimiento glorioso de la transfiguración ¿vemos al Mayor que Moisés libertando a las multitudes? Explique.
19 ¡Cuán maravillosa y estupenda partida la de hoy! Con la sangre derramada del Cordero de Dios como base, multitudes, en obediencia a los mandamientos de Jehová dados bajo la dirección del Mayor que Moisés, están saliendo del viejo mundo de dominación satánica y lo están abandonando completamente. La iluminación del maravilloso cumplimiento de la transfiguración está penetrando en las partes más distantes de la tierra. “Vi a otro ángel descendiendo desde el cielo, con gran autoridad, y la tierra fué alumbrada de su gloria.” (Apo. 18:1, NW) Este ángel anuncia la caída de Babilonia la grande, proclamación que se está haciendo hoy. Al mismo tiempo una voz del cielo resuena en firmes tonos diciendo: “Salgan de ella, pueblo mío, si no quieren participar con ella en sus pecados, y si no quieren recibir parte de sus plagas.” (Apo. 18:4, NW) Este mandato del nuevo Rey de la tierra es parecido al mandato expresado en Isaías 49:9: “Decir a los presos: Salid.” (NC) No olviden la palabra de Jehová concerniente a su Hijo: “Escúchenle.” Los que no le escuchan serán cortados de entre el pueblo.
20. ¿Qué mandato expide el Rey en gloria en conexión con la caída de Babilonia la grande? Si no se obedece, ¿qué sucede?
20 Tenga presente que Jehová no amenaza, porque no hay necesidad de que él lo haga. Con él está el conocimiento completo, “que declaro el fin desde el principio.” (Isa. 46:10) Sin embargo, él amonesta a las personas de desastres venideros, porque él sabe lo que el fin inevitable tiene que ser debido a la manera en que están procediendo. En estos últimos días él ha manifestado claramente que “Babilonia la grande ha caído”. La gran organización satánica será destruída por completo. Esta determinación de Jehová Dios es irrevocable. Por lo tanto ¿qué harán ahora los apoyadores de esta organización inicua? Sólo hay una sola cosa que hacer: “Por lo tanto, arrepiéntanse, y vuélvanse para que sean borrados sus pecados.” (Hech. 3:19, NW) “Escuchen” la voz del Mesías de Jehová, el nuevo Rey de la tierra. “Salgan de ella, pueblo mío.” (Apo. 18:4, NW) Está determinado que plaga sobre plaga vendrá sobre la gran ciudad mística de Babilonia. No pasen por alto lo que le sucedió a Egipto en los días de Moisés, y ahora uno Mayor que Moisés está aquí. “Salgan de ella” es el mandato. Los testigos de Jehová que han escapado ahora la contemplan y ven en esa gran ciudad lo que Jehová Dios sabe que está en ella. ¿Qué es lo que ellos ven? Una morada de demonios, una guarida de toda ave inmunda y odiosa, vino despertador de pasiones que se ofrece a los gobernantes para que se cometa fornicación espiritual, los comerciantes de la tierra usándola a ella para ganancia comercial y esto mediante el poder de su lujuria desvergonzada. Para más revelación vea el Apocalipsis 18.
21. ¿Puede algún hijo de Jehová estar en parte adentro y en parte afuera de su organización? ¿Qué deben hacer ahora los indecisos?
21 A los que se están mezclando con la Babilonia sucia y que viven en las llanuras de Babilonia: la palabra de Jehová se dirige a ustedes diciéndoles que la abandonen antes que reciban parte de sus plagas y caigan con ella. Tampoco puede usted tener un pie en la organización de Dios y otro en la Babilonia mística. “¿Qué armonía hay entre Cristo y Belial? O ¿qué parte tiene una persona fiel con un incrédulo?” “‘Por tanto salgan de entre ellos, y sepárense,’ dice Jehová, ‘y ya no toquen la cosa inmunda.’” (2 Cor. 6:15-17, NW) Deje completamente las cosas sórdidas de este viejo mundo y entre en la organización de Dios y respire el aire espiritual puro, limpio, incontaminado que hay allí. Abra los ojos del entendimiento de par en par y vea al glorioso Rey de Jehová en su majestad y esplendor y poder y honra. Contemple atentamente con fe sana al Mayor que Moisés, sacando a las multitudes y conduciéndolas al nuevo mundo. Que el conocimiento de la segunda presencia del Señor Jesús limpie su corazón y mente de toda contaminación de carne y espíritu y le haga perfeccionar la santidad con el temor de Dios. Luego comprenda que estamos en el servicio del amado de Dios, su propio Hijo, el ‘escogido’.
22. ¿Es necesario que salgamos al mundo, y con qué propósito? y ¿cómo podemos permanecer limpios y tener mente pura?
22 Impetuosamente todos exclamaríamos, ‘¡Permanezcamos aquí! ¡No salgamos al mundo para nada!’ Pero esto no puede ser, porque tenemos que entregar las buenas nuevas del Reino a los del mundo y ayudarlos a escaparse. Pero ciertamente podemos retener esta visión en nuestra mente, día y noche, sin jamás olvidarla. Entonces aun cuando el ministerio de Jehová nos haga ir a toda clase de lugares y condiciones, tendremos la mente pura y brillante. Sí, cuán cierto es que las flores hermosas siguen floreciendo y dispensando su perfume fragante en los barrios de mala nota de las ciudades. Así los testigos de Jehová pueden ministrar donde las casas y distritos están sucios y quizás haya esqualidez en todo el rededor, quizás hasta en medio de olores desagradables. Pero estas cosas y muchas otras condiciones desagradables a la carne no disuaden o contaminan a los fieles, porque tienen la mente fija en el Reino y sus bellezas. Realmente es el Reino por lo que están viviendo, y su pureza, santidad y bendición. Por lo tanto, testigos de Jehová, continúen mirando hacia lo alto porque de los cielos vienen su gozo, salvación y vida.
CONFIRMACIÓN DE LA PALABRA
23. ¿Cómo entendemos que la transfiguración en cumplimiento ‘hace más firme’ la palabra profética?
23 Al obtener de este modo algún entendimiento de la escena de la transfiguración en su cumplimiento en miniatura y mayor, entonces ¡cuán fácilmente podemos aceptar y apreciar las palabras de Pedro después de contarnos acerca de la visión! Él dice, “En consecuencia, tenemos la palabra profética hecha más firme, y hacen bien en prestarle atención como a una lámpara que resplandece en un lugar oscuro, hasta que amanezca el día y el lucero del alba se levante, en sus corazones.” (2 Ped. 1:19, NW) Cuando presenciamos al Todopoderoso Jehová dirigiendo los eventos y realmente haciendo que la visión primero aparezca a la vista de los discípulos, porque ningún otro lo hizo, luego a la segunda presencia haciendo que se realice la cadena de maravillosos eventos, esta vez por medio de la agencia directa de su amado Hijo, entonces la palabra profética queda “hecha más firme”. Es como si Dios le hubiera puesto su firma. Sí, lo que él ha prometido hacer, ahora está sucediendo. Su palabra es nuestra única luz. “Lámpara es a mis pies tu palabra, y luz a mi camino.” (Sal. 119:105) “Porque el mandamiento es una lámpara, y la ley es una luz, y las reprensiones de la corrección son camino de la vida.” (Pro. 6:23) “Grande es la paz de los que aman tu ley, y no hay para ellos tropiezo.” (Sal. 119:165) “Pero la senda de los justos es como la luz de la aurora, que se va aumentando en resplandor hasta que el día es perfecto.” (Pro. 4:18) No sólo es la posesión de una Biblia lo que vale. En verdad no sólo es la muy valiosa lectura de ella lo que manifiesta el camino que debemos seguir, sino más bien el estudiarla regularmente con propósito en mente. Es una “palabra profética” y por eso es razonable que veamos cómo se está cumpliendo.
24. Además de ser la Palabra de Dios como una lámpara, explique qué otra luz brillante tenemos sobre los propósitos de Dios.
24 Sin la palabra profética ciertamente estaríamos en una condición afligida, viviendo como estamos en un mundo oscuro, escuálido, sucio—sí, en un mundo asqueroso, sin saber por qué continúan empeorando las condiciones, y no sabríamos qué hacer o a dónde ir. ¡Cuán misericordioso y bondadoso ha sido y es nuestro Padre celestial al proveer a sus hijos con un entendimiento de su Palabra profética! Como lámpara siempre está delante de nosotros; la podemos asir y así ver el camino que tomar. Arde más brillantemente a medida que las condiciones malas se hacen más oscuras. Pero demos gracias a Jehová porque no sólo tenemos una luz para nuestro camino, sino que hoy tenemos algo mucho mayor y más grande. Porque, mire, allá bien adelante en el horizonte, ¿no puede usted ver el alba, dorada, brillante, radiante? Ah, ¡cuán maravillosa y hermosa vista, porque muy en breve el sol se levantará en su fuerza y esplendor, y andaremos de día! El nuevo día ahora mismo está comenzando a destellar a través de la tenebrosidad de este mundo malo y algunas de las oscuridades se están disipando. Aun ahora mucho de nuestro servicio del Reino se hace a la luz del nuevo día. Al gobernante de las tinieblas se le acerca su fin; porque así como la luz matutina disipa las tinieblas de la noche, así el glorioso Hijo de Dios como el Rey del nuevo mundo hará desaparecer todos los sistemas de iniquidad. Sabiendo estas cosas nos regocijamos y cantamos el Cántico de Moisés y del Cordero.
25, 26. (a) ¿Qué es el lucero del alba, y cómo sabemos que ya se ha levantado? (b) ¿Por qué es que la profecía no proviene de divulgación privada?
25 Porque la palabra profética está tan confirmada para nosotros de que el mundo de Satanás de seguro va a terminar, entonamos el “cántico vituperador”. También decimos con confianza a los presos, “¡Salid!” Sólo la bondad inmerecida de Jehová hace esto posible. Esta información no es algo que sólo apreciamos intelectualmente sino que verdaderamente tiene que hundirse en nuestro corazón. “Y el lucero del alba se levante, en sus corazones.” El Señor Jesucristo es “la estrella resplandeciente de la mañana” y él es quien proclama el nuevo día. ‘El sol de justicia se levanta con curación en sus alas.’ (Mal. 4:2) Allá en 1918 algunos de los ungidos del Señor comprendieron que el Rey estaba presente y unos cuantos años después supieron en su corazón que él había venido a su templo para juicio, y por eso publicaron esta información a todo el pueblo de Jehová, y miles de personas más vieron al Señor en el templo. Y en 1925 el hecho y la verdad se entendieron de que el Reino, ‘el niño varón,’ había nacido. (Apo. 12:5) ¡Cómo se regocijaron los corazones de los del pueblo de Dios! Cantaron de gozo cumplido. Supieron que el Rey y el Reino estaban aquí, y no han cesado de cantar y proclamar en voz alta las buenas nuevas del Reino. Vieron estas cosas claramente hace treinta años y las creyeron. La estrella de la mañana se había levantado en su corazón, y puede levantarse en el corazón de otros de los testigos de Jehová si concentran su mente enteramente en las cosas del Reino.
26 Los que desearán primero el Reino serán honrados por Jehová y Cristo Jesús, y sus privilegios y responsabilidades serán aumentados. Aquellos cuyo corazón está completamente fijo en el reino de Dios escucharán al Rey del nuevo mundo y obedecerán sus mandamientos. Jehová Dios y Cristo Jesús son los Directores, Guías y Maestros. Ellos son los que forman las profecías. Ningún hombre o compañía de hombres lo hace. Pedro dice “ninguna profecía de la Escritura proviene de divulgación privada”. La razón es evidente. “Porque la profecía en ningún tiempo fué traída por la voluntad del hombre, sino que hombres hablaron por parte de Dios al ser ellos impulsados por el espíritu santo.”—2 Ped. 1:20, 21, NW.
27. Manifieste brevemente cómo se ve la transfiguración en cumplimiento.
27 Por eso en grandioso cumplimiento miramos hacia arriba a los cielos desde donde el ungido Rey de Dios gobierna, ahora no desde un elevado monte terrestre, pues nos hemos “acercado a un monte de Sión y a una ciudad del Dios viviente, a la Jerusalén celestial, y a decenas de millares de ángeles, en asamblea general, y a la congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos, y a Dios el Juez de todos, y a las vidas espirituales de los justos que han sido hechos perfectos, y a Jesús el mediador de un nuevo pacto, . . . Vean que ustedes no le imploren que no hable”. (Heb. 12:22-25, NW) Ahora vemos por fe al todo glorioso Rey en su hermosura y gloria, resplandeciendo hasta las partes más lejanas de la tierra, y a gente de todas las naciones siendo iluminada por su gloria. Como el que tiene la responsabilidad de hacer que se dé a todas las naciones la amonestación acerca de la guerra y día de venganza inminentes, él revela el cumplimiento de todas las profecías escritas y produce la transformación de multitudes de mentes y corazones. Y, también, él es el sostenedor y exponente de los principios justos de Jehová, prefigurados por la ley. Todo esto y mucho más está combinado en la identidad del amado Hijo de Jehová y Rey que él ha escogido para el nuevo mundo.
28. ¿Cómo debe afectarnos la vista y conocimiento de la transfiguración?
28 Jehová Dios y Cristo Jesús confirman su palabra haciendo que comience a cumplirse. Benditos son sus ojos si ven estos acontecimientos maravillosos. Si usted los ve, entonces con humildad agradezca al Magnífico su bondad inmerecida. Sea feliz de que usted está en el monte de Sión y está presenciando un cumplimiento de esta resplandeciente y todo gloriosa escena de la transfiguración, y que el gozo y privilegio de verla nos ayude a limpiarnos en temor a Dios, para estar más seguros de nuestra esperanza en el nuevo mundo. Luego altruístamente mire hacia los muchos miles de personas en el mundo y diga a los mansos que todavía están presos “¡Salid!” porque el éxodo ya ha comenzado.
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