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¡Rechazan la Santa Biblia!La Atalaya 1972 | 1 de enero
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¡Rechazan la Santa Biblia!
LA CRISTIANDAD afirma que sus enseñanzas y prácticas se basan en la Santa Biblia. No obstante, los hechos muestran que su clero y la mayoría de sus miembros no creen en ella. Las siguientes dos experiencias ilustran esto:
“Mi esposa y yo asistíamos con regularidad a la Iglesia Luterana de la Gracia, en Plainville, Connecticut. Desde mi juventud le he tenido profunda reverencia a la Santa Biblia. Siempre estaba exhibida en una mesa en nuestro hogar. Cuando fui de suficiente edad acostumbraba leer porciones de ella.
“Habiendo leído en la Biblia que Dios quiere que el dador sea alegre, me irritaba ante los frecuentes discursos que pronunciaba nuestro ministro de entonces para recabar dinero. En 1965 nuestro pastor fue llamado a otra iglesia, en Nueva Jersey, debido a que estaba teniendo dificultades con la congregación de Connecticut. En su conferencia de despedida, se atribuyó a sí mismo el aumento de miembros de la iglesia durante sus diez años. Recordé Hechos 2:47 (acerca de que el Señor era el que añadía los nuevos a la congregación) y me sentí disgustado al oírle atribuirse el crédito por lo que yo pensaba entonces que Dios había hecho.
“Alrededor de este tiempo los testigos de Jehová nos visitaron y ofrecieron conducir un estudio bíblico con nosotros sin costo alguno. Aceptamos gozosamente, y desde el mismo principio mi esposa y yo nos dimos cuenta de lo poco que sabíamos acerca de la Biblia. Pronto comencé a contar a otros miembros de la iglesia lo que estaba aprendiendo. A un pastor de Kensington le avisaron de mis nuevas actividades y lo enviaron a ‘ayudarme.’ Llegó a mi casa mientras estudiábamos la Biblia con los Testigos. No traía una Biblia consigo y rehusó considerarla. Sin embargo, después de dos horas, la verdad acerca de él quedó manifiesta. No creía en ciertas porciones de la Palabra de Dios, la Biblia.
“Ahora enviaron a otro ministro a verme. Él también rechazaba ciertas porciones de la Biblia. El siguiente paso de la iglesia fue invitarme a hablar delante de la junta eclesiástica. Quedé pasmado al descubrir lo poco que sabían de las Escrituras. Estos eran hombres a quienes yo había admirado como ministros de Dios. Un miembro de la junta, al defender la enseñanza eclesiástica de que el alma humana es inmortal, dijo que los doctores habían descubierto una disminución rápida en el peso del cuerpo poco después de la muerte de la persona. Él alegó que esto se debía a que el alma partía del cuerpo. [Esto es falso. La disminución en el peso del cuerpo se debe a la deshidratación que sucede en el transcurso de unos cuantos días.] ¡Eso era el colmo! Ahora estaba plenamente convencido de que estos líderes de la religión le eran falsos a la Biblia.
“Mi adiós final a la iglesia lo di dos semanas después cuando el nuevo pastor me visitó. No pudo contestar con autoridad bíblica la andanada de preguntas que le hice. Se fue, diciendo que todos nosotros, incluso él mismo, estábamos tratando de hallar verdades y que si me parecía que yo había encontrado la verdad, eso era maravilloso. Mi esposa y yo creemos que la bondad inmerecida de Jehová es lo que realmente nos ha conducido al camino de la vida, y estamos sumamente agradecidos por ello.”
La segunda experiencia es de una señora del Canadá que escribe: “Yo era maestra de escuela dominical en una antigua Iglesia Unida cerca del puente Pattula de Surrey, Colombia Británica. Se me permitía enseñar a los niños lo que yo considerara más ventajoso para ellos de la Biblia, lo que me agradara, ya que yo no concordaba con algunas de las doctrinas de la iglesia. Creí que estaba sirviendo de alguna ayuda allí, pues algunos de los niños procedían de hogares pobres y rotos.
“Después de dos años de enseñar allí los testigos de Jehová comenzaron a visitar nuestra casa. Quedamos impresionados por su sinceridad y exactitud en cuanto a la Biblia. Comenzamos a asistir a unas cuantas de sus reuniones en el Salón del Reino, pero yo todavía enseñaba en la escuela dominical de la iglesia porque todavía creía que se me necesitaba allí.
“No comprendí lo necesario que era salir de la religión falsa hasta un día en que, en la escuela dominical, les estuve leyendo a los niños acerca de Adán y Eva. La anciana encargada de la escuela dominical entró y los niños quisieron saber acerca de los hombres de las cavernas. Ella explicó que probablemente uno de los hijos de Adán se había casado con una mujer de las cavernas que había estado evolucionando fuera del jardín de Edén. También dijo que probablemente la primera parte de la Biblia era un mito.
“Cuando llegué a casa consideré esto con mi esposo. Entonces recordé que los Testigos nos habían mostrado que ‘toda Escritura es inspirada de Dios,’ y que debíamos estudiar la Biblia para tener un conocimiento exacto de la verdad. (2 Tim. 3:16) Dejé de enseñar en la escuela dominical poco después y comencé a estudiar la Biblia y a asistir a las reuniones con los Testigos con más regularidad.
“Ahora mi esposo y yo somos ministros dedicados de Jehová Dios, y nos regocijamos al sostener y proclamar la Biblia como Su Palabra de verdad.”
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¿En qué se basan los mitos griegos?La Atalaya 1972 | 1 de enero
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¿En qué se basan los mitos griegos?
ZEUS, Apolo, Artemis, Afrodita... estos nombres y otros son conocidos de la mayoría de nosotros como los de dioses y diosas griegos. Muchos, también, saben que los relatos mitológicos de los antiguos griegos atribuyen toda clase de prácticas detestables a sus deidades. Se les representa riñendo entre sí, peleando unos contra otros y hasta conspirando unos contra otros. El que los mitos cuenten con siquiera la base más leve en la realidad puede parecer difícil de concebirse. Sin embargo, extraño como parezca a algunas personas, la Biblia arroja luz sobre el origen posible, o hasta probable, de estas leyendas.
Según la historia verdadera que se encuentra en Génesis 6:1-13, hijos angelicales de Dios vinieron a la Tierra antes del diluvio en el día de Noé y se pusieron a vivir como esposos de mujeres atractivas. A la prole de estas uniones se les llamó “nefilim” o “derribadores,” es decir, ‘los que hacen que otros caigan.’ Todo esto contribuyó inconmensurablemente a la inmoralidad y violencia que dominaba entonces en la Tierra.
Sin duda los sobrevivientes del Diluvio, Noé y su familia, pasaron a sus descendientes la información acerca de las condiciones que existieron antes del Diluvio. Por lo tanto es digno de notarse que los mitos atribuidos a los poetas griegos Homero y Hesíodo hacen eco al relato que se halla en la Biblia. Por supuesto, estos mitos presentan los asuntos de manera sumamente deformada cuando se comparan con el registro de la Biblia.
Las deidades griegas que describen Hesíodo y Homero tenían forma humana y gran belleza, aunque a menudo eran gigantescas y sobrehumanas. Comían, bebían, dormían, tenían coito sexual entre ellas mismas o aun con humanos, vivían como familias, seducían y violaban. Aunque supuestamente eran santos e inmortales, eran capaces de cualquier clase de engaño y crimen. Podían andar visible o invisiblemente entre la humanidad.
Además de los dioses principales, las leyendas griegas describen a semidioses o héroes que eran tanto de descendencia divina como humana. Los semidioses eran de fuerza sobrehumana, pero eran mortales (Hércules es el único de ellos de quien se dice que se le concedió el privilegio de alcanzar la inmortalidad). De modo que los semidioses tienen una similitud señalada con los nefilim que se mencionan en el relato de Génesis, mientras que los dioses parecen tener su paralelo o correspondencia en los ‘hijos de Dios’ que abandonaron su posición celestial.
EVIDENCIA DE INFLUENCIA BABILÓNICA
Pero ¿por qué es que los mitos griegos presentan una versión tan tergiversada de
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