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  • ¿Justifica el fin los medios?
    La Atalaya 1957 | 15 de septiembre
    • ¿Justifica el fin los medios?

      LAS religiones ortodoxas contestan afirmativamente a esa pregunta por medio de sus actos, si no por medio de sus palabras. Ellas tienen muchos antecedentes de haber decapitado principios con el hacha de la conveniencia. Sus acciones dicen que se preocupan más por lo que piense de ellas el mundo que por lo que piense de ellas Dios.

      El principio divino es: “La amistad con el mundo es enemistad con Dios,” y, “No estén amando al mundo ni las cosas que están en el mundo.” Pero la mayoría de las religiones de la cristiandad rechaza este principio de mantenerse separados del mundo, predicando en su lugar: “El fin justifica los medios.” El clero procura justificar su participación en la política diciendo que introducirá la ley moral en el gobierno y pondrá a Dios en éste. Su actividad política a través de muchos siglos no ha hecho esto todavía, ni lo hará jamás.—Sant. 4:4; 1 Juan 2:15.

      Los clérigos se envuelven en las guerras del mundo y bendicen la facción del sitio donde ellos residen, lo cual los lleva a aprobar el que católicos de un país maten a católicos de otro país, y de igual modo el que protestantes maten a protestantes y judíos maten a judíos. Estos medios malos, dicen ellos, se justifican por el fin que se tiene en mira.

      La ciencia enseña la evolución y desprestigia a la Biblia. Las religiones de la cristiandad buscan la popularidad, de modo que dicen que es verdad la evolución y transigen en cuanto a la Biblia diciendo que Dios usó la evolución para crear las cosas vivientes. El fin de retener miembros en las iglesias justifica el medio de transigir, arguyen ellas.

      En realidad, tales religiones quieren que el mundo les tenga cariño, y al ganar este cariño del mundo ellas se eliminan como cristianas. Jesús dijo: “Si ustedes fueran parte del mundo, el mundo le tendría cariño a lo que es suyo. Ahora bien, porque ustedes no son parte del mundo, sino que yo los he escogido del mundo, por esta causa el mundo los odia.”—Juan 15:19.

      Las religiones falsas no guían; ellas siguen. Carecen de la fuerza moral que se necesita para guiar correctamente y acaban por ser guiadas incorrectamente. En los días del emperador Constantino y después de eso los cristianos apóstatas transigieron, adoptando doctrinas paganas en sus credos, y justificando estos medios sobre la base de que el fin sería muchos conversos de entre las religiones paganas.

      Las religiones judías del día de Jesús lo ejecutaron porque pensaban que eso salvaría a su nación que estaba bajo el yugo romano. El fin de salvar su nación justificaba el que asesinaran a Jesús, argüían ellas. Dijeron: “Si lo dejamos así, todos pondrán fe en él, y los romanos vendrán y quitarán nuestro lugar y también nuestra nación.”—Juan 11:45-48.

      Este lema inmoral que pone la conveniencia antes de los principios no puede dar buenos resultados. Jesús dijo que no podía: “Un árbol bueno no puede dar mal fruto, ni puede un árbol podrido producir buen fruto.” Medios malos no producen buenos fines. Buenos medios, buen fin; malos medios, mal fin. El comprar conveniencia a costa de principios es el lazo de los que espiritualmente son miopes. Solamente el adherirse a los principios divinos puede traer el bien permanente.—Mat. 7:18.

  • Cómo llegamos a tener la Biblia
    La Atalaya 1957 | 15 de septiembre
    • Cómo llegamos a tener la Biblia

      La Biblia fué escrita para que nosotros pudiéramos conseguir los pensamientos de Dios. Necesitamos los pensamientos de Dios. El Hijo de Dios dijo que “toda declaración que procede de la boca de Jehová” es vital para la vida. ¿Cómo llegamos a tener en forma escrita los pensamientos del Dador de vida?

      LA Biblia no es libro ordinario. Es único. Es el Libro de Dios. Contiene los pensamientos de él. Nos dice cuáles son los propósitos de Dios y qué es lo que él quiere que hagamos. Es menester que aprendamos los pensamientos sublimes del Creador. Reconociendo la necesidad imperativa de que el hombre conozca los pensamientos del Dador de vida, Cristo Jesús dijo: “El hombre ha de vivir, no sólo de pan, sino de toda declaración que procede de la boca de Jehová.”—Mat. 4:4.

      Las declaraciones escritas de Dios están disponibles en centenares de lenguas hoy en día. En muchos países el vulgo puede leer la Biblia libremente. Pero durante la Edad Media el vulgo no podía leer la Biblia; ésta yacía sepultada en una lengua muerta.

      Pero Dios no hizo que la Biblia fuera escrita originalmente en una lengua muerta. Él quería que la gente adquiriera los pensamientos de él. Porque no quiso estar hablando al vacío, el Autor de la Biblia hizo que sus pensamientos se escribieran en la lengua familiar de la gente.

      El idioma cotidiano de la nación escogida de Dios, Israel, fué el hebreo. De modo que el Autor de la Biblia usó esa lengua para la escritura de casi todo el llamado Antiguo Testamento, al que correctamente se le llama las Escrituras Hebreas.

      ¿Cuándo comenzó a escribirse la Biblia? Alrededor del año 1513 a. de J.C., poco después de haber sido libertados los israelitas de la esclavitud en Egipto. Dijo Jehová a Moisés: “Escribe esto como memorial en el libro.” Dios mismo le había dado a Moisés “dos tablillas del testimonio, tablillas de piedra sobre las cuales había escrito el dedo de Dios.” Estas

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