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  • El dragón de color de fuego
    La Atalaya 1963 | 1 de septiembre
    • En las Escrituras diez es un símbolo de totalidad, y cuernos, de poder. (Zac. 1:21) Los diez cuernos de este dragón por lo tanto representarían que él tenía poder total como el poderoso o “dios de este sistema de cosas.” Sus siete cabezas con diademas muestran que él ejerce la jefatura sobre los siete príncipes demoníacos, los cuales están sobre las siete potencias mundiales de la profecía bíblica: Egipto, Asiria, Babilonia, Medo-Persia, Grecia, Roma y la potencia mundial angloamericana de tiempos modernos. El que estas potencias mundiales tuvieran príncipes demoníacos sobre ellas se ve del hecho de que Persia lo tenía; según está registrado en la Biblia, el demonio que era “príncipe del dominio real de Persia” estorbó a uno de los mensajeros angelicales de Dios en los días de Daniel.—2 Cor. 4:4; Dan. 10:13.

      Se dice del dragón que él arrastró “la tercera parte de las estrellas del cielo.” En las Escrituras se hace referencia a ángeles como estrellas, “estrellas de la mañana.” El que el dragón arrastrara hacia abajo a estas estrellas representaría bien que logró apartar del servicio de Jehová a numerosos ángeles fieles y hacer que llegasen a ser demonios. Sin embargo, no hemos de tomar literalmente la expresión “la tercera parte,” ya que ésta es una expresión que se usa tanto en el libro de Apocalipsis como en el resto de las Escrituras en un sentido general, significando una parte.—Job 38:7; Zac. 13:8, 9; Apo. 8:7-9; 9:15.

      A este dragón se le pinta como esperando el nacimiento de un hijo varón, de la organización celestial de Dios que es semejante a una esposa, para poder devorarlo. Este hijo varón es un símbolo que representa el reino de Dios con su Hijo Jesucristo como Rey, como se ve por el hecho de que ha de “pastorear a todas las naciones con una vara de hierro.” (Apo. 12:5) Esta profecía nos hace recordar las palabras de Jehová Dios dirigidas a su Hijo en Salmo 2:7-9: “Tú eres mi hijo . . . Pídeme, para darte naciones como herencia tuya . . . Las romperás con un cetro de hierro.” No cabe duda alguna de que Satanás el Diablo está opuesto al reino de Dios, ni de que él libra guerra contra los fieles siervos de Jehová Dios, según está anotado en Apocalipsis 12:17.

      En cuanto al tiempo del cumplimiento de los acontecimientos anotados en el capítulo doce de Apocalipsis, las palabras del contexto nos dan una clave: “Las naciones se airaron, y tu propia ira llegó.” ¿Cuándo se airaron las naciones como nunca antes? Seguramente fue en 1914. Ese año por lo tanto marcaría el tiempo para que comenzaran a suceder estos acontecimientos.—Apo. 11:18.

      Si algunos se extrañaran de que Satanás el Diablo tuviera acceso al cielo, que tomen nota de que en Job 1:6 y 2:1 se muestra a Satanás apareciendo en el cielo junto con hijos angelicales de Dios. Tampoco contradice la oración modelo de Jesús el que Satanás haya estado en el cielo a veces. ¿Por qué no? Porque lo que Jesús nos dijo que pidiéramos en oración no fue que la voluntad de Dios se hiciera en la Tierra como se hacía en aquel tiempo en el cielo, sino más bien que la voluntad de Dios se hiciese tanto en el cielo como en la Tierra: “Efectúese tu voluntad, como en el cielo, también sobre la tierra.”—Mat. 6:10.

      Este dragón de color de fuego, habiendo sido arrojado del cielo, ahora tiene “gran ira, sabiendo que tiene un corto período de tiempo.” En la batalla de Armagedón que se acerca rápidamente él será abismado por mil años. Después de eso será soltado por un corto tiempo para probar al género humano, después de lo cual sufrirá la aniquilación eterna en el lago de fuego, la muerte segunda.—Apo. 12:12; 16:14, 16; 20:1-3, 7-10; 21:8.

  • La bestia salvaje que asciende del mar
    La Atalaya 1963 | 1 de septiembre
    • La bestia salvaje que asciende del mar

      RESPECTO a la bestia salvaje que asciende del mar el apóstol Juan escribió: “Yo vi una bestia salvaje ascender del mar, con diez cuernos y siete cabezas, y sobre sus cuernos diez diademas, pero sobre sus cabezas nombres blasfemos. Ahora, la bestia salvaje que vi era como un leopardo, pero sus pies eran como los de un oso, y su boca era como boca de un león. Y el dragón le dio a la bestia su poder y su trono y grande autoridad. Y vi una de sus cabezas como si estuviese degollada a muerte, pero su herida mortal se sanó, y toda la tierra siguió a la bestia salvaje con admiración.”—Apo. 13:1-3.

      La palabra griega para bestia aquí es theríon, que significa un animal salvaje peligroso. Interesantemente, una de las definiciones de “bestia” es “un mamífero salvaje, fiero de naturaleza.” La descripción de esta bestia salvaje nos hace recordar la profecía de Daniel acerca de ciertas bestias salvajes, una parecida a un león, otra parecida a un oso, una tercera parecida a un leopardo, y así sucesivamente, las cuales él mismo identifica más tarde como representando a ciertas potencias mundiales, gobiernos tales como los de Medo-Persia y Grecia. Esta bestia salvaje que sale del mar o del abismo está de acuerdo con esto, puesto que el mar se usa para representar a “pueblos y muchedumbres y naciones y lenguas.”—Apo. 17:15; Dan. 7:1-8; 8:1-22.

      Obviamente, esta bestia salvaje representaría a gobiernos terrenales, humanos, visibles. El que tenga siete cabezas y diez cuernos, símbolos de totalidad, por lo tanto representaría bien el que todas las naciones del mundo han estado bajo el control de Satanás, especialmente los siete gobiernos mundiales que han ejercido control total desde el tiempo de Egipto hasta hoy. Estos han sido y son bestiales desde el punto de vista de Dios, prescindiendo de cómo pudieran parecer a su propia vista o a la de sus pueblos. En realidad, pudiera decirse que ellos tácitamente admiten que son bestiales al escoger tales símbolos como el oso ruso, el león británico y el águila norteamericana.

      Note que se dice que el dragón Satanás ha dado a esta bestia su poder, trono y autoridad. Debería por lo tanto pertenecer a él y cumplir sus órdenes. Esto está en armonía con el hecho de que Satanás le ofreció a Jesús todos los reinos del mundo si él se postraba y adoraba a Satanás. Por eso fue que Jesús se refirió a Satanás como “el gobernante de este mundo”; que Pablo lo llamó “el dios de este sistema de cosas,” el “gobernante de la autoridad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de la desobediencia”; y que Juan dijo que “el mundo entero está yaciendo en el poder del inicuo.” Puesto que es la organización visible de Satanás, su instrumento, podemos entender fácilmente por qué se dice que sus siete cabezas contienen blasfemias o nombres blasfemos.—Juan 12:31; 2 Cor. 4:4; Efe. 2:2; 1 Juan 5:19.

      ¿Qué hay de la cabeza que recibió la herida mortal y sin embargo se sanó? Esta cabeza fue la sexta, representada en tiempos

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