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El transporte supersónico... ¿podrá perdurar?¡Despertad! 1978 | 22 de junio
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de 1977 pudieron las dos aerolíneas comenzar vuelos entre sus capitales nacionales y la ciudad de Nueva York.
Es obvio que para seguir en operación el Concorde necesita rutas regulares a importantes centros de negocio y población, como la ciudad de Nueva York. Pero, una deficiencia principal es el poco alcance del Concorde. Con una capacidad de transporte de unos 100 pasajeros, apenas puede cargar suficiente combustible para el viaje de París a Washington, D.C.
Así es que los problemas del Concorde son serios. Esto probablemente significa que no se fabricarán más de los 16 Concordes actuales. Sin embargo, debido a que el público prefiere la ventaja de la velocidad, parece probable que las aeronaves supersónicas continúen volando. De hecho, en noviembre de 1977 la Administración Nacional de Aeronáutica y Espacio de los EE. UU. le confirió a la compañía Lockheed-California un nuevo contrato federal de 270.000 dólares para estudiar el diseño de una aeronave supersónica de tipo aun más avanzado.
El avión propuesto transportaría 200 pasajeros a una velocidad de crucero de 6.440 kilómetros por hora. Su alcance sería de 9.660 kilómetros y volaría a una altura de aproximadamente 36.500 metros a la cual la explosión sónica no sería objetable para cuando llegara a tierra. Será interesante ver lo que pasará con el transporte supersónico.
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Yo vuelo en el Concorde¡Despertad! 1978 | 22 de junio
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Yo vuelo en el Concorde
Según fue relatado al corresponsal de “¡Despertad!” en las Islas Británicas
HACE unos dos años me transfirieron a trabajar como miembro de la tripulación de cabina del Concorde. Antes del primer vuelo, cada miembro recibió entrenamiento especial para el trabajo. Esto significó volver a la “escuela,” donde fue preciso aprender en un centro de entrenamiento cerca del Aeropuerto Heathrow de Londres las nuevas rutinas para el servicio de comidas, el trato del equipo, los deberes de la tripulación y los procedimientos de seguridad.
En este centro de entrenamiento hay una “maqueta” o réplica exacta de la cocina y parte de la cabina de la aeronave. Hasta el ángulo del piso está levemente inclinado para simular la verdadera posición de vuelo. Aquí la tripulación puede servir a un grupo de “pasajeros” sin tener que dejar el terreno. Así, antes de verdaderamente volar, la tripulación había servido comidas, se había familiarizado con las regulaciones de encendido del horno y había aprendido a trabajar en el espacio disponible en la verdadera aeronave.
Entonces vino el momento de ver el Concorde mientras todavía estaba en el hangar. Una de las cosas que me impresionó fue su perfil aerodinámico. Transmite la idea de velocidad aun cuando está inmóvil. Debido a su nariz inclinada, que se ve tan claramente durante los despegues y aterrizajes, la aeronave me recordó a una veloz ave de presa... el águila. El avión ciertamente
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