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  • ¿Qué requiere Jehová de usted?
    La Atalaya 1979 | 1 de febrero
    • ¿Qué requiere Jehová de usted?

      “Él te ha dicho, oh hombre terrestre, lo que es bueno. ¿Y qué es lo que Jehová está pidiendo de vuelta de ti sino ejercer justicia y amar la bondad y ser modesto al andar con tu Dios?”—Miq. 6:8.

      1. ¿A quiénes se dirigió la pregunta que se halla en Miqueas 6:8, y por qué?

      PUEDE ser que personas sinceras pregunten: ‘¿Qué debemos hacer para agradar a Dios?’ Pero no fue a personas de tal disposición correcta que buscaran a Jehová que su profeta dirigió la pregunta que se encuentra en Miqueas 6:8. Más bien, aquella pregunta fue dirigida a un pueblo contra el cual el Dios Todopoderoso tenía una causa judicial. (Miq. 6:1, 2) Este pueblo, Israel, había hecho caso omiso de sus obligaciones de pacto con el Altísimo. El resultado de aquello fue un lamentable desplome moral. Abundaban el fraude, la opresión, las injusticias, la idolatría y el derramamiento de sangre. Tan mala era a la situación, que nadie podía confiar en sus amigos más íntimos ni en sus parientes.—Miq. 1:5; 2:1, 2; 3:1-3; 6:12; 7:2-6.

      2. El que Jehová anunciara una causa jurídica contra los israelitas les daba la oportunidad de hacer ¿qué?

      2 Por eso, al anunciar una causa judicial contra su pueblo infiel, Jehová estaba emitiendo un llamado al arrepentimiento. A los israelitas se les estaba notificando que podían escapar del juicio adverso por medio de dar pasos positivos para entrar en una condición de aprobación respecto a su Dios. ¿Qué requería esto? No bastaba con formas exteriores de adoración, entre ellas el ofrecer los mejores sacrificios. (Miq. 6:6, 7) La profecía de Miqueas declaró: “Él te ha dicho, oh hombre terrestre, lo que es bueno. ¿Y qué es lo que Jehová está pidiendo de vuelta de ti sino ejercer justicia y amar la bondad y ser modesto al andar con tu Dios?”—Miq. 6:8.

      ‘SE HA DICHO LO QUE ES BUENO’

      3. ¿Qué se les había enseñado a los israelitas por medio de Moisés acerca de lo que es bueno?

      3 Jehová Dios no había dejado a su pueblo en ignorancia respecto a lo que es bueno. Siglos antes, Moisés dijo a los israelitas: “¿Qué está pidiendo de ti Jehová tu Dios sino que temas a Jehová tu Dios, de modo que andes en todos sus caminos y lo ames y sirvas a Jehová tu Dios con todo tu corazón y toda tu alma; que guardes los mandamientos de Jehová y sus estatutos que te estoy mandando hoy, para bien tuyo?”—Deu. 10:12, 13.

      4. ¿Cómo se beneficiarían los israelitas de amar a Jehová y obedecer sus mandatos?

      4 Desde todo punto de vista era lo que mejor le convenía a Israel el mostrar amor profundo a Jehová Dios y adherirse lealmente a sus mandatos. La obediencia a la ley divina les aseguraba la protección y la bendición continua de Jehová en toda empresa. (Deu. 28:1-13) Por otra parte, el no prestar atención a la ley divina resultaría en inseguridad y ruina.—Deu. 28:15-68.

      5. ¿Por qué promueve el mayor bien para nosotros la obediencia a Jehová?

      5 De manera similar, las personas que hoy día aman genuinamente a Dios y procuran seguir sus pautas están siguiendo un curso que promueve su mayor bien. ¿Por qué? Puesto que Jehová es un Dios omnisapiente y amoroso, ha dado solo los mandatos que son para la promoción del bienestar del hombre. (Rom. 16:27; 1 Juan 4:8; 5:3) El amor es la base misma de todas las leyes divinas que rigen las relaciones humanas. El apóstol Pablo dio énfasis a esto cuando escribió: “No deban a nadie ni una sola cosa, salvo el amarse los unos a los otros; porque el que ama a su semejante ha cumplido la ley. Porque el código de la ley: ‘No debes cometer adulterio, No debes asesinar, No debes hurtar, No debes codiciar,’ y cualquier otro mandamiento que haya, se resume en esta palabra, a saber: ‘Tienes que amar a tu prójimo como a ti mismo.’ El amor no obra mal al prójimo; por lo tanto el amor es el cumplimiento de la ley.” (Rom. 13:8-10) Está claro que si los seres humanos por todas partes desplegaran verdadero amor al prójimo el resultado sería felicidad, paz y seguridad.

      6. ¿Por qué es solo hacer lo correcto el amar a Jehová y obedecer sus mandatos?

      6 Además, es solo hacer lo correcto el que expresemos nuestro amor a Dios por medio de ser obedientes a sus mandatos. (2 Juan 6) “Por él tenemos vida y nos movemos y existimos.” (Hech. 17:28) Por lo tanto, nuestra actitud debe ser como la de los 24 ancianos a quienes vio el apóstol Juan en visión. Ellos exclamaron: “Digno eres tú, Jehová, nuestro Dios mismo, de recibir la gloria y la honra y el poder, porque tú creaste todas las cosas, y a causa de tu voluntad existieron y fueron creadas.”—Rev. 4:11.

      “EJERCER JUSTICIA”

      7. (a) Con relación a la justicia, ¿qué requería de los israelitas la ley de Dios? (b) ¿Cómo hubiera beneficiado a la gente del día de Miqueas el ejercicio de la justicia?

      7 Debido a que Jehová Dios “es amador de justicia y derecho,” requirió que los israelitas lo imitaran a este respecto. (Sal. 33:5) Su ley decretó que no había de haber soborno y exigió que se administrara imparcialmente la justicia a los ricos y los pobres. Leemos: “No debes pervertir el juicio. No debes ser parcial ni aceptar soborno, porque el soborno ciega los ojos de los sabios y tuerce las palabras de los justos. La justicia... la justicia debes seguir, para que te mantengas vivo.” (Deu. 16:19, 20) “No daréis sentencias injustas. No serás parcial ni por favorecer al pobre ni por honrar al rico. Juzga con justicia a tu conciudadano.” (Lev. 19:15, Nueva Biblia Española) En verdad el que Israel hubiera respondido a la instancia de “ejercer justicia” hubiera mejorado las condiciones en los días de Miqueas. Se hubiera restringido la opresión. Se hubieran restaurado la ley y el orden, y como resultado de ello hubiera habido paz, seguridad y estabilidad.

      8. (a) ¿Cuándo se requiere que los ancianos cristianos ejerzan justicia, y cómo pueden hacer eso? (b) ¿Cómo está envuelta la justicia en prestar atención a la amonestación de 2 Tesalonicenses 3:11-15?

      8 Los cristianos, también, están bajo el mandato de “ejercer justicia.” Puede que sea necesario que los ancianos determinen si un hermano cristiano en particular califica para servir de siervo ministerial o de anciano. Solo por medio de apegarse lealmente a la Palabra de Dios y confiar en la guía de su espíritu pueden ellos encargarse de este asunto con imparcialidad. Además, quizás hasta se exija que tomen decisiones en cuanto a compañeros de creencia que cometan pecados serios. (1 Cor. 6:1-6; 1 Tim. 5:20-22, 24, 25) De manera similar, puede ser que individualmente los cristianos tengan que determinar si la conducta indócil de ciertas personas que se asocian con la congregación hace que sean compañía indeseable. En este caso, también, el ejercicio apropiado de la justicia requeriría que tal decisión estuviera basada en la Palabra de Dios y no en prejuicio personal ni en opiniones que no fueran bíblicas. El motivo para dejar de asociarse con ciertos compañeros de creencia en sentido social debería ser el deseo de ayudarles a comprender que es necesario que cambien de manera de actuar. Eso no significaría ser faltos de bondad con tales personas, ‘considerarlas como enemigos.’ A estos individuos se les debe continuar ‘amonestando como a hermanos.’ (2 Tes. 3:15) Por supuesto, esto también sirve para proteger de llegar a estar bajo influencia malsana a los que siguen el consejo de la Biblia en este asunto.—2 Tim. 2:20-22.

      9. Según Santiago 4:11, 12, ¿cómo pudiera suceder que un cristiano no ejerciera justicia para con un compañero de creencia?

      9 Sin embargo, si los cristianos fueran a juzgar las acciones, motivos o manera de vivir de un compañero de creencia por sus propias normas, de modo que estuvieran determinando de manera no autorizada la valía de tal persona, se harían culpables de una seria falta en cuanto a ejercer justicia. Note lo que escribió el discípulo Santiago: “Dejen de hablar los unos en contra de los otros, hermanos. El que habla contra un hermano o juzga a su hermano habla contra ley y juzga ley. Ahora bien, si juzgas ley, eres, no hacedor de ley, sino juez. Uno solo hay que es legislador y juez, el que puede salvar y destruir. Pero tú, ¿quién eres para que estés juzgando a tu prójimo?” (Sant. 4:11, 12) Los individuos que juzgan así estarían colocándose por encima de la ley de amor que Dios da, juzgando que esa ley de amor no les aplica a ellos. (Mat. 22:36-39; compare con 1 Juan 3:16.) Al hacer tal cosa, estarían violando la norma de justicia de Dios, que se basa en el amor.

      10. ¿Por qué es injusto el considerar a un grupo particular de personas como más merecedor de las “buenas nuevas” que otro grupo?

      10 Además, sería injusto el que el cristiano considerara a un grupo en particular de personas como más merecedor de las “buenas nuevas” que otro grupo. Jesucristo murió para toda la humanidad, y es la voluntad de Dios que no se muestre parcialidad con relación a dar a conocer el mensaje de salvación. (1 Tim. 2:3-6) Por eso, en los países en que es posible visitar a la gente en sus hogares para llevarles el mensaje bíblico, ciertamente estaría en armonía con el espíritu de imparcialidad el visitar todo hogar. Aunque ciertos grupos de personas tengan mayor inclinación a escuchar, tenemos que cuidarnos de sucumbir a sentimientos de favoritismo.—Compare con Santiago 2:1-9.

      “AMAR LA BONDAD”

      11. ¿Qué significado tiene la expresión “amar la bondad”?

      11 A los israelitas, además de requerírseles que ejercieran justicia, se les mandó “amar la bondad.” La expresión “amar la bondad” también puede verterse “amar la bondad amorosa,” o “amar el amor leal.” Tal “bondad amorosa” es un interés o miramiento compasivo y activo para con otros. Es bondad que se manifiesta en hechos. (Compare con Rut 2:8-20; 3:10.) “Amar la bondad” significaría complacerse o deleitarse en expresar bondad, acudir gustosamente en ayuda de otros.

      12. ¿Qué muestra que Jesucristo en realidad ‘amaba la bondad’?

      12 Jesucristo puso un excelente ejemplo en lo que respecta a esto. Hasta cuando estaba cansado y otros interrumpían sus momentos de soledad, gustosamente respondía a las necesidades de sus coterráneos. Respecto a cierta ocasión, las Escrituras informan: “Los tomó [a los apóstoles] consigo y se retiró a un sitio privado en una ciudad llamada Betsaida. Mas las muchedumbres, al saberlo, lo siguieron. Y los recibió amablemente y se puso a hablarles del reino de Dios, y sanó a los que tenían necesidad de curación.” (Luc. 9:10, 11) Jesús se deleitaba muchísimo en mostrar tal bondad.

      13. ¿Cómo pudiéramos mostrar hoy que ‘amamos la bondad’?

      13 Si usted es discípulo de Jesucristo, ¿‘ama la bondad’? ¿Pone las comodidades y deseos personales en posición secundaria de modo que pueda poner todo el corazón en dar ayuda material y espiritual a los que la necesitan? Como en el caso de Jesús, ¿se despiertan dentro de usted sentimientos de compasión cuando ve la triste condición espiritual de los que carecen de conocimiento exacto? (Mar. 6:34) ¿Lleva usted solícita y alegremente consuelo espiritual a otras personas, incluso a conocidos y parientes? ¿Está también apartando tiempo cada mes para participar razonablemente en la testificación pública? (Compare con Revelación 22:1, 2, 17.) Cuando ve a compañeros de creencia u otras personas en verdadera necesidad física, ¿se siente impulsado a ayudarlos? (Pro. 3:27, 28; 2 Cor. 8:1-4; 9:6-12) Así debería ser, indudablemente, si en realidad ‘amamos la bondad.’

      “SER MODESTO AL ANDAR CON TU DIOS”

      14. ¿Qué sentido tiene el término hebreo que se vierte “modesto”?

      14 La profecía de Miqueas también estimulaba a los israelitas a: “Ser modesto al andar con tu Dios.” Puesto que el término hebreo que se vierte “modesto” en Miqueas 6:8 aparece solamente aquí y en Proverbios 11:2, el significado pleno de la palabra no se discierne fácilmente. Escritos judíos posteriores indican que este término hebreo comunica el pensamiento de pureza y decencia. La Versión de los Setenta y la Siríaca presentan la idea de estar uno “preparado” o “listo” para andar con Dios. Por lo tanto, más bien que ser sencillamente un asunto de humildad el andar modestamente con Jehová evidentemente incluye estar delante de él en estado apropiado, sin pretensiones, no como persona que confiara en sí misma.

      15. Como se ilustra en el caso de Enoc y Noé, ¿qué significa ‘andar con Dios’?

      15 La expresión ‘andar con Dios,’ aparece mucho antes en el registro bíblico. Por ejemplo, del profeta Enoc y el patriarca Noé se dice que anduvieron con Dios. Acerca de Noé, leemos: “Noé fue hombre justo. Resultó exento de tacha entre sus contemporáneos. Noé andaba con el Dios verdadero.” (Gén. 5:24; 6:9) Enoc, también, “había agradado bien a Dios.” (Heb. 11:5) Por eso, el andar con Dios envuelve comportarnos como si estuviéramos en su mismísima presencia, conformarnos a su voluntad. Tanto Enoc como Noé disfrutaron de una intimidad especial con Jehová Dios debido a su fe y su comportamiento recto.

      16. (a) Para que seamos modestos al andar con Dios, ¿qué clase de conducta debemos manifestar? (b) ¿Qué bien puede resultar del ejemplo digno de alabanza del cristiano en su vida?

      16 Para que los cristianos estén en condición apropiada para continuar disfrutando de la intimidad con Jehová Dios, tienen que ser modestos hasta el punto de andar con él, permanecer santos, sin presunción y decentes a los ojos de él. Las Escrituras aconsejan: “Mantengan excelente su conducta entre las naciones, para que, en la cosa en que hablen contra ustedes como de malhechores, ellos, como resultado de las obras excelentes de ustedes de las cuales ellos son testigos oculares, glorifiquen a Dios en el día para la inspección por él.” (1 Ped. 2:12) Sí, un excelente ejemplo en el vivir cristiano añade vigor a la predicación pública de las “buenas nuevas.” Prueba que la adoración verdadera afecta la vida de la gente en buen sentido y puede imponer silencio a las personas que representan falsamente a los discípulos genuinos de Jesucristo. (1 Ped. 2:13-16) De hecho, puede ser que estas personas que pintan en falsos colores a los cristianos lleguen a comprender lo equivocado de su curso y, con el tiempo, ellas mismas lleguen a ser personas que glorifiquen a Jehová Dios.

      17, 18. (a) Como se desprende de la profecía de Miqueas y Santiago 1:22-25, ¿qué requiere Jehová de todos los que quisieran ser agradables a los ojos de él? (b) ¿Cómo ilustra el mismo punto el que Enoc y Noé anduvieran con Dios?

      17 Las palabras inspiradas de la profecía de Miqueas no dejan duda acerca del hecho de que se requiere acción de parte de todos los que quisieran agradar a Jehová Dios. El discípulo Santiago señala lo mismo: “Háganse hacedores de la palabra, y no solamente oidores, engañándose a ustedes mismos con razonamiento falso. Porque si alguno es oidor de la palabra, y no hacedor, éste es semejante al hombre que mira su rostro natural en un espejo. Pues se mira, y se va e inmediatamente olvida qué clase de hombre es. Pero el que mira con cuidado en la ley perfecta que pertenece a la libertad y persiste en ella, éste, por cuanto se ha hecho, no un oidor olvidadizo, sino un hacedor de la obra, será feliz al hacerla él mismo.”—Sant. 1:22-25.

      18 Sencillamente no basta con orar, leer la Biblia, asistir a las reuniones cristianas y oír allí respetuosamente lo que se dice. Nuestra vida debe demostrar que estamos ejerciendo justicia, amando la bondad y somos modestos al andar con Jehová. Tanto el andar intachable de Enoc como el de Noé con el Altísimo incluyeron actividad celosa. Enoc profetizó denodadamente, al anunciar a los impíos de su día que Jehová ejecutaría juicio por medio de miríadas de ángeles. (Jud. 14, 15) Noé no solo participó en edificar el arca para la conservación de su casa y de géneros animales básicos, sino que también fue “predicador de justicia” y proclamó la advertencia de una destrucción venidera a sus contemporáneos.—2 Ped. 2:5.

      19. ¿Qué preguntas pudiéramos hacernos para determinar si estamos viviendo o no en armonía con Miqueas 6:8?

      19 De seguro los discípulos de Jesucristo no desean engañarse a sí mismos y pensar que basta con que uno tenga una personalidad agradable y participe en adoración pública para tener la aprobación de Jehová Dios. También debe esperarse un activo interés compasivo en sus congéneres humanos. ¿Se puede decir eso de usted? ¿Está usted presto y deseoso en cuanto a responder a las necesidades físicas y espirituales de otras personas, y lo hace sin parcialidad? ¿Lleva a cabo celosamente el mandato de predicar y hacer discípulos? (Mat. 28:19, 20) ¿Es su comportamiento como siervo de Dios digno de imitación? Si así es, está viviendo en armonía con las palabras inspiradas que se encuentran registradas en Miqueas 6:8.

  • El amor en acción
    La Atalaya 1979 | 1 de febrero
    • El amor en acción

      “El amor nunca falla.”—1 Cor. 13:8.

      1. ¿Por qué no debe sorprendernos la falta de verdadero amor en el mundo?

      EN ESTE mundo, repetidamente vemos y oímos la palabra “amor.” Aparece en canciones, libros y películas y en carteles, cartelones y botones. Sin embargo, vivimos en un mundo en el cual el amor abnegado ciertamente es raro. Esto no debe sorprendernos, porque muchas personas equivocadamente llaman amor a la pasión y el sentimentalismo. No están familiarizadas con el amor que distingue a los discípulos verdaderos de Jesucristo. Este amor va más allá de que una persona ame a su prójimo como a sí misma. Incluye, si se hace necesario, estar uno dispuesto a entregar su vida por los hermanos cristianos de uno. Así se estaría imitando a Jesucristo, quien voluntariamente entregó su vida a favor de la humanidad.—1 Juan 3:16-18.

      2. ¿Qué tema se considera en Primera a los Corintios, capítulo 13?

      2 Está claro que el amor cristiano es activo y se manifiesta en el bien positivo que hace para otros. Por ser un sentimiento o una emoción, no es fácil definir este amor. Sin embargo, se puede describir la manera en que se expresa. Y, en Primera a los Corintios, capítulo 13, hallamos una descripción verdaderamente magistral del amor que los los cristianos deben tener. En este capítulo el énfasis no se pone en la expresión del amor de Dios a la humanidad ni en nuestro amor a Jehová Dios. El peso principal del material está, más bien, en cómo se debe mostrar el amor al congénere humano.

      3. ¿Cuáles eran algunos de los problemas que existían en la congregación corintia?

      3 Esto es algo que los cristianos de Corinto necesitaban, porque no estaban disfrutando de las mejores relaciones entre sí. Como se desprende claramente cuando se examina la entera carta de Primera a los Corintios, la congregación de aquel lugar tenía problemas de celos, contienda, divisiones, jactancia, inmoralidad, falta de honradez y el tomarse libertades indebidas. Algunos individuos de la congregación Corintia deseaban tener prestigio. Querían eclipsarse unos a otros en cuanto a aptitudes y dones o talentos—1 Cor. 1:10, 11; 3:2, 3; 4:6, 7; 5:1, 2; 6:7, 8; 8:1, 2, 7-13; 11:18, 19; 12:14-18.

      “UN CAMINO SOBREPUJANTE”

      4. ¿Tenían los mismos dones todos los cristianos en el primer siglo E.C.?

      4 Por supuesto, no era incorrecto el que alguien considerara deseables los dones mayores del espíritu y el que un hombre deseara servir a la congregación como apóstol, profeta, o maestro. Pero el apóstol Pablo señaló lo siguiente: “No todos son apóstoles, ¿verdad? No todos son profetas, ¿verdad? No todos son maestros, ¿verdad? No todos ejecutan obras poderosas, ¿verdad? No todos tienen dones de curaciones, ¿verdad? No todos hablan en lenguas, ¿verdad? No todos son traductores, ¿verdad?” (1 Cor. 12:29, 30) Pero había algo que toda persona de la congregación podía hacer. De hecho, era algo hasta más sobresaliente que el ir en pos de los “dones mayores.” Esto se desprende claramente del estímulo que da el apóstol: “Sigan procurando celosamente los dones mayores. Y todavía les muestro un camino sobrepujante.”—1 Cor. 12:31.

      5, 6. (a) ¿Qué quiso decir el apóstol Pablo por la expresión “un camino sobrepujante”? (b) ¿Cómo mostró él que poseer habilidades y dones no era la cosa de mayor importancia para los cristianos verdaderos?

      5 ¿Cuál es este camino sobrepujante? Es el camino del amor. Sí, era necesario que los cristianos de Corinto efectuaran cambios en su evaluación de los “dones” y pusieran en acción el amor. Pablo, señalando de qué manera el amor es de mayor valor que aptitudes y dones o talentos, escribió: “Si hablo en las lenguas de los hombres y de los ángeles, pero no tengo amor, he venido a ser un pedazo de bronce sonante o un címbalo estruendoso. Y si tengo el don de profetizar y estoy enterado de todos los secretos sagrados y de todo el conocimiento, y si tengo toda la fe como para trasladar montañas, pero no tengo amor, nada soy. Y si doy todos mis bienes para alimentar a otros, y si entrego mi cuerpo, para jactarme, pero no tengo amor, de nada absolutamente me aprovecha.”—1 Cor. 13:1-3.

      6 El que un cristiano pudiera hablar más idiomas que solo su lengua nativa ciertamente sería un don valioso. Mayor todavía sería el poder hablar en el lenguaje de ángeles, que son una creación superior al hombre. Pero si el individuo fuera a usar este don para promover su prominencia o tuviera en algún otro sentido el motivo incorrecto, no sería edificante para su congénere, incluso sus hermanos cristianos. Sería solamente como un gran ruido hecho con un instrumento de bronce o un címbalo. Además, sin amor, los dones de profetizar, conocimiento milagroso y fe milagrosa no servirían para estimular a otras personas. Estos dones o talentos entonces no se usarían correctamente. De manera similar, la persona que diera generosamente de lo que tuviera a otras personas, sencillamente para poder jactarse, no recibiría beneficio. No recibiría recompensa. ¿Qué hay si optara por pasar sufrimiento o hasta morir, quizás con la intención de llegar a ser un héroe a los ojos de los hombres? De nuevo, si no tuviera verdadero amor a Dios ni a su congénere humano, el que tal persona estuviera presta a hacer el sacrificio supremo no le aprovecharía de ninguna manera duradera. Aparte de los aplausos de los hombres mortales, no recibiría absolutamente nada. (Compare con Mateo 6:1-4.) Puesto que el amor es tan importante, hacemos bien en considerar qué estamos logrando individualmente en cuanto a cumplir con el despliegue apropiado de esta excelente cualidad. ¿Estamos realmente siguiendo el “camino sobrepujante”?

      CÓMO DEBE MANIFESTARSE EN ACCIÓN EL AMOR

      7. ¿Cómo mostramos amor cuando arrostramos experiencias difíciles?

      7 Primera a los Corintios 13:4 declara: “El amor es sufrido y bondadoso.” ¿Qué requiere esto de nosotros? Cuando se nos provoca, oprime, irrita o pinta en falsos colores, ¿cuál debe ser nuestra respuesta? La persona sufrida evita la acción apresurada o los estallidos emocionales. Soporta pacientemente en medio de las circunstancias difíciles, con la esperanza de que ello ayude a cambiar de proceder a los que son responsables de la situación desagradable. Por la misma razón, debemos ser bondadosos, no ásperos, duros ni malévolos, sino tiernos, apacibles, amigables y serviciales. (Compare con Romanos 12:20, 21; 1 Pedro 2:18-23.) Por interés genuino en los compañeros de creencia, gustosamente debemos sobrellevar sus idiosincrasias o particularidades de temperamento y cualesquier debilidades de conciencia que puedan tener. No debemos insistir en nuestro derechos, sino abstenernos de usar nuestra libertad cristiana al mayor grado. Así no causaremos tropiezo a otros ni les daremos una excusa para abandonar la adoración verdadera.—Rom. 14:1-4, 19-21.

      8. ¿Por qué son desamorados el jactarse, gloriarse y los celos?

      8 Además se nos dice: “El amor no es celoso, no se vanagloria, no se hincha.” (1 Cor. 13:4) Si realmente amamos a nuestros hermanos cristianos, ¿cómo pudiera ser que sintiéramos celos o envidia debido a lo que ellos lograran, o las bendiciones o habilidades que tuvieran? Más bien, nos regocijaríamos con ellos y nos alegraríamos por la parte que pueden desempeñar en edificar a la congregación. (Rom. 12:15, 16) De manera similar, ¿cómo pudiéramos constantemente darnos realce y recalcar nuestros propios logros y experiencias? Esto pudiera ser desanimador para los que nos escucharan. Pudieran empezar a pensar que, en comparación, ellos han hecho muy poco. Nuestro jactarnos y gloriarnos solo derribaría a otros y distraería de la gloria que debe darse a Jehová Dios. ¡Qué desamoroso sería eso! Sería mucho mejor minimizar nuestro propio papel. Somos simplemente esclavos de Dios, y a él debe ir todo el crédito y la alabanza por el crecimiento que se logra en la congregación cristiana. (1 Cor. 3:5-9) La humildad evitará que tengamos una opinión inflada de nosotros mismos y nos restringirá de tratar de impresionar a otros con una supuesta importancia.

      9. Porque el amor “no se porta indecentemente,” ¿qué requiere esto de nosotros?

      9 Además, el amor “no se porta indecentemente.” (1 Cor. 13:5) Cuando tenemos amor genuino, odiamos toda forma de maldad. Pero hay más que eso envuelto en esto. La expresión ‘no portarse indecentemente’ también puede significar ‘no ser grosero.’ (Vea Nueva Biblia Española; también, Versión Popular.) En todas las relaciones, el amor produce la conducta correcta. La persona amorosa no desprecia al pobre y necesitado ni evita su compañía. No limita su asociación a solamente unos cuantos individuos selectos. (Compare con Santiago 2:1-9.) El comportamiento decente también envuelve el mostrar consideración a la autoridad apropiada. Si tenemos verdadero amor, respetaremos la persona y las posesiones de otros. Eso ciertamente incluiría nuestros lugares de reunión. ¡Qué inapropiado es que los niños escriban en las sillas o corran por el lugar, y quizás hasta derriben al suelo a otras personas! No hay lugar en la congregación cristiana para tal comportamiento indecente. Eso habla de manera desfavorable en cuanto a cómo los padres presiden a sus hijos.

      10. ¿Cómo podemos mostrar que no estamos buscando nuestros propios intereses?

      10 Continuando su descripción del amor, el apóstol Pablo escribe: “[El amor] no busca sus propios intereses.” (1 Cor. 13:5) Sí, se interesa activamente en todos los miembros de la congregación... tanto jóvenes como viejos, los enfermos y débiles, los que trabajan arduamente en enseñar, predicar y hacer discípulos. El amor está alerta para notar las necesidades de los compañeros de creencia y está presto a responder, a dar lo que se necesita. No insiste en salirse con la suya. (1 Cor. 10:23, 24) Esta excelente cualidad no tiene nada en común con la filosofía de “primero yo.” Es completamente altruista.

      11. Puesto que el amor “no se siente provocado,” ¿qué debemos evitar?

      11 Puesto que el amor “no se siente provocado,” ciertamente sería incorrecto el que buscáramos excusas para estallar en cólera. (1 Cor. 13:5) Debemos ser ‘lentos en cuanto a la ira,’ y evitar los arranques de cólera. (Sant. 1:19) En la familia, esto exige que todos los miembros se esfuercen por ser pacientes unos con otros. Y en la congregación, especialmente los ancianos deben dar un ejemplo de paciencia cuando parece que los hermanos y las hermanas son olvidadizos y negligentes o no toman en serio las responsabilidades cristianas.

      12. ¿Qué probaría que no estamos llevando “cuenta del daño” que se nos hace?

      12 Además, en armonía con la descripción que la Biblia da del amor, ‘no debemos llevar cuenta del daño’ que se nos hace. (1 Cor. 13:5) Sería desamorado el abrigar animosidades y repasar precisamente cómo ciertas personas nos han perjudicado, como si estuviéramos anotando estas cosas en una tarjeta para sacar la cuenta. El pasado debe echarse a un lado, y no debemos retraernos de desplegar bondad para con los que quizás nos hayan perjudicado.—Pro. 20:22; 24:29; 25:21, 22.

      13. ¿Cuáles son algunas cosas injustas con las cuales no se regocija el amor?

      13 ¿Qué otra cosa no hace el amor? “No se regocija por la injusticia.” (1 Cor. 13:6) Por lo tanto, el amor no se regocijaría cuando otros cayeran en la trampa de cometer un mal, y se desgraciaran y se perdieran. Los cristianos verdaderos no se regocijan y dicen que a tal individuo le sobrevino la dificultad que merecía. (Pro. 17:5; 24:17, 18) Además, no debemos regocijarnos cuando una persona se las arregla astutamente para escabullirse de una situación que merece castigo. (Sal. 50:18) Hasta el ver cosas injustas representadas en películas o programas de televisión no debería causarnos placer. Además, sería impropio el ponernos de parte de miembros ingobernables de la congregación y criticar la censura que se les da. Esto no ayudaría al malhechor a dar pasos positivos para recobrarse plenamente de la debilidad espiritual que condujo a que se comportara mal.

      14. ¿Con qué se regocija el amor?

      14 ¿Con qué debemos regocijarnos? El amor “se regocija con la verdad.” (1 Cor. 13:6) En vista de que en este pasaje se hace un contraste entre la verdad y la injusticia, esto evidentemente significa que debemos regocijarnos al ver la poderosa influencia que ejerce la verdad en la vida de la gente en el sentido de producir justicia. Debemos complacernos en todas las cosas que llevan a bendiciones, que tienen un efecto saludable y edificante en otros y que sirven para dar adelanto a la causa de la verdad y la justicia.

      “EL AMOR NUNCA FALLA”

      15. ¿Qué seguridad nos da la Biblia de que el amor verdadero nunca faltará?

      15 Además de ser un camino sobrepujante, el camino del amor nunca terminará ni faltará. Esto se nos llama a la atención en las siguientes palabras: “Todas las cosas las soporta, todas las cree, todas las espera, todas las aguanta. El amor nunca falla.”—1 Cor. 13:7, 8.

      16. ¿Cómo ‘aguanta todas las cosas’ el amor?

      16 En el sentido de ‘soportar todas las cosas,’ el amor verdadero no es cosa que pueda ser rápidamente empujada a un lado, desanimada ni abandonada. Ese amor no es demasiado sensitivo ni se apresura a concluir que no hay esperanza de ver mejora alguna en otras personas. Si somos amorosos, continuaremos haciendo el bien a nuestro congénere a pesar de su falta de gratitud.—Mat. 5:44-48.

      17. ¿En qué sentido ‘cree todas las cosas’ el amor?

      17 ¿Cómo hemos de entender las palabras que dicen que ‘el amor todo lo cree’? Esto ciertamente no significa que vamos a ser crédulos o bobos, de modo que no tengamos discernimiento, por ejemplo, de lo que es verdaderamente malo. Más bien, significa que el amor no tiende a sospechar. Por eso, aunque nuestros hermanos espirituales hagan y digan cosas que nos causen daño, no concluiremos inmediatamente que han querido perjudicarnos. Cuando observamos la conducta de otros, no pensaremos inmediatamente lo peor, sino que nos esforzaremos por ver lo que sucede desde el mejor punto de vista posible. Daremos a nuestros hermanos cristianos el beneficio de la duda, y no les imputaremos intenciones ni motivos malos.—Ecl. 7:21, 22.

      18. En lo que tiene que ver con la esperanza y el aguante, ¿qué nos permitirá hacer el amor?

      18 De manera similar, el amor espera que las cosas resulten bien. Esto no es decir que el amor sea ingenuo. Más bien, el amor busca el mejor resultado, sí, ora por él. El amor es optimista. Por eso, cuando, por ejemplo, visitamos a la gente en un territorio en el cual no se obtiene buena respuesta, podemos hacerlo con la esperanza de que, con el tiempo, algunos hayan de volverse hacia la verdad. (Compare con Romanos 9:1-3.) Además, es correcto que un cónyuge creyente espere que con el tiempo el no creyente acepte las “buenas nuevas.” (1 Ped. 3:1, 2) Aunque el amor nos ayuda a esperar lo mejor, también nos permite aguantar toda clase de persecuciones, pruebas, insultos y falsa representación.

      19. ¿Por qué nunca nos pesará el haber hecho lo amoroso?

      19 En cualquier situación dada, el que seamos amorosos siempre será útil. Nunca nos pesará haber hecho lo amoroso. Nunca ha sucedido que el amor, el amor que verdaderamente se presta al sacrificio o abnegación, haya empeorado una circunstancia que ya fuera mala. Por eso, ¿no es cierto que tenemos buena razón para imitar a nuestro Padre celestial, cuya cualidad dominante es la de amor?—1 Juan 4:7, 8.

      20. (a) Como se muestra en 1 Corintios 13:8-13, ¿por cuánto tiempo será el camino del amor “un camino sobrepujante”? (b) Aunque los dones milagrosos del espíritu han cesado, ¿cómo puede todavía reconocerse a los discípulos verdaderos de Cristo?

      20 El amor no solo continuará siendo el camino sobrepujante en este sistema de cosas, sino para toda la eternidad. Nunca ‘fallará’ o tendrá fin. El apóstol Pablo señaló esto cuando dijo: “Sea que haya dones de profetizar, serán eliminados; sea que haya lenguas, cesarán; sea que haya conocimiento, será eliminado. . . . Ahora, sin embargo, permanecen la fe, la esperanza, el amor, estos tres; pero el mayor de éstos es el amor.” (1 Cor. 13:8-13) La historia de la congregación cristiana confirma que los dones milagrosos sí pasaron, evidentemente para el segundo siglo E.C. No obstante, a los verdaderos discípulos de Jesucristo se les puede identificar, hasta este mismo día, por el amor que tienen entre sí.

      21. En vista de la importancia del amor, ¿qué preguntas pudiéramos hacernos?

      21 ¿Qué hay en cuanto a nosotros individualmente? ¿Estamos ensanchándonos en el amor que desplegamos para con nuestros hermanos cristianos? ¿Estamos mejorando en el despliegue del amor de la manera que describió el apóstol Pablo? Esto, de seguro, es lo que deseamos hacer. Puesto que el amor es un fruto del espíritu de Dios, ¿oramos por más de ese espíritu para que dejemos que el amor tenga una más plena expresión en nuestra vida? (Gál. 5:22) Que el amor continúe estando en acción en nuestra vida de modo que podamos seguir viviendo, sí, seguir amando por toda la eternidad como siervos leales del Dios de amor, Jehová.—1 Juan 4:20-5:3.

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