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El desierto transformado en un paraísoLa Atalaya 1973 | 1 de septiembre
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ellos, y ustedes no volverán a privarlos de más hijos.’”—Eze. 36:6-12.
Allá en los días del profeta Ezequiel el cumplimiento del juramento jurado de Jehová era algo que todavía habría de ser buscado, pues faltaban décadas de destierro en Babilonia. Como Jehová declaró por medio de Ezequiel:
“Esto es para lo que todavía dejaré que me busque la casa de Israel, para hacerlo para ellos: Los multiplicaré con hombres como un rebaño. Como un rebaño de personas santas, como el rebaño de Jerusalén en sus períodos de fiesta, así las ciudades que habían sido un lugar desierto llegarán a estar llenas de un rebaño de hombres; y la gente tendrá que saber que yo soy Jehová.”—Eze. 36:37, 38.
Esa repoblación de las ciudades devastadas de la tierra de Judá era algo que tenían que buscar de Jehová los judíos desterrados que se arrepintieran y que desearan el cumplimiento de las promesas misericordiosas de Jehová. Algunos de aquellos judíos desterrados sí sobrevivieron y regresaron a su país de origen para ver la realización de las promesas de Jehová. En 537 a. de la E.C., el conquistador de Babilonia, Ciro, expidió un decreto que permitió que los desterrados judíos regresaran al país de su origen y reedificaran el templo en Jerusalén. (Esd. 3:1, 2, 12) Al estar de nuevo los israelitas en sus ciudades y comenzar la obra de reedificar y plantar, las naciones tuvieron que reconocer que Jehová había efectuado una transformación maravillosa. Era tal como Jehová había declarado por medio de Ezequiel: “La gente ciertamente dirá: ‘Esa tierra de allí que había estado desolada ha llegado a ser como el jardín de Edén, y las ciudades que eran un lugar desierto y que habían sido desoladas y que estaban demolidas están fortificadas; han llegado a estar habitadas.’” (Eze. 36:33-36) Sin embargo, los edomitas con el tiempo llegaron a ser un pueblo desplazado y, después de la segunda destrucción de Jerusalén en 70 E.C., cesaron de existir como pueblo.
SE PRODUCE UN PARAÍSO ESPIRITUAL
En tiempos modernos los del resto ungido del Israel espiritual, los testigos cristianos de Jehová, han pasado por experiencias que se comparan a las de los israelitas naturales en los siglos séptimo y sexto a. de la E.C. Durante la I Guerra Mundial sufrieron persecución y opresión religiosas y entraron en una condición de cautiverio. Jehová Dios permitió que les sucediera esto a los del resto del Israel espiritual debido a error de parte de ellos. Pero no era Su propósito que la heredad espiritual de ellos permaneciera desolada, y que la cristiandad tomara posesión de todo el campo religioso durante el período posbélico.
Como Edom y otras naciones que antiguamente rodeaban a Israel, la cristiandad sufrió gran humillación en 1919 E.C. Esto se debió a que las cosas humillantes que había predicho y esperado contra el resto perseguido de los israelitas espirituales no se realizaron. En ese año esta heredad espiritual comenzó a cobrar vida al ir llenándose de israelitas espirituales.
Aunque el número de los miembros de las iglesias y las matrículas en los seminarios han disminuido notablemente en años recientes, los testigos cristianos de Jehová desde 1919 en adelante han disfrutado de maravillosos aumentos hasta este día. Las “montañas” de su heredad espiritual han llegado a mostrarse llenas de vida con muchos adoradores devotos de Jehová Dios. Para el año 1935 la “grande muchedumbre” de las “otras ovejas” del Pastor Excelente comenzó a asociarse con el resto ungido de los israelitas espirituales y así se hizo activa sobre las simbólicas “montañas de Israel.” Ni siquiera las persecuciones mundiales durante la II Guerra Mundial despojaron a las simbólicas “montañas de Israel” de sus habitantes ni los redujeron. Aunque allá en 1928 solo 44.080 individuos proclamaban públicamente las “buenas nuevas” del reino de Dios, en 1972 el número de proclamadores del Reino alcanzó un máximo de 1.658.990 en 28.407 congregaciones en 208 países.
Desde 1919 E.C. en adelante las congregaciones del resto restaurado de israelitas espirituales han sido como las ciudades del Israel antiguo. Llegaron a estar “fortificadas” especialmente por la mejor organización de ellas para actividad en cumplir la profecía de Jesús de predicar las buenas nuevas del reino establecido de Dios. (Mat. 24:14) Llegaron a estar más plenamente fortificadas en el año 1938 cuando a todas las congregaciones alrededor del globo terráqueo se aplicó la gobernación teocrática centralizada de la organización en lugar de la gobernación de congregación local.
Verdaderamente Jehová Dios ha llenado la heredad espiritual de sus testigos cristianos con un inmenso “rebaño de hombres.” (Eze. 36:11, 37, 38) Tal como las doce tribus de Israel solían reunirse como en rebaño en Jerusalén y su templo durante los tres “períodos de fiesta” (la Pascua, el Pentecostés y la Fiesta de las Cabañas), así los testigos cristianos de Jehová han disfrutado de reunirse como en rebaño, no solo en sus Salones del Reino locales, sino, de manera asombrosa, en sus asambleas regulares de circuito, distrito, nacionales e internacionales.
Las tensiones en esta era de anarquía y violencia no han hecho que los israelitas espirituales restaurados desaparezcan de su heredad espiritual recién ocupada, como si hubieran sido devorados, engullidos por agresores en invasión o por un hambre en su tierra. Su experiencia ha sido como la que se describe en Ezequiel 36:13-15, donde Jehová habla además al suelo de Israel:
“Esto es lo que ha dicho el Señor Soberano Jehová: ‘Debido a que hay quienes dicen a ustedes: “Devoradora del género humano es lo que tú misma eres, y una tierra que privas a tus naciones de hijos es lo que has llegado a ser,”’ ‘por lo tanto al género humano no devorarás más, y a tus naciones no privarás más de hijos,’ es la expresión del Señor Soberano Jehová. ‘Y haré que no se oiga más habla humillante de las naciones acerca de ti, y oprobio por los pueblos no llevarás más, y a tus naciones no harás ya que tropiecen,’ es la expresión del Señor Soberano Jehová.”
La tierra de Canaán tenía mala reputación tocante a la destrucción de sus pueblos como si fueran devorados por la tierra. (Núm. 13:32) Cuando Jehová introdujo a los israelitas en la tierra de Canaán en 1473 a. de la E.C. y éstos procedieron a destruir siete naciones, fue como si la tierra se hubiera comido o devorado a aquellos habitantes.
En 607 a. de la E.C. el rey de Babilonia conquistó la tierra de Judá y deportó a muchos centenares de judíos sobrevivientes, y la tierra llegó a estar desolada sin hombre ni bestia doméstica. Otra vez parecía que la tierra había devorado a sus habitantes y había privado de sus hijos a la nación del reino de Judá. Más temprano, en 740 a. de la E.C. había privado de sus hijos a la nación del reino de Israel. Pero por la bendición y protección especial de Jehová la que había sido tierra desolada no iba a tener otra experiencia como ésta en relación con el resto de israelitas fieles que fueron restaurados del destierro en Babilonia en 537 a. de la E.C. y después de eso. Así también ha sucedido con la heredad espiritual a la cual fueron restaurados los del resto en el año posbélico de 1919 E.C. Todavía están allí, vivos, fructíferos, multiplicándose. El paraíso espiritual del que disfruta el pueblo de Dios está aquí para quedarse.
EL NOMBRE DE DIOS ENVUELTO
¿Por qué hizo Jehová Dios que sucedieran estas cosas magníficas? No fue debido a merecimiento o mérito de parte del resto típico en 537 a. de la E.C. ni después, ni de parte del resto antitípico en 1919 E.C. ni después. El propio santo nombre de Dios estaba envuelto. Leemos:
“La palabra de Jehová continuó ocurriéndome, diciendo: ‘Hijo del hombre, los de la casa de Israel estaban morando sobre su suelo, y seguían haciéndolo inmundo con su camino y con sus tratos. Como la inmundicia de la menstruación ha llegado a ser delante de mí su camino. Y procedí a derramar mi furia sobre ellos por causa de la sangre que habían derramado sobre la tierra, la cual tierra habían hecho inmunda con sus ídolos estercolizos. Y procedí a esparcirlos entre las naciones, de modo que fueron dispersados entre las tierras. Según su camino y según sus tratos los juzgué. De modo que vinieron a las naciones adonde vinieron, y la gente procedió a profanar mi santo nombre al decir con referencia a ellos: “Estos son el pueblo de Jehová, y de la tierra de él han salido.” Y tendré compasión de mi santo nombre, el cual los de la casa de Israel han profanado entre las naciones adonde han ido.’”—Eze. 36:16-21.
Debido a que los israelitas habían salido de la tierra de Jehová como desterrados, parecía que Jehová, el que afirmaban que era su Dios, no podía protegerlos de sus enemigos. Esto causaba oprobio a Su santo nombre. Hacía que las naciones gentiles hablaran profanamente de Su nombre. De modo similar, el que los del resto ungido de israelitas espirituales entraran en cautiverio a Babilonia la Grande y sus amantes políticos y militares durante la I Guerra Mundial hizo parecer como que ellos como miembros de la Asociación Internacional de Estudiantes de la Biblia no fueran cristianos genuinos. Parecía que el Dios verdadero no estaba de parte de ellos y no los estaba protegiendo. Esto causaba oprobio al nombre del Dios a quien estaban dedicados. Por consiguiente, Jehová estaba obligado a mostrar pundonor teniendo compasión de Su propio nombre. Era un nombre santo y no merecía ser profanado por mundanos. Puesto que tenía un resto dedicado que estaba relacionado con su nombre, entonces lo que hiciera por compasión a su nombre requeriría compasión a ese resto.
Lo que Jehová Dios ha hecho al restaurar a su pueblo en tiempos modernos ha cumplido las palabras de la profecía de Ezequiel. (Eze. 36:22-24) Jehová de veras ha santificado su nombre entre las naciones al producir un pueblo dedicado que considera santo Su nombre. (Eze. 36:38) Se interesan en traer gloria a ese nombre y en no vituperarlo de manera alguna debido a mala conducta de parte de ellos. Optan por obedecer a Dios como Gobernante más bien que a los hombres cuando hay conflicto entre la ley de Dios y las leyes forjadas por hombres que pasan por alto a Dios.—Hech. 5:29.
Jehová ha limpiado a su resto restaurado de inmundicia religiosa por sus agencias limpiadoras, como rociando agua limpia sobre ellos. Limpiados de los “ídolos estercolizos,” rehúsan idolatrar a dignatarios políticos, militares o religiosos o hacer ademanes idolátricos y asumir actitudes idolátricas para con imágenes, estatuas o emblemas. Jehová les ha quitado toda dureza de corazón y les ha dado un “corazón de carne,” un corazón impelido por amor y cariño a hacer su voluntad. El “espíritu nuevo” que Jehová ha puesto dentro de ellos es Su espíritu santo. Esto los ha hecho producir el fruto del espíritu... “amor, gozo, paz, gran paciencia, benignidad, bondad, fe, apacibilidad, gobierno de uno mismo.”—Eze. 36:25-28; Gál. 5:22, 23.
A fin de corregir toda impresión incorrecta que las naciones hayan obtenido acerca de él debido a la disciplina que ha dado a los de su pueblo, Jehová los ha bendecido ricamente desde 1919. Ha sido tal como Él prometió por medio de Ezequiel:
“‘Y ciertamente los salvaré de todas sus impurezas y llamaré al grano y haré que abunde, y no pondré sobre ustedes hambre. Y ciertamente haré que el fruto del árbol abunde, y el producto del campo, para que ustedes ya no reciban entre las naciones el oprobio del hambre. Y de seguro recordarán sus malos caminos y sus tratos que no fueron buenos, y de seguro sentirán asco de su misma persona a causa de sus errores y a causa de sus cosas detestables. No por causa de ustedes estoy haciendo esto,’ es la expresión del Señor Soberano Jehová, ‘sépanlo. Avergüéncense y sientan humillación debido a sus caminos, oh casa de Israel.’”—Eze. 36:29-32.
Debido a esa benignidad divina para con ellos, los miembros del resto ungido sienten asco de sí mismos cuando miran atrás a lo que eran en el pasado. Los avergüenza, los hace sentirse humillados, el solo pensar en ello. Esta actitud quita de ellos toda inclinación a participar en impurezas espirituales e inmorales de nuevo, voluntariamente. A causa del efecto que la bondad inmerecida de Jehová tiene en ellos en su heredad restaurada, él los salva de todas sus impurezas. Comprenden claramente que no fue por ninguna benignidad pasada de ellos, ni por causa de ellos, que, hablando figurativamente, llamó él al grano sustentador de la vida para que brotara del suelo y produjera tan abundantemente, para que las naciones mundanas no puedan vituperarlos por tener hambre de provisiones de alimento espiritual. Están agradecidos de que Dios les permita saber que por causa de su santo nombre él ha hecho todo esto para ellos. De modo que con toda humildad santifican Su nombre.
Todo esto ilustra que las promesas de Jehová asociadas con su santo nombre se cumplirán. Puesto que es su propósito transformar esta Tierra en un paraíso, podemos estar seguros de que esto se realizará. Las “buenas nuevas” para hoy día son que la profecía de la Biblia señala a esta generación como la que habrá de ver el fin del arruinamiento de la Tierra por el hombre. De modo que ahora es el tiempo para que las personas de corazón sincero y honrado se pongan de parte de la adoración verdadera en asociación con los testigos cristianos de Jehová, que ahora están disfrutando de las bendiciones de un paraíso espiritual.
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Asambleas de MéxicoLa Atalaya 1973 | 1 de septiembre
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Asambleas de México
DESPUÉS que las Asambleas Internacionales “Victoria Divina” se hayan celebrado en los Estados Unidos y el Canadá, en Europa y el Lejano Oriente, proseguirán a las Américas Central y Sur, Oceanía y África como se anunció hace unos meses en La Atalaya del 1 de junio. (Sírvase ver las páginas 350-352 de ese número para detalles.) En dicho anuncio solo se mencionó Ciudad de México como lugar de asamblea para el entero país de México. No obstante, reconociendo que Ciudad de México no tiene facilidades suficientes para todos los que según se entiende desean asistir, se han hecho arreglos para celebrar asambleas en otras dieciocho ciudades de México.
Cada una de estas diecinueve asambleas que se celebrarán en México durará cinco días y se celebrarán en las mismas fechas, desde el miércoles 31 de octubre hasta el domingo 4 de noviembre, con la excepción de la de Acapulco. Ésta también durará cinco días pero empezará el jueves 1 de noviembre y terminará el lunes 5 de noviembre.
Los que piensen asistir a una de estas asambleas y deseen conseguir habitaciones, deben dirigir su correspondencia a “Asamblea de La Torre del Vigía de México,” a cargo del nombre de la persona y dirección en la ciudad de asamblea donde se proponen asistir. Los lugares de asamblea y las direcciones para la solicitud de alojamiento son:
Acapulco, Guerrero: Arena Coliseo de Acapulco, S.A., Terraplén Núm. 7. Alojamiento: Asamblea de La Torre del Vigía de México, c/d Ciro Díaz, 18 de Marzo 11, Acapulco, Gro.
Ciudad Juárez, Chihuahua: Plaza de Toros “Alberto Balderas,” Abraham González y Ferrocarril. Alojamiento: Asamblea de La Torre del Vigía de México, c/d Joel Velasco, Argentina 469 Sur, Ciudad Juárez, Chih.
Culiacán, Sinaloa: Lienzo del Charro, Km. 7 Carretera a Navolato, Bachigualato, Sinaloa. Alojamiento: Asamblea de La Torre del Vigía de México, c/d Ramón Ulloa, Calle 3a. Núm. 1575, Colonia Ejidal, Culiacán, Sin.
Guadalajara, Jalisco: Casino Agua Azul, Avenida González Gallo y Doctor Roberto Michel. Alojamiento: Asamblea de La Torre del Vigía de México, c/d Bruno Serrano, Apartado Postal 1-488, Guadalajara, Jal.
Mazatlán, Sinaloa: Estadio Teodoro Mariscal, Colonia López Mateos. Alojamiento: Asamblea de La Torre del Vigía de México, c/d Fructuoso Gándara, 2a. Galeana 36-A Nte., Mazatlán, Sin.
Mérida, Yucatán: Local particular, Calle 21 #5 Entre 6 y 8, Colonia Lázaro Cárdenas. Alojamiento: Asamblea de La Torre del Vigía de México, c/d Antonio Aguilar, Calle 61 #268, Col. Esperanza, Mérida, Yuc.
México, Distrito Federal: Arena México, Doctor Lavista y Doctor Lucio. Alojamiento: Asamblea de La Torre del Vigía de México, Heraldo 98, Colonia Clavería, México 16, D.F.
Monterrey, Nuevo León: Arena Coliseo de Monterrey, Avenida Colón 1050 Pte., Esquina Bernardo Reyes. Alojamiento: Asamblea de La Torre del Vigía de México, c/d Antonio Martínez, Ciprés 3114, Colonia Moderna, Monterrey, N.L.
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