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    La Atalaya 1958 | 15 de septiembre
    • de la visión del hombre vestido de lino y con el tintero de escritor a su costado. (Eze. 9:1-11, Mod) En algunas ciudades y poblaciones han visitado las casas vez tras vez, quizás haciéndolo cada pocas semanas. Quizás los amos de casa les digan que han oído el mensaje, y el clero religioso se queje de que ellos han llenado la tierra con su doctrina concerniente a Jehová Dios y a su reino. En muchos lugares los testigos de Jehová encuentran indiferencia general o hasta oposición declarada. En vista de estas cosas, ¿deberían creer ahora que el trabajo ha concluido?

      14 Enfrentándose a esta situación, sería prudente tomar en cuenta la situación de nuestros hermanos en la congregación de Jerusalén del primer siglo. Tan profundamente se había sentido el trabajo de predicación allí que los hermanos fueron llevados por la fuerza ante el Tribunal Supremo por segunda vez y se les dió la firme reprimenda: “Les ordenamos positivamente que no siguieran enseñando con este nombre de base, y sin embargo, ¡miren! ustedes han llenado a Jerusalén con su enseñanza, y están determinados a traer la sangre de este hombre sobre nosotros.” Algunos no apreciaron las visitas repetidas a sus hogares, pero ¿estaban libres los apóstoles para retirarse de este servicio? No si querían ser cristianos verdaderos, ministros de Dios. Su respuesta sencilla al tribunal fué: “Tenemos que obedecer a Dios como gobernante más bien que a los hombres.”—Hech. 5:28, 29.

      15, 16. (a) ¿Cuán intensamente trabajaban su territorio? (b) ¿Cuáles fueron los resultados, y por qué?

      15 Considere usted las circunstancias en que se hallaba aquella congregación. En el día del Pentecostés, cuando con el derramamiento del espíritu santo se lanzó la gran campaña de predicación en Jerusalén, un grupo de 120 recibió el espíritu santo de Dios y después salió a trabajar. Lógicamente Jerusalén era su asignación. ¿Cuán grande era? Parece que Jerusalén en ese tiempo medía aproximadamente 1,200 metros de norte a sur y 790 metros de oriente a occidente. Cubría menos de 130 hectáreas, incluyendo la amplia área del templo. Naturalmente, teniendo calles angostas y casas de varios pisos estrechamente juntas, la población sería numerosa. Pero represéntese en la mente un cuadro vivo de la situación. Con esta área que pudiera compararse a aproximadamente setenta y dos manzanas residenciales de una ciudad, había poco más que la mitad de una manzana para que la atendiera cada ministro. ¿Está su territorio para testificar tan lleno de ministros del Reino como el de ellos?

      16 El trabajo no se detuvo. Pues en ese día memorable del Pentecostés “cerca de tres mil almas fueron añadidas” a su número. Con esta grande afluencia de creyentes que estaban ansiosos de hablar la verdad, se dió un testimonio tremendo en su asignación. “Al mismo tiempo Jehová diariamente continuó uniendo a ellos los que estaban siendo salvados.” Y la congregación se ensanchó de modo que “el número de los hombres llegó a ser aproximadamente cinco mil.” El trabajo todavía no cesó, sino que “la palabra de Dios siguió creciendo, y el número de los discípulos siguió multiplicándose muchísimo en Jerusalén, y una gran muchedumbre de sacerdotes empezó a ser obediente a la fe.” (Hech. 2:41, 47; 4:4; 6:7) ¿A qué se debió la tremenda expansión? Simplemente a que ‘obedecieron a Dios como gobernante más bien que a los hombres.’ Sus opositores les pidieron que cesaran de trabajar. Desde un punto de vista humano puede haber parecido que el territorio se estaba trabajando demasiado. Pero el trabajo se estaba haciendo bajo la dirección del espíritu de Dios. Siguieron su dirección, plantando y regando diligentemente, y Dios siguió haciéndolo crecer.

      17. (a) ¿Cómo les han mostrado gran consideración a su prójimo los testigos de Jehová al hacer tales visitas repetidas? (b) ¿Deberían aflojar el paso ahora en el territorio que se ha trabajado muchas veces?

      17 Pero, ¿no debe considerarse la conveniencia del público? Sí, y la consideran los testigos de Jehová cuando ponen el interés que tienen en su prójimo por encima de su propia conveniencia personal y vuelven a pesar de los desaires que reciben, a pesar de la indiferencia que encuentran, a pesar del tiempo desfavorable o aun proscripciones impuestas a su trabajo y la amenaza de encarcelación o aun la muerte si continúan. Ellos saben que sólo los que reciban anuentemente la marca en el asiento de su inteligencia porque han oído el mensaje y han aceptado y obrado en armonía con éste en fe sobrevivirán la venidera batalla del Armagedón. Es a causa de que aman a su prójimo que ellos lo instan a ‘reconciliarse con Dios.’ El mandato de Dios para sus siervos hoy, como para Ezequiel de la antigüedad, es: “Les hablarás mis palabras, ora que oigan, ora que dejen de oír.” (Eze. 2:7, Mod) A los que respondan al mensaje y reciban la marca de parte de la clase del “varón vestido de lino blanco” se les describe como “una grande muchedumbre, que ningún hombre podía contar.” (Apo. 7:9) En pleno reconocimiento de ese hecho, ningún testigo de Jehová asume el decir que el trabajo se ha concluido en su territorio, que ya no hay más ovejas. Con gusto continúan con su ministerio hasta que Jehová diga que basta, haciendo “que las ciudades queden desoladas, por falta de habitantes.”—Isa. 6:11, Mod.

      18. ¿Qué se necesita si ha de haber crecimiento en la congregación cristiana, y por eso cuál es el derrotero correcto que se ha de seguir?

      18 Los testigos de Jehová están bien enterados del hecho de que no son ellos, sino Dios, quien sigue haciendo crecer su organización. (1 Cor. 3:6) De modo que cuando consideran la manera de mejorar su ministerio no proponen el introducir ideas y proyectos de los hombres para juntar personas y edificar una organización enorme. La organización es de Dios, y sólo los que son atraídos a ella mediante él por ser personas semejantes a ovejas que lo aman a Él, a su Hijo y a su reino y que han prestado oídos a su Palabra en creencia tienen un lugar en ella. Puesto que es por medio de Su espíritu que Jehová desempeña su trabajo, su pueblo está deseoso de que haya evidencia del funcionamiento de ese espíritu en su ministerio por medio de la producción de fruto. Si falta dicho fruto, estudian otra vez las maneras y medios empleados por Cristo Jesús y se esfuerzan por imitarlo más estrechamente. Mediante el responder así a la guía de la Biblia, que fué registrada bajo la inspiración del espíritu santo, hacen accesible el camino para que el espíritu de Dios funcione más libremente en su vida, produciendo el fruto en su ministerio que honra a Dios.

      19. ¿Qué asegurará resultados máximos en nuestro ministerio, y por qué?

      19 Los que son maduros en crecimiento cristiano han llegado a apreciar, por medio de las Escrituras y la manifestación evidente del favor de Jehová sobre su esclavo fiel y discreto, que Jehová trata con su pueblo como organización y que su espíritu funciona en unión con esa organización. (Mat. 24:45-47) En consecuencia, cuando consideran los factores que tienen que ver con el crecimiento en su congregación, saben que una consideración principal es su obediencia a las instrucciones que se proveen regularmente por medio de las columnas de La Atalaya, el Ministerio del Reino y otras publicaciones teocráticas y por medio de asambleas. Puesto que dicho espíritu de Dios funciona en unión con la organización, entonces al grado que los superintendentes, los auxiliares ministeriales y los ministros individuales locales responden al consejo provisto para ellos por medio de la organización teocrática, a ese grado se hace accesible el camino por este medio para la libre afluencia del espíritu santo de Dios. Los que crean que no están viendo resultados al grado que pudieran verlos en la expansión de la adoración verdadera en su asignación harían bien en considerar estos factores, disipar cualquier actitud negativa o derrotista y de manera optimista poner en vigor todas las provisiones sugeridas por la organización teocrática. Si diligentemente plantamos y regamos, siguiendo la dirección que Jehová nos da por medio de su Palabra y su conducto de comunicaciones, él bendecirá nuestros esfuerzos con crecimiento hasta que todas sus ovejas sean recogidas felizmente dentro de su sociedad del nuevo mundo.

      20, 21. (a) ¿Cómo podemos organizarnos para ensanchar nuestro servicio? (b) ¿Qué punto de vista debe tomarse de los privilegios de servicio confiados a nuestro cuidado?

      20 Ahora en este tiempo crítico cuando el viejo mundo bajo Satanás se acerca al tiempo de su destrucción completa a manos de Cristo Jesús, el Ejecutor Hijo de Jehová, es vital que vivamos en conformidad con el nombre que llevamos como testigos cristianos de Jehová para que contemos con el favor de Jehová y su Hijo. Como ministros cristianos de Dios tenemos un propósito en la vida, y ése es el dar devoción exclusiva a nuestro Dios Jehová. Jamás debemos perderlo de vista; siempre debemos moldear nuestra vida para ajustarnos a ello. Habiendo principiado a andar en el camino de la justicia, jamás nos volvamos atrás.

      21 Si usted se ha dedicado a servir a Dios, que esa dedicación guíe sus decisiones. En vez de asumir más obligaciones que le hagan disminuir su ministerio, esté siempre alerta para aprovecharse de las oportunidades de ensanchar su conocimiento de la verdad y de aceptar privilegios adicionales de servicio. Quizás usted pueda organizar sus asuntos para emplear más tiempo en el ministerio como publicador de congregación; si es posible, aun mudándose con su familia a territorio donde hay gran necesidad de ayuda. Si tal es el caso, usted querrá hacerlo. Quizás usted pueda organizar su vida de tal modo que pueda asirse del glorioso tesoro del ministerio de tiempo cabal como precursor, yendo a la Escuela de Galaad y luego al servicio misional o sirviendo como miembro de la familia Betel. Habiendo dado un paso hacia adelante, determínese usted a mantener asidos sus privilegios de servicio. Es fácil hacerse a un lado y dejar que otra persona se haga cargo de su puesto, pero el modelo que se nos puso en la Biblia es el de siervos fieles que se adhirieron tenazmente a su trabajo. No hay registro de que Jesús haya entregado una asignación de servicio incompleta, aunque debido a la fidelidad ha sido recompensado con más y mayores privilegios de ministerio. Abrahán aceptó una asignación de servicio en el extranjero de parte de Jehová cuando tenía setenta y cinco años de edad, y se quedó en su colocación durante cien años, hasta el tiempo de su muerte. Sea la determinación de todos los que están asociados con la sociedad del nuevo mundo de testigos de Jehová la de imitar esos modelos de perseverancia fiel. Habiendo emprendido este derrotero, corramos con aguante la carrera que está puesta delante de nosotros, siguiendo el camino que dejó marcado al andar por él Cristo Jesús, aquel a quien Dios aprueba.—Heb. 12:1, 2.

  • ‘La cristiandad estorba el camino’
    La Atalaya 1958 | 15 de septiembre
    • ‘La cristiandad estorba el camino’

      El Sr. Carlos Clayton Morrison, quien fué director de la publicación The Christian Century, ha hecho esta declaración: “Hemos dejado que la cristiandad desmienta su propio cristianismo. La cristiandad es lo que está estorbando que el cristianismo logre un triunfo mundial. En Oriente y en todos los países no cristianos se ama a Cristo, y a los misioneros que enseñan su manera de vivir se les tiene en alta estima, pero cuando los estadistas y estudiantes vienen desde lejos a nuestras costas y contemplan la cristiandad después de diecinueve siglos de influencia cristiana vuelven a sus propias fes y tradiciones sin quedar convencidos o persuadidos.”

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