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‘Esfuércese por alcanzar las cosas que contribuyen a la paz’La Atalaya 1973 | 15 de octubre
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“hasta que sobre nosotros sea derramado el espíritu [de Jehová] desde lo alto.” Luego Isaías continúa diciendo: “La obra de la justicia verdadera tiene que llegar a ser paz; y el servicio de la justicia verdadera, tranquilidad y seguridad hasta tiempo indefinido.” (Isa. 32:15-17) ¿Qué naciones del mundo pueden alegar que en todas sus deliberaciones modernas por paz su primer interés ha sido la justicia de Dios? Jamás han tenido esa elevada mira. Por lo tanto, jamás han segado la paz de la que habló el profeta de Dios. Pero el pueblo de Dios, sus testigos, han demostrado interés genuino en la justicia de Dios. Pues Jehová es el Dios de paz; paz es un fruto de su espíritu. (2 Cor. 13:11; Gál. 5:22) Correctamente, sus testigos han segado la paz de Dios que supera todo pensamiento, que ha guardado sus corazones y facultades mentales por medio de Cristo Jesús. (Fili. 4:7) Esta es la paz que todos los que aman la justicia y desean vivir eternamente ahora tienen que considerar debidamente.
BENEFICIÁNDOSE DE LA PAZ QUE JEHOVÁ DA A SU ORGANIZACIÓN
4. ¿Qué situación prevalece en la organización de Jehová, y cómo se predijo esto?
4 Jehová ha dado paz abundante a su organización debido al interés que ésta tiene en la justicia. Esta paz se manifiesta con la condición de calma, tranquilidad y relaciones armoniosas que existen entre los testigos de Jehová. No ponen peros ni argumentos triviales sobre la manera en que Jehová dirige su organización. Isaías 60:17 predijo este clima de paz: “Nombraré la paz como tus superintendentes y la justicia como los que te asignan tus tareas.” Sin la justicia de Dios, no puede haber ninguna paz verdadera ni duradera.
5. ¿Cómo mantiene la organización de Jehová su unidad pacífica?
5 Cuando Jehová suministra entendimiento esclarecido sobre un punto de doctrina o un nuevo proceder que ha de seguirse, entonces de manera ordenada se envían instrucciones a las diferentes sucursales de la organización. Entonces la entera organización emprende suavemente el derrotero ajustado en armonía más estrecha con la voluntad revelada de Jehová. El ajuste se efectúa pacíficamente, sin que varios elementos estructurales contiendan unos con otros. Así la organización avanza y logra hacer la obra de Jehová.
6, 7. (a) ¿Qué se puede apreciar acerca de la paz en la organización de Jehová? (b) ¿Qué obligación tiene cada miembro en cuanto a guardar la paz, según exhortan Pedro y Juan?
6 De la Biblia y de experiencia personal, se aprecia que la paz de la organización de los testigos de Jehová no es una teoría sino una realidad, un desenvolvimiento de la voluntad divina, un fruto del espíritu santo de Dios. Ha descendido de Dios, en vez de ser generado por los esfuerzos independientes de los hombres. Aunque eso es así, una persona podría preguntar: ¿Cómo contribuye individualmente a su paz cada uno en la organización?
7 La paz personal no proviene automáticamente solo porque una persona ha entrado en la organización pacífica de Jehová. Cada uno tiene que hacer su parte. Como declaró el apóstol Pedro: “El que quiere amar la vida y ver días buenos, reprima su lengua de lo que es malo y sus labios de hablar engaño, antes apártese de lo que es malo y haga lo que es bueno; busque la paz y vaya en pos de ella.” (1 Ped. 3:10, 11) De las palabras inspiradas de Pedro es claro que, si hemos de gozar de la paz de la organización de Jehová, la paz tiene que ser una realidad práctica en el nivel individual. No ha de ser simplemente una cualidad extensa de la organización. El apóstol Juan también subraya este punto, diciendo: “Hijitos, no amemos de palabra, ni con la lengua, sino en hecho y verdad.” (1 Juan 3:18) Las palabras solas no bastarán; se necesitan hechos y verdad.
8. ¿Qué preguntas se pueden hacer para revelar si estamos guardando la paz en nuestra vida cotidiana?
8 En nuestras relaciones con otros en la congregación, ¿nos esforzamos por alcanzar las cosas que contribuyen a la paz? Podemos saberlo preguntándonos si nuestra conducta o el uso de nuestra lengua está causando relaciones tirantes con alguien, algunas riñas, o si estamos abrigando resentimiento. ¿Qué hay de la situación en nuestra familia? ¿Hay algunas tensiones contranaturales allí, algunas riñas ociosas y actitud criticona? ¿Hay severidad? Probablemente todos, a veces, tenemos debilidades en estos campos. Pero nuestra determinación debería ser de paz, y, sin duda, todos podemos mejorar en esto.
9. ¿Qué hechos acerca de la paz llaman a nuestra atención el apóstol Pablo y el discípulo Santiago?
9 Debido a que la organización de Jehová está en paz, todos los que están en ella tienen que trabajar haciendo un esfuerzo incansable en pro de la paz. El apóstol Pablo lo declaró como mandato directo: “Por eso, pues, esforcémonos por alcanzar las cosas que contribuyen a la paz y las cosas que sirven para edificar los unos a los otros.” (Rom. 14:19) No se puede dar por sentada la paz. Es una evidencia de la sabiduría divina que ejerce gente dedicada a Dios. El discípulo Santiago expresó esto claramente, diciendo: “La sabiduría de arriba es primeramente casta, luego pacífica . . . Además, en cuanto al fruto de la justicia, su semilla se siembra en condiciones pacíficas para los que están haciendo la paz.” (Sant. 3:17, 18) Aquí, también, se concentra la atención en el nivel individual.
OPORTUNIDADES PARA HACER LA PAZ UNOS CON OTROS
10, 11. (a) ¿Cuándo se pone a prueba nuestra habilidad para permanecer pacíficos? (b) ¿Cómo nos suministran los asuntos comunes de la vida oportunidades para esforzarnos por hacer la paz?
10 El ser verdaderamente pacíficos encierra mucho más que simplemente ser agradables cuando las cosas marchan como queremos o cuadran con nuestras emociones o nuestras preferencias. Bajo tales condiciones nuestra paz no se pone a prueba. Pero, ¿qué hacemos cuando somos puestos bajo alguna clase de presión? ¿Nos esforzamos entonces por alcanzar la paz? ¿Conservamos nuestra compostura pacífica cuando estamos bajo tensión?
11 Las relaciones comunes entre los individuos afuera y adentro de la congregación suministran muchas oportunidades para esforzarnos por hacer la paz unos con los otros. El contacto continuo con otros, imperfectos como somos, a veces produce presiones que pueden quebrantar la paz. Desafíos de esta clase nos someten a prueba para que demostremos si realmente estamos buscando la paz. Por ejemplo, hoy muchísimas cosas hacen que la gente riña, y por lo general son asuntos insignificantes que nada valen. Cuando usted ve que está por envolverse en una posible riña, ¿qué hace para evitarla? Si controlamos nuestras emociones y mantenemos la paz con éxito bajo estas pequeñas presiones cotidianas, realmente estamos poniendo un cimiento para mantener la paz bajo presiones más serias. Jesucristo dijo: “La persona fiel en lo mínimo es fiel también en lo mucho.” (Luc. 16:10) No podemos encargarnos de una amenaza grande a la paz si tenemos por hábito el reñir por cosas pequeñas.
12. ¿Cuáles son algunas de las situaciones que pueden turbar la paz?
12 ¿Cuáles son algunas de las situaciones que pueden turbar la paz en nuestras familias y en la congregación? Cuando estaban edificando su Salón del Reino, quizás surgieron diferencias en cuanto a algún detalle de la construcción dando por resultado que se dijeran palabras ásperas. A veces los padres provocan a sus hijos cuando con risa sacan a lucir ante otros sus rasgos juveniles, sin darse cuenta de que los hacen sentirse tontos. A veces las esposas hacen pequeñas bromas públicas acerca de las flaquezas privadas de sus esposos, sin darse cuenta de que los hacen sentirse avergonzados. Algo que verdaderamente crea tensión es el que los esposos no controlen a sus hijos o no ayuden a sus esposas en momentos de tirantez.
13. ¿Qué preguntas sería bueno hacernos?
13 ¿Se ve usted mismo en algunas de estas situaciones, u otras de clase similar? ¿Qué hace usted en el interés de la paz? Cuando sufre la paz, ¿siempre piensa usted que es culpa de la otra persona? ¿Espera usted que la otra persona dé el primer paso hacia recobrar y mantener la paz? El vencer las pequeñas presiones cotidianas resulta en una vida pacífica y en trabajo agradable dentro de la organización de Jehová.
14, 15. (a) ¿Qué hace posible que tengamos buen éxito al esforzarnos por tener paz? (b) ¿Cuál es el principio que formuló el apóstol Juan que tiene que ver con nuestro esfuerzo por tener paz, y cómo enfatiza Jesús la importancia de estar en paz con nuestro hermano?
14 Recuerde que la paz resulta de la sabiduría divina, lo cual significa vivir en armonía con los principios de Dios, el practicar la justicia. Claramente entonces, el solo tratar de ser formalmente afable al tiempo apropiado, más o menos diplomático para evitar problemas, no es lo que la verdadera paz cristiana realmente es. No, la paz que Jehová da refleja algo mucho más profundo.
15 Ese principio se nos subraya en 1 Juan 4:20, 21, que dice: “Si alguno hace la declaración: ‘Yo amo a Dios,’ y sin embargo está odiando a su hermano, es mentiroso. Porque el que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede estar amando a Dios, a quien no ha visto. Y este mandamiento lo tenemos de él, que el que ama a Dios esté amando también a su hermano.” El principio clave aquí es éste: Si queremos estar en paz con Dios, tenemos que estar en paz los unos con los otros. Jesús aclaró este punto en su Sermón del Monte, diciendo: “Si, pues, traes tu don al altar y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja tu don allí enfrente del altar, y vete; primero haz las paces con tu hermano, y luego, cuando hayas vuelto, ofrece tu don.” (Mat. 5:23, 24) En otras palabras, el que nuestra adoración de Jehová sea aceptable o no depende de este mismísimo punto de estar en paz con nuestro hermano.
16. (a) ¿Por qué no es siempre fácil ir en pos de la paz? (b) ¿Cómo demostró Jesús ser pacificador? Cite ejemplos.
16 Sin embargo, no siempre es fácil ir en pos de la paz; de hecho, a veces pudiera ser un asunto muy delicado. A menudo es una cuestión de quién debería dar el primer paso y cómo. Jesús dijo: “Si, pues, [tú] traes tu don al altar y allí te acuerdas [tú] de que tu hermano tiene algo contra ti,” tú deberías dar el primer paso conciliatorio. Pablo se explaya sobre este punto, diciendo: “Nosotros, pues, que somos fuertes debemos soportar las debilidades de los que no son fuertes, y no estar agradándonos a nosotros mismos. Cada uno de nosotros agrade a su prójimo en lo que es bueno para su edificación. Porque aun el Cristo no se agradó a sí mismo.” (Rom. 15:1-3) Por lo tanto, el espiritualmente fuerte debería tomar la iniciativa. Cuando Pedro resultó débil y negó a Cristo, ¿quién fue el que dio el primer paso para cerrar esa brecha de la paz? ¡Fue Cristo, y cuán dulcemente lo hizo también! (Juan 21:15-17) Cuando Tomás dudó, fue Cristo quien dio el primer paso, pues no se agradó a sí mismo, sino a Tomás apareciéndosele y restaurando su fe, lo cual volvió a poner a Tomás en una relación pacífica con Cristo.’ (Juan 20:24-29) ¡Qué excelente ejemplo nos puso Cristo a todos! Este fue amor en acción.—Luc. 22:24-27.
17. ¿Cuán persistente debería ser uno al tratar de restablecer las relaciones y hacer la paz?
17 ¿Cuán persistente debería ser uno al tratar de establecer una relación pacífica con su hermano? Pablo contesta: “Si es posible, en cuanto dependa de ustedes, sean pacíficos con todos los hombres.” (Rom. 12:18) También dice: “No desistamos de hacer lo que es excelente, porque al debido tiempo segaremos si no nos rendimos.” (Gál. 6:9, 10) Sin embargo, si nuestro hermano rehúsa aceptar nuestro amor y esfuerzo concienzudo por hacer la paz, entonces él tendrá que cargar con esa responsabilidad.
PAZ CON JEHOVÁ, NUESTRO INCENTIVO
18. ¿Cuál es el fundamento sobre el cual edificar relaciones pacíficas con otros?
18 Nuestro deseo de estar en paz con Jehová debería ser lo que nos impele a empezar a edificar nuestra paz los unos con los otros. Sin el fundamento de una relación pacífica con Jehová desde el cual trabajar, ¿qué lograrán nuestros esfuerzos? Nada. De modo que si hallamos que tenemos dificultad para llevarnos bien con otros, que siempre tenemos quejas acerca de éste o aquél, que nuestra vida está llena de pequeños choques y barreras debido a reserva, entonces el lugar donde empezar a buscar soluciones es en nuestra relación con Jehová. Puede que la viga ofensora esté en nuestro propio ojo, y la paja en el ojo de nuestro hermano.—Mat. 7:1-5.
19. ¿Qué deberíamos tener presente todos, y cómo subraya este punto el apóstol?
19 Todos tenemos nuestras personalidades individuales, que están manchadas de imperfección. Pero a pesar de nuestras diferencias y peculiaridades hemos llegado a amar a Jehová y su justicia, y ¡eso es lo importante! Pablo escribió: “Continúen soportándose los unos a los otros y perdonándose sin reserva los unos a los otros si alguno tiene causa de queja contra otro. Como Jehová los perdonó sin reserva a ustedes, así también háganlo ustedes. También, que la paz del Cristo gobierne en sus corazones, porque, de hecho, ustedes fueron llamados a ella en un solo cuerpo.” (Col. 3:13, 15) Pablo reconoció aquí que habría causas para quejarse. Pero diferentes de la humanidad en general, nosotros hemos llegado a reconciliarnos con Dios. Él nos ha perdonado sin reserva. Recibimos una buena conciencia y un principio pacífico de Jehová con nuestra dedicación y bautismo. Si el justo Dios puede estar tan dispuesto a perdonar y olvidar, ¿por qué no deberíamos estar más dispuestos nosotros a hacerlo los unos hacia los otros?
20. ¿Cuál es la clave para tener relaciones pacíficas con nuestros hermanos?
20 La clave es la paz con Jehová de que disfrutamos por medio de Cristo, dándonos dominio sobre nuestras inclinaciones y emociones para que nosotros también podamos perdonar y olvidar. Entonces no tenemos en nuestro corazón un recuerdo que se encona y produce frialdad hacia un hermano que nos parece que no actuó bien. Si mantenemos intacta nuestra paz con Dios, entonces no permitiremos que se nos provoque. Tampoco pagaremos con la misma moneda ni erigiremos silenciosamente una barrera en nuestra mente entre nosotros mismos y nuestro hermano.
EN HUMILDAD EVITE JUZGAR LOS MOTIVOS DE OTROS
21. ¿Por qué es tan importante la humildad cuando se esfuerza uno por alcanzar las cosas que contribuyen a la paz?
21 Por lo general es en cosas pequeñas que se desarrollan fricciones y se desproporcionan. Para ilustrar: ¿Le ha parecido a usted alguna vez que su idea sobre cómo manejar un asunto era mejor que la de su compañero de modo que hasta se acaloró en sus esfuerzos por demostrar un punto? ¿Por qué estuvo usted tan fuertemente resuelto en su propia preferencia que la paz llegó a estar en peligro? La Biblia dice que no deberíamos pensar más de nosotros mismos de lo que es necesario pensar, ‘sino que pensemos de tal modo que tengamos juicio sano.’ (Rom. 12:3) Si somos personas que tratamos de efectuar la obra de Jehová, entonces recordemos que por lo general hay varias maneras aceptables de efectuar un trabajo específico. El efectuar un trabajo teocrático depende más del espíritu pacífico de los que trabajan que del grado de la eficacia de los arreglos.
22. ¿Cómo pudiéramos juzgar incorrectamente los motivos de otros, y por qué es peligroso hacer eso?
22 Quizás estemos inclinados a poner en tela de juicio la rectitud de los motivos de la gente solo porque no responden de la manera que nos parece que deberían hacerlo. Por ejemplo, quizás alguien no nos saludó en el Salón del Reino cuando nos pareció que debería haberlo hecho. Lo saludamos, pero él no dijo nada. ¿Nos ponemos a pensar en ello detenidamente y a sentirnos un poco ofendidos y empezamos a retraernos, imaginándonos que esta persona tiene algo contra nosotros o que no le agradamos? ¿Dejamos que se desarrolle una barrera de reserva y frialdad? Si una persona no vigila sus propios motivos, la tendencia es hacer un juicio callado, casi inconscientemente, arrojando duda sobre nuestro modo de ver el cristianismo de nuestro hermano. Eso sería juzgar su motivo como dudoso. Las acciones de nuestro hermano son imperfectas, es cierto, pero ¿querríamos que nuestros motivos fueran juzgados por nuestras acciones defectuosas? Entonces es clara la advertencia: Trate de excusar la acción de su hermano en vez de criticarlo. Así evite cultivar en usted mismo un espíritu de criticón.—Mat. 7:1, 2.
23. Al esforzarnos por alcanzar la paz, ¿por qué es importante prestar atención al consejo de Hebreos 13:17?
23 Al esforzarnos por alcanzar la paz nos es preciso prestar atención al consejo de Hebreos 13:17 y ser obedientes y sumisos a los ancianos en la congregación. Quizás hayamos conocido a un anciano por muchos años, y quizás hayamos visto todas sus imperfecciones y pequeñas excentricidades. Pero a pesar de todas sus faltas Jehová ha juzgado conveniente colocarlo en el puesto. Ahora bien, ¿vamos a disputar el juicio de Jehová? ¿Vamos a socavar la organización con un espíritu de criticón? ¡Cuánto mejor poner manos a la obra y cooperar, y regocijarnos debido a que Jehová ha hecho este arreglo!
24. ¿Por qué es urgente hacer ahora lo que nos dice 2 Corintios 13:11?
24 En el nuevo orden no se permitirá que las contenciones echen a perder la paz, entonces, ¿por qué deberíamos dejar que lo hagan ahora? ¿Qué dice 2 Corintios 13:11? “Hermanos, continúen regocijándose [ahora], siendo reajustados [ahora], siendo consolados [ahora], pensando de acuerdo [ahora], viviendo pacíficamente [ahora]; y el Dios de amor y de paz estará con ustedes.” Al seguir este buen consejo ahora nuestra adoración será pura y aceptable delante de Dios.
25. ¿Qué punto de vista de Jehová nos ayudará a mantener la paz con nuestros hermanos?
25 Para ayudarnos a mantener el punto de vista de Jehová sobre la vida, Efesios 4:32 dice: “Háganse bondadosos los unos con los otros, tiernamente compasivos, libremente perdonándose unos a otros así como Dios también por Cristo libremente los perdonó a ustedes.” ¿Cómo puede usted abrigar resentimiento para con un hermano a quien Jehová le ha mostrado amor? En alguna situación de tirantez, recuerde que hay dos lados y que algo de su imperfección contribuye a la tirantez. Tiene que haber un tirón en ambos extremos para mantener tirante una soga. Su hermano quiere la vida tanto como usted. Usted necesita su apoyo así como él necesita el de usted.
26. ¿Qué puntos debemos tener presentes y aplicar para estar en paz con nuestro Dios y los unos con los otros?
26 Acuérdese de las cosas grandes cuando amenaza la tirantez sobre una cosa pequeña. Pregúntese: ‘¿Por qué somos ministros de Jehová? ¿Adónde nos dirigimos? ¿Cuál es nuestro propósito en la vida?’ Mantenga siempre delante de usted estos asuntos importantísimos. Sepa que Jehová ama a su pueblo; todos ellos le son preciosos. Facilite el camino para su hermano, tal como usted quisiera que él le facilitara el camino a usted. Para conseguir el premio de la vida eterna usted tiene que estar en paz con la Fuente de la vida, Jehová. Pero esa paz se asegura solo si usted está en paz con su hermano. Por eso, en todas las cosas esfuércese por alcanzar la paz, para gloria de Jehová y para la felicidad eterna de usted.
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Manteniendo limpia la congregación de Dios en el tiempo de Su juicioLa Atalaya 1973 | 15 de octubre
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Manteniendo limpia la congregación de Dios en el tiempo de Su juicio
“¿No saben ustedes que un poco de levadura hace fermentar toda la masa?”—1 Cor. 5:6.
1. ¿Por qué se interesan seriamente los cristianos en cuanto a la limpieza?
LA LIMPIEZA obra para el bien del cuerpo humano, tanto limpieza física como limpieza moral. El prestar buena atención a esto promueve el vivir saludable. Lo que aplica al cuerpo humano también aplica a la congregación semejante a cuerpo de discípulos genuinos de Cristo Jesús, que hoy se encuentran en todas partes de la Tierra. Jehová Dios requiere tal limpieza saludable en ese cuerpo de sus siervos... para la honra de su propio nombre y para el bien duradero de todos los que lo aman.—2 Cor. 6:17; Isa. 52:11; Mal. 3:2, 3.
2, 3. En armonía con el consejo apostólico, ¿qué deber tienen que tener cuidado de llevar a cabo, por lo tanto, los pastores o superintendentes cristianos?
2 Escribiendo a compañeros cristianos hace mil novecientos años, el apóstol Pablo exhortó: “Sigan tras la paz con todos, y la santificación sin la cual nadie verá al Señor, mirando cuidadosamente que . . . no brote ninguna raíz venenosa y cause perturbación y que muchos no sean contaminados por ella; que no haya ningún fornicador ni nadie que no aprecie cosas sagradas, como Esaú, que a cambio de una sola comida vendió regalados sus derechos de primogénito.”—Heb. 12:14-16.
3 De modo que, mientras se esfuerzan por alcanzar la paz con todos, los pastores del rebaño de Dios tienen que protegerlo de cualquier infiltración o brote de elementos indeseables. Con apego a la realidad tienen que reconocer que “un poco de levadura hace fermentar toda la masa.”—1 Cor. 5:6; Hech. 20:28.
ENFRENTÁNDOSE A LA CUESTIÓN DE LA AFICIÓN A LAS DROGAS
4, 5. (a) ¿Qué cuestión se ha presentado recientemente para consideración con oración? (b) Al comparar a los que reciben tratamiento en estos programas de drogas con los que reciben otras clases de medicación, ¿qué diferencias principales existen?
4 Hoy, la afición a las drogas ha llegado a ser como una plaga en muchos países. Ciertamente no hay ningún lugar en la congregación limpia de Dios para esta práctica.a Pero, ¿qué hay de los que están recibiendo tratamiento en algún programa patrocinado por el gobierno donde dosis controladas de un producto (como el que se conoce como metadona) se dan en sustitución de una droga más peligrosa, como la heroína? Quizás las personas que participan en estos programas del gobierno digan que no están haciendo nada ‘ilegal’; que no experimentan las alucinaciones tan características de la afición a las drogas; que pueden funcionar como una ‘parte laborante de la sociedad.’ ¿Qué hay si tratan de llegar a ser miembros reconocidos y bautizados de la congregación mundial de los testigos de Jehová? ¿Deberían aceptarse como candidatos para el bautismo?
5 Estas preguntas se han presentado para consideración con oración. Desde el punto de vista de la Biblia parece evidente que los que están bajo tales programas no satisfacen los requisitos conforme a la Biblia, puesto que correctamente se les puede considerar como todavía adictos a las drogas. Hay, por supuesto, un uso apropiado de las drogas en la medicación, en el tratamiento de enfermedades físicas u orgánicas. Pero la persona bajo tratamiento con metadona, por ejemplo, no puede compararse apropiadamente con la diabética que tiene una enfermedad orgánica que requiere insulina, o la artrítica crónica o la persona con cáncer incurable que recibe medicación para disminuir el dolor. El diabético, artrítico o el que padece de cáncer no está usando estas medicaciones para evitar la experiencia desagradable, hasta angustiosa, que acompaña el “retirarse” de la afición a las drogas “fuertes”; tampoco está usando las medicaciones como una ‘muleta’ para mantener equilibrio mental y emocional. Y, aunque los doctores receten un sedativo para suministrar algún alivio temporal o para inducir el sueño en un tiempo crítico o para preparar a un paciente para una intervención quirúrgica, esto no es igual a estar esclavizado a una droga por afición.
6, 7. Aunque quizás sean ‘legales,’ ¿cuál es una debilidad principal de estos programas, y qué preguntas hace surgir esto?
6 La ‘legalidad’ de usar un producto, como la metadona, en algún programa gubernamental de drogas no es el factor decisivo. En algunos países los adictos a las drogas pueden obtener heroína ‘legalmente’ por medio de dispensarios gubernamentales. Esto no lo hace bíblicamente apropiado.
7 Por lo general en programas de esta clase solo sustituyen una droga con otra, una que se considera menos perjudicial que una droga como la heroína. Sin embargo ahora leemos en los periódicos de que la metadona se vende en las calles a los adictos a las drogas lo mismo que otras drogas ‘ilegales.’ En vez de pasar por los dolores del “retirarse” y luego emprender una vida libre de la afición a las drogas, las personas que continúan en estos programas están tratando de evadir o postergar el enfrentarse a su problema y vencerlo. Esto hace surgir las preguntas: Exactamente ¿cuánta importancia tendría su bautismo? ¿Qué significaría?
8. Contraste la renuencia de los adictos a las drogas a someterse a la experiencia de “retirarse” con los requisitos bíblicos para los discípulos del Hijo de Dios.
8 Cristo Jesús dijo que todo el que deseara ser su discípulo ‘tomara su madero de tormento’ y lo siguiera, estando dispuesto a perder hasta su vida por causa de Cristo. (Luc. 9:23, 24; Juan 12:25) Todos los que se han bautizado deben haber hecho esa decisión de corazón. Si la persona está dispuesta a llevar un “madero de tormento” y estaría dispuesta a seguir a Jesús al grado de ser fijada en un madero, ¿puede decir entonces que no está dispuesta a aguantar el dolor de “retirarse” de la afición a las drogas? (Compare con Romanos 6:6; Gálatas 5:24; Colosenses 3:5.) En realidad, el sufrimiento que acarrea el “retirarse” solo es una consecuencia natural de una práctica mala, un ‘segar lo que se ha sembrado.’—Gál. 6:7.
9. (a) ¿Qué preguntas se hacen correctamente en cuanto a las personas que participan de estos programas de drogas que desean bautizarse? (b) ¿Qué ejemplo nos puso el Hijo de Dios tocante a esto?
9 ¿Cuán completo, entonces, ha sido el acto de ‘arrepentirse y volverse’ esta persona de su anterior manera de vivir? (Mat. 3:8; Hech. 26:20) ¿Puede presentarse verdaderamente con todo el corazón, alma, mente y fuerzas a Dios como su esclavo si continúa esclavizado a las drogas que producen afición? (Mar. 12:29, 30) ¿Tiene la persona que participa de dicho programa verdadera fe en la Palabra de Dios, como en Filipenses 4:6, 7, donde tenemos la promesa de que la paz de Dios ‘guardará nuestros corazones y facultades mentales’ si acudimos a él con fe? ¿Pondrá su confianza en el poder del espíritu de Dios, o mostrará duda en cuanto a ese poder y confiará en que algunas drogas sustitutivas guarden su corazón y facultades mentales y eviten el que pierda control de sí misma? ¿Dónde está demostrando el “gobierno de uno mismo” que es un fruto del espíritu de Dios? (Gál. 5:22, 23) Al tiempo de ser fijado en el madero, Jesús rehusó beber “vino mezclado con mirra,” evidentemente estando determinado a mantener sus sentidos completos al sellar su integridad en la muerte. (Mar. 15:23) Así puso un ejemplo para nosotros de confiar en que el poder de Dios nos ayude a pasar por tales pruebas vitales.
10, 11. ¿Por qué es razonable esperar que los que desean bautizarse primero venzan cualquier afición a las drogas que tengan, y por qué no sería verdadera bondad aceptarlos como candidatos al bautismo antes que lo hagan?
10 No se niega la extremada dificultad por la que se pasa para vencer la afición a la heroína y otras drogas “fuertes,” o que solo una minoría muy pequeña lo hace con éxito. Sin embargo, el mismísimo hecho de que algunas personas lo han logrado, muestra que se puede hacer. El hecho de que personas del mundo han podido lograrlo suministra tanto más razón para creer que los que quieren llegar a ser discípulos verdaderos del Hijo de Dios también deberían poder hacerlo. En vez de cambiar la esclavitud a una droga por la esclavitud a otra, como la metadona, deberían enfrentarse al desafío y confiar en la ayuda de Dios para vencer esa esclavitud.
11 El admitir a personas para el bautismo antes que hagan esto simplemente sería condonar el que posterguen el enfrentarse a la cuestión. No sería verdaderamente provechoso para ellas, porque con el tiempo tienen que enfrentarse a esa cuestión y adoptar una posición firme. Puede que pronto llegue el tiempo en que no les estén disponibles programas gubernamentales de esta clase. Si se acepta a personas adictas a las drogas ahora como miembros reconocidos de una congregación, ¿no pudieran llegar a ser una verdadera fuente de peligro o de grave vituperio en algún tiempo futuro? Aun antes de eso, ¿no pudiera el hecho de que fueran aceptadas plenamente en la congregación debilitar la resistencia de algunos de nuestros hermanos cristianos en cuanto a tomar drogas? No podemos pasar por alto el bien de la congregación en conjunto para mostrarle favor a un individuo.—Gál. 5:9; 6:10.
UNA POSICIÓN CONSISTENTE TOCANTE A LA AFICIÓN AL TABACO
12-14. ¿Puede compararse el hábito del tabaco con la afición a otras drogas, y qué pregunta hace surgir esto?
12 Sin embargo, esto hace surgir la cuestión de ser consistentes tocante a aceptar para el bautismo a las personas que todavía usan el tabaco. Ellas también están esclavizadas a un producto perjudicial, sea fumando, masticando o aspirando. Considere lo que dice un informe del Science World del 9 de abril de 1973:
13 “La droga . . . que produce la afición es la nicotina. . . . En el transcurso de un minuto o dos después que una persona ‘da una fumada’ a un cigarrillo, la nicotina está presente en el cerebro. Pero de 20 a 30 minutos después de la ‘última fumada,’ la mayor parte de la nicotina ha salido del cerebro para otros órganos. . . . Este es aproximadamente el tiempo en que el fumador necesita otro cigarrillo. . . . Cuando no hay nicotina, el cuerpo ‘tiene hambre’ de ella. A veces esto llega a tal grado que el cuerpo se ‘enferma’ sin ella. Los síntomas de retirarse —el sentirse enfermo— empiezan. . . . Algunos de estos síntomas son somnolencia, dolores de cabeza, trastornos estomacales, sudor y palpitaciones irregulares.”
14 Aun gobiernos mundanos han sido impelidos a expedir serias advertencias contra el peligro del uso del tabaco. Bueno pues, ¿satisfacen los requisitos para el bautismo las personas que no han roto su afición al tabaco?
15. Aunque no se menciona específicamente el tabaco en la Biblia, ¿cómo suministran los principios bíblicos una respuesta a esta cuestión?
15 La evidencia bíblica señala a la conclusión de que no los satisfacen. Como se ha explicado en otros números de esta revista, la palabra griega pharmakía que usaron escritores de la Biblia y que se traduce como “práctica de espiritismo” o “prácticas espiritistas” tiene el significado inicial de “droguería.” (Gál. 5:20; Rev. 9:21) El término llegó a referirse a prácticas espiritistas debido a la conexión estrecha entre el uso de las drogas y el espiritismo. Los indios norteamericanos también usaron inicialmente el tabaco de esta manera. Por lo tanto, se le puede poner apropiadamente en la categoría de drogas que forman afición como aquellas que suministraron la fuente para el término griego pharmakía. La nicotina del tabaco no tiene los mismos efectos mentales y emocionales que producen las drogas “fuertes” como la heroína o las llamadas drogas psicodélicas como el LSD; sin embargo la afición a la nicotina definitivamente afecta a la mente y ejerce una fuerte esclavitud. En Europa al fin de la II Guerra Mundial, en algunos casos los cigarrillos valían más que el dinero. Según se informa, las prostitutas se vendían por unos cuantos cigarrillos, y gente común sacrificaba hasta cupones de racionamiento de alimento para obtener tabaco.
16. (a) ¿Qué poderosas razones hay para abandonar esta práctica que forma afición? (b) ¿Suministra Génesis 1:29 alguna excusa para los que usan tabaco?
16 Se conoce bien el efecto perjudicial del tabaco en el cuerpo y es igualmente evidente su efecto contaminador. Ciertamente no muestra respeto al hecho de que el Creador nos ha dado la vida el que usemos incorrectamente y contaminemos nuestro cuerpo por la afición al tabaco. Autoridades médicas advierten que las mujeres preñadas que usan tabaco tienen mucha más probabilidad de sufrir abortos que otras, y esto, también, mostraría craso desprecio a lo sagrado de la vida. Los adictos al tabaco no pueden defenderse bíblicamente al argüir que Dios creó la planta del tabaco y que es parte de la “vegetación” que Dios dio a la humanidad para “alimento.” (Gén. 1:29) Los usuarios del tabaco no lo usan como “alimento” comiéndose las hojas verdes como ensalada o cocinándolas como las espinacas. No, sino que curan éstas y usan las hojas secas, de color pardo, para fumar, masticar (sin tragar el jugo) o aspirar para obtener sensaciones físicas, y todo esto con verdadero daño al cuerpo y la mente.
17-19. (a) ¿Qué preguntas escrutadoras deben considerar las personas adictas al tabaco si desean ser bautizadas? (b) ¿A qué otros adictos aplicarían estos mismos puntos?
17 Preguntas como las que se presentaron respecto a personas que reciben tratamiento con drogas en programas patrocinados por el gobierno se pueden hacer de modo similar respecto a los adictos al tabaco que se presenten para el bautismo. ¿Verdaderamente se han ‘arrepentido y vuelto,’ o todavía persisten en prácticas que ellas mismas saben que son contrarias a los principios bíblicos? (Rom. 6:19; 1 Tes. 4:7; 5:22) En 2 Corintios 7:1 el apóstol dice: “Por lo tanto, dado que tenemos estas promesas, amados, limpiémonos de toda contaminación de la carne y del espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios.” ¿Han tomado esto a pechos los adictos al tabaco? Ciertamente todos reconocerán que las personas que vivan en el nuevo orden de Dios no serán adictas al tabaco y no necesitarán escupideras y ceniceros ni contaminarán el aire con humo de tabaco para que otros lo inhalen.
18 Por eso, ¿no deberían los que ahora son adictos al tabaco descontinuar su uso como evidencia de su fe en ese nuevo orden limpio y de su amor a la justicia que morará allí? Si desean que Dios los halle “inmaculados y sin tacha” en su tiempo para ejecutar juicio, ¿no deben adoptar una posición firme ahora en vez de, quizás, esperar que la experiencia de pasar a través de la venidera “tribulación grande” de alguna manera produzca un cambio y los cure de su afición a la nicotina? (2 Ped. 3:11-14) Cuando la “tribulación grande” que se acerca haga imposible obtener el tabaco comercial, no será más fácil romper la afición entonces por la fuerza de las circunstancias que hacerlo ahora por un deseo de agradar a Dios.
19 Lo que se dice tocante al tabaco aplicaría con fuerza similar al uso que se hace en algunas zonas de productos perjudiciales que forman hábito como la areca y hojas de coca (estas hojas contienen cocaína, que claramente tiene un efecto estupefaciente en la mente).b
NECESIDAD DE ACCIÓN DECISIVA AHORA
20, 21. En vista de estos puntos, ¿qué posición decisiva adoptan ahora los testigos de Jehová, y por qué es esto para el bien aun de los adictos?
20 Por décadas las publicaciones de los testigos de Jehová han advertido contra el uso de productos como el tabaco que forman afición. Las personas asociadas con las congregaciones de los testigos de Jehová en casi todos los casos reconocen lo incorrecto de estos hábitos. Las personas recién interesadas, entonces, deben adoptar una posición firme y no postergar los asuntos pidiendo que se les bautice y acepte en la congregación, o que se les permita participar en presentar la información desde la plataforma en sus Salones del Reino, mientras todavía se hallan en las garras de la nicotina u otra afición perjudicial.c Puesto que ya está muy cerca el nuevo orden, ciertamente está en armonía con la Palabra de Dios el adoptar la posición de que los que están renuentes a abandonar cualquiera de estas prácticas perjudiciales que forman afición no satisfacen los requisitos para que los bauticemos y los reconozcamos como miembros aprobados de la congregación cristiana de Jehová.
21 Realmente, el aceptar a estos individuos en la congregación podría resultar en un deservicio a ellos, apaciguando sus conciencias. El rehusar aceptarlos puede resultar en una bendición, ayudándolos a sentir seriamente la necesidad de acción decisiva y de prepararse para la vida en el nuevo orden de Dios. Al enfrentarse a tales desafíos se obtiene una victoria moral que produce verdadera fuerza y confianza en el poder y buena voluntad de Dios para ayudar.
22-24. (a) Si una persona se bautizó mientras todavía era adicta, ¿qué debería hacer ahora, y por qué es razonable esperar esto de ella? (b) ¿Qué proceder deben adoptar las congregaciones para con las personas bautizadas que rehúsan librarse de la afición a estos productos?
22 ¿Qué hay, pues, de los que se bautizaron en el pasado mientras todavía usaban tales productos que forman afición como el tabaco, otras drogas, o que están recibiendo algún tratamiento como en el “programa con metadona” y que continúan en dicha práctica? Se les puede dar ahora un período razonable, como el de seis meses, en el cual librarse de la afición. Al proceder así, mostrarán su deseo sincero de permanecer dentro de la congregación limpia de siervos dedicados de Jehová Dios.
23 Ciertamente si uno puede pasar por la experiencia angustiosa de retirarse de la afición a las drogas “fuertes” a fin de llegar a ser, discípulo verdadero del Hijo de Dios, entonces los adictos al tabaco o productos similares no deben tener objeción sólida a pasar por el sufrimiento menor de retirarse de su afición. El rehusar hacerlo ciertamente pondría un ejemplo muy malo para la persona que está esforzándose por vencer un hábito a drogas “fuertes” la cual se enfrenta a un desafío mucho más difícil.
24 Si personas ya bautizadas no están dispuestas a abandonar su afición a productos perjudiciales y esclavizadores, ¿entonces qué? Muestran que, como Esaú, no ‘aprecian las cosas sagradas,’ prefiriendo tales hábitos al privilegio de formar parte del pueblo limpio de Jehová. Por lo tanto deben ser removidas de la congregación debido a dicha conducta no apropiada para un cristiano.—1 Cor. 5:7; Heb. 12:15, 16.
25. ¿Tienen que rebautizarse los miembros de congregación que ahora abandonan la afición perjudicial?
25 ¿Habría necesidad de que se rebautizaran los que abandonen su afición al tabaco u otro producto perjudicial? No, esto no parece necesario. El conocimiento acarrea responsabilidad y educa la conciencia. (1 Tim. 1:13) La congregación les dio a entender que su práctica no se los ‘impedía,’ y fueron bautizados de acuerdo con ese entendimiento. (Hech. 8:36) Por supuesto, si a un individuo le parece que se presentó para el bautismo con una ‘mala conciencia’ debido a tal práctica, puede decidir rebautizarse. Esa sería su decisión personal.
EL TIEMPO PARA DECISIONES JUDICIALES DIVINAS
26. ¿Qué debe tenerse presente acerca de las conclusiones a que se ha llegado?
26 Es posible que estas disposiciones en cuanto a asuntos espirituales y morales de los testigos cristianos de Jehová les parezcan muy estrictas a algunos. Pero esto no representa ningún esfuerzo por obrar de manera arbitraria, dictatorial. Lo estricto realmente procede de Dios, que se expresa por medio de su Palabra escrita. En vista del tiempo en que está viviendo esta generación de la humanidad, es hora de dar atención cuidadosa a la limpieza de la conducta de parte de los que desean agradar a Dios y entrar en su justo nuevo orden que se aproxima.
27-29. (a) ¿A qué se debe que el apóstol Pedro, como miembro del Cuerpo Gobernante en el primer siglo, se sintió impelido a escribir a sus hermanos, y sobre qué tema? (b) ¿Qué pregunta seria se hizo surgir en cuanto a quiénes serían aprobados bajo el juicio de Dios?
27 Hace diecinueve siglos el apóstol Pedro era miembro del Cuerpo Gobernante de la congregación cristiana del primer siglo E.C. En esa capacidad, escribió cartas de consejo e instrucción a las congregaciones del pueblo de Jehová. Pedro se dio cuenta de que la congregación cristiana vivía entonces en el período final del sistema de cosas judío que giraba en torno de Jerusalén y su templo. Su Amo, Jesucristo, había predicho que tal culminación acontecería dentro de esa generación. (Mat. 23:36; 24:34) Era un tiempo muy serio, especialmente para los judíos cristianizados, y también en vista de que la persecución de los cristianos por el Imperio Romano estaba por estallar. De modo que Pedro se sintió impelido a escribir a sus compañeros cristianos.
28 Escribió su primera carta alrededor de 62-64 E.C., poco antes de la revuelta judía contra el Imperio Romano en 66 E.C., la cual sería seguida por el fin de la Jerusalén judía y su templo en 70 E.C. Pedro sabía que se aproximaba su muerte, y percibió su obligación de advertir a sus compañeros cristianos contra el correr con la gente mundana no cristianizada en su “derrotero al mismo bajo sumidero de disolución.” Para enfatizar la urgencia de evitar ese derrotero desastroso aun a costa de persecución, Pedro mostró cuán tarde era, escribiendo: “Pero el fin de todas las cosas se ha acercado. Sean de juicio sano [no drogados para escapar de la realidad], por lo tanto, y sean vigilantes en cuanto a oraciones.” (1 Ped. 4:4-7) El asunto se hizo tanto más serio, debido a que el proceso de expresar juicio divino ya había comenzado tocante a la congregación cristiana. ¿Quiénes subsistirían aprobados bajo el examen y escrutinio divinos? No los despaciosos, no los que se amoldaban a los caminos disolutos del mundo, no los que se entregaban voluntariosamente a cosas anticristianas que suministraban placer a la carne depravada, caída. (Pro. 1:32, 33) Escribió el apóstol Pedro:
29 “Si sufre como cristiano, no se avergüence, sino siga glorificando a Dios en este nombre. Porque es el tiempo señalado para que comience el juicio por la casa de Dios. Ahora bien, si comienza primero por nosotros [la casa de Dios], ¿cuál será el fin de los que no son obedientes a las buenas nuevas de Dios? ‘Y si el justo con dificultad se está salvando, ¿dónde aparecerán el impío y el pecador [dentro de la congregación cristiana]?’ Así, pues, también los que están sufriendo en armonía con la voluntad de Dios sigan encomendando sus almas a un fiel Creador mientras están haciendo el bien.”—1 Ped. 4:16-19.
30. ¿Por qué es tan peligroso el que un cristiano bautizado imite a grado alguno al “impío” y a los ‘que pecan,’ particularmente en este tiempo?
30 Aunque permanezca “justo” dentro de la congregación cristiana, el seguidor fiel de Jesucristo “con dificultad se está salvando.” El que un cristiano bautizado imitara al “impío” y al “pecador” a grado alguno, haría tanto más difícil su salvación. ¿O figuraría siquiera entre los dignos de salvación? Esto es algo que los cristianos han de recordar hoy. Ciertamente tocante a nuestra generación se puede decir con certeza: “El fin de todas las cosas se ha acercado.” Ahora está en progreso el rendir Dios decisiones judiciales para con su propia “casa” de adoradores. Se mencionó esto en la profecía de Malaquías, capítulo tres, que habla de la venida de Jehová a su templo espiritual, acompañado de Jesucristo como el “mensajero del pacto.” ¿Contra quiénes dará testimonio el Juez divino, Jehová, como contra infractores y pecadores? Nos dice, en Malaquías 3:5:
31-33. (a) ¿De qué manera da énfasis Malaquías 3:5 al peligro grave al que se enfrentan los que ahora están esclavizados a productos que forman afición? (b) ¿Qué otra evidencia bíblica muestra la conexión entre el espiritismo y el uso de drogas?
31 “‘Y ciertamente me acercaré a ustedes para el juicio, y ciertamente llegaré a ser testigo veloz contra los hechiceros [pharmakoús... según la Versión de los Setenta griega], y contra los adúlteros, y contra los que juran falsamente, y contra los que actúan fraudulentamente con el salario del trabajador asalariado, con la viuda y con el huérfano de padre, y los que apartan al residente forastero, mientras que no me han temido,’ ha dicho Jehová de los ejércitos.”
32 Note que los primeros que Jehová menciona como blancos de su testimonio veloz concerniente a la maldad de ellos son los “hechiceros.” La Versión de los Setenta griega, traducida por judíos alejandrinos antes de Cristo, vertió “hechiceros” con la palabra griega pharmakoús. Esta es la misma palabra que se usa en Revelación 21:8, donde algunos traductores la vierten como “hechiceros,” pero la Traducción del Nuevo Mundo la vierte como “los que practican espiritismo.” Los antiguos hechiceros de veras practicaban el espiritismo. La palabra griega aplicada a ellos literalmente significa “drogueros,” no “farmacéuticos.” Los hechiceros de la antigüedad eran los promotores de drogas de su día.
33 La Versión de los Setenta griega precristiana usa la palabra griega relacionada phármakon (que literalmente significa “droga,” pero que se traduce como “hechicería”) por lo menos cinco veces. La idólatra reina Jezabel del Israel de la antigüedad practicaba tales phármakon (en plural) o “hechicerías.” (2 Rey. 9:22, LXX) El rey Jehú la ejecutó obrando como ejecutor de Jehová. Los que acudían a los “hechiceros” o practicantes de espiritismo profesionales también participaban de prácticas espiritistas y estaban condenados.
34-36. (a) ¿Por qué es razonable que estas prácticas ahora estén recibiendo atención judicial? (b) Por lo tanto, ¿qué responsabilidad descansa sobre los que sirven de pastores entre el rebaño de Dios?
34 No es extraño, pues, que, en estos días de extensa afición a las drogas y el acrecentado uso del tabaco, los que se entregan a estas cosas lleguen a estar bajo observación judicial. Jehová Dios, el Juez Supremo, está en su templo espiritual y está escudriñando especialmente a los que afirman adorarlo en ese lugar santo. Él ha prometido ser un testigo veloz contra los hechiceros o los practicantes de espiritismo, que desde tiempos antiguos en adelante ha tenido conexión con drogas esclavizantes, que forman hábito.
35 ¿Deseamos que Jehová Dios sea un testigo veloz contra nosotros como adictos a drogas o a otra cizaña perjudicial que forma hábito, cosas que nos exponen a la influencia de los demonios espíritus? El juicio de Jehová contra los adictos a estas cosas durante la próxima “tribulación grande” significará su destrucción. (Rev. 21:8) Sin lugar a duda, Jehová Dios no quiere a estos adictos entre la congregación de sus testigos cristianos ahora en esta “conclusión del sistema de cosas.” De la prometida “Nueva Jerusalén,” Revelación 22:15 dice: “Afuera están los perros y los que practican espiritismo [los drogueros, traducción Kingdom Interlinear] y los fornicadores y los asesinos y los idólatras y todo aquel a quien le gusta la mentira y la lleva a cabo.”
36 Por lo tanto, teniendo un profundo sentido de responsabilidad a Jehová Dios, se expiden estas instrucciones. Por consiguiente es el deber de los ancianos, como superintendentes espirituales del rebaño de Dios, encargarse de que tales elementos indeseables no sean aceptados como miembros aprobados, bautizados, de las congregaciones de los testigos cristianos de Jehová.
[Notas]
a Vea La Atalaya del 15 de agosto de 1973, págs. 496-507, para una discusión completa de la enseñanza de la Biblia sobre este tema.
b Vea La Atalaya del 15 de marzo de 1973, págs. 178-181, para información adicional en cuanto a estos productos.
c Vea Organización para predicar el Reino y hacer discípulos, página 97, §3.
[Ilustración de la página 626]
Para muchas personas del mundo, el fumar es su idea del placer. Pero, ¿es cristiano?
[Ilustración de la página 628]
Si una persona desea llegar a ser testigo de Jehová dedicado y bautizado tiene que evitar el uso de tabaco
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Una Tierra limpiadaLa Atalaya 1973 | 15 de octubre
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Una Tierra limpiada
POCAS personas negarán que vivimos en una Tierra contaminada, corrompida. Esto es cierto no solo desde un punto de vista literal, con lagos, ríos, mares y aire contaminados, sino también en un sentido moral. Hay corrupción en lugares encumbrados, degradación moral, enfermedad y contaminación de la tierra por el derramamiento de sangre por asesinato y combate.—Compare con Números 35:33, 34.
¿Qué se requiere para una limpiadura de la Tierra? Los hombres fallan porque no pueden llegar a la fuente de la corrupción. ¿Cuál es esta fuente inalcanzable? La Biblia muestra que la dificultad emana de una región invisible que se llama la “tierra de Magog.” Gog, es decir, Satanás el Diablo desde que fue arrojado del cielo, es nombrado cabecilla de los habitantes de esta región. ¿Quiénes son? Son los demonios asociados del Diablo, inicuas personas espíritus. Son ángeles que se rebelaron contra Dios y están condenados a la destrucción. (1 Ped. 3:19, 20; 2 Ped. 2:4; Jud. 6) Encontramos evidencias de que éstos molestaban a la humanidad en el tiempo que Jesús estuvo en la Tierra.—Luc. 4:33-35; 8:27-33.
Hoy su oposición a Dios y su molestar a la Tierra está alcanzando un clímax. ¿Por qué? Porque su destrucción está muy cerca, y también porque ahora están restringidos en sus operaciones solamente a esta Tierra. La Biblia llama a esta zona restringida, invisible a los hombres, “la tierra de Magog,” cuyo cabecilla es Satanás el Diablo. Con el establecimiento del reino de Dios en las manos de Jesucristo
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