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¿Cómo guía usted su vida?La Atalaya 1982 | 15 de noviembre
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humanos innecesarios. Puede que haya una fuerte inclinación a hacer eso en los que son muy estrictos o exigentes consigo mismos y que por eso creen que otros deben ver los asuntos de la misma manera como ellos los ven. Sin embargo, Pablo escribió esto a los cristianos: “No que seamos nosotros amos sobre la fe de ustedes, sino que somos colaboradores para el gozo de ustedes, porque es por su fe que ustedes están firmes.” (2 Corintios 1:24) Relacionado con esto: Por lo general los cristianos deben guardarse de querer que alguien que tiene autoridad haga reglas en cuanto a todo asunto. Más bien, debemos aumentar nuestro conocimiento de lo que dice la Palabra de Dios a fin de entrenar nuestra conciencia y facultades perceptivas.—Hebreos 5:14.
17. ¿En contra de qué otro punto de vista incorrecto tenemos que guardarnos?
17 Otro peligro, sin embargo, es el oscilar hasta el extremo opuesto y creer que cada cristiano tiene libertad para hacer casi cualquier cosa que su conciencia le permita. Últimamente, unas cuantas personas han hecho de esto un punto en disputa, al decir: “El cristianismo no es una religión de reglas” y referirse a pasajes como éste: “Ustedes fueron llamados, por supuesto, para libertad, hermanos; solamente no usen esta libertad como incentivo para la carne; antes bien, mediante el amor, sírvanse como esclavos unos a otros. Porque toda la Ley queda cumplida en un dicho, a saber: ‘Tienes que amar a tu prójimo como a ti mismo.’” (Gálatas 5:13, 14) Es cierto que los cristianos no están bajo la ley mosaica ni bajo ningún otro código extenso de leyes divinas. No obstante, debemos vigilar para que ‘nadie nos alucine con argumentos persuasivos (”argumentos persuasivos y atractivos y habla seductora,” Amplified Bible),’ puesto que un examen honrado de la Biblia muestra que ésta sí nos provee algunas leyes o reglas.—Colosenses 2:4.
Los cristianos no son personas sin ley
18, 19. ¿Cuál es la posición de los cristianos respecto a leyes y reglas bíblicas?
18 Pablo escribió a los corintios y dijo que se debía expulsar al hombre que fuera culpable de fornicación. Añadió que los idólatras, adúlteros, homosexuales, ladrones, avarientos, borrachos, injuriadores y los que practican extorsión “no heredarán el reino de Dios.” (1 Corintios 5:1, 6, 7, 11-13; 6:9-11) También leemos que los cristianos tienen que ‘abstenerse de cosas sacrificadas a ídolos, de sangre, de cosas estranguladas y de fornicación,’ y que los supuestos hermanos que promueven enseñanzas falsas han de ser rechazados. (Hechos 15:28, 29; Tito 3:10; 2 Juan 9-11) Claramente, hay leyes envueltas en esto. El que practica tales pecados no puede llegar a ser cristiano verdadero. Y si un siervo de Dios lleva a cabo estos pecados sin arrepentirse, tiene que ser expulsado.
19 También hallamos reglas bíblicas sobre asuntos que no son ofensas que incurran en expulsión. Por ejemplo, Pablo escribió que los cristianos solteros deben casarse “solo en el Señor,” y mandó que “si alguien no quiere trabajar, que tampoco coma.” (1 Corintios 7:39; 2 Tesalonicenses 3:10) Alguien pudiera razonar así: ‘Puesto que no se me expulsaría por desobedecer ese consejo, éstas no deben ser reglas serias.’ ¡Qué modo imprudente de pensar! Dios considera que estas reglas son serias. ¿No dijo Pablo a los tesalonicenses que ‘señalaran’ y ‘dejaran de asociarse con’ personas holgazanas que voluntariosamente desobedecían las reglas acerca de trabajar?—2 Tesalonicenses 3:14, 15.b
20, 21. ¿Qué podemos aprender acerca de pautas relacionadas con las congregaciones, y cuál debe ser nuestra actitud para con ellas?
20 Algunas reglas se dan específicamente para el bien de la congregación. Por ejemplo, en el pasado algunos cristianos podían hablar en lenguas. Pablo mandó que solo dos o tres personas hablaran en una sola ocasión, que lo hicieran por turno, y que estuviera presente un traductor... reglas que promovían la paz y el buen orden. (1 Corintios 14:26-33) De modo parecido, hoy día los ancianos de una congregación pudieran dar instrucciones respecto a mantener libres de obstáculos las salidas del Salón del Reino, no reservar asientos innecesariamente, o el tomar en consideración a los vecinos y la seguridad al estacionar los vehículos. El imponer reglas como éstas a la congregación no es contrario a las Escrituras, puesto que éstas tienen el mismo propósito (la paz y el buen orden) que el consejo de Pablo acerca de las lenguas. Relacionado con esto está el siguiente consejo bíblico: “Sean obedientes a los que llevan la delantera entre ustedes.” (Hebreos 13:17) Puesto que el evitar pecados como el mentir o robar implica obediencia a Dios, este texto tiene que referirse a que obedezcamos la guía de los ancianos en asuntos de congregación. Y no es difícil hacerlo si ellos no están, en sentido legislativo, “enseñoreándose de los que son la herencia de Dios.”—1 Pedro 5:3.
21 Otras “reglas” o modos de hacer las cosas benefician al rebaño en todas partes del mundo. Por ejemplo, a los testigos de Jehová se les pide que entreguen informes sobre su testificación. (Compare con Hechos 2:41, 42; 8:14.) Puede que la persona que tiende a favorecer el extremo de la libertad individual no esté de acuerdo con este procedimiento. Pero considere el bien que se ha logrado porque, gracias a los informes, los que tienen la superintendencia del rebaño han podido saber a qué grado se ha dado el testimonio del Reino, dónde se necesita ayuda, y cuándo se puede formar una congregación con los discípulos nuevos. Y, ¿no hemos disfrutado de leer los informes mundiales? (Ezequiel 9:11; Marcos 6:30; Hechos 14:21-23; 15:3; 19:1-6) Fiados en que Dios está dirigiendo a su pueblo, podemos manifestar un espíritu de apoyo y cooperación.
22. ¿Por qué es necesario que estudiemos más acerca del asunto de la conciencia?
22 Además de leyes o reglas específicas, las Escrituras contienen principios útiles que los cristianos prudentes pueden aplicar a fin de ser ‘exentos de tacha en su camino.’ (Salmo 119:1) Los principios son especialmente útiles para nosotros respecto a armonizar nuestra conciencia con el modo de pensar de Dios. Pero, ¿qué significa eso tocante a ‘asuntos de conciencia’? A algunos les ha parecido de esta manera: ‘Si es algo que le toca a mi conciencia decidir, lo que yo haga es asunto enteramente personal.’ Examinemos la cuestión en el siguiente artículo y aprendamos más acerca de cómo podemos entrenar nuestra conciencia para sacar el mayor provecho de ella.
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Beneficiándose de la conciencia que Dios le ha dadoLa Atalaya 1982 | 15 de noviembre
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Beneficiándose de la conciencia que Dios le ha dado
“La ley de su Dios está en su corazón; sus pasos no titubearán.”—Salmo 37:31.
1, 2. ¿Por qué debemos interesarnos en cómo nos guía la conciencia? (Proverbios 12:15; 14:12)
AUNQUE Dios no ha dado a los cristianos un extenso código de leyes, nos ha provisto algunas leyes, o reglas directas, y muchos principios para que los apliquemos de acuerdo con nuestra fe y nuestra conciencia. Pero una cosa es tener conciencia, y otra es beneficiarnos plenamente de ella. Muchas personas opinan: ‘Si algo no le causa perturbación a mi conciencia, está bien.’ ¿Es correcta esta forma de pensar?
2 La Biblia muestra que, debido a nuestra carne pecaminosa, nuestra conciencia puede darnos mala dirección, causarnos extravío; puede que sea débil, que haya recibido guía equivocada, o que esté contaminada. Podemos comprender mejor lo peligroso que es el punto de vista: “Deje que su conciencia sea su guía” si consideramos a los habitantes de Creta del primer siglo, a quienes se conocía como “mentirosos, bestias salvajes perjudiciales, glotones desocupados.”—Tito 1:10-12.
3. ¿Qué efecto tuvo la conciencia en los cretenses?
3 Al igual que todos los pueblos, los cretenses tenían conciencia innata. Pero no estaban beneficiándose de ésta. Al escribir a Tito, quien se hallaba en Creta, el apóstol Pablo dijo: “Todas las cosas les son limpias a los limpios. Pero a los contaminados y sin fe nada les es limpio, sino que tienen contaminada tanto su mente como su conciencia.” (Tito 1:15; Romanos 2:14, 15) La mayoría de los cretenses tenían una conciencia insensible que no les ayudaba a hacer lo que era moral o limpio. (1 Timoteo 4:2) ‘Nada era limpio’ para muchos cretenses. ¿A qué se debía eso? Con conciencia contaminada, ellos veían cada situación como una oportunidad para hacer lo que era inicuo. Quizás hayan dicho: ‘Mi conciencia no se siente perturbada por eso.’ ¡Pero debería haberse perturbado! Sin embargo, algunos judíos o prosélitos cretenses habían estado en Jerusalén para la celebración del Pentecostés de 33 E.C. El conocimiento espiritual de ellos les habría ayudado a no ser mentirosos, injuriadores ni glotones. Y a los que aceptaron a Jesús se les ayudó adicionalmente, mediante la enseñanza que provino de él, a tener una buena conciencia, una que funcionara bien.—Hechos 2:5, 11; Tito 1:5; 2:2-5; 3:3-7.
4, 5. ¿Qué podemos aprender acerca de la conciencia en el caso de Pablo?
4 No obstante, la conciencia puede hacer que hasta alguien que esté en contacto con la Palabra de Dios y desee hacer lo correcto se extravíe. Saulo, o Pablo, estaba familiarizado con las Escrituras y rendía adoración celosa de acuerdo con la Ley. Sin embargo, no se mantuvo al paso con el desarrollo progresivo de la voluntad de Dios. Después que el Mesías llegó, predicó y murió en cumplimiento de las profecías, Pablo continuó practicando el judaísmo farisaico. Su conciencia no le impidió que ‘persiguiera a la congregación’ y ‘estuviera respirando amenaza y asesinato
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