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Anunciando la alabanza de Jehová en las islas CookLa Atalaya 1980 | 1 de mayo
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mundo.” Disfrutaron tanto del programa que, cuando el vuelo aéreo del superintendente de circuito se retrasó por una semana, repitieron el programa de la asamblea, lo cual deleitó mucho a todos los presentes.
CONSECUENCIAS DEL AISLAMIENTO
Después de cuatro años en Rarotonga, la familia Clarke tuvo que marcharse debido a enfermedad. Con el tiempo, la comunicación con el pueblo de Jehová en otras partes se hizo muy limitada y el grupito de Rarotonga quedó aislado. Sin ayuda del exterior, el grupito de Testigos, compuesto de jovencitos en sentido espiritual, se desanimó, y con el tiempo quedó casi inactivo.
Pero las circunstancias comenzaron a mejorar en 1969, cuando un Testigo de Nueva Zelanda y su esposa se mudaron a Rarotonga debido a un contrato de trabajo. Al poco tiempo se comenzaron a celebrar reuniones cristianas con regularidad y la actividad de predicar el Reino se revitalizó. Desde entonces la obra del Reino ha continuado avanzando.
PRECURSORES ESPECIALES MAORÍES PROMUEVEN AUMENTO
Hay una gran semejanza entre los maoríes de Nueva Zelanda y los nativos de las islas Cook (a quienes también se llama “maoríes” aquí), y esta semejanza también se extiende al idioma. Por eso, cuando los precursores especiales maoríes Sarn y Agnes Wharerau comenzaron a servir en Rarotonga en 1970, al poco tiempo podían hablar la lengua local. Como resultado de esto, durante los cuatro años que estuvieron en la isla pudieron ayudar a muchos isleños a aprender la verdad bíblica.
El aumento se hizo manifiesto, y un hogar privado ya no era el lugar adecuado para celebrar reuniones. Se necesitaba un Salón del Reino. Con la bendición de Jehová, se hicieron arreglos para alquilar una propiedad que estaba idealmente localizada en Arorangi. Para principios de 1971 se estuvo trabajando en el edificio, y a los pocos meses la congregación se había mudado a su nuevo salón. Parecía que todo marchaba bien.
Sin embargo, en 1974 surgió un grave problema. Por consejo del Concilio de Asesoramiento Religioso, el gobierno aprobó un proyecto de ley en el cual se limitaban las religiones de las islas Cook a las iglesias que hubieran estado establecidas en las islas por mucho tiempo. Desde luego, los testigos de Jehová solicitaron reconocimiento legal, pero por algún tiempo no pudieron celebrar reuniones en el Salón del Reino ni en ningún lugar público. No obstante, para 1975 se había recibido aprobación verbal para usar el salón como lugar de reuniones. Felizmente, después de aquello, el 1 de junio de 1976, se recibió una carta en la cual se aprobaba a los testigos de Jehová como la sexta religión reconocida de las islas Cook.
LA OBRA DEL REINO LLEGA A AITUTAKI
En los años treinta Sydney Shepherd sembró por primera vez las semillas de la verdad en la bella Aitutaki, que en parte es un atolón en el que hay un lago de casi 14,5 kilómetros de largo. Tuaivi Mose, un polinesio, aceptó rápidamente la verdad. Además de hablar acerca de ésta con otras personas de Aitutaki, escribió a conocidos suyos de la isla de Mangaia. Al reconocer la importancia de tener publicaciones cristianas en su lengua nativa, comenzó a traducir los libros que poseía. Puesto que ningún Testigo visitó a Aitutaki antes de que él se marchara de allí en 1964, no fue sino hasta que se mudó a Nueva Zelanda que el hermano Mose pudo bautizarse en símbolo de la dedicación a Jehová que había hecho muchos años antes. Puesto que hablaba con otros acerca de sus creencias, se le llegó a conocer en Aitutaki como “El hombre de La Atalaya.” El hermano Mose se mantuvo leal a la verdad hasta que murió hace unos años.
La obra del Reino realmente se puso en marcha en Aitutaki en enero de 1972, cuando tres Testigos que habían aprendido la verdad bíblica en Nueva Zelanda regresaron de visita a su isla, y nueve publicadores de Rarotonga se unieron a ellos en un esfuerzo por dar un buen testimonio a los isleños. Estos encontraron a muchas personas que se interesaban en la Biblia, y 60 personas asistieron a una conferencia bíblica. Dieciséis personas estuvieron presentes en la primera Conmemoración de la muerte de Jesús que se celebró en la isla. Para enero de 1973 el europeo Wayne Blake y su esposa de Aitutaki, Aileen, estaban proclamando las “buenas nuevas” aquí, y de las 71 personas que estuvieron presentes en la Conmemoración de aquel año hubo personas interesadas en la Biblia que pertenecían a cinco iglesias locales.
La gente de Aitutaki se apega a sus tradiciones, pero mucha de la anterior hostilidad que existía contra el pueblo de Jehová ha ido menguando. Se dan cuenta de que los Testigos no les desean el mal y solo quieren considerar la Biblia con ellos. Hasta hay pastores religiosos que ya no muestran hostilidad.
LLEVANDO EL TESTIMONIO A OTRAS ISLAS
Aunque las “buenas nuevas” están bien establecidas en Rarotonga y Aitutaki, otras 6.000 personas viven en las otras 10 islas habitadas del grupo. A través de los años los Testigos han visitado estas islas y han colocado alguna literatura bíblica en manos de la gente que lee inglés. Pero una verdadera bendición para la obra fue el libro La verdad que lleva a vida eterna en la lengua de Rarotonga.
En Mauke existe la costumbre de que la entera población (710 habitantes) se reúne en el muelle cuando se acerca un barco y hace una umukai (festín) para los visitantes. ¡Esto suministró una ocasión ideal para ofrecer el libro La verdad! Eso fue precisamente lo que hicieron dos cristianas en cierta ocasión, y distribuyeron una caja de libros en un instante. Así que tuvieron que regresar al barco por más libros. Al poco rato ya no quedaban más libros, y otras personas deseaban obtener ejemplares. Para satisfacer aquella necesidad, más tarde se enviaron otros 50 libros a Mauke.
Testigos que visitaron a Mangaia experimentaron un éxito similar. Colocaron 769 libros y 600 folletos en las manos de las 1.630 personas de aquella isla. ¡En ningún hogar se rehusó la literatura!
SE PREPARA EL ESCENARIO PARA MÁS BENDICIONES
Para esparcir las “buenas nuevas” en estas islas se ha requerido mucho tiempo, gasto y esfuerzo. Pero se ve claramente que Jehová Dios ha bendecido esta actividad. Actualmente hay congregaciones florecientes de publicadores en Rarotonga y Aitutaki, donde hay 47 y 16 publicadores del Reino respectivamente. Además, hay buenas posibilidades de establecer más congregaciones en otras islas.
A medida que se acercaba el fin del año 1978, los testigos de Jehová de las islas Cook estaban a la expectativa de asistir a la Asamblea Internacional “Fe Victoriosa” que se celebraría en Auckland, Nueva Zelanda. Pero, ¿cómo podrían lograrlo? La situación económica de las islas es tal que cada persona hubiese tenido que gastar una pequeña fortuna para hacer el viaje a la asamblea. Sin embargo, la mano de Jehová no se ha acortado. El corazón de amorosos hermanos y hermanas espirituales de Nueva Zelanda se sintió impelido a contribuir el pasaje de ida y vuelta por avión para unos 60 isleños. Estos estuvieron presentes entre una muchedumbre de 12.328 personas que participaron en aquel gran banquete que se celebró del 6 al 10 de diciembre. Los nativos de las islas Cook participaron en el programa, y el sábado por la noche, después de las sesiones regulares, participaron con otros que también vestían trajes nativos llenos de colorido en un programa de música y bailes nativos para deleitar a visitantes de otros países. La gozosa unidad de ellos con los delegados maoríes y samoanos y los de Niue, además de con los caucásicos, fue otro testimonio vivo de que hoy día Jehová está reuniendo a gente de todas las naciones y tribus en una unidad mundial en Cristo Jesús.—Efe. 1:10.
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La Iglesia pierde poderLa Atalaya 1980 | 1 de mayo
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La Iglesia pierde poder
Hasta hace poco la Iglesia Católica Romana dominaba totalmente los asuntos de la provincia de Quebec, en el Canadá. Pero en los últimos dos decenios esa situación ha cambiado dramáticamente. Últimamente la publicación The Gazette de Montreal llevó estos titulares en su primera plana: “Cómo la Iglesia perdió el poder que tenía sobre la gente.” En el artículo se declaró lo siguiente: “Los sacerdotes católicos romanos ya no son la conciencia del Canadá francés. Se les ha arrebatado el poder. Su iglesia ha quedado subyugada.” El periódico señaló que ahora el poder está enteramente en las manos de las autoridades políticas, y que “el poder de la Iglesia . . . es, en términos generales, nulo.”
El periódico explicó que gran parte de este cambio se debía a lo siguiente: “Había demasiadas reglas eclesiásticas. Demasiados sacerdotes. Demasiados hermanos y monjas. Demasiado poder, demasiado dinero, pero no suficiente misericordia.”
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