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Preparando un hogar feliz para la humanidadBuenas nuevas... que le harán feliz
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Capítulo 7
Preparando un hogar feliz para la humanidad
1. ¿Qué ha dado Jehová al hombre como un hogar, y cómo debemos evaluarlo? (Hebreos 3:4)
SI ALGUIEN le diseñara y edificara un hogar deleitable en alrededores hermosos y se lo diera a usted como un don gratuito, ¿no le daría usted las gracias por ello? ¡Por supuesto que sí! Entonces, usted debe estar verdaderamente agradecido al gran Diseñador y Edificador de este planeta Tierra. Porque la Biblia nos dice que “Jehová, el Hacedor del cielo y de la tierra,” ha dado la Tierra “a los hijos de los hombres.” (Salmo 115:15, 16) ¡Qué bondadosa dádiva! Y a medida que repasamos cómo Jehová Dios preparó esta Tierra para que el hombre habitara en ella, verdaderamente nos maravillamos ante la sabiduría y el poder que Él desplegó como Arquitecto Divino y Maestro de Obras.
“EN EL PRINCIPIO”
2. ¿Qué cosas dan testimonio de la grandeza de la creación de Dios? (Salmo 8:3, 4)
2 Dirigiéndonos a las primerísimas palabras de la Biblia, leemos: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra.” (Génesis 1:1) Sin duda fue hace miles de millones de años que Dios efectuó esta estupenda obra creativa, y prescindiendo de las teorías en conflicto de algunos científicos en cuanto a cómo se efectuó esto, los gloriosos cielos y la hermosa Tierra continúan dando testimonio de la grandeza de la creación de Dios.
3. ¿Cómo manifestó sabiduría Dios al suministrar agua en abundancia para la Tierra? (Salmo 104:1, 5, 6)
3 ¡Qué sabiduría y previsión mostró Jehová al reunir los elementos materiales del universo! Tome por ejemplo el agua... un artículo de primera necesidad muy abundante aquí en la Tierra. A diferencia de otros líquidos, tiene la insólita propiedad de disminuir en peso al aproximarse su temperatura al punto de congelación, de modo que el agua más fría entonces se eleva y forma una capa protectora de hielo sobre los lagos y mares. Si el hielo fuera más pesado que el agua, hace mucho que esta Tierra se hubiera convertido en un “congelador” en el cual no podría existir la vida. Hoy en día, el agua sirve de disolvente, para irrigar el terreno, de fuente de energía eléctrica... hasta dos terceras partes de nuestro cuerpo están compuestas de agua. Sin agua no podríamos vivir. El sabio Creador previó todo esto cuando cubrió la tierra con una “profundidad acuosa.”—Génesis 1:2.
4. ¿Cómo enaltece la sabiduría de Dios la posición de la Tierra con relación al Sol y la Luna? (Job 26:7, 14)
4 En esta creación de Dios también es sumamente interesante la relación de la Tierra con los cielos. Dios inclinó el eje de la Tierra en un ángulo de 23 1⁄2 grados hacia el plano de su órbita, debido a lo cual, durante el viaje anual de la Tierra alrededor del Sol, cada hemisferio pasa sucesivamente por primavera, verano, otoño e invierno. La distancia de la Tierra al Sol es precisamente correcta para sostener la vida. Si estuviera mucho más cerca, la Tierra sería demasiado caliente para la vida; si estuviera mucho más lejos, estaría perpetuamente congelada. La Luna fue colocada de tal modo que la atracción de su gravedad causa la suave subida y bajada de las mareas para bañar las costas de la Tierra. ¡Al meditar en esto, seguramente deberíamos querer ‘alabar a Jah [Jehová] . . . por sus obras de poder’!—Salmo 150:1, 2.
“DÍAS” DE LA CREACIÓN
5, 6. ¿Cómo podemos razonar en cuanto a la duración de los ‘días creativos’? (Hebreos 4:3-5)
5 Por innumerables siglos, la Tierra estuvo envuelta en oscuridad y sin vida alguna. Pero “la fuerza activa de Dios estaba moviéndose de un lado a otro sobre la superficie de las aguas.” (Génesis 1:1, 2) ¿Cuál sería el resultado?
6 En este punto comienzan los siete “días” de la creación. ¿Cuánto duraron estos “días”? ¡Mucho más de veinticuatro horas! La Biblia nos dice que “un día es para con Jehová como mil años.” (2 Pedro 3:8) Pero cada uno de estos “días” de la creación debe ser aún más largo que eso. ¿Cómo lo sabemos? Génesis 2:2 dice que, después de seis “días” de crear, Dios “procedió a reposar el día séptimo de toda su obra que había hecho.” La Biblia muestra que el ‘día de descanso’ de Jehová no ha terminado aún. Porque el apóstol Pablo escribe diciendo que los cristianos deben, por medio de la fe y la obediencia, hacer “lo sumo posible para entrar en ese descanso.” (Hebreos 4:9-11) La cuenta del tiempo de la Biblia muestra que ya han pasado casi seis mil años desde que Dios comenzó a ‘descansar’ de sus obras creativas en la Tierra. En el futuro inmediato está el reino de mil años de Cristo, para el fin del cual el propósito de Dios de llenar la Tierra con una familia humana feliz se habrá logrado. El ‘día de descanso’ de Dios terminará entonces. Esto indicaría que este ‘día de descanso’ tendría una duración de siete mil años. (Génesis 1:28; Revelación 20:4) Es razonable llegar a la conclusión de que cada uno de los seis “días” de creación anteriores ocuparía un espacio similar de tiempo, durante cada uno de los cuales Jehová llevaría a cabo una etapa adicional en su preparación de la Tierra para llegar a ser el hogar futuro del hombre. A medida que observamos ahora cómo Él hizo esto, debemos realmente apreciar el poder de las palabras del salmista: “¡Cuán grandes son tus obras, oh Jehová! Muy profundos son tus pensamientos.”—Salmo 92:5.
“LLEGUE A HABER LUZ”
7. ¿Cómo ‘llegó a haber luz’? (Isaías 45:7)
7 Hace decenas de miles de años Jehová procedió a decir: “Llegue a haber luz.” Eso marcó el principio del primer ‘día creativo.’ Para el fin de ese largo “día,” Dios había preparado el camino para que la luz que venía del sol brillara hasta “la superficie de la profundidad acuosa” que arropaba la Tierra. En cuanto a la Tierra ya no había una gruesa pantalla de oscuridad que impidiera una división entre el Día y la Noche en lo que tiene que ver con esta Tierra. Debido a esta luz del “Día,” el hombre, a su debido tiempo, podría trabajar y disfrutar de las bellezas de la Tierra que lo rodea, y la “Noche” le permitiría renovar sus energías por medio del dulce reposo.—Génesis 1:3-5.
“LLEGUE A HABER UNA EXPANSIÓN”
8. ¿Qué previsión mostró Jehová al hacer “la expansión”?
8 En el ‘segundo día’ de la creación, Dios efectuó una separación de estas aguas en aguas que permanecieron sobre la superficie de la Tierra y aguas que llegaron a estar suspendidas como un gran dosel alrededor de nuestro globo terráqueo. A la expansión entre estos dos grandes cuerpos de agua Él le llamó “Cielo.” Esta incluye nuestra atmósfera. En ésta Dios suministró precisamente la proporción correcta de gases, principalmente nitrógeno y oxígeno, para mantener a las plantas y las criaturas que respiran que él produciría más tarde. Hizo esta atmósfera precisamente apropiada para el disfrute de la vida, y para que sirviera como protección en contra de los meteoros y la radiación nociva. ¡Ciertamente Dios es un Creador sabio y amoroso!—Génesis 1:6-8.
SE PRODUCEN TIERRA, MARES Y VEGETACIÓN
9. ¿Qué tenía Dios presente al producir “Tierra” y “Mares”? (Isaías 45:18)
9 El espíritu, o fuerza activa de Dios, continuó moviéndose de un lado a otro sobre la superficie del globo terráqueo. Ahora, en el tercer ‘día creativo,’ él procedió a elevar el terreno seco de ‘las aguas que están debajo de la expansión.’ Sin duda ocurrieron grandes convulsiones a medida que las masas de tierra eran empujadas hacia arriba y los mares eran recogidos en sus cuencas hundidas. En esto, una vez más la sabiduría y el amor de Dios se manifiestan claramente. Cuando fueran creados, los animales y el hombre podrían vivir sobre el terreno seco. Los mares enjambrarían con vida marina, y las vastas zonas de océano tendrían un efecto moderador, evitando extremos demasiado grandes de calor y frío por todo el globo terráqueo.—Génesis 1:9, 10.
10. (a) ¿Qué apareció por primera vez en el “día tercero,” y en qué formas? (b) ¿Cómo beneficiaría esto a la humanidad? (Génesis 1:29, 30; Salmo 104:14)
10 Pero en este ‘tercer día’ aparecerían más cosas. ¡Por primera vez, vida! La Biblia suministra el relato:
“Pasó Dios a decir: ‘Haga brotar la tierra hierba, vegetación que dé semilla, árboles frutales que lleven fruto según sus géneros, cuya semilla esté en él, sobre la tierra.’” (Génesis 1:11)
Así es que Dios produjo maravillosas estructuras celulares, hechas para multiplicarse según un “plano” encerrado en cada una de sus células. Algunos “géneros” llegaron a ser árboles majestuosos, que suministran sombra y dan consistencia al terreno. Otros “géneros” llegaron a ser árboles más pequeños y arbustos, que daban frutos, nueces y bayas, para suministrar, junto con las hortalizas y verduras, una sabrosa variedad de alimentos. Dios produjo una gloriosa colección de flores para adornar y embellecer la Tierra. Cada “género” de vida vegetal podía reproducir solamente su propio “género,” pero con una deleitable variedad de colores y formas... como en el caso de los delicados tipos de rosas.—Génesis 1:12, 13.
11. ¿Cómo hizo provisión Dios para que la tierra produjera alimento? (Jeremías 10:12)
11 Dios dotó las partes verdes de las plantas con una sustancia llamada “clorofila.” Por medio de esta compleja sustancia, la luz del Sol hace que el anhídrido carbónico del aire reaccione con el agua del terreno para formar azúcares, produciendo anualmente tanto como 150 mil millones de toneladas de éstos por toda la tierra, a la vez que se expele oxígeno para renovar el aire. Las plantas usan estos azúcares para crecer, convirtiéndolos en las diversas clases de alimento que comemos. De modo que la energía que mantiene la gran variedad de cosas vivas en la tierra viene enteramente de este milagroso proceso en el que intervienen la luz solar, el aire y el agua, ¡y el hombre aún desconoce el secreto de este proceso! Muy ciertas son las palabras que dicen: “¡Cuántas son tus obras, oh Jehová! Con sabiduría las has hecho todas. La tierra está llena de tus producciones.”—Salmo 104:24.
APARECEN LUMBRERAS EN LOS CIELOS
12. (a) ¿Por qué no hay contradicción entre Génesis 1:1 y Gé 1:16? (b) ¿Evidentemente qué sucedió en el “día cuarto”? (Salmo 136:1, 7-9)
12 Durante el “día cuarto,” Dios procedió “a hacer las dos grandes lumbreras, la lumbrera mayor para dominar el día y la lumbrera menor para dominar la noche, y también las estrellas.” (Génesis 1:14-19) Sin embargo, ¿no había creado Dios estos cuerpos celestes antes, “en el principio”? Sí, lo había hecho. Pero sírvase notar que hay una diferencia entre el verbo “creó” (hebreo bará) en Génesis 1:1 y el verbo ‘hizo’ (hebreo ásah) en Génesis 1:16. Lo que evidentemente sucedió en el “día cuarto” es que por primera vez el contorno del sol, la luna y las estrellas llegó a verse claramente desde la superficie de la Tierra, probablemente debido a un esclarecimiento de la atmósfera. Un sol radiante servía ahora de “lumbrera” para alumbrar el día, trayendo un calor moderado y confortante. Pero, ¿qué hay de la luna? Bueno, ésta tiene una de las superficies más oscuras del sistema solar, pues refleja solo el 7 por ciento de la luz que recibe. No obstante, el tamaño de la Luna y la distancia a que está de la Tierra (lo que produce mareas adecuadas) son exactamente apropiados para resultar en la luz tenue y placentera de que disfrutamos de noche. ¡Ciertamente la sabiduría y el amor de Dios se manifiestan en esta “lumbrera menor”!
13. (a) ¿Qué mediría el hombre por medio de estas lumbreras? (Eclesiastés 3:1) (b) ¿Por qué se coloca la “tarde” antes de la “mañana”? (Proverbios 4:18)
13 Al debido tiempo, el hombre podría medir el tiempo por medio de estas lumbreras. Sin embargo, las máquinas que el hombre construye para medir el tiempo siempre serán inferiores a los cuerpos celestes que el Gran Marcador de Tiempo, Jehová Dios, ha puesto en movimiento según horarios exactos, para el beneficio del hombre, y tendrán que regirse por estos cuerpos celestes. En este cuarto ‘día creativo,’ como en cada “día,” la obra de Dios comenzó durante la “tarde,” cuando apareció el oscuro perfil inicial de su actividad, y continuó hasta la “mañana,” en la que todo su glorioso logro se hizo claramente manifiesto.
14. ¿Por qué tenemos razón para sentirnos agradecidos por estas cosas que Dios ha hecho? (Revelación 4:11)
14 Al completar sus grandiosas obras de los “días” tercero y cuarto, Dios vio que era “bueno.” (Génesis 1:12, 18) Pero todavía faltaban dos emocionantes “días” de obra creativa y un ‘día de descanso.’ El magnífico Creador continuaría haciendo preparaciones amorosas para el hogar del hombre, pensando en la felicidad futura de éste. Por esto, cada uno de nosotros debe sentirse agradecido, como lo estuvo el rey David, quien dijo:
“Muchas cosas has hecho tú mismo, oh Jehová Dios mío, aun tus maravillosas obras y tus pensamientos para con nosotros; no hay nadie que pueda ser comparado a ti. Si me inclinara a informar y hablar de ellos, han llegado a ser más numerosos de lo que yo pueda relatar.”—Salmo 40:5.
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El Creador puebla la “astronave Tierra”Buenas nuevas... que le harán feliz
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Capítulo 8
El Creador puebla la “astronave Tierra”
1. (a) ¿Cómo contrasta la Tierra con la Luna, y con las astronaves hechas por el hombre? (b) ¿Cómo muestran muchas personas que en realidad no aprecian nuestra Tierra? (Salmo 10:4)
PARA el fin del “día cuarto” de la creación por Dios, la superficie de la Tierra presentaba una vista hermosa. Estaba llena de color. Mucho más tarde, en este siglo veinte de nuestra era, un astronauta la contempló desde la superficie inerte de la Luna, y comentó lo siguiente:
“Cuando uno ve a nuestra Tierra desde una distancia de trescientos ochenta y seis mil kilómetros, especialmente sobre un horizonte que por eones ha sido bombardeado, uno percibe que nuestro planeta es la única cosa en el universo que tiene color. . . . Compartimos un planeta muy hermoso. . . . Lo que me sobrecoge de asombro es que no podamos apreciar lo que tenemos.”
Por su experiencia personal ese astronauta había llegado a experimentar el contraste entre la vida sin peso en el interior estrecho y limitado de una astronave hecha por el hombre y la vida normal que el hombre puede disfrutar aquí en la “astronave Tierra,” en el ambiente que Dios preparó para él. Sin embargo, no solo es un hecho que la mayoría de los hombres no aprecian lo que tienen, sino que en su mayor parte pasan por alto al ilustre Diseñador y Hacedor de esta Tierra. Muchas personas optan por ser como el insensato que “ha dicho en su corazón: ‘No hay Jehová.’”—Salmo 14:1.
“ALMAS” PECES Y CRIATURAS VOLÁTILES
2. (a) ¿Cuándo comenzó Dios a poblar nuestra “astronave”? (b) ¿Qué es un “alma”? (Revelación 16:3) (c) ¿Qué almas fueron creadas en el “día quinto”?
2 No hace millones de años, según la teoría de algunas personas, sino comparativamente en tiempos recientes, Dios procedió según su propio horario a poblar nuestra “astronave.” Creó las primeras “almas.” La palabra “alma” (hebreo, néphesh), tal como aparece aquí en el relato bíblico de la creación, se refiere a una criatura que respira, capaz de sentir físicamente, ya sea pez, ave, animal u hombre. En este quinto ‘día creativo,’ Dios produjo las “almas” peces y aves.—Génesis 1:20-23.
3. (a) ¿Cómo ha podido el hombre usar los principios que descubre en la creación, pero qué tiene que reconocer? (Job 12:7-10) (b) ¿Cómo han sido tanto los peces como las aves una bendición para la humanidad?
3 ¡Qué caudal de sabiduría divina se manifiesta en la estructura de estas cosas vivas! Hasta cierto grado, el hombre ha podido copiar los principios que él descubre en esta creación, como la propulsión a chorro del calamar, el sistema de sonar del murciélago y algunos de los principios aerodinámicos de las aves. Pero aún hay muchos sorprendentes secretos en la composición de estas “almas” que el hombre no ha podido descubrir. Los peces y las aves han añadido belleza e interés al hogar terrestre del hombre, además de proveer sabrosos artículos adicionales a su lista de comidas cuando Dios decretó que éstas podían ‘servir de alimento’ al hombre.—Génesis 9:2, 3.
ALMAS VIVIENTES PARA LA TIERRA
4. (a) ¿Qué formó Dios en el “día sexto,” y cómo? (b) ¿De qué maneras han servido los animales al hombre? (Génesis 1:25)
4 Al comenzar el sexto ‘día creativo’ Jehová dijo:
“Produzca la tierra almas vivientes según sus géneros, animal doméstico y animal moviente y bestia salvaje de la tierra según su género.” (Génesis 1:24)
El espíritu invisible de Dios se puso en acción formando una maravillosa variedad de “géneros” animales, algunos de los cuales cumplieron un propósito temporero, y otros que han sobrevivido, para el beneficio del hombre, hasta este mismo día. Los servicios que algunos de estos animales suministran son superiores a meramente servir de animales mimados: Tenemos caballos para cabalgar, perros para pastorear, elefantes para transportar, ganado para arar, ovejas para suministra lana, y así por el estilo. Las “almas” animales ciertamente han servido para el beneficio y la felicidad de la humanidad.
5. ¿Por qué debemos dar gracias a Dios por estas producciones? (Salmo 8:4, 6-9)
5 ¡Ciertamente podemos dar gracias a Jehová por estas producciones! Como dice un escritor de salmos:
“Las expresiones de bondad amorosa de Jehová ciertamente cantaré aun hasta tiempo indefinido. . . . El cielo es tuyo, la tierra también es tuya; la tierra productiva y lo que la llena... tú mismo los has fundado.”—Salmo 89:1, 11.
LA GLORIOSA CORONA DE TODA LA CREACIÓN TERRESTRE
6. (a) ¿Qué ayudante tenía Jehová a su lado durante la creación? (Juan 1:1-4) (b) ¿Qué dijo Dios a este obrero compañero, y por eso qué relación tendría el hombre para con los animales?
6 Durante toda esta actividad creativa, Jehová tenía a su lado a un ayudante —un “obrero maestro”— el más amado de todos sus hijos angélicos en los cielos invisibles. (Proverbios 8:30) Para el fin del sexto ‘día creativo’ Jehová dijo a este obrero compañero:
“Hagamos un hombre a nuestra imagen, según nuestra semejanza, y tengan ellos en sujeción los peces del mar y las criaturas volátiles de los cielos y los animales domésticos y toda la tierra y todo animal moviente que se mueve sobre la tierra.”—Génesis 1:26-28.
7. (a) ¿Por medio de qué proceso creó Dios al hombre? (Job 33:4) (b) ¿Qué prueba que el hombre no pudo haber evolucionado? (Salmo 100:3)
7 ¿Hicieron Dios y su “obrero” compañero al hombre por medio de algún complicado proceso evolucionario? No, el proceso fue muchísimo más sencillo. Porque la Biblia nos dice:
“Procedió Jehová Dios a formar al hombre del polvo del suelo y a soplar en sus narices el aliento de vida, y el hombre vino a ser alma viviente.” (Génesis 2:7)
La Biblia no nos dice nada acerca de que el hombre evolucionara de criaturas simiescas peludas y gruñidoras. ¡Ciertamente no hubiera podido adquirir un aprecio por la belleza y la música, la habilidad de meditar en el pasado y el futuro, habilidad inventiva, una conciencia para discernir entre lo correcto y lo incorrecto, y las cualidades maravillosas de la bondad y el amor, por mera evolución casual! Solo un Personaje intelectual superior —Dios— podía dotarlo con tales atributos. Jehová Dios creó al primer hombre a Su propia “imagen,” y no a la imagen de alguna creación terrestre anterior, como las ‘aves y cuadrúpedos y criaturas que se arrastran.’ (Romanos 1:23) Entre los animales brutos e irracionales y la criatura erguida e inteligente, el hombre, existe un abismo que ningún proceso evolucionario ni siquiera podría comenzar a cruzar.
8. (a) ¿Qué muestra que el primer hombre tenía un buen dominio del idioma? (b) ¿De qué calidad era toda la creación de Dios? (Deuteronomio 32:4)
8 Cuando más tarde Dios tomó una costilla del hombre mientras éste dormía, y de ella hizo a la mujer, Eva, y le presentó esta hermosa esposa a Adán, el hombre no estaba limitado a meros gruñidos primitivos al expresar su gozo. Espontáneamente profirió la primera poesía:
“Esto por fin es hueso de mis huesos
Y carne de mi carne.
Ésta será llamada Mujer,
Porque del hombre fue tomada ésta.”
Así, al crear a la humanidad como “macho y hembra” Dios puso fin a su creación terrestre.
“Después de eso vio Dios todo lo que había hecho y, ¡mire! era muy bueno. Y llegó a haber tarde y llegó a haber mañana, un día sexto.”—Génesis 1:31.
RAZONES PARA EXPRESAR AGRADECIMIENTO A NUESTRO CREADOR
9. ¿Cuáles son algunos detalles en la manera en que el hombre ha sido formado que deberían instarnos a alabar a nuestro Creador?
9 La obra maestra de la creación terrestre de Dios —el hombre— ciertamente era ‘muy buena.’ Como descendientes de ese primer hombre y esa primera mujer, debemos estar continuamente agradecidos por la maravillosa destreza de Dios. Piense en el gozo que nos proporcionan nuestros sentidos... ¡el sabor de las comidas deliciosas, el toque de manos amorosas, la vista de paisajes arrobadores, el sonido de los pájaros o de alguna música deleitable, el aroma de las flores y de los alimentos! Y para completar la medida, Dios nos ha dotado a cada uno con dos ojos, orejas, fosas nasales, además de otras partes vitales de nuestro cuerpo. Diez dedos que se coordinan perfectamente unos con otros para realizar su labor y treinta y dos dientes diseñados magníficamente por medio de los cuales podemos morder y mascar nuestros alimentos, y sonreírnos con los que nos rodean. Nuestra habilidad de expresar placer y buen humor por medio de la risa (algo que los animales no pueden hacer) es otra de nuestras muchas bendiciones. ¡Qué deleite podemos obtener de la vida por medio de las habilidades que Dios nos ha dado de andar, correr, saltar y nadar! Como muestra de aprecio por los miles de rasgos maravillosos del cuerpo que nuestro Creador nos dio, deberíamos querer expresarnos de la misma manera en que lo hizo el rey David:
“Oh Jehová, tú me has escudriñado completamente, y me conoces. Te elogiaré porque de manera que inspira temor estoy hecho maravillosamente. Tus obras son maravillosas, como muy bien se da cuenta mi alma.”—Salmo 139:1, 14.
10. ¿Cómo enaltece el proceso de la reproducción humana la sabiduría de Jehová? (Eclesiastés 11:5)
10 Otra de las dádivas verdaderamente maravillosas que Dios le ha dado al hombre es la capacidad de reproducir su propio género. Aunque el mundo corrupto ha abusado del sexo y lo ha usado con propósitos inmorales, éste no es inmundo cuando las personas casadas lo usan en armonía con el propósito y los mandamientos de Dios. ¡Qué maravilloso proceso es la reproducción humana! En la mujer, el óvulo —que no es más grande que la punta de un alfiler— es fecundado por el espermatozoide masculino cuyo tamaño es la 1/85.000 del tamaño del óvulo. De la unión de estas dos diminutas partículas con el tiempo llega a madurar un ser humano completo, que hereda las cualidades de ambos padres según el “plano” compuesto (DNA) que se formó al unirse las células. A veces los arquitectos modernos llenan grandes tomos con los planos de un edificio en construcción, pero Dios puede incorporar el “plano” para hacer todo un ser humano —mucho más complicado que cualquier edificio— en una célula que es casi invisible. Hablando de este “plano” para una persona humana, el rey David reconoció con aprecio que Jehová puede ver todas las cosas, incluso lo que es infinitamente pequeño:
“Me tuviste cubierto en forma protectora en el vientre de mi madre. Tus ojos vieron hasta mi embrión, y en tu libro todas sus partes estaban escritas, respecto a los días cuando fueron formadas y no había todavía ni una entre ellas. Así es que, para mí ¡cuán preciosos son tus pensamientos! ¡Oh Dios, hasta cuánto llega la gran suma de ellos!”—Salmo 139:13, 16, 17.
11. ¿Por qué habilidades del cerebro humano deberíamos estar agradecidos a Dios?
11 Cierto, ¡los pensamientos de Dios son preciosos! Y podemos estar muy agradecidos de que Dios nos ha dado un cerebro que puede pensar sus pensamientos. ¡Cuán magnífico es este órgano! El sistema de memoria del cerebro humano es tan eficaz e intrincado que, si el hombre mismo construyera una computadora electrónica que pudiera hacer el mismo trabajo, se necesitaría una computadora del tamaño del edificio Empire State de la ciudad de Nueva York.a Ciertamente, ¡Jehová sabe cómo economizar espacio! Además, según los bioquímicos, la capacidad del cerebro humano excede por mucho la del cerebro de los animales. Se calcula que éste tiene la asombrosa capacidad de almacenar mil millones de veces más información que toda la información que una persona almacena en una vida de setenta a ochenta años. ¡En armonía con Su propósito de que el hombre viviera en la Tierra para siempre, Dios le dio un cerebro que podía continuar memorizando nuevos detalles por toda la eternidad! ¡Qué importante que continuemos llenando nuestra mente con pensamientos ‘dignos de alabanza’!—Filipenses 4:8.
EL PROPÓSITO DE DIOS AL CREAR AL HOMBRE
12. (a) ¿Cuál fue el propósito de Dios al crear el hombre? (b) A pesar de los caminos ruinosos de la humanidad, ¿qué llegará a ser esta Tierra, y cuándo? (Isaías 65:17, 18)
12 Dios tuvo un propósito al crear el hombre, y debe ser nuestro deseo el vivir en armonía con ese propósito. Cuando Jehová creó a la pareja humana, los bendijo, y les dijo:
“Sean fructíferos y háganse muchos y llenen la tierra y sojúzguenla, y tengan en sujeción los peces del mar y las criaturas volátiles de los cielos y toda criatura viviente que se mueve sobre la tierra.” (Génesis 1:28)
Sin embargo, ¿qué vemos hoy en día, seis mil años después? En algunas zonas, la tierra está llena de personas, pero en su mayor parte éstas no reconocen que dependen de su Creador, Jehová Dios, ni tampoco lo adoran. Y en vez de subyugar la Tierra, a buen grado la están contaminando y arruinando, y también están destruyendo mucha de su vida animal. Sin embargo, podemos estar agradecidos de que Dios haya declarado su determinación de “causar la ruina de los que están arruinando la tierra” y de transformar toda la Tierra en el glorioso paraíso que él se proponía para el fin de su gran ‘día de descanso.’—Revelación 11:18.
13. ¿Por qué gloriosa expectativa podemos estar agradecidos? (Salmo 145:11, 15, 16)
13 ¡Ciertamente estas son expectativas maravillosas para el futuro de la “astronave Tierra”! ¡Y para el hombre sobre ella! Según el magnífico propósito de Dios, para el fin de su ‘día de descanso’ la Tierra se habrá convertido en un paraíso, y estará poblada por una raza humana justa que tendrá en sujeción a todas las otras almas terrestres creadas. Podemos dar gracias a Jehová por haber creado al hombre “a su imagen,” y porque Él nos suministra lo necesario tan maravillosamente aquí en la Tierra... ahora, y por tiempo ilimitado.—Génesis 1:27.
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