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  • ¿Qué puede hacer usted acerca de la inflación?
    ¡Despertad! 1980 | 8 de junio
    • Un esposo declaró que ha ahorrado unos 200 dólares al año en los cortes de pelo. Su esposa concordó en aprender a cortarle el pelo, y, a medida que adquiere experiencia, mejora. De todos modos, con la variedad de estilos de corte de pelo que hay hoy día, éste no tiene que ser perfecto.

      Los gastos médicos pueden reducirse por medio de comparar los precios de los médicos, los tratamientos y las medicinas. Un equipo noticiero de televisión que visitó diferentes farmacias que estaban a unas cuantas manzanas de distancia unas de otras halló que, de una farmacia a otra, el precio de recetas médicas semejantes podía diferir en proporción de dos a cinco veces más.

      Desde luego, la lista de las cosas que usted pudiera hacer para ahorrar dinero es mucho más larga. Pero estos ejemplos muestran que el pensar un poco en el asunto y el planear pueden ayudarle en este tiempo de aprietos económicos.

      El tener demasiado apetito de cosas materiales ha causado el derrumbe de muchos hogares

      Una de las mayores fuentes de dificultades en estos días es el tener demasiado apetito de cosas materiales. Para muchas familias eso ha sido la ruina económica y el derrumbe del hogar.

      Hay quienes desean más cosas materiales para ‘no ser menos que el vecino.’ Pero ese falso orgullo puede ser muy costoso. Aptamente, cierta persona ingeniosa ya ha señalado que sencillamente no tiene sentido el ‘gastar dinero que uno no tiene, para comprar cosas que no necesita, sencillamente para impresionar a alguien a quien quizás ni siquiera le tenga simpatía.’

      Respecto a la necesidad de controlar el deseo de adquirir cosas materiales, una familia escribió lo siguiente a U.S. News & World Report:

      “Nuestra familia vive feliz con la cantidad de dinero que pagan a los centros que les cuidan los hijos muchos matrimonios que se caracterizan por el hecho de que ambos padres trabajan. Combatimos la inflación por medio de resistir el deseo de gastar demasiado en cosas materiales.

      “Nos comunica una sensación de paz el poder criar nosotros mismos a nuestros hijos y nos comunica seguridad el ser una ‘familia tradicional.’ El ser ama de casa de tiempo completo nunca será cosa anticuada, porque es el modo en que Dios se propuso que la mujer hallara perfecta satisfacción. ‘Las expectativas en cuanto a lo que el matrimonio debería ser’ no tienen nada que ver con los ingresos. Lo que forma un matrimonio es la gente que entra en ese arreglo, no una combinación de ingresos. Lo que forma una familia es la gente que la integra, no los bienes materiales.”

      El reprimir los deseos de poseer cosas materiales es particularmente provechoso si se quiere evitar algo que es una de las causas principales de la infelicidad: el estar sobrecargado de deudas. El pedir prestado demasiado, y vivir con la frustración de tratar de pagar las deudas, es un camino que con seguridad conduce a problemas. Acertadamente, la Biblia declara: “El que toma prestado es siervo del hombre que hace el préstamo.”—Pro. 22:7.

      Según entrevistas que se han hecho a familias que se han metido en serios problemas por haber comprado a crédito, muchas de las compras que éstas hicieron no eran necesarias. Una pareja de jóvenes que ha estado casada por solo dos años ya había acumulado una inmensa deuda. En vez de pagar esas deudas primero, continuaron tomando prestado y gastando. La falta del gobierno de sí mismos respecto a cosas materiales hizo que al poco tiempo quedaran en bancarrota. Sin embargo, dijeron a un consejero en cuestiones de crédito que habían gastado el dinero solo “en artículos de primera necesidad.” Al interrogárseles, se descubrió que entre las ‘necesidades’ estaban vacaciones muy costosas y ropa muy cara que realmente no necesitaban en absoluto.

      Los consejeros en asuntos de deudas sugieren que uno analice la paga que lleva al hogar para ver qué porcentaje de ésta uno usa para pagar deudas. Si, aparte del pago de la hipoteca del hogar, la cantidad es mucho más de 10 por ciento, uno va en dirección al peligro. Algunos de estos directores que tratan asuntos del crédito comentan que, cuando sus clientes no pueden controlarse en el uso de las tarjetas de crédito, ellos se las piden y las rompen en su presencia. Es interesante que con frecuencia estos directores comentan que esto causa “daño emocional” a los que consideraban las tarjetas de crédito como amigos en vez de posibles destructores, que es lo que son para los que no pueden usarlas sabiamente.

      “El amor al dinero es raíz de toda suerte de cosas perjudiciales,” declara la Biblia. “Y haciendo esfuerzos por realizar este amor,” añade, muchas personas se “han acribillado con muchos dolores.” (1 Tim. 6:10) Esas verdades se están haciendo más patentes cada día.

      ¿Qué sucede con los que hacen de la mira materialista la fuerza principal de su vida? Nuestro corresponsal en el Japón comenta:

      “En el Japón, la familia de término medio simplemente carga con más trabajo. El esposo y la esposa trabajan de tiempo completo, y además hacen horas extraordinarias. Aunque quizás piensen que están haciendo frente a la inflación, es la familia lo que sufre debido a que no hay asociación mutua y edificante.

      “Todo este esfuerzo revela gran falta de perspicacia. Solo se concentra en AHORA, en HOY. No se da importancia al futuro, y la esperanza no es parte de la vida diaria.”

      Pero cuando no hay asociación edificante, y cuando no se mira al futuro con una esperanza genuina, ¿qué sucede si la esposa, o el esposo, o ambos, pierden la fuente de ingresos? ¿Qué sucederá a la gente que hace del adquirir cosas materiales su objetivo principal en la vida cuando venga la ruina de los sistemas económicos de este mundo?

      ¿Sucederá eso en realidad? Sí, ¡sin falta! Eso es lo que hace que el punto de vista de uno en cuanto a la inflación, al dinero y a las cosas materiales no sea simplemente un entrenamiento para hacer frente a dificultades económicas temporales. Para lo que uno necesita prepararse es para la venidera aniquilación de todos los sistemas económicos de hoy día.

  • El fin de los sistemas económicos de hoy
    ¡Despertad! 1980 | 8 de junio
    • El fin de los sistemas económicos de hoy

      SI ALGUIEN inventara una máquina y ésta no funcionara bien, ¿qué haría él con ella? Probablemente trataría de modificarla una y otra vez para ver si podía lograr que funcionara mejor. Pero, ¿qué hay si descubriera que después de cada reparación la máquina funcionara peor? ¿No sería tiempo de considerar que la máquina en sí no es satisfactoria, y que se necesita una diferente?

      Los sistemas económicos de hoy día no están funcionando para el bien de toda la humanidad. Hay enormes injusticias en ellos. Hay personas trabajadoras que ven que la inflación las va despojando de su dinero. Hay centenares de millones de personas que viven en la pobreza. Otros cientos de millones de personas ni siquiera tienen los artículos de primera necesidad de la vida. El Times de Nueva York dio este informe acerca de algunos países: “Para muchas personas pobres, en la actualidad el precio de una sola comida es más de lo que ganan en un día,” lo cual es un notable cumplimiento de la profecía bíblica: “Solamente un kilo de trigo por el salario de un día.”—Apo. Rev 6:6, Versión Popular.

      En verdad, los sistemas económicos y monetarios de hoy día no pueden traer la

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