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¿Quiere usted ver eliminado el delito?La Atalaya 1977 | 15 de junio
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¿Quiere usted ver eliminado el delito?
TODA persona decente contesta SÍ a esa pregunta. Ciertamente desea ver la erradicación del delito.
Eso deseaba una pareja de personas de edad avanzada de una gran ciudad norteamericana. Ellos se aproximaban ya a los ochenta años de edad, estaban jubilados, tenían lo suficiente materialmente. Pero entonces... ¡se suicidaron!
¿Por qué? La nota que dejaron lo explicaba: “No queremos seguir viviendo en temor.” Unas semanas antes los habían atacado y les habían robado. Hasta antes de aquello habían sido víctimas del delito. Sintiéndose demasiado viejos para mudarse, y no queriendo vivir en temor, se quitaron la vida.
Esa es una reacción exagerada al temor causado por el delito, es verdad. Pero ciertamente manifiesta lo que ha sucedido en los últimos años. El crimen y la violencia han aumentado enormemente en casi todas partes del mundo. Como ejemplo, en los Estados Unidos de América más de once millones de delitos graves se cometen cada año. Otros millones se cometen sin que se dé informe de ellos.
¿Qué respuesta hay para esto? Algunos piensan que una ayuda sería que hubiera mejores leyes. Sin embargo, ya hay millares de leyes buenas en los libros, en todos los países, y cada año se aprueban leyes nuevas. Pero el crimen y la violencia siguen esparciéndose.
Otros creen que la respuesta estriba en más policías, jueces y cárceles. Pero aunque estas agencias han aumentado en tamaño, lo mismo ha hecho el delito. Por cierto, el delito hasta se ha infiltrado en estas agencias. Los funcionarios corrompidos que hay en ellas a menudo dificultan el que agentes honrados para el cumplimiento de la ley efectúen su trabajo.
¿Podría estar la respuesta en nuevos métodos de detectar el delito? La triste realidad es que cada nuevo método que se introduce hace que la mente criminal se ponga a trabajar para idear maneras de evadirlo.
¿Se acabará con el delito si se le pone fin a la pobreza? Si la pobreza fuese la causa principal, ¿a qué se debe que haya las proporciones más altas de crimen en las naciones más acaudaladas? Con frecuencia el delito aumenta más aprisa en los suburbios más acaudalados que en las ciudades más pobres. Gente de todo nivel de la sociedad comete delitos, no solo los pobres.
Considere esto: Si las agencias humanas pudieran haber eliminado el crimen, ¿no lo habrían eliminado ya para este tiempo? ¿Es práctico esperar que los seres humanos suministren las respuestas?
La Palabra inspirada de Dios, la Biblia, da este sabio consejo: “No cifren su confianza en nobles, ni en el hijo del hombre terrestre, a quien no pertenece salvación alguna.” (Sal. 146:3) ¿En quién, entonces? Esa misma Palabra de Dios contesta: “Confía en Jehová con todo tu corazón y no te apoyes en tu propio entendimiento.”—Pro. 3:5.
Pero ¿de qué manera puede el confiar en Dios tener algo que ver con eliminar el delito? Entre otras cosas, la Palabra de Dios nos ayuda a entender claramente por qué existe este aumento repentino en el crimen y la violencia en nuestro tiempo. La Biblia nos dice: “Mas sabe esto, que en los últimos días se presentarán tiempos críticos, difíciles de manejar.” Sí, toda la evidencia en cumplimiento de las profecías de la Biblia manifiesta que vivimos en el fin de una era. Vivimos en el tiempo predicho en que continuamente habría más violadores de la ley, en que los individuos carecerían de gobierno de sí mismos, serían feroces, temerarios, amadores del dinero, impíos, en que los hijos serían desobedientes a sus padres, en que, como dice la profecía, “los hombres inicuos e impostores avanzarán de mal en peor.”—2 Tim. 3:1-13.
Lo que vemos que sucede en nuestro tiempo es la evidencia patente de que este mundo está en la etapa predicha de derrumbe moral que precedería inmediatamente a su fin. Las condiciones mundiales gritan que el sistema de cosas actual se acerca a su fin.
Sin embargo, la Biblia también nos dice que en el aumento del delito en nuestro día hay más que simplemente envolvimiento humano. Si solo hubiera seres humanos envueltos en esto, razonablemente pudiera creerse que habrían obtenido más éxito en lo que toca a eliminar el delito. Pero la Palabra de Dios nos dice que también hay en acción fuerzas sobrehumanas. ¿Quiénes? Satanás el Diablo y sus demonios.
¿El Diablo? ¿Demonios? Es verdad que muchas personas no creen en la existencia de estas fuerzas, porque no pueden ser vistas. Pero esas personas sí creen en fuerzas invisibles como el viento, la electricidad, la gravedad, el calor, el frío, el amor, el odio. Sabemos que éstas existen porque podemos ver sus efectos.
Por eso, también, sabemos que existen esas inicuas fuerzas de espíritu, porque vemos los efectos de su actividad. El enorme aumento en el crimen y la violencia en todas partes es un resultado directo de su mala influencia en la familia humana. Tan enorme es esa influencia que la Biblia llama a Satanás “el dios de este sistema de cosas.”—2 Cor. 4:4.
Además, ¿quién está en la mejor posición para decirnos acerca de la existencia de esos poderes invisibles? ¿Quién tiene más conocimiento de la actividad de Satanás... los seres humanos, o el Creador Todopoderoso del universo?
Pero ¿por qué ha aumentado tanto en nuestro día la influencia demoníaca? Porque el límite de tiempo que Dios le ha permitido a la iniquidad está por terminar. Satanás y los demonios saben que se encuentran en sus “últimos días.” Por eso la Biblia dice de nuestra generación: “Ay de la tierra y del mar, porque el Diablo ha descendido a ustedes, teniendo gran cólera, sabiendo que tiene un corto período de tiempo.”—Rev. 12:12.
Sin embargo, la Biblia hace mucho más que informarnos sobre por qué se esparce el crimen. También nos dice cómo será eliminado. Pronto terminará el límite de tiempo que Dios le ha permitido a la iniquidad, y él demostrará su poder y amor a lo que es correcto, por medio de limpiar del delito toda la Tierra. “En cuanto a los inicuos, ellos serán cortados de la mismísima tierra; y en cuanto a los traicioneros, ellos serán arrancados de ella.” También, será eliminado el principal instigador del delito, Satanás el Diablo: “El Dios que da paz quebrantará a Satanás bajo los pies de ustedes en breve.”—Pro. 2:22; Rom. 16:20.
Habiéndose quitado del camino todos los elementos criminales, se introducirá un nuevo orden de paz y seguridad totales. Y cuando esto suceda, ¿cómo será la vida? “Realmente se sentarán, cada uno debajo de su vid y debajo de su higuera, y no habrá nadie que los haga temblar,” dice la promesa de Dios.—Miq. 4:4.
Por eso, ¿desea usted ver eliminado el delito? Lo será, a la manera de Dios... y pronto. ¿Quiere usted sacar provecho de ello? Entonces tiene que averiguar qué hacer para satisfacer los requisitos de Dios para vivir en su nuevo orden sin delincuencia que está por llegar.
[Comentario de la página 356]
“Mi pueblo tiene que morar en un lugar de habitación pacífico y en residencias de plena confianza y en lugares de descanso sosegados.”—Isa. 32:18.
[Ilustración de la página 355]
Los titulares de estos informes noticieros en inglés dirían en español: “Crimen violento aumenta 6% en un año, dice Ottawa,” The Toronto Star, 16 de julio de 1976, “Tokio y Osaka principales centros del delito,” The Japan Times, 28 de julio de 1976; “Aumentan crímenes violentos en sistema del metro de París,” The Oregonian, 20 de agosto de 1976; “Inglaterra es tan falta de honradez... jefe de la policía,” Daily Mail, 23 de junio de 1976; “Aumentan los crímenes violentos en Portugal,” The New York Times, 8 de agosto de 1976; “Aumentan problemas del delito en Israel,” New York Post, 25 de agosto de 1976.
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Jehová... amador de la justiciaLa Atalaya 1977 | 15 de junio
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Jehová... amador de la justicia
EL Altísimo ama el derecho y la justicia. (Sal. 33:5) Su siervo Eliú declaró: “En cuanto al Todopoderoso, no lo hemos sondeado; es sublime en poder, y el derecho y la abundancia de justicia él no menospreciará.”—Job 37:23.
Porque tiene en la más alta estima la justicia, Jehová Dios no pasa por alto la opresión. Los opresores no pueden evitar el desenvolvimiento de esta ley inmutable de Dios: “Cualquier cosa que el hombre esté sembrando, esto también segará.” (Gál. 6:7) A veces Jehová ha manejado los asuntos de manera que los que han practicado la injusticia hayan sufrido calamidad. Para que supieran con certeza que el juicio procedía de él, el Todopoderoso lo anunció de antemano por medio de sus profetas.
Eso sucedió con Eliaquín, del siglo séptimo a. de la E.C. Su padre, el rey Josías, murió en batalla mientras trataba de impedir que los ejércitos egipcios bajo Faraón Neko pasaran por Samaria para combatir contra el vencedor babilónico de Asiria. Entonces el pueblo de Judá hizo rey al hermano menor de Eliaquín, Joacaz. Unos tres meses después, Faraón Neko tomó cautivo a Joacaz y se lo llevó a Egipto e hizo rey a Eliaquín, de veinticinco años de edad, y le cambió el nombre al de Joaquim. Además de esto, Neko le impuso una fuerte multa al reino de Judá. Joaquim exigió esto de sus súbditos mediante tributación.—2 Rey. 23:34-36; 2 Cró. 36:1-5.
En vez de por lo menos tomar en consideración la fuerte carga bajo la cual trabajaban sus súbditos, Joaquim hizo planes para edificar un nuevo y lujoso palacio. Sin duda para mantener bajo el costo de esto, opresivamente retenía el salario de los trabajadores. La acción arbitraria de Joaquim no pasó sin que Jehová Dios la notara. Él envió a Jeremías el profeta a la casa del rey. El registro de esto se encuentra en el capítulo 22 de Jeremías.
Aunque Joaquim merecía castigo, misericordiosamente Jehová Dios le suministró al rey la oportunidad de corregir los asuntos. Se le mandó a Jeremías que dijera: “Esto es lo que ha dicho Jehová: ‘Hagan equidad y justicia, y libren a la víctima del robo de la mano del defraudador; y no maltraten a ningún residente forastero, huérfano de padre ni viuda. No les hagan violencia. Y no derramen sangre inocente en este lugar. Porque si ustedes sin falta ejecutan esta palabra, también ciertamente entrarán por las puertas de esta casa los reyes que se sienten por David sobre su trono, montados en carros y en caballos, él con sus siervos y su pueblo.’” (Jer. 22:3, 4) De modo que si Joaquim cambiaba de proceder podía contribuir a que continuara la gobernación por hombres en la casa real de David.
“Pero,” continuó la palabra profética a Joaquim, “‘si ustedes no obedecen estas
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