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Estudio número 2: El tiempo y las Santas Escrituras“Toda Escritura es inspirada de Dios y provechosa”
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La Crónica de Nabonides da el mes y el día de la caída de la ciudad (falta el año). Así cronólogos seglares han establecido que la fecha de la caída de Babilonia fue el 11 de octubre de 539 a.E.C., según el calendario juliano, o el 5 de octubre conforme al calendario gregorianoe.
29. ¿Cuándo se emitió el decreto de Ciro, y para qué dio oportunidad esto?
29 Después del derribo de Babilonia, y durante el primer año de Ciro como gobernante de la Babilonia conquistada, este emitió su famoso decreto que permitía que los judíos regresaran a Jerusalén. En vista de lo que la Biblia dice, el decreto se emitió probablemente a fines de 538 a.E.C. o para la primavera de 537 a.E.C. Esto daría amplia oportunidad a los judíos para que se establecieran de nuevo en su país y subieran a Jerusalén para restaurar la adoración de Jehová en “el séptimo mes”, Tisri, o alrededor del 1 de octubre de 537 a.E.C.f. (Esd. 1:1-4; 3:1-6.)
30. ¿Cómo se fija el tiempo del bautismo de Jesús, y el de su nacimiento, mediante una fecha eje y la profecía cumplida?
30 Fecha eje para las Escrituras Griegas Cristianas. Se determina una fecha eje para las Escrituras Griegas Cristianas por la fecha en que Tiberio César sucedió al emperador Augusto. Augusto murió el 17 de agosto de 14 E.C. (calendario gregoriano); Tiberio fue nombrado emperador por el senado romano el 15 de septiembre de 14 E.C. En Lucas 3:1, 3 se declara que Juan el Bautizante empezó su ministerio en el decimoquinto año del reinado de Tiberio. Si los años se contaron desde la muerte de Augusto, el decimoquinto año corrió desde agosto de 28 E.C. hasta agosto de 29 E.C. Si se contaron desde que Tiberio fue nombrado emperador por el senado, el año corrió desde septiembre de 28 E.C. hasta septiembre de 29 E.C. Poco después de esto, Jesús, que era unos seis meses menor que Juan el Bautizante, fue a bautizarse, cuando era “como de treinta años”. (Luc. 3:2, 21-23; 1:34-38.) Esto concuerda con la profecía de Daniel 9:25: que transcurrirían 69 “semanas” (semanas proféticas de 7 años cada una, para un total de 483 años) desde “la salida de la palabra de restaurar y reedificar a Jerusalén” y su muro hasta el aparecimiento del Mesías. (Dan. 9:24, nota.) La “palabra” fue autorizada por Artajerjes (Longimano) en 455 a.E.C. y fue puesta en vigor por Nehemías en Jerusalén en la parte final de ese año. Y 483 años después, en la parte final de 29 E.C., Jesús, cuando fue bautizado por Juan, fue también ungido mediante espíritu santo procedente de Dios, y así llegó a ser el Mesías o Ungido. El que Jesús se bautizara y empezara su ministerio en la parte final del año concuerda también con la profecía de que iba a ser cortado de la existencia “a la mitad de la semana” de años (o después de tres años y medio). (Dan. 9:27.) Puesto que Jesús murió en la primavera, su ministerio de tres años y medio tiene que haber empezado hacia el otoño de 29 E.C.g. Dicho sea de paso, estas dos líneas de prueba también corroboran que Jesús nació en el otoño de 2 a.E.C., puesto que Lucas 3:23 muestra que Jesús tenía unos 30 años de edad cuando emprendió su obrah.
31. a) ¿Por qué parece variar la velocidad del paso del tiempo? b) Por lo tanto, ¿qué ventaja tienen los jóvenes?
31 Cómo pasa más rápido el tiempo. Hay un dicho que afirma: “Quien espera desespera”. Es cierto que cuando vigilamos el tiempo, cuando lo tenemos muy presente, cuando esperamos que algo suceda, entonces parece que el tiempo pasa con demasiada lentitud. No obstante, si estamos ocupados, si estamos interesados y absortos en lo que hacemos, entonces verdaderamente parece que “el tiempo pasa volando”. Además, en el caso de las personas mayores el tiempo parece que pasa mucho más rápido que en el de los jovencitos. ¿A qué se debe esto? Un año añadido a la vida de un niñito de un año de edad significa un aumento de 100% en las experiencias de la vida. Un año añadido a la vida de una persona de 50 años de edad significa solo 2% más. Para el niño, un año parece un tiempo muy largo. Para la persona mayor, si está ocupada y tiene buena salud, los años parecen irse volando cada vez más aprisa. Esa persona adquiere un entendimiento más profundo de estas palabras de Salomón: “No hay nada nuevo bajo el sol”. Por otra parte, al joven todavía le quedan los años de formación, al parecer más lentos. En vez de “esforzarse tras viento” junto con el mundo materialista, el joven puede usar esos años de manera provechosa acumulando un caudal de experiencia piadosa. Son oportunas estas otras palabras de Salomón: “Acuérdate, ahora, de tu Magnífico Creador en los días de tu mocedad, antes que procedan a venir los días calamitosos, o hayan llegado los años en que dirás: ‘No tengo en ellos deleite’”. (Ecl. 1:9, 14; 12:1.)
32. ¿Cómo puede que comprendan más de lleno los humanos el punto de vista de Jehová sobre el tiempo?
32 El tiempo... cuando la gente viva para siempre. Con todo, en el futuro hay días gozosos, libres de calamidad. Los que aman la justicia, personas cuyos ‘tiempos están en la mano de Jehová’, pueden esperar con anhelo vida eterna bajo el dominio del Reino de Dios. (Sal. 31:14-16; Mat. 25:34, 46.) Bajo ese Reino la muerte no será más. (Rev. 21:4.) La ociosidad, la enfermedad, el aburrimiento y la vanidad habrán desaparecido. Habrá trabajo cautivador e intrigante, trabajo que requiera el despliegue de las aptitudes del hombre perfecto y produzca enorme satisfacción por lo que logre. Parecerá que los años se van más y más aprisa, y mentes llenas de aprecio y retentivas se enriquecerán continuamente con recuerdos de sucesos felices. Al pasar los milenios, indudablemente los humanos en esta Tierra comprenderán más de lleno el punto de vista de Jehová sobre el tiempo: ‘Porque mil años a los ojos de Jehová son solo como el día de ayer cuando ha pasado’. (Sal. 90:4.)
33. Respecto al tiempo, ¿qué bendición vendrá por mandato de Jehová?
33 Al considerar la corriente del tiempo desde nuestro punto de vista humano actual y tomar en cuenta la promesa de Dios de que habrá un nuevo mundo de justicia, ¡con cuánto gozo podemos esperar las bendiciones de ese día: “Porque allí ordenó Jehová que estuviera la bendición, aun vida hasta tiempo indefinido”! (Sal. 133:3.)
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Estudio número 3: Sucesos fechados en la corriente del tiempo“Toda Escritura es inspirada de Dios y provechosa”
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Estudios sobre las Escrituras inspiradas e información relacionada
Estudio número 3: Sucesos fechados en la corriente del tiempo
Cómo se contaba el tiempo en los días bíblicos, y una consideración de la cronología de sucesos sobresalientes de las Escrituras Hebreas y de las Griegas.
1. a) ¿Qué indica que Jehová es un observador exacto de tiempos? b) ¿Qué progreso se ha logrado en el entendimiento de la cronología bíblica?
AL DAR a Daniel la visión del “rey del norte” y el “rey del sur”, el ángel de Jehová usó varias veces la expresión “el tiempo señalado”. (Dan. 11:6, 27, 29, 35.) Muchos otros textos bíblicos también indican que Jehová es un observador exacto de tiempos y realiza sus propósitos precisamente a tiempo. (Luc. 21:24; 1 Tes. 5:1, 2.) En su Palabra, la Biblia, ha suministrado varios “indicadores” que nos ayudan a localizar sucesos importantes en la corriente del tiempo. Se ha logrado mucho progreso en el entendimiento de la cronología bíblica. La investigación que efectúan arqueólogos y otros sigue arrojando luz sobre varios problemas, y eso nos permite determinar el tiempo de sucesos clave del registro bíblico. (Pro. 4:18.)
2. Dé un ejemplo de cálculo con números ordinales.
2 Números ordinales y cardinales. En el estudio anterior (párrafos 24 y 25) aprendimos que hay una diferencia entre los números cardinales y los números ordinales. Esto debe tenerse presente al calcular períodos bíblicos en conformidad con los métodos modernos de fechar. Por ejemplo, en la referencia al “año treinta y siete del destierro de Joaquín el rey de Judá”, el término “treinta y siete” tiene el sentido de “trigésimo séptimo”, que es un número ordinal. Este número representa 36 años completos y algunos días, semanas o meses (cualquiera que sea el tiempo que hubiera transcurrido desde el final del trigésimo sexto año). (Jer. 52:31.)
3. a) ¿Qué registros estatales ayudan a determinar fechas bíblicas? b) ¿Qué era un año regular de gobierno, y qué era un año de ascensión?
3 Años regulares de gobierno y años de ascensión. La Biblia se refiere a registros estatales de los gobiernos de Judá e Israel, así como a asuntos estatales de Babilonia y Persia. En estos cuatro reinos, la cronología estatal se calculaba con exactitud según las gobernaciones de los reyes, y el mismo sistema de cálculo se ha incorporado en la Biblia. Muy a menudo la Biblia da el nombre del documento de que se cita, como, por ejemplo, “el libro de los asuntos de Salomón”. (1 Rey. 11:41.) El reinado de un rey abarcaba parte del año de su ascensión al trono más la cantidad total de años regulares de gobierno. Los años regulares eran los años oficiales en la gobernación real, y por lo general se contaban de Nisán a Nisán, o de primavera a primavera. Cuando un rey sucedía a otro en el trono, el período de meses desde ese momento hasta el siguiente mes primaveral de Nisán se conocía como su año de ascensión, durante el cual el rey completaba el período de gobierno de su antecesor. Sin embargo, su propio período oficial regular se contaba desde el siguiente 1 de Nisán.
4. Muestre cómo puede calculcarse la cronología bíblica según los años regulares de gobierno.
4 He aquí un ejemplo de esto: Parece que Salomón empezó a reinar algún tiempo antes de Nisán de 1037 a.E.C., mientras David todavía vivía. Poco después murió David. (1 Rey. 1:39, 40; 2:10.) No obstante, el último año de David como rey continuó hasta la primavera de 1037 a.E.C., y todavía se contó como parte de su administración de 40 años. Al año parcial desde el comienzo del reinado de Salomón hasta la primavera de 1037 a.E.C. se le llama el año de ascensión de Salomón, y no podría contarse como año regular, pues Salomón todavía estaba completando el período de administración de su padre. Por lo tanto, el primer año regular completo de Salomón no empezó sino hasta Nisán de 1037 a.E.C. (1 Rey. 2:12.)
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