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El milagro de la resurrecciónLa Atalaya 1954 | 15 de septiembre
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El milagro de la resurrección
“Sin embargo, ahora Cristo ha sido levantado de entre los muertos, las primicias de los que se han dormido en la muerte. Porque siendo que la muerte es por medio de un hombre, la resurrección de los muertos es también por medio de un hombre. Porque así como en Adán todos están muriendo, así también en el Cristo todos serán vivificados. Pero cada uno en su propia categoría: Cristo las primicias, después los que pertenecen al Cristo durante su presencia. En seguida, el fin consumado, cuando él entrega el reino a su Dios y Padre, cuando él haya destruido todo gobierno y autoridad y poder.”—1 Cor. 15:20-24, NM.
1. ¿Quién recibe el crédito por la esperanza de la resurrección? ¿Cuándo se indicó ésta por primera vez?
SOLO Jehová Dios podría concebir la idea de una resurrección. Sólo su poder podría ejecutar un acto tan milagroso. No fué inventada por hombres. La mismísima primera profecía, pronunciada por Jehová mismo, dió esperanza de una resurrección. Al hablar a la serpiente, Dios dijo: “Pondré enemistad entre ti y la mujer y entre tu simiente y la simiente de ella. Él [la simiente] te magullará en la cabeza y tú le magullarás en el talón.” (Gén. 3:15, NM) Aquí estaba manifestando la maravillosa promesa, que más tarde se cumplió, de que la “simiente,” después de ser magullada en la muerte por la Serpiente, viviría de nuevo para destruirla. Esto requeriría una resurrección de la “simiente.”
2. ¿Cómo tratan el Diablo y sus religiones falsas de invalidar la esperanza de la resurrección, y con qué efecto?
2 La Serpiente, El Diablo, había puesto la esperanza falsa de inmortalidad humana en la mente de Eva. La mentira del Diablo desde entonces se ha usado como base para despojarla del consuelo y esperanza que ofrece. Porque ¿quién obtiene algún consuelo verdadero de la declaración religiosa falsa de un clérigo en el funeral de una persona querida de que ésta no está muerta realmente, sino que sigue viviendo en algún mundo sombrío, ya sea en felicidad o en un infierno ardiente? Nuestro propio sentido superior nos dice que está muerta. Pero si creemos que está viva podemos pensar: “Quizás esté sufriendo.” O, “Si está en el cielo, ¿por qué la tuvo Dios primero aquí en la tierra? ¿Cuál es el propósito de todo ello?” Quedamos confusos, y la vaguedad y contradicción producen angustia mental. Al mismo tiempo esta idea falsa nos despoja del conocimiento seguro y consuelo firme de la verdadera esperanza de resurrección que las Escrituras dan. Si sólo examináramos la Biblia veríamos que esta persona querida no está sufriendo, sino que está esperando una resurrección a condiciones mucho mejores en el nuevo mundo. Agradeceríamos a Dios que el destino de esta persona no depende del lugar adonde la coloque un clérigo, sino de la propia misericordia y juicio de Dios.
3. ¿En qué son deficientes los planes de los hombres comparados con las promesas de Jehová?
3 No podemos tener felicidad completa sin la esperanza de una resurrección. La vida es muy estimada para cada uno de nosotros. ¿Cómo podemos ser felices si creemos que sólo en esta vida tenemos esperanza? El apóstol Pablo expresó el sentimiento con estas palabras: “Si sólo en esta vida hemos tenido esperanza en Cristo, somos de todos los hombres los más dignos de lástima.” (1 Cor. 15:19, NM) Este mundo puede ofrecer riquezas y placer, adelanto médico y científico, quizás prolongando la duración de nuestra vida unos pocos años, pero ni siquiera presume de hacer vivir al hombre para siempre, mucho menos ofrecer esperanza de vida para los que han muerto. Por esta razón debemos poner nuestra confianza en el reino de Dios más bien que en un plan de las Naciones Unidas de los hombres. ¿Qué hay si ellos pudieran traer paz, mejores normas de vida y prosperidad? Cuando más podrían traer sólo unos pocos años de ello para cada uno de nosotros. El Reino dará a sus súbditos vida permanente bajo condiciones no soñadas por el hombre, junto con la maravillosa realidad de traer de vuelta a los muertos para disfrutar dichas cosas eternamente.
CÓMO SURGIÓ LA NECESIDAD DE UNA RESURRECCIÓN
4. ¿Cómo surgió la necesidad de una resurrección?
4 ¿Cómo surgió la necesidad de una resurrección? En el principio no fué necesaria. No era parte del propósito original de Dios hacia la humanidad, porque no se intentó la muerte para el hombre. La muerte es una cosa contranatural para los humanos, introducida por el pecado, y la resurrección se añadió para vencerles esta inhabilidad a los hombres justos. Adán y Eva eran perfectos y tenían vida eterna delante de ellos mientras fuesen obedientes. Sus hijos naturalmente heredarían su perfección, llenando la tierra de hermosa humanidad obediente, que no tendría temor a la muerte y no conocería la enfermedad y el dolor. Pero Satanás el Diablo indujo a la primera pareja humana a salirse de los límites de libertad segura establecidos para ellos por su Creador. Adán y Eva siguieron el proceder de desobediencia voluntariosa y rebelión manifiesta, perdieron la oportunidad de ser padres de una sociedad viva de humanos y en cambio criaron una raza en la cual reinó la muerte. Por eso surgió la necesidad de una resurrección para vencer al rey muerte para los que desearan adoptar un derrotero contrario al de sus padres rebeldes.—Gén. 3:4-6; Rom. 5:12, 14, 19.
5. ¿Por qué es enteramente razonable aceptar el milagro de la resurrección como verdadero?
5 Cierto es que la resurrección es un milagro, una cosa que el hombre no tiene poder para efectuar o siquiera entender. Pero ¿por qué debe eso impedir el que uno la acepte? La vida misma es un milagro, no entendida por los hombres, pero la aceptarnos como realidad. Luego está el milagro del nacimiento, el milagro de la creación, el hecho milagroso de que la vida existe aquí en la tierra y aparentemente no en ningún otro de sus planetas hermanos. Todas estas cosas milagrosas más allá de nuestro poder para controlarlas o siquiera desentrañarlas, las aceptamos. Todas son provisiones de un Creador amoroso para nuestro bien. La resurrección es necesaria para completar ese buen propósito hacia nosotros.
UNA DOCTRINA PROBADA Y FIDEDIGNA
6. ¿Dónde encontramos la prueba más convincente de la resurrección de Jesús?
6 ¿Por qué podemos estar tan seguros de la resurrección? La fe tiene que fundarse en evidencia que sea atestiguada por autoridad fidedigna. Nosotros tenemos dicha evidencia de la resurrección. La principal es el testimonio dado por los apóstoles y discípulos de Jesucristo. Pablo, que primero fué un violento opositor de Cristo y uno que no creía en su resurrección, testificó que recibió un vistazo fugaz del resucitado y glorificado Hijo de Dios y dijo: “Ahora bien, si de Cristo está siendo predicado que ha sido levantado de entre los muertos, ¿cómo es que algunos entre ustedes dicen que no hay resurrección de los muertos? Si, verdaderamente, no hay resurrección de los muertos, tampoco ha sido levantado Cristo. . . . Además, también se nos halla testigos falsos de Dios, porque hemos dado testimonio contra Dios que él levantó al Cristo, pero a quien no levantó si los muertos verdaderamente no han de ser levantados. . . . Además, si Cristo no ha sido levantado, la fe de ustedes es inútil, todavía están en sus pecados. . . . Sin embargo, ahora Cristo ha sido levantado de entre los muertos.” (1 Cor. 15:12-20, NM) Para el registro del testimonio que él da del milagroso evento de la aparición de posresurrección de Cristo a él, vea Hechos 9:1-9; 22:6-11; 26:12-18.
7, 8. Dé algunas pruebas de que los testigos oculares de la resurrección de Jesús no fueron perpetradores de una colusión o víctimas de alucinación.
7 Por la boca de muchos más que dos o tres testigos quedó establecida la resurrección de Jesús—por más testigos que muchos otros sucesos de la historia que se aceptan plenamente. Refutando por completo el cargo de que fué una impostura, o de que su cuerpo lo robaron, como alegaron los enemigos que lo mataron, o que fué una alucinación imaginaria, o una colusión, tenemos estos hechos: Los testigos no eran hombres de poder o influencia, para vencer o sobornar a los guardias romanos apostados en el sepulcro de Jesús. Había poca probabilidad de una colusión entre tantos, especialmente en cuanto a algo que no sería de ninguna ganancia personal para ellos. El testificar ellos acerca de la resurrección no podía hacerse con ningún motivo egoísta; los exponía al sufrimiento y la muerte. Dieron su testimonio en el mismo lugar donde estaban los enemigos más enconados, donde seguramente un fraude podría ser descubierto. Y no esperaron, sino que testificaron entonces, mientras la rabia de los judíos estaba en su colmo. Además, si hubiera sido una mera visión o imaginación, habría sido algo esperado; pero esto fué para ellos una gran sorpresa en su desesperación y condición abatida—lo inesperado. Realmente fué la mismísima cosa que les dió el valor de dar testimonio que no pudo ser abatido bajo la más violenta persecución.
8 Si se leen los relatos de la resurrección de Jesús registrados en los cuatro evangelios fácilmente se verá la armonía y no obstante la falta de colusión en estos relatos. Que un gran número dió testimonio de ello y que un número mucho mayor lo aceptó en esa vecindad misma muy pronto después es algo de lo cual la Biblia atestigua y que es reconocido por escritores de historia profana, tales como Josefo.—Hech. 2:41; 4:4.
9. ¿Qué otras pruebas tenemos de que la enseñanza de la resurrección es verdadera?
9 Y ¿qué hay de las resurrecciones de Lázaro, la hija de Jairo y el hijo de la viuda de Naín? (Juan 11:43, 44; Mar. 5:41, 42; Luc. 7:14, 15) Estas fueron vistas por muchos, en testificación del poder de Jehová en este sentido. Sí, el poder de Dios había sido manifestado de esta manera en los días de los profetas Elías y Elíseo. (1 Rey. 17:21, 22; 2 Rey. 4:32-35) Abrahán creyó en la resurrección. (Heb. 11:19) Se prometió repetidas veces en las Escrituras hebreas. Tenemos una hueste de testigos en apoyo de la verdad del milagroso poder de resurrección que posee Jehová.—Isa. 25:8; 53:10-12; Job 14:13, 14; Dan. 12:13; compare Éxodo 3:15 con Lucas 20:37, 38.
PROPÓSITO DE LA RESURRECCIÓN
10, 11. ¿Qué propósitos se cumplen por medio de la resurrección?
10 Puesto que Jehová es el gran Dios de propósito, tiene un propósito con la resurrección. Cuando Adán pecó, Jehová tenía el poder de producir una nueva raza para poblar la tierra. Pero la resurrección muestra no sólo su poder ilimitado sino también su amor y misericordia y lo vindica como el Preservador de los que le sirven. Teniendo poder de resurrección, puede demostrar que sus siervos serán fieles a él hasta la misma muerte. Puede responder a Satanás dejando que vaya hasta el límite completo de matar a algunos en un esfuerzo vano para probar veraces sus acusaciones falsas. El hecho de que los siervos de Jehová están dispuestos a entregar aun la vida misma en su servicio prueba que su servicio no es por remuneraciones egoístas, sino por amor. También prueba que lo reconocen como el Todopoderoso, capaz de resucitarlos, el Supremo Soberano y el Dios de amor. Prueba que están dedicados a Jehová por sus cualidades maravillosas. Así Satanás es condenado absoluta y cabalmente como un mentiroso en el desafío que hizo contra la supremacía de Jehová y de la integridad de la devoción de sus criaturas a él por medio del amor.—Job 1:9-11; 2:4, 5.
11 Al tiempo del juicio en el Edén, Jehová se propuso una cosa nueva. La resurrección sería necesaria para llevarla a cabo. Esta era una nueva creación, una organización teocrática real de 144,001 reyes como la parte capital de su organización universal. Estos serían escogidos de entre los hombres, personas que probarían integridad inquebrantable hasta la muerte—un gobierno en cuyos miembros el universo siempre podría depender en cuanto a justicia, rectitud y adherencia a la dirección y principios de verdad de Jehová. Mediante la resurrección Jehová también podía permitir que su Hijo unigénito, el más allegado a él del universo y su Principal Funcionario Ejecutivo, fuera probado hasta el límite y levantado de nuevo al cielo, esta vez a vida inmortal para ser el Precursor y Cabeza de todos sus 144,000 hermanos reales. (Rom. 8:29; Col. 1:18; Apo. 14:1) De hecho, es por medio de Este que se abre el camino para una resurrección de otros. Su muerte y resurrección son una base para la esperanza de todos los que desean la vida. Este es el punto del argumento de Pablo: “Sin embargo, ahora Cristo ha sido levantado de entre los muertos, las primicias de los que se han dormido en la muerte. Porque siendo que la muerte es por medio de un hombre, la resurrección de los muertos es también por medio de un hombre. Porque así como en Adán todos están muriendo, así también en el Cristo todos serán vivificados.”—1 Cor. 15:20-22, NM.
LA PRIMERA RESURRECCIÓN
12. ¿Cuál fué el más grande milagro de Jehová?
12 La Biblia bosqueja dos clases de resurrección claramente: la primera y principal, la celestial; la segunda, la terrestre. En el capítulo quince de Primera a los Corintios Pablo discute principalmente la resurrección celestial, de la cual Cristo fué el primero. ¡Qué milagro, esta resurrección! Es la primera resurrección, primera en tiempo y primera en importancia. (Apo. 20:6) Jehová había ejecutado muchos milagros al crear ángeles de fuerza y poder mayores que los del hombre. Su misma primera creación, su Hijo unigénito, a quien usó después como Creador Asociado, era su más grande obra creativa hasta ese tiempo. Pero ésta no fué igual a su milagrosa obra de poder en el 16 de nisán de 33 d. de J.C. cuando resucitó a Jesucristo el “primogénito de entre los muertos”—el primero que fué levantado de entre los muertos para vida eterna.
13. ¿Cómo se demostró magníficamente el poder de Jehová en la resurrección de Jesús?
13 Imagínese usted la acción recíproca de la suprema sabiduría y el ilimitado poder de Jehová al levantar a Jesús a la inmortalidad, dándole un organismo divino, haciéndolo la representación exacta del mismo ser de Jehová, más alto que cualquier otra criatura, mucho más arriba que su previo puesto. (Fili. 2:9; Heb. 1:3) Además, el Jesús resucitado era la misma personalidad que había sido al morir. El poder de Jehová se aprecia más intensamente cuando consideramos el hecho de que aquí reconstruyó la segunda personalidad más grande del universo. ¡Cuán maravillosos frutos del espíritu había desarrollado el Hijo durante sus milenios de servicio celestial prehumano a Jehová! ¡Cómo había añadido a esto mediante su servicio terrestre bajo la prueba de Satanás, donde “aprendió la obediencia de las cosas que padeció”! (Heb. 5:8) Ahora ni un solo ápice de sus cualidades de integridad probada e inquebrantable había sido perdido por Jehová al resucitarlo, recreando su personalidad. ¡Cuán maravilloso logro!
14. ¿Ha de repetirse este asombroso milagro? Explique.
14 Ahora, este gran milagro ha de repetirse 144,000 veces al levantar los miembros asociados del cuerpo del Cristo a la inmortalidad. (1 Ped. 1:4; 1 Juan 3:2) Sí, éstos pueden decir: “El Señor Jesucristo, que modelará de nuevo nuestro cuerpo humillado para que se conforme a su cuerpo glorioso en virtud de la operación del poder que él tiene, aun para sujetar todas las cosas a sí mismo.”—Fili. 3:20, 21, NM.
15. (a) ¿Cuándo se efectuó la resurrección de los miembros del cuerpo de Cristo? (b) ¿Qué hay de los tales que todavía están en la tierra actualmente?
15 El tiempo de su resurrección se manifiesta con las palabras: “En el Cristo todos serán vivificados. Pero cada uno en su propia categoría: Cristo [Jesús] las primicias, después los que pertenecen al Cristo durante su presencia.” (1 Cor. 15:22, 23, NM) Su presencia como inmortal Rey reinante ahora está aquí. Desde 1918 él ha dirigido su atención a estos miembros del cuerpo, y ha levantado los miembros muertos. Pablo lo predijo con estas palabras: “Porque el Señor mismo descenderá del cielo con un llamamiento imperativo, con voz de arcángel y con la trompeta de Dios, y los que están muertos en unión con Cristo se levantarán primero.” Cristo Jesús, que también tiene el título “el arcángel Miguel,” después de arrojar a Satanás y sus ángeles del cielo, dirige su atención a estos muertos y, durante el tiempo del gran anuncio semejante a uno hecho con trompeta del Reino establecido, los levanta. (Jud. 9; Apo. 12:7, 10) Desde ese tiempo en adelante el resto de éstos que están sobre la tierra, al morir fieles, no tienen que esperar en el sueño de la muerte, sino que son levantados al mismo momento de morir para unirse a sus compañeros coherederos con Cristo en inmortalidad. Pablo explica esta serie de acontecimientos en su orden, diciendo: “Después nosotros los vivientes que sobrevivimos seremos arrebatados en nubes juntamente con ellos para encontrar al Señor en el aire; y así nosotros siempre estaremos con el Señor.” “¡Miren! Yo les digo un secreto sagrado: No todos nos dormiremos en la muerte pero todos seremos cambiados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, durante la última trompeta. Porque sonará la trompeta, y los muertos serán levantados incorruptibles, y nosotros seremos cambiados.”—1 Tes. 4:16, 17; 1 Cor. 15:51, 52, NM.
LA RESURRECCIÓN TERRESTRE
16. ¿Para cuáles otros mostró Jesús que hay esperanza?
16 Hay otros, también, para quienes la resurrección ofrece esperanza, personas a quienes Dios también retiene en su memoria como dignas de los beneficios de la resurrección. Jesús mostró que había otros cuando dijo: “No se maravillen de esto, porque la hora viene en la cual todos los que están en las tumbas memorialescas oirán su voz y saldrán, los que hicieron cosas buenas a una resurrección de vida, los que practicaron cosas viles a una resurrección de juicio.”—Juan 5:28, 29, NM.
17. ¿Quiénes reciben una resurrección a la vida?
17 Los que reciben resurrección celestial a la inmortalidad seguramente están entre los que son resucitados a la vida. Pero hay muchos que probaron ser fieles en tiempos antiguos y que rehusaron transigir con el mundo de Satanás, para obtener una resurrección bajo el Reino. Esta sería mejor que las resurrecciones que tuvieron lugar en sus días, antes de que el rescate hubiera sido pagado por el Mesías, y antes de que empezara su reino. (Heb. 11:10, 35) También se debe tener en cuenta, desde que el reino de Dios ha sido establecido, en 1914 d. de J.C., a algunos de su “grande muchedumbre” de personas semejantes a ovejas que han muerto fieles a él y todavía puedan morir así antes de que la guerra del Armagedón extermine el sistema de cosas de Satanás. (Mat. 25:34-40; Apo 7:9) Algunos de la “grande muchedumbre” ahora están sirviendo en puestos de “príncipes,” de siervos responsables en la sociedad del Nuevo Mundo de Dios. (Isa. 32:1) Asimismo, a hombres de la antigüedad se les dió esa promesa. (Sal. 45:16) Razonablemente se desprendería que los hombres fieles de la antigüedad y cualesquiera de las otras ovejas del día de hoy que mueran recibirán una resurrección temprana en el nuevo mundo, para unirse a los sobrevivientes del Armagedón en su obra de hacer de la tierra un paraíso. La de ellos también sería una resurrección a la vida, puesto que saldrían con un buen empiezo, ya habiendo ellos modelado su vida en gran manera en obediencia a Dios. La manera en que ellos obrarán al salir no es una de duda, sino que inmediatamente emprenderán de nuevo el camino de obediencia y conformidad con las maneras de obrar del nuevo mundo. Estos también serían “justos,” como se refiere a ellos Pablo en Hechos 24:15 (NM).
18. ¿Quiénes reciben una resurrección de juicio?
18 Pero ¿qué hay de los “injustos,” o “los que practicaron cosas viles,” que saldrán a una “resurrección de juicio”? Esta será parte de la resurrección terrestre e incluirá a los que no conocieron el camino de servicio a Jehová, pero cuyos corazones podrían desear los principios de la rectitud. El malhechor a quien Cristo habló es un ejemplo de los tales. (Luc. 23:39-43) Ellos no practicaron las cosas que agradan a Dios y que conducen a la vida, pero los deseos de su corazón eran rectos, tenían un amor a la justicia que Dios recuerda. Algunos pueden hasta haber manifestado buena voluntad hacia los siervos de Dios en tiempos pasados. Los tales tienen que salir para juicio, el resultado del cual depende de su obediencia a los reglamentos divinos que gobiernan el nuevo mundo de Dios. Esto acontecerá después que las condiciones paradisíacas estén adelantadas, como Cristo prometió al malhechor.
“EL FIN CONSUMADO”
19. ¿Cómo tiene la resurrección una parte en finalmente vindicar la palabra y nombre de Jehová?
19 Sin embargo, en armonía con Apocalipsis 20:5, nadie en la tierra tendrá el otorgamiento de vida eterna hasta el fin del reinado de mil años de Cristo. Cuando él llegue a este punto en el tiempo, habiendo levantado a los de la humanidad obediente a la perfección verdadera, su obra sacerdotal hacia ellos estará terminada. La muerte ocasionada por Adán entonces habrá sido destruída mediante la remoción de toda imperfección. La tierra estará llena y hermoseada conforme al propósito original de Jehová. En seguida Cristo se hará a un lado para dejarlos presentarse en su perfección delante de Jehová mismo, como Adán en el Edén. Este es “el fin consumado, . . . cuando él haya destruído todo gobierno y autoridad y poder.” (1 Cor. 15:24, NM) Después se aplica la prueba de soltar a Satanás por un corto tiempo y los que permanezcan firmes a favor del gobierno teocrático de Jehová serán declarados justos, concediéndoseles un lugar permanente en ese mundo sin fin. Entonces será cuando “los demás de los muertos . . . [llegarán] a vivir” en el sentido más pleno de la palabra. (Apo. 20:5, NM) Entonces Jehová Dios verdaderamente será “todas las cosas para con todos,” porque enteramente en él reside la decisión en cuanto a la vida o extinción permanente para cada uno de los habitantes de la tierra. Por medio de la resurrección el nombre y los propósitos de Jehová son vindicados. ¡Felices son los que reciben sus beneficios!
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La resurrección nuestra esperanza fortificanteLa Atalaya 1954 | 15 de septiembre
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La resurrección nuestra esperanza fortificante
1. (a) ¿Por qué medios mantiene el mundo a la gente en el camino de la destrucción? (b) ¿Cómo podría evitar la gente el temor a la muerte”?
EN ESTA lucha para mantener integridad no le es fácil a uno proceder de manera contraria a los caminos y modo de pensar de este viejo mundo. Está lejos de ser éste el proceder del cobarde, aunque puede que el mundo dirija esta acusación falsa contra el cristiano para intimidarlo y obligarlo a obrar de acuerdo con su enloquecida embestida hacia la destrucción. Porque, en vez de influir en el amor y el razonamiento, este mundo influye en las emociones debilitadas del hombre caído. Usa el látigo del temor, o el orgullo, o el egoísmo. Pocas personas en la tierra pueden resistir éstos. A causa de esto los dictadores pueden mantener en sujeción a naciones enteras, temiendo las personas el mantener preciados principios de justicia por medio de hablar claro o declararse abiertamente a favor de ellos. Por su silencio tácitamente aprueban, para su propia seguridad personal, las medidas impías y totalitarias de sus gobiernos y se ponen ellas mismas bajo condenación de comunidad con la nación inicua. El temor de la muerte para ellas mismas o miembros de su familia es su terror. La Biblia describe al Diablo, el gran carcelero, como dominando a “todos los que por temor de la muerte estaban sujetos a la esclavitud durante toda su vida.” (Heb. 2:15, NM) Si la gente tuviera un conocimiento verdadero de la resurrección podría estar libre de tal temor. Por esto el tener este conocimiento viene a ser asunto de vida o muerte. Sin tal entendimiento y fe el cristiano no puede mantener la integridad.
2. ¿Cómo fortaleció la integridad de Jesús el conocimiento sobre la resurrección?
2 Para Jesús, mientras mantenía su integridad en la tierra bajo la gran presión que le impusieron el Diablo y su mundo, la esperanza de la resurrección fué una fuerza sostenedora. Mientras sufría aun la muerte del madero de tormento fué grandemente fortalecido a mantener integridad inquebrantable a su Padre debido a esta fe y esperanza. Está escrito de él: “Además, aun mi carne morará en esperanza: porque no dejarás mi alma en el Hades.” (Hech. 2:26, 27, NM) Jesús sabía que Dios no lo olvidaría, que no dejaría su existencia, su “alma,” borrada en el sepulcro común de la humanidad.
3. ¿Qué otros ejemplos muestran lo necesario que es tener conocimiento sobre la resurrección y fe en ella?
3 Asimismo, Abrahán fué hecho fuerte para pasar la prueba de ofrecer a su hijo Isaac, Job para aguantar intenso sufrimiento y pérdida de todo salvo la vida misma, y la grande nube de testigos de la antigüedad para resistir el ser “atormentados porque rehusaban aceptar la liberación por algún rescate, para que pudieran alcanzar una resurrección mejor.” (Heb. 11:35, NM) Los apóstoles estuvieron llenos de una “esperanza viva” por el hecho de la resurrección de Jesús y la garantía que ésta les dió, prestando una fuerza y entusiasmo a su predicación que ninguna cantidad de persecución pudo desalentar. Los capacitó a aguantar hasta la muerte para asegurarse una resurrección.—Fili. 3:10, 11; 1 Ped. 1:3; 3:21.
ALMA, ESPÍRITU Y TUMBAS MEMORIALESCAS
4. Muestre que la resurrección no consiste de una reunión del cuerpo con un “alma inmaterial.”
4 Queremos estar seguros de que seremos dignos de una resurrección, de que Dios se acordará de nosotros para ejecutar este poderoso milagro a favor nuestro. El tener un entendimiento de los principios sobre los cuales se basa nos ayudará. “Resurrección” se traduce de la palabra griega anástasis, que literalmente significa “ponerse de pie otra vez.” ¿Qué es lo que se pone de pie otra vez a la vida en la resurrección? Es el hombre, la personalidad, la misma persona que entró en la muerte. No es el cuerpo traído de vuelta, en el que se haya insertado un “alma inmaterial” que haya sido archivada en el cielo o en algún otro lugar. Porque no sólo es el cuerpo lo que muere, sino la persona, el alma, que es el humano vivo, que respira y posee sentidos. Cuando una persona muere, el alma muere. La Biblia, en Números 6:6, 7 (NM) dice: “[Un nazareo] no puede venir hacia ninguna alma muerta. Ni siquiera por su padre o su madre . . . puede contaminarse cuando ellos mueren.” El alma no es algo que se separa del cuerpo y va al cielo. Aun de Jesús se dijo: “No dejarás mi alma en el Hades.” (Hech. 2:27, NM) El alma de Jesús no estaba en el cielo o el “paraíso.” Estaba en el Hades, el sepulcro común de la humanidad, y fué de allí que Dios la levantó.
5. ¿Qué se da a entender por Eclesiastés 12:7: “El espíritu se vuelva a Dios, que lo dió”?
5 Es cierto que la Biblia dice: “El espíritu se vuelva a Dios, que lo dió.” (Ecl. 12:7) Pero note que éste es el espíritu, no el alma. El apóstol muestra que existe una distinción entre los dos cuando refiriéndose a la Palabra de Dios dice que ésta puede penetrar “hasta la división entre alma y espíritu.” (Heb. 4:12) “Espíritu” significa aquí el principio de vida, la fuerza de vida. El que vuelva a Dios significa que la habilidad y el poder para hacer que la persona viva de nuevo reside entera y exclusivamente en las manos de Dios. Así como una máquina complicada pudiera sufrir una avería y requerir los servicios de su inventor y diseñador para ser reparada o reedificada, nadie más tendría la habilidad y capacidad para reparar o reedificar esa máquina y hacerla trabajar de nuevo.
6. ¿Sobre qué base juzga Dios si no que está muerto merece una resurrección o no?
6 Jesús manifestó cuál es la base sobre la que Dios hace su determinación en cuanto a quién recibe resurrección. Él dijo: “Todos los que están en las tumbas memorialescas oirán su voz y saldrán.” (Juan 5:28, 29, NM) Los que están en la memoria de Dios, que antes de la muerte tuvieron una tendencia y amor a la rectitud y justicia, o un derecho legal bajo las provisiones de Dios de mérito de familia, son los que Dios trae de vuelta por medio de una resurrección. Podríamos expresarlo de otra manera: Dios tiene un registro o transcripción del modelo de vida, la cual transcripción queda bajo su juicio como dando a esa persona o personalidad el derecho a una resurrección. No que persona alguna merezca en sí misma una resurrección. No, pero en la misericordia de Dios y por medio de la provisión del sacrificio de rescate de su Hijo él juzga a éstos como merecedores.
NUESTRO MODELO DE VIDA
7. ¿Qué factores dan forma a nuestro modelo de vida como cristianos dedicados?
7 Ahora bien, ¿qué es lo que introducirá a cualquiera de nosotros en esa condición feliz? Habiendo tenido fe en Jehová Dios y la sangre de su Hijo Jesucristo, y habiéndonos dedicado a él, tenemos que formar un adecuado modelo de vida, edificando sobre esta base. Consideremos qué factores hacen de nosotros la personalidad o individuo que somos, el modelo de vida que manifestarnos. Cuatro cosas dan forma a nuestro modelo de vida: (1) Nuestros rasgos heredados. Mediante las casi ilimitadas combinaciones posibles en el mecanismo de genes al tiempo de la concepción, el niño hereda ciertas cualidades mentales, rasgos, tendencias y talentos, generalmente reflejando a un grado notable algunas de las cualidades de sus padres. Por esta razón el niño cuando nace posee en cierto grado un modelo de vida. Su cerebro tiene ciertos “circuitos” ya vagamente formados, además de los rasgos instintivos naturales de supervivencia tal como el instinto de mamar. Dios, conociendo estas combinaciones en el niño, podría decir en este punto cuáles serían sus tendencias, y cuán fuertes son para resistir el medio ambiente posterior u obrar de acuerdo con él. (2) El medio ambiente, que incluye las experiencias que sobrevienen durante la vida. (3) Nuestra propia voluntad o selección como individuos que tenemos libre albedrío. (4) La influencia del espíritu santo de Dios y su Palabra y organización.
8, 9. (a) Bosqueje el proceder que le asegura al cristiano una resurrección. (b) ¿En qué resulta tal proceder?
8 De esto podemos ver que una persona puede tener ciertas inclinaciones desde su nacimiento. Su medio ambiente temprano y la educación que recibió de sus padres durante los primeros años pueden dar mayor fuerza a estas inclinaciones o impedirlas. Es por esto que es tan importante que sean adecuados el ambiente y la enseñanza y disciplina del niño. Entonces llega el tiempo cuando ejerce su propia voluntad en la selección de un rumbo de prácticas buenas o malas. ¿Puede adoptar un derrotero de prácticas buenas apoyado enteramente en su propia fuerza? No, porque dado que es descendiente imperfecto del pecador Adán, la regla aplica a él: “La inclinación del corazón del hombre es mala desde su juventud en adelante.” (Gén. 8:21, NM) Y el medio ambiente de este viejo mundo con su propaganda e iniquidad está arremetiendo contra él de todos lados. Por eso tiene que dirigirse a la Palabra de Dios, la Biblia, para ser guiado. Tiene que tener el espíritu santo o fuerza activa de Dios dirigiéndolo. Ese espíritu inspiró la Biblia. También necesita la ayuda de la organización de Dios y tiene que andar en armonía y a compás con ella para continuar como la Biblia dirige. Haciendo estas cosas, reaccionará adecuadamente hacia su medio ambiente y procederá de la manera correcta a medida que se le presenten puntos en cuestión. Podrá desarrollar cualesquier cualidades y talentos buenos que tenga, para usarlos en el servicio de Dios. Podrá vencer tendencias incorrectas. Su mente será rehecha de concordancia con el mundo a concordancia con los caminos del nuevo mundo.—Rom. 12:2.
9 ¿Cuál será el resultado? El será una nueva personalidad, creada conforme a la voluntad de Dios. (Efe. 4:24) Él manifestará un modelo de vida en armonía con la voluntad y Palabra de Dios. Las cosas que él haga corresponderán, coincidirán con las cosas escritas en la Biblia. Como un inspector en una fábrica confronta los productos acabados con el modelo original y rechaza los que no están en debida conformidad, así Dios, al observar el modelo de vida que manifestamos, hace un examen para ver si hemos seguido su modelo justo. De esto depende nuestra esperanza individual, como cristianos dedicados, de una resurrección. La Palabra de Dios usa como ilustración a un alfarero que escoge o rechaza vasos de barro según están éstos o no en conformidad con el modelo que él desea.—Rom. 9:19-24.
FALSO EL “DESARROLLO DEL CARÁCTER”
10. ¿Es esto “desarrollo de carácter”? Explique.
10 Esto no es “desarrollo de carácter.” En el tal llamado “desarrollo de carácter” la persona confía en la vanagloria de su rectitud propia, desarrollando una personalidad “dulce” que lo hará digno de la vida. No, los cristianos acuden a la rectitud de Dios y confían en su espíritu a medida que tratan de copiar el modelo de Cristo, manteniendo integridad. Aun entonces, en ellos mismos no tienen ningún mérito. Todavía están imperfectos, pero mediante fe y obediencia esperan recibir la misericordia de Dios. Tratan de engrandecer la bondad inmerecida y rectitud de Dios, no las de ellos. Fué sobre este punto que los judíos fracasaron: “Porque, a causa de no conocer la justicia de Dios sino de tratar de establecer la suya propia, ellos no se sujetaron a la justicia de Dios.”—Rom. 10:3, NM.
11. (a) ¿Qué les pasa a los que son voluntariosamente inicuos? (b) ¿Qué muestra esto tocante a si hay un “alma inmaterial” o un estado intermedio de los muertos, estado entre la muerte y la vida?
11 Conforme a la ilustración del alfarero, los voluntariosamente inicuos y los que mueren bajo condenación de familia o comunidad serán rechazados. Son “olvidados” por Dios, borrados de su memoria. (Pro.10:7; 11:7, Abd. 16) A los que Dios recuerda los considera vivos; los que son inicuos los olvida como permanentemente muertos. (Luc. 20:38; Rom. 4:17; Isa. 26:14) Todo esto manifiesta, incidentalmente, que no existe ninguna “alma inmaterial” separada ni hay un estado consciente intermedio para los muertos. No, sólo existe el registro que Dios tiene, el cual si es indigno se borra, se olvida, como si no hubiera sido.
NINGUNA RESURRECCIÓN DEL CUERPO
12. ¿Qué muestra Pablo tocante a los cuerpos de los resucitados?
12 Dado que no hay alguna “alma inmaterial” que exista aparte del cuerpo, la resurrección no es la ‘unión de nuevo del alma y el cuerpo.’ Sin embargo, espiritual o terrenal, el individuo tiene que tener un cuerpo u organismo, porque todas las personas, celestiales o terrenales, poseen cuerpos. La Biblia dice: “Si es que hay cuerpo físico, también lo hay espiritual.” Pero ¿se reúnen las partes del cuerpo para formarlo de nuevo? o ¿es una réplica del cuerpo anterior, hecha exactamente como fué cuando la persona murió? No, las Escrituras contestan: “No obstante, alguien dirá: ‘¿Cómo van a ser levantados los muertos? Sí, ¿con qué clase de cuerpo vienen?’ ¡Persona irrazonable tú! Lo que siembras no es vivificado a menos que primero muera; y tocante a lo que siembras, tú siembras, no el cuerpo que se desarrollará, sino un grano desnudo, puede ser, de trigo o cualquier otro de los demás; pero Dios le da un cuerpo tal como le ha agradado, y a cada una de las semillas su propio cuerpo.”—1 Cor. 15:44, 35-38, NM.
13, 14. ¿Qué clase de cuerpo reciben los coherederos de Cristo en la resurrección?
13 Como dice Pablo, no a todos los resucitados se les da la misma clase de cuerpo. Él ilustra que ahora hay cuerpos diferentes—cuerpos espirituales que pertenecen a ángeles en el cielo, y cuerpos carnales de los que están sobre la tierra: “Y hay cuerpos celestes, y cuerpos terrestres; pero la gloria de los cuerpos celestes es de una clase, y la de los cuerpos terrestres es de una clase diferente.” (1 Cor. 15:40, NM) Luego muestra que los coherederos con Cristo, que reciben una resurrección celestial, reciben cuerpos de calidad muy superior a los de carne. Él explica: “Así también es la resurrección de los muertos. Se siembra en corrupción, se levanta en incorrupción. Se siembra en deshonra, se levanta en gloria. . . . Se siembra cuerpo físico, se levanta cuerpo espiritual. Si es que hay cuerpo físico, también lo hay espiritual. Así también está escrito: ‘El primer hombre Adán vino a ser alma viviente.’ El postrer Adán vino a ser un espíritu dador de vida. . . . Tal como el uno hecho de polvo es, así aquellos hechos de polvo son también; y tal como el celestial es, así aquellos que son celestiales son también. Y así como hemos llevado la imagen de aquel hecho del polvo, llevaremos también la imagen del celestial. Empero, esto digo, hermanos, que carne y sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni tampoco la corrupción hereda la incorrupción.”—1 Cor. 15:42-50, NM.
14 Los 144,000 miembros de la “novia” entregan la vida terrenal en la muerte y son resucitados perfectos, divinos, inmortales, incorruptibles. (1 Ped. 1:4; 2 Ped. 1:4) Sus cuerpos son gloriosos, brillantes, resplandecientes, de hecho, tan brillantes que ningún humano podría contemplarlos y vivir. Siendo más altos que los ángeles, están fuera y más allá de cualquier poder o influencia que aun los ángeles pudieran emplear para perjudicarlos o estorbarlos. Sólo dependen del Todopoderoso Jehová mismo. Él siempre está mucho más alto que ellos, como su Dios.
15. (a) Muestre que no es idénticamente el mismo cuerpo el que es resucitado. (b) En la resurrección terrenal ¿es el cuerpo un duplicado exacto del que se poseyó al morir?
15 ¿Qué cuerpo da Jehová a los que le agrada a él levantar a una resurrección terrenal? No podría ser el mismo cuerpo, de exactamente los mismos átomos. Si un hombre muere y es enterrado, por el proceso de descomposición su cuerpo se reconvierte en productos químicos orgánicos que son embebidos, digamos, por un manzano. Algunas personas comen las manzanas de ese árbol. Los elementos, los átomos de esa persona original, ahora están en muchas personas. En la resurrección es obvio que los mismos átomos no pueden estar en la persona original y en todas las demás al mismo tiempo. Tampoco podría ser un cuerpo construido como el duplicado exacto del cuerpo al momento de la muerte. Si a una persona se le ha mutilado el cuerpo antes de morir, ¿volverá de la misma manera? No. Digamos que una persona muere porque perdió toda la sangre de su cuerpo. ¿Regresará sin sangre? Usted contestará, No, porque no podría vivir sin sangre, la cual la Biblia dice que es la vida (o alma) de la persona. (Gén. 9:4) Mediante el mismo razonamiento, si murió con un corazón atravesado, no será resucitado en esa condición.
16. ¿Qué clase de cuerpos se les dará a los que reciben una resurrección terrenal?
16 Mientras está vivo, la mayor parte del cuerpo humano cambia a través de un período de años, siendo reemplazados los tejidos gastados, aunque la apariencia general y características de la persona permanecen. Por eso ¿por qué debería una persona volver en la resurrección con idénticamente el mismo cuerpo o uno señalado con mutilaciones afeadoras? Por medio del milagroso poder que Jehová le otorgó, Cristo puede construir, para los resucitados, cuerpos razonablemente sanos. El cuerpo de Lázaro estaba en un estado de descomposición. Cuando Jesús lo levantó, el milagro reemplazó y reedificó tejidos estropeados, decaídos. Salió siendo un hombre sano. Asimismo será en la resurrección.—Juan 11:38-44.
17. ¿Se les dará cuerpos perfectos al tiempo de su resurrección a los que son resucitados sobre la tierra?
17 Por lo tanto Jehová les dará cuerpos adecuados. ¿Son cuerpos carnales perfectos? No. Son cuerpos razonablemente fuertes y sanos, pero hasta que reciban la enseñanza e instrucción de Cristo durante su reinado de mil años y aprendan a vivir correctamente y sus cuerpos y mentes lleguen a estar plenamente en armonía con Dios, no sólo en voluntad, sino en todo pensamiento y movimiento, todavía no son perfectos. Así, al continuar en la senda de obediencia, se les aplicarán a ellos los poderes curativos del rescate de Cristo, removiéndose el proceso de muerte hasta que desaparezca todo vestigio de imperfección y ellos queden con toda célula y tejido de su cuerpo llenos de una fuerza de vida rutilante y vigorizante.
18. ¿Por qué es la resurrección un milagro tan estupendo?
18 Medite por un momento en qué asombrosa y milagrosa exhibición de poder y sabiduría muestra Jehová en la resurrección. Él no sólo combina ciertas cualidades para hacer que nazca una personalidad, sino que reproduce exactamente cada uno de los millones de rasgos y características del individuo, no sólo los heredados, sino todos los que son el resultado del sinnúmero de influencias que afectan al individuo durante toda su vida—las cosas que ha leído, estudiado, visto, hecho, experimentado—la personalidad compuesta que resulta de toda una vida. Jehová reconstruye todo esto con exactitud infalible en el detalle más pequeño, en un cuerpo adecuado para el lugar donde Dios se propone que viva el individuo. Una ilustración es el caso de Jesús, como se notó previamente en el artículo anterior, “El milagro de la resurrección” (§ 13).
UNA FALSIFICACIÓN SEUDOCIENTÍFICA
19. ¿Qué falsificación propone una teoría a la que se ha querido llamar “científica”?
19 Un argumento disparatado se presentó recientemente en una revista popular, en el sentido de que la ciencia había descubierto el secreto de la resurrección. Aquí está la esperanza que se da a conocer:
“Para duplicar al individuo a su imagen original, todo lo que uno necesitaría sería sólo una célula de tejido cicatrizal, un pedacito microscópico tomado de una herida leve que apenas hubiera comenzado a sanar. Esta semilla fénix sería plantada en un lecho fénix, o jardín fénix, en el cual la ‘tierra’ sería impregnada de los productos químicos adecuados y adicionalmente provista de los elementos que necesita el escultor magistral [el poder reedificador del tejido cicatrizal] para formar seres vivientes del barro elemental del tejido cicatrizal regenerador.
“El primer paso esencial para la inmortalidad física resulta ser una cosa muy sencilla. Todo lo que se requiere es una incisión superficial pequeña no más profunda que la piel, para estimular el proceso de curación. Tan pronto como el tejido cicatrizal comienza a formarse, un pedacito de él se quita para ser conservado, ya sea mediante cultura de tejido o congelación intensa. Es este pedacito lo que constituye la semilla fénix, de la cual una réplica exacta del individuo del cual vino puede ser creada en el futuro.
“Estas semillas podrían mantenerse indefinidamente en un estado de conservación perfecta, la chispa de vida en un estado de animación suspendida, no obstante siempre lista para entrar en acción.
“En realidad, en vez de recrear sólo a un Einstein o un Chúrchill, podríamos producir varios de ellos, a la manera de gemelos idénticos.” (Look, 24 de marzo de 1953) Modestamente, el escritor agrega: “¿Cuáles son las condiciones adecuadas [para cultivar dicho cuerpo]? No sabemos y todavía estamos lejos de saberlo.” Sí, aunque se propone como ciencia, sólo es teoría sin ninguna verdadera evidencia en apoyo.
20. Describa una ley de Dios que gobierna las cosas naturales la cual hace imposible tal cosa.
20 La investigación biológica verdadera ha mostrado que en las etapas embrionarias más tempranas todas las células del embrión son iguales. Pero un poco después, fuerzas genéticas que los hombres no entienden hacen que estas células lleguen a estar sumamente especializadas de modo que algunas edifican sólo fibras musculares, algunas sólo partes del ojo sensitivas a la luz, algunas sólo piel, etc. Un científico explica: “En la embriología vemos a células jóvenes que gozan de libertad y que tienen potencialidades tremendamente amplias llegando a estar sujetas en un modelo mediante el cual son atadas estrechamente en las formas y funciones sumamente especializadas de fibras musculares alargadas o células sensitivas a la luz o fábricas de ácido hidroclórico en el estómago.” Ninguna de éstas, si se cultivara separadamente, produciría un nuevo cuerpo entero. El mismo científico dice: “El ser humano joven, por ejemplo, posee un directorio detallado de su futuro desarrollo para el fin del primer mes.” (Scientific American, febrero de 1950) Y aunque es cierto que la sangre, junto con los tejidos del cuerpo, cierra las heridas, ¿quién jamás ha visto al cuerpo humano producir un nuevo brazo o una nueva pierna después de ser amputados éstos? o ¿un nuevo riñón, hígado, o un ojo?
21. ¿Cómo es que la “esperanza” ofrecida por dicha teoría no puede compararse con la esperanza de la resurrección?
21 Si los lectores de dicho artículo en Look están buscando la verdad querrán comparar su “esperanza” con la esperanza bíblica de la resurrección. Según el artículo el “desarrollado de nuevo” poseería sólo aquellas características que sus genes le dieron originalmente. Toda su experiencia de la vida y memoria se perderían. No se identificaría como habiendo vivido antes, sino que sería como un bebé recién nacido. Tendría que envejecer y morir un sinnúmero de veces, sólo para comenzar de nuevo de “nada.” Algún error o descuido por parte de otros cuidando su “jardín fénix” podría impedir el que fuera “renacido.” Además no se les ofrece ninguna esperanza a los que ya han muerto. ¡Verdaderamente una falsificación fraudulenta, ruin, indeseable y totalmente inadecuada para reemplazar las promesas verdaderas de Dios!
22. ¿Pueden los hombres en algún caso ejecutar una resurrección?
22 El estupendo milagro de la resurrección es exclusivamente de Jehová. Él es el único que tiene este poder originalmente, y se lo ha confiado a su Hijo: “Porque así como el Padre tiene en sí mismo el don de la vida, así ha concedido que el Hijo tenga en sí mismo el don de la vida.” (Juan 5:26, NM) Los hombres pueden resucitar a personas mediante respiración artificial o mediante drogas o electricidad después que el corazón y la respiración paran. Pero se admite que después que las células se deterioran, especialmente las células cerebrales, las cuales con sólo unos cuantos minutos de falta de oxígeno se degeneran sin que puedan ser reparadas, la persona está muerta. Está más allá de la ayuda humana. Sólo mediante el poder de Dios de la resurrección puede volver a la vida. Y no tendrá Dios que hacerlo mediante un lento proceso de crecimiento, sino instantáneamente, por su poder ilimitado. Cuando estuvo sobre la tierra Jesús no hizo que manos secas u ojos ciegos fueran curados de manera lenta, sino que los restauró instantánea, milagrosamente.—Mar. 3:1-5; 10:51, 52.
LA ESPERANZA DE LA RESURRECCIÓN UN ESTÍMULO PARA SERVIR A DIOS
23. ¿Cómo suministra la esperanza de la resurrección un yelmo para nuestra integridad, ya seamos miembros de los ungidos o de las otras ovejas?
23 De esta manera el cristiano tiene una esperanza sobresaliente, muchísimo más excelente que cualquier cosa que el hombre haya soñado. Por eso Pablo dice: ‘Pongámonos como un yelmo la esperanza de la salvación.’ (1Tes.5:8, NM) Uno de los fuertes rasgos de esa esperanza es la resurrección. No permite que nuestra “cabeza” sea fracturada por los asaltos del enemigo que de otra manera romperían nuestra integridad a Dios. Ni siquiera el golpe de muerte puede lograr eso, porque sabemos que si pertenecemos a los 144,000 celestiales seremos resucitados a la gloria inmortal “en un abrir de ojos.” (1 Cor. 15:52) Si somos de las otras ovejas será justamente como dormirse un segundo y despertar al siguiente. No será para nosotros una espera larga, miserable. Porque la muerte es la completa ausencia de vida y del estado consciente—nada. Al despertar en el nuevo mundo el primer pensamiento de uno probablemente sería la terminación del pensamiento con que murió. Enoc, que despertará con su visión del nuevo mundo todavía en la mente, es un ejemplo. (Heb. 11:5) Aunque todos los testigos de Jehová desean vivir y predicar mientras Jehová quiera que lo hagan, no temen la muerte.
24. ¿Cómo deben los cristianos considerar la muerte en vista de esta esperanza?
24 Al morírseles personas queridas los cristianos no son como otros. No se afligen demasiado. Aunque reconocen la muerte como enemigo, no van más allá del amor y cariño naturales ni permiten que la tristeza afecte su proceder determinado de mantener integridad en el servicio de Jehová. Más bien, continúan más firmemente en él, sabiendo que el servicio fiel les asegurará un lugar en el nuevo mundo, de modo que puedan ver a sus amados otra vez en la resurrección.
25. ¿Por qué debe animarnos la esperanza de la resurrección a mayor actividad ahora?
25 ¡Qué amoroso y considerado el Dios que servimos! Su promesa de resurrección debe animarnos a mayor actividad ahora. Más y más se acerca el tiempo en que la resurrección será una realidad, no sólo para los miembros de los 144,000 que han sido resucitados desde 1918, sino para los que vivirán sobre la tierra. Piense en el gozo que Cristo y sus coherederos celestiales tendrán a medida que sus manos amorosamente administren el mérito del sacrificio del rescate de Cristo durante el gran sábado del reinado de Cristo para levantar a miles de millones de los muertos de la tierra del hoyo de la muerte. (Luc. 14:5; Juan 5:26; 6:53) Piense en el gozo de las otras ovejas de Jehová en la tierra paradisíaca cuando venga la notificación de Jehová, diciendo a su organización que se prepare para recibir a los muertos resucitados. Entonces tendrán gozo sobreabundante haciendo arreglos para alimentar, alojar, educar y entrenar a las multitudes resucitadas para que éstas ocupen sus lugares en la sociedad del Nuevo Mundo. ¡Qué grandiosa convención será ésa! Maravilloso, alentador del corazón el esperar el tiempo cuando Sheol-Hades, “el sepulcro común de la humanidad,” sea destruído por la resurrección y cuando, finalmente, los de la sociedad humana perfeccionada estén ante Dios al fin de los mil años y, pasando la prueba, oigan la aprobación expresada por Dios, justificándolos como dignos de vida permanente en este globo hermoseado. El milagro de la resurrección, multiplicado mil millones de veces, habrá efectuado brillantemente los propósitos de Dios consiguiendo la victoria sobre la muerte, sin que haya necesidad de que sea repetido en las infinitas edades venideras.
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Preguntas de los lectoresLa Atalaya 1954 | 15 de septiembre
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Preguntas de los lectores
● En el número del 1 de mayo de La Atalaya se contesta la pregunta procedente de Etiopía, “¿Debemos adorar a Jesús?” En el párrafo 5 se cita Hebreos 1:6 en relación a los ángeles de Dios adorando a Jesús, pero en el párrafo final dice: “La respuesta a la pregunta que se considera aquí tiene que ser que ninguna adoración distinta ha de rendirse a Jesucristo ahora glorificado en el cielo. Nuestra adoración ha de dirigirse a Jehová.” ¿No contradice esto la declaración de Hebreos 1:6?—T. P., Estados Unidos.
En respuesta a las varias preguntas sobre este punto en unas cuantas cartas que se han recibido, preguntamos: ¿Es usted un ángel de Dios en el cielo? Si usted lo es, entonces Hebreos 1:6 aplica a usted. Si usted no es un ángel de Dios en el cielo, entonces Hebreos 1:6 no se dirige a usted, porque en Hebreos 1:6 y sus dos versículos precedentes el escritor dice concerniente al glorificado Jesús: “De modo que ha llegado a ser mejor que los ángeles al grado que ha heredado un nombre más excelente que el de ellos. Por ejemplo, ¿a cuál de los ángeles dijo él alguna vez: ‘Tú eres mi Hijo; hoy he llegado a ser tu Padre’? Y otra vez: ‘Yo le seré Padre a él, y él me será Hijo’? [6] Pero cuando él vuelve a traer a su Primogénito a la tierra habitada, él dice: ‘Y que todos los ángeles de Dios le adoren.’”) (Heb.1:4-6, NM) Aquí el apóstol Pablo cita del Salmo 97:7, el cual, en las palabras de Una Traducción Americana, dice: “Todos los que sirven a imágenes forjadas son avergonzados, ellos que se enorgullecían de sus nulidades. ¡Adórenle, todos ustedes los dioses!” En la Versión de los Setenta (LXX) griega estas palabras cursivas dicen: “Adoradlo [proskyneo], todos vosotros sus ángeles.”
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