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Preguntas de los lectoresLa Atalaya 1983 | 15 de junio
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Preguntas de los lectores
◼ Revelación 20:5 dice que “los demás de los muertos no llegaron a vivir sino hasta que fueron terminados los mil años”. ¿Se efectuará esto antes de la prueba final, o después de ella?
Es patente que esta expresión aplica al tiempo en que los humanos alcanzan la perfección al fin del Milenio, pero antes de que Satanás sea soltado del abismo y traiga sobre la humanidad la prueba decisiva.
El contexto de Revelación 20:5 trata sobre cristianos ungidos a quienes Dios resucita para que sean coherederos con Cristo (Romanos 8:17). Éstos ‘llegarán a vivir y gobernarán como reyes con el Cristo por mil años’ (Revelación 20:4). Después de establecer esto, pero antes de seguir dando más información sobre estos gobernantes, Revelación 20:5 introduce un comentario sobre los que vivirán en la Tierra, al decir: “Los demás de los muertos no llegaron a vivir sino hasta que fueron terminados los mil años”.
Los que hayan muerto físicamente y sean resucitados en la Tierra durante el Milenio todavía serán humanos imperfectos. Además, los sobrevivientes de la guerra de Dios no alcanzarán la perfección ni serán limpiados del pecado inmediatamente. Es patente que los que hayan sobrevivido en la Tierra progresarán de modo gradual hacia la perfección a medida que continúen fieles a Dios durante el Milenio. Por lo tanto, mientras no estén libres del pecado heredado, las personas de estas dos categorías estarán, en cierto sentido, ‘muertas’ (y todavía no podrían estar completamente vivas) a la vista de Dios. (Lucas 9:60; Efesios 2:1.)
Fuera que las personas hubieran sido resucitadas, hubieran sobrevivido a la “grande tribulación” o hubieran nacido durante el Milenio, su esperanza puede ser brillante (Revelación 7:14). Si son fieles a Dios y aceptan los beneficios del rescate de Cristo, para el fin de los mil años ya no sufrirán bajo el pecado y la imperfección; ‘la muerte [heredada] ya no gobernará como rey’ sobre ellas (Romanos 5:14). Por el contrario, habrán alcanzado la perfección humana y estarán en la condición en que se hallaban Adán y Eva antes de que pecaran.
Por lo tanto, al finalizar el Milenio las personas que sirvan a Dios en la Tierra, “los demás de los muertos”, ‘habrán alcanzado la vida en perfección humana’. Con éxito, Jesucristo podrá entregar a su Padre una raza de humanos perfectos (1 Corintios 15:28; Revelación 20:14). Según pasa a mostrar Revelación 20:7-10, se procederá entonces a soltar a Satanás para que la humanidad sea sometida a una prueba decisiva. Los que resulten leales a Jehová bajo esa prueba calificarán para vivir eternamente como humanos en el Paraíso.
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Pasa a una asignación superiorLa Atalaya 1983 | 15 de junio
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Pasa a una asignación superior
Maxwell G. Friend, amigo de muchas personas en todo el mundo, murió el 10 de febrero de 1983, a la edad de 92 años. Nació en Austria, de padres judíos, el 7 de diciembre de 1890; originalmente se llamaba Max Freschel. Después de haber recibido una crianza ortodoxa, comenzó a estudiar la Biblia con unos Testigos suizos. Finalmente se bautizó el 9 de mayo de 1913 y llegó a ser ungido como israelita cristiano. En 1914 sirvió en el Betel de Alemania. Después de casarse con Irma, ambos sirvieron en el Betel de Suiza, en Berna. En 1926 se les trasladó al Betel de Brooklyn, donde más tarde él se cambió el nombre a Maxwell G. Frienda.
En los Estados Unidos sirvió de traductor, orador viajante y director de los dramas que se transmitían desde la emisora WBBR. En 1943 se convirtió en uno de los primeros instructores de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower, ubicada en South Lansing, Nueva York. Durante 17 años fue instructor de 34 clases y se ganó el cariño de más de 3.600 estudiantes que llegaron a ser misioneros. Enseñaba a dar discursos públicos basados en la Biblia y a efectuar investigación bíblica. Después, por muchos años miles de personas reconocieron la voz de él en muchos dramas de asambleas. A menudo decía que algún día se “graduaría” y pasaría a una asignación superior: la de estar con Cristo en el Reino celestial. (Revelación 14:13.)
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