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Cara a cara con la muerte¡Despertad! 1980 | 8 de agosto
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el cadáver al hogar más tarde aquel día!
El joven se esforzaba por aceptar la realidad de lo que había sucedido. En el funeral “cristiano” el sacerdote dijo que Joel había sido “llamado a un servicio superior.” Los aldeanos habían dicho que él estaba regresando a sus antepasados, para vivir entre ellos. Hasta estaban haciendo arreglos para celebrar un “segundo entierro,” para librar su espíritu para que fuera al mundo de los espíritus de sus predecesores.
El joven se preguntaba: “Pero, ¿está mi hermano realmente vivo ahora? ¿Está compartiendo mi tristeza? ¿Es feliz? ¿Dónde está? ¿Es su muerte el fin de todo?”
La mayoría de la gente ha tenido pensamientos similares en tiempos de dolor por la muerte de un ser amado. Piense en los que han perdido a sus amados en accidentes trágicos, en guerras, o debido a enfermedades repentinas. Piense en la madre cuyo hijito sucumbe a la muerte; o en la familia que pierde al padre o a la madre. Entonces, piense también en todos los que mueren de lo que algunos llaman causas naturales.
¿No se pregunta usted por qué, y cómo se ha llegado a aceptar a la muerte como lo “natural”? ¿No se ha preguntado si la muerte pone fin a todo? ¿Se puede derrotar a la muerte?
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Intentan derrotar la muerte¡Despertad! 1980 | 8 de agosto
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Intentan derrotar la muerte
A LA mayoría de la gente se le hace difícil aceptar que la muerte sea la condición final. Muchos prefieren creer que la vida consciente continúa después de la muerte.
Muchos científicos probablemente no crean que continúe. Sin embargo, cuando se encaran a la muerte como realidad, buscan medios “científicos” para prolongar la vida del hombre. Como dice la Biblia: “El tiempo indefinido . . . [está] en el corazón de ellos.”—Ecl. 3:11.
Metas científicas
Se está llevando a cabo mucha investigación en un esfuerzo por descubrir la naturaleza de la vida y la composición de la célula viviente. Experimentos con células vivas de seres humanos han mostrado que, bajo condiciones favorables, éstas pudieran existir indefinidamente. Otra investigación ha mostrado que el ADN (ácido desoxirribonucleico) en casi toda célula de cualquier criatura contiene la información sobre la entera composición de esa criatura individual.
Teniendo esto como base, los biólogos están experimentando con el trasplante de genes, o con “reproducir agámicamente.” Algunos científicos creen que se pudiera utilizar la manipulación de genes para curar enfermedades genéticas, prolongar la vida y hacer cambios significativos en el hombre mismo.
Hay otras teorías que han ofrecido posibilidades de derrotar la muerte. Algunos hablan de trasplantar el cerebro, la suspensión momentánea de las funciones vitales y la reanimación. Algunas personas han pensado en la plena conservación de su cuerpo por medio de congelación instantánea al momento de morir. Estas esperan que los científicos encuentren alguna manera de reanimarlos en el futuro.
Logros verdaderos
En contraste con las teorías sobre la prolongación de la vida humana, la investigación médica ha producido algunos resultados tangibles. Una mejor higiene ha contribuido a alargar el promedio de la vida de la gente en general. La mortalidad infantil se ha reducido.
Se han desarrollado mejoras en los métodos que se siguen para tratar las enfermedades, lo cual permite que los pacientes se recuperen de enfermedades que, no hace mucho, hubieran sido fatales. Los adelantos en la tecnología médica, junto con un mejor entendimiento del organismo humano, también han producido en la cirugía logros que posiblemente se hubieran considerado imposibles hace 40 años.
Es por esto que se ha alargado la duración de la vida de millones de individuos. Sin embargo, la duración de la vida de la humanidad en general no ha aumentado. Aun en países en que hay un alto nivel de vida, el promedio de vida es de 70 a 80 años. Hace más de 3.000 años la Biblia declaró que “nuestros años son setenta años; y si debido a poderío especial son ochenta años, sin embargo en lo que insisten es en penoso afán.” Eso es todavía cierto hoy.—Sal. 90:10.
Tradiciones que buscan derrotar la muerte
Pero la gente trata de suavizar el golpe de esa realidad de varias maneras. Muchos piensan en términos de una supuesta inmortalidad del alma humana, de una supervivencia y traslado a un mundo de espíritus, y de ir al cielo.
La mayoría de las religiones promueven estas creencias. Las iglesias de la cristiandad consideran como doctrina central de su fe el que el alma sobrevive y pasa a una región espiritual. Aunque en algunas naciones industrializadas esta creencia está perdiendo terreno, en las Américas del Centro y del Sur, África y en el Oriente estas creencias están bien arraigadas.
Por ejemplo, Brasil es un país principalmente católico romano, y la gente en general tiene las ideas católicas sobre la vida después de la muerte: el cielo, el purgatorio y el infierno. Sin embargo, también tienen allí la influencia de las religiones africanas y algo del espiritismo europeo. A las imágenes de las iglesias se les identifica como “santos,” pues se cree que sobrevivieron y entraron en el mundo de espíritus. Se cree que los mediums del vodú están poseídos de espíritus de dioses africanos o antepasados. Y por todo África hay fetiches, ídolos y amuletos que están asociados con los espíritus de los antepasados.
El precio que pagan
Es digno de notar que todos estos esfuerzos por derrotar la muerte por medio de apegarse a las tradiciones exigen un precio. Algunas veces es monetario. En otros casos es el temor.
Por ejemplo, la enseñanza de la cristiandad acerca de la inmortalidad del alma está acompañada por el temor a un infierno de fuego. Y a los que creen en el purgatorio se les enseña que se deben hacer oraciones para librar las almas de sus amados. Pero, por supuesto, se espera dinero de las personas que quieren estos servicios.
Cuando alguna persona en el norte de Transvaal (África) muere, los parientes consultan a un hechicero. En este caso también se espera nuevamente un pago. Al médico brujo se le considera como el mediador entre los que viven y el muerto. Se cree que el difunto ha ido a la tierra de los dioses, donde se le rinden honores de los cuales nunca había disfrutado antes de morir. Se le tiene gran temor, pues se cree que tiene poder para causar daño a los que viven. Por lo tanto se le ofrece apaciguamiento en la forma de un banquete especial en el día de su entierro.
Los zulúes de África del Sur creen que los muertos pueden proteger y ayudar a los vivos. Se les ofrecen sacrificios regularmente para seguir disfrutando de su favor.
En el pasado, el que hubiese creencias como ésas en algunas partes del África resultó en la práctica de ofrecer sacrificios humanos. Cuando moría un rey o un jefe, se enterraba a algunos de sus sirvientes con él para que le sirvieran en el mundo de los espíritus. En Ghana, a algunos de los muertos todavía se les entierra con dinero, ropa y otros artículos por una razón similar.
En el Oratorio (católico) de San José, en Montreal, los devotos gastan dinero en encender velas que se mantienen encendidas por mucho tiempo. Creen que éstas ayudan a las almas de los que están en el purgatorio.
Sí, pagan un precio en sus esfuerzos por derrotar la muerte... ¿pero es necesario eso? Para tener una respuesta verdaderamente satisfaciente, debemos saber lo que la Biblia misma dice que es la muerte.
[Ilustración en la página 6]
La molécula en espiral ADN
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¿Qué es la muerte?¡Despertad! 1980 | 8 de agosto
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¿Qué es la muerte?
“HAY un suceso resultante con respecto a los hijos de la humanidad y un suceso resultante con respecto a la bestia, y ellos tienen el mismo suceso resultante. Como muere el uno, así muere la otra.”—Ecl. 3:19.
Pero es más fácil aceptar lo definitivo de la muerte en el caso de los animales que en el caso del hombre. Un resultado de esto es que muchas personas creen que el hombre posee un alma inmortal, y por esa razón es superior a los animales.
Lo que es el alma
Sin embargo, la Biblia no establece una diferencia entre el hombre y el animal con relación a ser un “alma.” Las mismas palabras del hebreo y el griego que se traducen “alma” en muchas Biblias, o “criatura” o “ser” en otras, se usan tanto para el hombre como para el animal. Sírvase leer por sí mismo lo citado en Números 31:28, Génesis 1:20-24 y Revelación 16:3, donde se encuentran estos términos en los lenguajes originales.
Por lo tanto, lejos de ser un espíritu en el cuerpo de la criatura, sea humana o animal, el “alma” designa a la entera criatura. Incluye el cuerpo y el espíritu de vida.—Ecl. 3:21; 12:7.
Esto se indica en la descripción bíblica de la creación del hombre: “Procedió Jehová Dios a formar al hombre del polvo del suelo y a soplar en sus narices el aliento de vida, y el hombre vino a ser alma viviente.” (Gén. 2:7; “criatura,” New English Bible; “ser,” Versión Valera Revisada) Por lo tanto, el “alma” no fue añadida al cuerpo del hombre. “Alma” fue lo que el hombre vino a ser cuando su cuerpo fue activado por el aliento de vida. No, el hombre no tiene un alma. Es un alma. Los animales son almas también.
El cuerpo humano, como el de los animales, está compuesto de miles de millones de células vivas. Todas son animadas por el “espíritu de vida.” Es con relación a este “espíritu,” o “fuerza de vida,” que la Biblia dice que la humanidad y los animales “tienen un solo espíritu.” (Ecl. 3:19-21) Este espíritu de vida se sostiene en el cuerpo por medio de la respiración, y esta respiración activa al organismo entero.
Si cesa la respiración, o si se obstruye a los elementos que reabastecen y sostienen a las células del cuerpo, estas células mueren.
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