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  • Ahora es cuando hay que seleccionar la ruta correcta
    La Atalaya 1980 | 15 de octubre
    • alma, por su propio error ésta misma tiene que ser quitada, pero su sangre la reclamaré de mano del atalaya mismo.’ Ahora bien, en cuanto a ti, oh hijo del hombre, atalaya es lo que te he hecho a la casa de Israel, y de mi boca tienes que oír la palabra y darles advertencia de mí. Cuando yo diga a alguien inicuo: ‘¡Oh inicuo, tú positivamente morirás!’ pero tú realmente no te expreses para advertir al inicuo en cuanto a su camino, él mismo como inicuo morirá en su propio error, pero su sangre la reclamaré de tu propia mano. Pero en lo que respecta a ti, en caso de que tú realmente adviertas a alguien inicuo en cuanto a su camino para que él se vuelva de éste pero él realmente no se vuelva de su camino, él mismo morirá en su propio error, mientras que tú mismo ciertamente librarás tu propia alma.”—Eze. 33:6-9; compare con Ezequiel 9:2-10.

      28. A este respecto, ¿qué deseo tienen la clase de Jeremías y sus compañeros, pero qué puede suceder, y qué significaría eso para ellos?

      28 La clase de Jeremías de hoy día y sus compañeros cooperativos no quieren hacerse culpables de derramamiento homicida de sangre del modo descrito. Pero eso puede suceder. Si, a causa de temor al hombre, se retuvieran de advertir a todos los pueblos acerca de la “espada” del “día de la venganza” de Jehová y así dejaran de cumplir con su “misión,” se harían merecedores de la maldición de él. Para ellos, esto significaría que no sobrevivirían, debido a su delincuencia.

      29. Para evitar ir por el camino de la gente que no presta atención después de la destrucción de la Religión Organizada, ¿qué selección tienen que hacer ahora los que buscan la vida?

      29 Cuando, en la “grande tribulación” que rápidamente se aproxima, la “espada” de la venganza divina derribe a toda la Religión Organizada, la gente que no haya prestado atención al “atalaya” de Jehová, a la clase de Jeremías, tratará de refugiarse entre los elementos políticos condenados a destrucción... lo cual resultará en su segura destrucción en la “guerra del gran día de Dios el Todopoderoso” en Har-Magedón. (Rev. 16:14, 16) Para evitar ir en esa dirección junto con ellos, hay que seleccionar la ruta correcta ahora mientras la ruta correcta todavía esté abierta. En ésta, los que buscan la vida jamás tendrán que cambiar de rumbo.

      (El artículo concluyente de esta serie sobre la profecía de Jeremías se publicará más tarde.)

  • La primera mujer que fue engañada
    La Atalaya 1980 | 15 de octubre
    • La primera mujer que fue engañada

      FUE única entre las mujeres. La infancia, la niñez y la transformación de niña en mujer nunca fueron parte de sus experiencias de la vida. Desde el principio fue mujer madura. De hecho, el primer día de su existencia resultó ser el día de su boda.

      Al verla, el hombre Adán se sintió movido a decir: “Esto por fin es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Esta será llamada Mujer, porque del hombre fue tomada ésta.”—Gén. 2:23.

      ¿Por qué hizo Adán esta declaración en cuanto a la primera mujer que había visto? Por algún tiempo, el hombre fue el único miembro de la raza humana que vivió en el bello paraíso, jardín o parque que le proveía todas las necesidades de la vida. A medida que él estuvo observando a los varios animales y entonces seleccionando nombres apropiados para ellos, pudo ver que todos tenían pareja. Pero entre éstas no vio a ninguna de su propia clase con la cual él pudiera compartir compañerismo íntimo y amor. (Gén. 2:19, 20) Por lo tanto, reconoció inmediatamente que la mujer era una compañera adecuada para él, su complemento. Luego, la llamó Eva, que significa “Viviente,” puesto que ella había de llegar a ser “la madre de todo el que viviera.”—Gén. 3:20.

      SU COMIENZO

      A diferencia de otras criaturas humanas que tuvieron su comienzo en una diminuta célula, Eva comenzó de una costilla que el Creador sacó del costado de Adán. A la luz del conocimiento médico de la actualidad, el que se haya escogido una costilla parece muy apropiado. Cuando se permite que permanezca el periósteo (la membrana de tejido conectivo que cubre el hueso), la remoción de una costilla no resulta en la falta permanente de ésta. La costilla vuelve a crecer. Ciertamente el tomar las muchas células que componen una costilla y reconstruirlas para formar una mujer no fue difícil para el Creador, quien ha hecho posible que la criatura humana se desarrolle de un huevo fecundado en la matriz. Puesto que Adán estaba en una condición de sueño profundo cuando se le sacó esta costilla del costado, tiene que haber aprendido de su Creador cómo llegó a existir la mujer. Esto explicaría por qué él dijo que Eva era ‘hueso de sus huesos y carne de su carne.’—Gén. 2:21-23.

      Una maravillosa perspectiva fue puesta ante Eva y su esposo Adán. Esta era la de llenar la Tierra de criaturas de su propia clase y transformar en un bello paraíso la tierra al exterior del jardín que era su hogar. (Gén. 1:28) Sin embargo, el que ellos continuaran disfrutando de vida en el paraíso dependía de su obediencia al mandato de su Hacedor. El Altísimo había declarado que el fruto del “árbol del conocimiento de lo bueno y lo malo” era fruto prohibido para Adán y Eva. (Gén. 2:16, 17) Aquel árbol simbolizaba el derecho del Creador de determinar lo que era bueno y lo que era malo para sus hijos humanos. ¡Qué inapropiado hubiera sido el que la creación estableciera la norma de lo bueno y lo malo!

      ENGAÑADA MEDIANTE UNA SERPIENTE

      Sin embargo, fue en relación con el “árbol del conocimiento de lo bueno y lo malo” que Eva cayó víctima del engaño. Un día, mientras no estaba en compañía de su esposo, ella tuvo una experiencia muy extraordinaria. Aparentemente se le había dado sabiduría y facultad de hablar a una serpiente cautelosa. Sin que Eva lo supiera, un traicionero hijo espiritual de Dios estaba utilizando a aquella serpiente de manera parecida a como un ventrílocuo emplea un muñeco. (Compare con Juan 8:44.) Esta forma inferior, la serpiente, planteó una pregunta aparentemente inocente: “¿Es realmente el caso que Dios dijo que ustedes no deben comer de todo árbol del jardín?” (Gén. 3:1) Eva respondió correctamente, pues con toda seguridad Adán la había aleccionado en cuanto al “árbol del conocimiento de lo bueno y lo malo.” Ella dijo: “Del fruto de los árboles del jardín podemos comer. Pero en cuanto a comer del fruto del árbol que está en medio del jardín, ha dicho Dios: ‘No deben comer de él, no, no deben tocarlo para que no mueran.’” (Gén. 3:2, 3) Sin embargo, sutilmente la indagación de la serpiente había puesto una pregunta en la mente de Eva, una pregunta que ella tal vez no se había hecho anteriormente. Esa pregunta era: ¿Por qué se había prohibido el fruto del “árbol del conocimiento de lo bueno y lo malo” bajo pena de muerte?

      La serpiente tenía lista una respuesta: “Positivamente no morirán [en plural, incluyendo así a Adán]. Porque Dios sabe que en el mismo día que coman de él tendrán que abrírseles los ojos y tendrán que ser como Dios, conociendo lo bueno y lo malo.” (Gén. 3:4, 5) Ahora Eva se encaraba a una decisión. ¿Saldría en defensa del Creador a quien debía su misma existencia y quien había dado a ella y a su esposo todo lo esencial para una eternidad de vida feliz, o haría caso a las palabras de una criatura inferior que nunca había hecho nada para ella? A Eva no se le había dejado inadecuadamente equipada para tomar la decisión correcta. Ella conocía la ley de Dios y tenía evidencia inequívoca del amor de su Creador para con ella y para con su esposo. Por lo tanto, Eva debería haber concluido que ciertamente había una buena razón tras el mandato de

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