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Parte 15—“Hágase tu voluntad en la tierra”La Atalaya 1959 | 1 de agosto
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de su madre en reconocimiento de que Jesús, que todavía no había nacido, era su “Señor.” De modo que Juan trató de impedir el bautismo de Jesús, diciendo: “Yo soy el que necesito ser bautizado por usted, ¿y usted viene a mí?”
15. ¿Cómo se vencieron las objeciones de Juan, y después de bautizar a Jesús qué confirmación se le dió a Juan?
15 ¿Cómo venció Jesús las objeciones de Juan? Jesús dijo: “Que sea, esta vez, porque de ese modo nos es apropiado efectuar todo lo que es correcto.” Sumisamente, Juan cooperó haciendo lo que era apropiado para ellos en ese tiempo. Bautizó a Jesús el Heredero del pacto para el reino, y Jesús estuvo orando durante este procedimiento, pero sin confesar pecado alguno. Entonces Juan recibió confirmación de la identidad del Hijo de Dios, no su identificación solamente en sentido humano sino en sentido espiritual, en sentido diferente al de ser engendrado en un vientre humano. ¿Qué aconteció?
16. ¿Cómo vino esta confirmación a Juan, y cómo sabía Juan la manera en que había de entenderla?
16 “Después de ser bautizado Jesús subió inmediatamente del agua; y, ¡mire! los cielos fueron abiertos, y él vió descendiendo como paloma el espíritu de Dios que venía sobre él. ¡Mire! también, hubo una voz de los cielos que dijo: ‘Este es mi Hijo, el amado, a quien he aprobado.’” (Mat. 3:13-17; Luc. 3:21-23) Este fué el acontecimiento que Juan más tarde dijo a sus discípulos que él había estado esperando: “Vi el espíritu descendiendo del cielo como una paloma, y permaneció sobre él. Ni siquiera yo lo conocía, pero Aquel mismo que me envió a bautizar en agua me dijo: ‘Quienquiera que sea sobre quien tú veas descendiendo el espíritu y permaneciendo, éste es aquel que bautiza en espíritu santo.’ Y lo he visto y he dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios.”—Juan 1:32-34.
17. (a) ¿A qué fué engendrado Jesús de este modo, y de qué llegó a ser Heredero? (b) En él, ¿qué se encontraba ahora en medio de los judíos?
17 Por medio de este acto divino Jesús había sido engendrado por el espíritu de Dios, aparte del vientre de María, para llegar a ser un Hijo espiritual de Dios, una “nueva creación” teniendo como mira la vida espiritual en los cielos invisibles. Por este acto él también había sido ungido, no por el sumo sacerdote de Israel con un cuerno de aceite, sino por Jehová Dios y con espíritu santo. Por medio de su nacimiento humano en la familia del rey David y por ser adoptado por el carpintero José que era de la línea real, Jesús había llegado a ser heredero del rey David, natural y legalmente, según el pacto de Jehová para el reino. Pero ahora por habérsele engendrado desde el cielo y haberse declarado que era el Hijo de Dios y habérsele ungido con el espíritu santo de Dios, Jesús llegó a ser el Ungido o el Cristo de Dios. Llegó a ser el Heredero ungido de un reino más grande y más alto que el reino israelita terrenal del rey David en la Tierra Prometida de Palestina. Jesús llegó a ser el Heredero del Reino celestial. Verdaderamente en él había venido el Ungido, “el Mesías, el Príncipe,” en ese año 29 (d. de J.C.), al fin de las sesenta y nueve semanas de años, en cumplimiento exacto de Daniel 9:25 (Mod). Verdaderamente en él como Heredero del Reino se había acercado el “reino de los cielos”; de hecho, éste estaba en medio de los judíos.—Luc. 17:21.
18, 19. ¿Por qué no bautizó Juan a Jesús en símbolo de arrepentimiento, y por qué, pues, vino Jesús para ser bautizado en agua?
18 ¿Qué, entonces, había significado el bautismo de Jesús en agua? No que era un pecador arrepentido, porque él había cumplido la ley de Dios perfectamente. Hizo esto de un modo mucho mejor que como lo hizo el judío que quería heredar la vida eterna y que le dijo a Jesús: “Maestro, todas estas cosas las he observado desde mi juventud.” (Mar. 10:17-20) Reconociendo a Jesús como el santo Hijo humano de Dios, Juan no bautizó a Jesús para simbolizar que Jesús se había arrepentido de algún pecado. La Biblia no nos dice qué palabras usó Juan al sumergir a Jesús bajo las aguas del Jordán, si es que usó palabras. Pero Jesús sabía por qué había venido para ser bautizado. Fué para hacer la voluntad de su Padre celestial en la tierra así como también en el cielo.
19 Pablo el apóstol lo explica, diciendo concerniente a su Amo y Señor Jesús: “No es posible que la sangre de novillos y de machos cabríos quite los pecados. Por esto cuando entra en el mundo él dice: ‘“Tú no deseaste sacrificio y ofrenda, pero me preparaste un cuerpo. No aprobaste holocaustos enteros y ofrenda por los pecados.” Entonces dije yo: “¡Mira! yo he venido (en el rollo del libro está escrito acerca de mí) para hacer tu voluntad, oh Dios.”’ Después de decir primeramente: ‘Tú no deseaste ni tampoco aprobaste los sacrificios y ofrendas y holocaustos enteros y ofrenda por los pecados’—sacrificios que se ofrecen de acuerdo con la Ley—entonces dice él realmente: ‘¡Mira! yo he venido para hacer tu voluntad.’ . . . Mediante dicha ‘voluntad’ hemos sido santificados por medio del ofrecimiento del cuerpo de Jesucristo una vez para todo tiempo.” (Heb. 10:4-10) El apóstol Pablo aquí estaba aplicando el Salmo 40:6-8 profético a Jesús al tiempo de su bautismo.
20. ¿Qué, pues, simbolizó allí Jesús, y qué manifiesta si, al bautizarse, murió su voluntad?
20 Por medio de bautizarse en agua Jesús estaba simbolizando la dedicación de sí mismo, cuerpo y todo, para hacer la voluntad de Jehová de un modo mayor al que demandaba la ley dada por medio de Moisés. Al tiempo de su bautismo en agua, cuando fué hundido por Juan debajo de las aguas, Jesús murió simbólicamente a la situación pasada de su vida terrenal. No murió su voluntad, porque cuando fué levantado del Jordán todavía tenía su poder de voluntad. Él dijo después de eso: “Mi alimento es hacer la voluntad de aquel que me envió y terminar su obra.” “Yo busco, no mi propia voluntad, sino la voluntad de aquel que me envió.” “He descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad de aquel que me envió. Esta es la voluntad del que me envió, que no pierda nada de todo lo que me ha dado, sino que lo resucite en el último día. Porque ésta es la voluntad de mi Padre, que todo el que ve al Hijo y ejerce fe en él, tenga vida eterna, y que yo lo resucite en el último día.” Y en oración a Dios poco antes de ser traicionado por el infiel Judas, Jesús dijo: “Padre mío, si no es posible que ésta pase de mí sin que la beba, hágase tu voluntad.” “No obstante, que no se haga mi voluntad, sino la tuya.”—Juan 4:34; 5:30; 6:38-40; Mat. 26:42; Luc. 22:42; vea también 1 Corintios 7:37.
21. ¿Por qué no fué hipócrita Jesús cuando enseñó a sus discípulos a orar: “Cúmplase tu voluntad”?
21 Hasta el día en que Jesús de hecho fué bautizado en la muerte literal por medio de ser empalado en el madero de tormento, él de continuo tuvo que ejercitar su poder de voluntad en armonía con la voluntad de Dios su Padre. (Juan 21:22) Él no fué hipócrita cuando enseñó a sus discípulos a orar a Dios: “Cúmplase tu voluntad, como en el cielo, también sobre la tierra.”—Mat. 6:9, 10.
(Continuará)
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Ningún conflicto con la cienciaLa Atalaya 1959 | 1 de agosto
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Ningún conflicto con la ciencia
Elmer Maurer, un químico que especializa en investigación, dijo: “No he hallado nada en la ciencia natural, en la química, que esté en conflicto con la Biblia.”—The Evidence of God in an Expanding Universe.
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