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“Teme al Dios verdadero y guarda sus mandamientos”La Atalaya 1968 | 1 de octubre
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ni de enseñarles públicamente y de casa en casa.”—Hech. 20:20.
15. ¿Cuán activo estuvo Jesús como ministro de Dios, y qué dijo él que sus siervos estarían haciendo al tiempo del fin de este sistema de cosas?
15 Jesús mismo puso este ejemplo para la predicación de las buenas nuevas. Se nos dice: “Y Jesús emprendió un recorrido de todas las ciudades y aldeas, enseñando en sus sinagogas y predicando las buenas nuevas del reino.” (Mat. 9:35) Verdaderamente Jesús fue un ministro trabajador, e instó a todos sus seguidores a que siguieran el ejemplo que él puso durante el tiempo en que estuvo en la Tierra. Jamás se ha revocado este requisito. De hecho, Jesús lo estableció como parte de la señal que marca el fin de este inicuo sistema cuando dijo, entre otras cosas: “Estas buenas nuevas del reino se predicarán en toda la tierra habitada para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.” (Mat. 24:14) Reconociendo este requisito de Dios manifestado en su Palabra y ordenado por el Hijo de Dios, Jesús, el que se dedica a hacer la voluntad de Dios tiene el deseo de participar en dicha obra de predicación para honra y gloria de Jehová.
LA SERIEDAD DEL VOTO DE DEDICACIÓN
16. (a) ¿Por qué está emprendiendo un derrotero serio el que hace un voto de llevar a cabo la voluntad de Dios? (b) ¿Cuánto tiempo está envuelto en el voto que uno hace de dar su vida a Dios para su servicio?
16 De esta consideración desde luego se hace patente que el hacerse seguidor verdadero de Cristo Jesús no es emprender un derrotero fácil en la vida. Sin embargo, es el derrotero correcto, y el que puede traer bendiciones eternas. Pero tal como Jesús aconsejó: “¿Quién de ustedes que quiere edificar una torre no se sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo suficiente para completarla?,” así se exhorta a la persona que está considerando dedicarse y bautizarse a calcular lo que se requerirá de ella. (Luc. 14:28) Jesús fue un estudiante de la Palabra de verdad, y bien sabía la seriedad de los votos hechos a su Padre. Jehová había hecho que se registraran estas palabras en Eclesiastés: “Siempre que le hagas un voto a Dios, no titubees en pagarlo, porque no hay deleite en los estúpidos. Lo que prometes en voto, págalo.” (Ecl. 5:4) Este tiene que ser el punto de vista de la persona que ahora piensa en la dedicación y el bautismo. Sin importar cuánto más viva, o cuánto más continúe este inicuo sistema de cosas, el cristiano dedicado tiene que estar firmemente resuelto en su corazón a llevar a cabo su voto de dedicación. Ninguna dedicación a Jehová es aceptable acompañada de una estipulación de tiempo. Uno no puede decir que servirá solo por determinado período de tiempo. Más bien, es una promesa de toda la vida, y se espera que la persona que venga delante de Jehová Dios cumpla esa promesa.
17. (a) ¿Por qué solo es razonable concluir que Dios espera que cumplamos con nuestro voto? (b) ¿Es el darse a dilaciones sin actuar el derrotero sabio? ¿Por qué? (c) ¿Con qué condición de corazón debemos abordar a Jehová?
17 Solo es razonable esperar que Jehová exija una vida de fidelidad. Esperamos que Jehová cumpla su promesa de concedernos vida eterna si mantenemos fidelidad. Ni siquiera pensamos por un instante que Dios se volverá atrás en su promesa. Por otra parte, Jehová tiene derecho a esperar fidelidad de nuestra parte cuando nos dedicamos a Él para hacer su voluntad. Por eso son oportunas las palabras de Eclesiastés 5:2: “No te des prisa respecto a tu boca; y en cuanto a tu corazón, no se apresure a producir una palabra ante el Dios verdadero.” La persona que llega a reconocer la voluntad de Dios para ella tiene que comprender que es preciso fijar con firmeza en su mente cuáles son los requisitos de Jehová Dios. No quiere ser de corazón apresurado en un asunto tan serio. Sin embargo, al mismo tiempo, aunque es preciso ejercer precaución, el darse a dilaciones sin actuar acarrea el disfavor de Jehová. Pues dice la Palabra de Dios: “Por lo tanto, si uno sabe hacer lo que es correcto y sin embargo no lo hace, es para él un pecado.” (Sant. 4:17) Jehová conoce el corazón, y conoce nuestros motivos y manera de vivir. No se le engaña a él. Entonces no debemos engañarnos nosotros mismos, o creer que podemos engañar a Jehová. Es preciso que lleguemos delante de El con un corazón puro, con la misma manera de pensar que Jesús tuvo y acerca de lo cual escribió el salmista: “En hacer tu voluntad, oh Dios mío, me he deleitado, y tu ley está dentro de mis entrañas.”—Sal. 40:8; Heb. 10:5-10.
UN PROCEDER QUE TRAE LA BENDICIÓN DE JEHOVÁ
18. ¿Qué consuelo hay de parte de Dios para los que le temen y guardan sus mandamientos?
18 Los que llegan a este aprecio de la relación que pueden tener con Jehová Dios ciertamente pueden esperar una gran bendición. El cuidado y la protección del Padre celestial han de apreciarse en sumo grado, y de esas provisiones se nos habla con estas palabras: “Cualquiera que more en el lugar secreto del Altísimo se conseguirá alojamiento bajo la mismísima sombra del Todopoderoso. Ciertamente diré a Jehová: ‘Tú eres mi refugio y mi plaza fuerte, mi Dios, en quien de veras confiaré.’” Y dice Jehová: “Porque en mí ha puesto su cariño, yo también le proveeré escape. Lo protegeré porque ha llegado a conocer mi nombre. El me invocará, y yo le responderé. Estaré con él en la angustia. Lo libraré y lo glorificaré. Con largura de días lo satisfaré, y le haré ver la salvación por mí.”—Sal. 91:1, 2, 14-16.
19. ¿Qué podemos perder al dedicarnos a Jehová, pero qué ganamos?
19 Aunque posiblemente este proceder signifique la pérdida de amistad con aquellos que sean opositores, aun en el propio círculo familiar de uno, no obstante la bendición de Jehová por mucho excede en valor cualquier pérdida que uno parezca sufrir. Fue Jesús quien dijo: “Nadie ha dejado casa, o hermanos, o hermanas, o madre, o padre, o hijos, o campos, por causa de mí y por causa de las buenas nuevas, que no reciba el céntuplo ahora en este período de tiempo, casas, y hermanos, y hermanas, y madres, e hijos, y campos, con persecuciones, y en el sistema de cosas venidero vida eterna.”—Mar. 10:29, 30.
20. Finalmente, ¿qué recibirán de Jehová Dios los que puedan contestar “sí” a las dos preguntas que se les presentan al tiempo del bautismo?
20 Delante de nosotros en estos “últimos días” críticos espera un tiempo de dificultad como el cual no ha sucedido uno desde la creación del mundo hasta este tiempo. Pero el resultado final de esos días será el fin de este inicuo sistema de cosas y un nuevo orden que promete vida eterna bajo el reino de Dios por medio de su propio Hijo Jesucristo. Hoy los de la humanidad que reconocen que son pecadores que necesitan salvación y que han reconocido que esa salvación proviene de Jehová Dios y es por medio de su Hijo Jesucristo, y que se han dedicado sin reservas para hacer la voluntad del Dios Todopoderoso, de veras están en la posición que traerá muchas bendiciones del Dios Todopoderoso por medio de su Hijo. Tal galardón de parte de nuestro Padre celestial es incomparable, porque “la bendición de Jehová... eso es lo que enriquece, y él no añade dolor con ella.”—Pro. 10:22.
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¿Quiénes hablan acerca de su fe?La Atalaya 1968 | 1 de octubre
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¿Quiénes hablan acerca de su fe?
◆ Jesucristo instó a sus seguidores a que hicieran lo siguiente: “Vayan . . . hagan discípulos de gente de todas las naciones . . . enseñándoles.” (Mat. 28:19, 20) Sin embargo, una encuesta conducida para el Catholic Digest por el Dr. Jorge Gallup reveló que solo el 55 por ciento de los protestantes y el 25 por ciento de los católicos dijeron que habían tratado alguna vez de esparcir su fe y animar a otros a abrazarla. Aunque los testigos de Jehová no fueron incluidos en la encuesta, cada Testigo siempre tiene por costumbre el hablar a otros acerca de su fe, en obediencia al mandamiento de Jesús.
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