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El reloj de radiocarbono bajo examen¡Despertad! 1972 | 22 de julio
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sido alterada notablemente en los últimos 10.000 ó 20.000 años gira casi completamente alrededor de la cuestión de si la época glacial, la cual, como veremos más tarde, parece llegar a este período, pudo haber afectado notablemente el volumen y las temperaturas medias de los océanos.”6
Efectos del Diluvio
La mención del volumen de los océanos hace que inmediatamente surja en la mente del estudiante de la Biblia la posibilidad de grandes dislocaciones en el reloj de radiocarbono al tiempo del diluvio global del día de Noé, hace 4.340 años. De seguro los océanos tienen que haber sido de extensión y profundidad mucho mayor después del Diluvio. Esto de por sí no aumentaría la cantidad del carbonato en el océano; sencillamente lo diluiría. La cantidad de carbono 14 y carbono 12, así como su proporción, lo cual determina la actividad específica, no habría sido cambiado meramente por la caída del agua. Sin embargo, con el tiempo el aumento de volumen le daría al océano la capacidad de contener una cantidad mucho mayor de carbonato disuelto.
Y podría esperarse que habría ajustes en la corteza terrestre debido al gran aumento en el peso del agua sobre las cuencas de los océanos. Esta presión sería mayor que la que se ejercería sobre los continentes. Empujaría la capa plástica subyacente del lecho de los océanos hacia los continentes, lo cual haría que éstos se elevaran a nuevas alturas. Este proceso expondría las superficies rocosas a una erosión más intensa, incluso a la piedra caliza en el lecho de los mares de poca profundidad que los geólogos muestran en las zonas continentales bajas en sus mapas de la era del plioceno.
Por eso, comenzando inmediatamente después del Diluvio, la reserva oceánica de carbonato habría comenzado a aumentar de manera constante hasta llegar a la concentración actual. Entonces, más bien que suponer que la reserva de carbonato haya sido constante, deberíamos considerar la posibilidad de que haya ido aumentando gradualmente durante los pasados 4.300 años.
¿Cómo afectaría el Diluvio al carbono 14? Dado que la Biblia indica que el agua que cayó en el Diluvio estaba previamente suspendida de alguna manera sobre la atmósfera terrestre, tiene que haber impedido la entrada de los rayos cósmicos y también por ende la producción de radiocarbono. De haber estado el agua distribuida uniformemente en un dosel esférico, pudo haber evitado del todo la formación de radiocarbono. Sin embargo, no es necesario suponer esto; el dosel de agua pudo haber sido más espeso en la zona ecuatorial que sobre las zonas polares, permitiendo así la entrada de los rayos cósmicos a bajas intensidades. En todo caso, la remoción de este escudo al caer a la superficie aumentaría la proporción de la producción de carbono 14.
Por lo tanto, debería esperarse que, después del Diluvio, tanto el carbono radiactivo 14 como el carbono 12 estable de las reservas oceánicas empezarían a aumentar rápidamente. Recuerde que es la proporción o razón del carbono 14 al carbono 12 lo que determina la actividad específica. Así, pues, la actividad pudo haber aumentado o disminuido dependiendo de la rapidez con que la erosión de la tierra agregara carbonato a los mares. Realmente sería posible, aunque no probable, que el crecimiento de una cosa equilibrara exactamente el crecimiento de la otra; en ese caso, el reloj de radiocarbono habría continuado su marcha uniformemente a través del Diluvio. El Sr. Libby señaló la posibilidad de que un equilibrio casual de esa índole produjera la “armonía entre el contenido predicho y observado de radiocarbono en materiales orgánicos cuya edad histórica es conocida.”7 Pero no le dio preferencia a esta explicación.
Dado que las cantidades de carbono 14 y de carbono 12 son independientes una de la otra, es posible postular valores que podrían explicar las edades excesivas que se han informado para muestras antiguas. Por ejemplo, si asumimos que la actividad específica antes del Diluvio era de aproximadamente la mitad de su valor actual, todo espécimen prediluviano parecería ser aproximadamente 6.000 años más antiguo de lo que realmente es. Esto también sería cierto por algún tiempo después, pero, debido a la rápida erosión del carbonato en los siglos posteriores al Diluvio, se reduciría el error. Tal parece que para alrededor de 1500 a. de la E.C. la actividad se había aproximado a su valor actual, dado que las edades de radiocarbono parecen estar casi en lo correcto desde esa época en adelante.
El principio de la simultaneidad
Estos son algunos de los problemas reconocidos que asedian la cronología del radiocarbono. Hay otros que apenas se han considerado, y posiblemente existan otros en los que todavía no se haya pensado. Estas son las razones que hacen que la teoría expuesta hace veinte años no pueda ya ser sostenida. Sencillamente no es posible, mediante meramente medir el radiocarbono de una muestra y comparar eso con la actividad del día actual, determinar con seguridad alguna la edad de esa muestra. Sin embargo, un rasgo de la teoría del radiocarbono parece haber subsistido hasta ahora, el principio de la simultaneidad.
Este principio declara que en cualquier época pasada el nivel del radiocarbono era el mismo por todas partes del mundo, por lo cual toda muestra que se hubiese originado en el mismo tiempo tendría la misma actividad. Por eso, excepto por alteraciones y contaminaciones, éstas se habrían degenerado a la misma actividad medida hoy día. Por lo tanto, aun si es necesario abandonar las otras suposiciones, siempre que se puedan medir suficientes muestras de fechas absolutamente conocidas para construir una curva de corrección, pueden efectuarse mediciones de radiocarbono para encontrar la posición de una muestra en esta curva, y así se puede deducir su edad.
Un laboratorio ha reunido una serie de muestras de madera tomada de árboles longevos, y les ha asignado edades por medio de contar sus anillos de crecimiento. Proporcionaron estas muestras a los laboratorios de radiocarbono, y estas fechas ahora son extensamente aceptadas como sólido fundamento para la cronología del radiocarbono. Por cierto, de no existir este apoyo de emergencia, el reloj de radiocarbono estaría ahora tan estropeado que difícilmente podría confiarse en que diera algo más que una idea vaga de la verdadera edad de las cosas.
Ahora bien, si hemos de creer las fechas corregidas del radiocarbono, debemos estar listos para hacer una transferencia de nuestra fe al fechar según los anillos de los árboles como la norma fundamental. ¿Cuán confiable es este nuevo método? Examinémoslo en el artículo que sigue.
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Fechas de radiocarbono enlazadas con anillos de árboles¡Despertad! 1972 | 22 de julio
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Fechas de radiocarbono enlazadas con anillos de árboles
EL TÍTULO del Duodécimo Simposio Nobel fue “Las variaciones del radiocarbono y la cronología absoluta.” El título implica que ya no se ve el fechar con radiocarbono como algo absoluto. El simposio dio énfasis a las variaciones de las fechas de radiocarbono y a los intentos, de éxito solo parcial, de explicarlas. Lo que surgió
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