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El costo de la preparación militar¡Despertad! 1970 | 22 de diciembre
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disminuye la seguridad de todos al aumentar el peligro de conflicto.”
El Province de Vancouver, después de comentar que el gasto militar era lo más costoso del presupuesto del Canadá, dijo:
“¿De qué nos sirvió como nación? ¿Disminuyó las posibilidades de que el Canadá fuera atacado por una nación hostil? De ninguna manera. Nada de lo que hay en nuestros arsenales nacionales podría tener a raya un ataque moderno por suficiente tiempo como para que nuestro líder pronunciara un discurso de despedida. . . . Sería chistoso . . . si no fuera tan costoso.”
Según la Academia Noruega de Ciencias, ha habido 1.656 carreras de armas desde el año 650 a. de la E.C. Se dice que solo dieciséis de ellas no acabaron en guerra, y se agrega: “El resto acabó en el desplome económico de los países envueltos.” ¡Qué cierto ha sido este patrón en cuanto a nuestro siglo veinte! En éste se ha visto la mayor carrera de armas de la historia. También se ha visto la mayor cantidad de guerras, las peores guerras y la peor depresión económica jamás habida.
¿Qué hay del futuro cercano? U Thant, secretario general de las Naciones Unidas, dijo: “De la información que me es disponible como secretario general solo puedo concluir que a los miembros de las Naciones Unidas posiblemente les queden diez años en los cuales subordinar sus viejas riñas y producir un consorcio global para reprimir la carrera de armas, mejorar el ambiente humano, remover la mecha de la explosión demográfica y suministrar el ímpetu que se necesita a los esfuerzos de desarrollo mundial.”
Se necesita un nuevo sistema
Obviamente existe en el mundo una situación muy mala. Ciertamente se necesita un nuevo sistema. La publicación World Union, de la Haya, Holanda, declaró: “Ahora es indisputable que tiene que establecerse tan pronto como sea posible un gobierno mundial, reconocido y aceptado como una autoridad política superior a los gobiernos nacionales.”
Pero, ¿puede otro sistema de hombres funcionar mejor que los que se han probado? ¿Dónde están los líderes que puedan hacerlo funcionar mejor? Se ha probado toda clase de hombres y gobiernos. La historia da testimonio del hecho de que ninguno de ellos ha podido traer paz y desarme universales.
Sin embargo, ¡hay un gobierno que sin falta traerá paz y desarme universales! También se apoderará del control total de los asuntos de la Tierra y funcionará para beneficio de la humanidad. Y esto no es un sueño. Es un gobierno cuyos súbditos ya han ‘batido sus espadas en rejas de arado y sus lanzas en podaderas. No levantan espada contra otros, ni aprenden más la guerra.’—Isa. 2:4.
Ese gobierno es aquel por el cual Jesucristo enseñó a los cristianos a orar... el reino de Dios. (Mat. 6:9, 10) Los hechos en cumplimiento de la profecía bíblica muestran que ya está rigiendo desde los cielos. En breve triturará a todo este corrupto sistema de cosas, quitándolo de la existencia. (Dan. 2:44) Entonces, dice la profecía bíblica, “de la abundancia del gobierno principesco y de la paz no habrá fin.”—Isa. 9:7.
Los testigos de Jehová son súbditos leales del gobierno celestial de Dios. En consecuencia, aunque no intervienen en los asuntos de las naciones en las cuales viven, personalmente obedecen el mandato de Dios de ‘batir sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en podaderas y ya no aprenden la guerra.’ El desarme universal ya se ha efectuado dentro de sus filas. En más de 200 países, han llegado a estar en paz total con personas de toda nacionalidad y raza.
Esta es la condición que reinará por toda la Tierra después del fin del presente inicuo sistema de cosas. ¿Por qué? Porque Dios solo permitirá que vivan en ese nuevo orden los que respetan la paz. (Pro. 2:21, 22) Entonces, no habrá más carreras de armamentos, porque Jehová Dios promete que “está haciendo cesar las guerras hasta la extremidad de la tierra.” Como el Dios Todopoderoso él puede hacer eso, aunque los hombres no pueden.—Sal. 46:9.
¡Qué deleitable será estar en el nuevo orden de Dios cuando ya no haya más guerras ni preparativos bélicos! Entonces todos los recursos de la Tierra y las energías del hombre se dedicarán a búsquedas constructivas, para beneficio eterno de la humanidad.
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La fatiga y el ruido¡Despertad! 1970 | 22 de diciembre
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La fatiga y el ruido
EN UN ambiente de ruido más elevado del nivel de 50 a 60 decibeles el cuerpo humano trabaja bajo tensión constante. El ataque a los tímpanos crea una sensación de tensión; los nervios molestan y aumenta la irritabilidad. El pulso se afecta y aumenta la presión arterial. Esta tensión de vivir y trabajar en alrededores ruidosos impide que el cuerpo descanse, y se llega al fin del día en una condición de gran fatiga o agotamiento.
La fatiga que causa el ruido reduce la eficiencia del trabajo. Las pruebas han demostrado que el hombre a menudo usa una quinta parte más de energía para efectuar un trabajo en alrededores ruidosos que lo que usaría en medio de condiciones pacíficas. El ruido afecta su juicio y poder de concentración; parte del cerebro se ocupa con ruidos que realmente no quiere oír.
Estos efectos físicos y mentales se reflejan en la eficacia con la cual uno lleva a cabo su trabajo. Al reducir el ruido de una fábrica de 100 a 75 decibeles, los ingenieros de sonido redujeron la proporción de accidentes casi a la mitad y aceleraron la producción en una quinta parte. La disminución del ruido en una fábrica de motores redujo el consumo de píldoras para el dolor de cabeza a la mitad. Al colocar un nuevo cojinete en un ventilador ruidoso el gerente de una fábrica elevó la producción en un 12 por ciento.
Una gran compañía de seguros estadounidense obtuvo resultados admirables al reducir los ruidos en la oficina. Una reducción de ocho decibeles en el nivel del ruido redujo los errores de los mecanógrafos casi en una tercera parte y los de los operadores de máquinas a la mitad. El cambio de trabajo se redujo en 47 por ciento. La compañía calculó que al reducir el ruido se aumentó la eficiencia total en 9 por ciento y ahorró cincuenta y ocho dólares por empleado durante el primer año.
El Dr. Samuel Rosen, cirujano del oído neoyorquino, describió recientemente el efecto de “un ruido inesperado o indeseable”: “Las pupilas se dilatan, la piel palidece, las membranas mucosas se secan, hay espasmos intestinales y las glándulas suprarrenales expelen secreciones.”
Los decibeles son unidades de sonido. El sonido audible más bajo es de un decibel. Aproximadamente 80 decibeles es el máximo nivel de sonido cómodo. Un avión de retropropulsión a corta distancia puede emitir 150 decibeles. El tráfico denso produce aproximadamente el límite tolerable de 80 decibeles. Pero esto puede ser acentuado por una mujer que grita (90 decibeles), una motocicleta (110 decibeles), una sirena (125 decibeles) o una remachadora (130 decibeles). Los autos que tocan el claxon, los trenes que chillan, las esmeriladoras y las perforadoras portátiles en acción se han multiplicado con los millones de residentes nuevos que se han apiñado en las ciudades del mundo. Lo que ha pasado casi inadvertido es que muchos niveles de ruido que se encuentran en la comunidad exceden de las normas que se encuentran en la industria.
¿Qué puede uno hacer en cuanto a ello? Uno no puede reformar al resto del mundo. Pero puede ayudar a hacer sus alrededores más pacíficos por lo que personalmente haga.
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