BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
Watchtower
BIBLIOTECA EN LÍNEA
Español
  • BIBLIA
  • PUBLICACIONES
  • REUNIONES
  • La “congelación” de lo nuclear... ¿puede traer paz y seguridad?
    ¡Despertad! 1983 | 22 de mayo
    • La “congelación” de lo nuclear... ¿puede traer paz y seguridad?

      Como una ola marina que va creciendo y ganando ímpetu, el movimiento pro “congelación” de lo nuclear ha aumentado en tamaño e intensidad, y ha atraído a millones de personas. A medida que este movimiento se ha ido difundiendo por Europa, el Japón y los Estados Unidos, los esfuerzos de sus partidarios ya han influido en políticos y han alterado la actitud nacional tocante a la guerra. Dicho movimiento es poco común en varios sentidos.

      Las personas que estudian seriamente la Biblia quizás se pregunten si esto desempeñará algún papel en el cumplimiento de las palabras de la profecía bíblica de “¡Paz y seguridad!”. ¿O decaerá este movimiento como una moda pasajera? (1 Tesalonicenses 5:3.)

      ¿Qué es?

      El objetivo del movimiento en pro de la “congelación” de lo nuclear es detener, o congelar, la producción, las pruebas y el despliegue de toda arma nuclear. Hace un llamamiento para que se congelen todos los arsenales de armas nucleares, es decir, que se interrumpa la acumulación de armas al nivel actual. No se trata meramente de un movimiento de protesta. Un portavoz prominente del movimiento dijo que su objetivo principal es “congelar la producción de armas para que éstas no quemen a la gente”.

      Los comienzos del movimiento pro “congelación” nuclear tuvieron lugar en Europa occidental en 1979. Varios ciudadanos holandeses que estaban preocupados ejercieron presión en el gobierno holandés para que prohibiera los mísiles nucleares en su país. Entonces recibieron apoyo de Noruega y Dinamarca para que ni siquiera se abrigara la idea de tener mísiles nucleares en estos países. En la primavera de 1980 aparecieron pequeñas olas del movimiento cuando Inglaterra despertó tocante a la cuestión de los mísiles nucleares, y para otoño de ese año este asunto llevó a 80.000 manifestantes a la Plaza de Trafalgar.

      El movimiento llegó a conocerse como END (siglas que en inglés significan Desarme Nuclear Europeo), y ha crecido hasta convertirse en una ola, pues hay poderosos comités de END en Francia, Alemania Occidental, Grecia, Finlandia y Portugal, además de otros movimientos de apoyo en la mayoría de los demás países europeos. END exige que haya una zona, desde Polonia hasta Portugal, donde no haya armas nucleares, ningún arma nuclear. Esta ola llegó hasta Europa oriental, donde grupos se reunieron clandestinamente. Para el fin de 1981, el apoyo que se daba en Europa occidental a manifestaciones a favor de una “congelación” de lo nuclear alcanzó los siguientes totales de personas:

      ● Alemania Occidental—100.000 en Hamburgo, junio de 1981.

      ● Sicilia—30.000 en Comiso, octubre de 1981.

      ● Francia—40.000 en París, octubre de 1981.

      ● Inglaterra—175.000 en Londres, octubre de 1981.

      ● Italia—200.000 en Roma, octubre de 1981.

      ● Alemania Occidental—300.000 en Bonn, octubre de 1981.

      ● Países Bajos—400.000 en Amsterdam, noviembre de 1981.

      ● España—400.000 en Madrid, noviembre de 1981.

      En los Estados Unidos, las semillas de la propuesta de una “congelación” de lo nuclear se plantaron en 1979 y, para 1980, brotaron en forma de grupos de ciudadanos encargados de hacer que los estadounidenses estuvieran conscientes del peligro y horror de una guerra nuclear. Aumentó la cantidad de personas que apoyaban el movimiento y éste se extendió a otros países, junto con sus manifestaciones, y hubo los siguientes resultados:

      ● E.U.A.—100.000 personas en 150 recintos universitarios, noviembre de 1981.

      ● Alemania Oriental—6.000 personas en Dresden, febrero de 1982.

      ● Japón—200.000 personas, en tres reuniones, en Tokio, mayo de 1982.

      ● E.U.A.—700.000 personas en la ciudad de Nueva York, junio de 1982.

      El 12 de junio, mientras las Naciones Unidas celebraba en Nueva York la Segunda Sesión Especial sobre el Desarme, 700.000 defensores del movimiento marcharon ante las oficinas centrales de la O.N.U., culminando así una semana de manifestaciones. Durante la misma semana, en Europa, casi un millón de personas participaron en manifestaciones en Amsterdam, Amberes, Berlín, Bonn, Copenhague, Dublín, Londres, Madrid y París.

      ¿Quiénes la apoyan?

      El rápido crecimiento y la mobilización de apoyadores de este movimiento que está extensamente difundido en la Tierra, marca este movimiento como poco común. Pero ¿quiénes son sus apoyadores?

      Una amplia gama de ciudadanos, no solo los jóvenes, han suministrado la fuerza a este movimiento. Los apoyadores son personas de toda condición: amas de casa, empleados de fábricas, abogados, educadores, comerciantes, artistas, profesionales en la medicina, clérigos, científicos y hasta militares de todo rango.

      Esta ola de seres humanos recibe su apoyo principalmente de tres secciones de la sociedad —a las cuales se considera conservadoras y estables— la científica, la médica, y especialmente las comunidades religiosas. La revista U.S. News & World Report dice: “La fuerza principal tras la cruzada antibélica estadounidense consiste en líderes de la mayoría de las iglesias de la nación”. Se dice lo mismo en el caso de Europa.

      El bloque oriental de naciones apoya activamente al movimiento que pide la “congelación” de lo nuclear, no solo en sus respectivos países, sino también en otros países. Dicha participación franca es poco común. Grupos comunistas auspiciaron algunas de las manifestaciones europeas, y uno de los auspiciadores de la manifestación del 12 de junio de 1982 en la ciudad de Nueva York fue el Partido Comunista, E.U.A.

      El que una variedad tan grande de personas de diversos antecedentes, ocupaciones y puntos de vista políticos estén envueltas en el movimiento es otra cosa que marca dicha campaña como poco común. ¿Por qué se han unido tan rápidamente a este movimiento millones de personas?

      ¿Por qué tan popular?

      La gente tiene miedo, en realidad, se siente aterrorizada. Tiene “fobia nuclear”... temor a la guerra nuclear. Súbitamente se enfrentaron a la realidad de una guerra nuclear y la posibilidad de una destrucción total.

      Sucesos recientes han aumentado el temor de la gente. Ahora se están poniendo en tela de juicio las normas de procedimiento internacionales que, durante los pasados 25 años, han mantenido estables los asuntos entre las potencias nucleares. Anteriormente, un “equilibrio de terror” había mantenido bajo control la amenaza de una guerra nuclear. Cada nación sabía que el atacar a otra resultaría en un contraataque de parte de la nación atacada, lo cual significaría la destrucción total de ambas naciones... tal vez de todas las naciones.

      Este punto de vista ha cambiado. He aquí lo que alarma a la gente:

      ● Desde el verano de 1980 empezó a salir a luz información de que líderes mundiales habían aprobado planes de largo alcance para pelear una guerra nuclear a escala limitada. Se ha oído a representantes de las superpotencias hablar francamente sobre pelear, sobrevivir y hasta ganar una guerra nuclear a escala limitada o prolongada.

      ● Los desarrollos tecnológicos han hecho posible que los mísiles nucleares den en el blanco con precisión casi exacta. Con tal precisión, los mísiles pueden destruir casi todos los mísiles del enemigo que estén estacionados en tierra antes de que éste pueda usarlos para un contraataque, lo cual hace que sea más creíble lo que se dice en cuanto a pelear y ganar una guerra nuclear a escala limitada.

      ● No se ratificó el SALT II de 1979 (siglas en inglés que significan Tratado para la Limitación de Armas Estratégicas), que proponía la limitación de las armas nucleares.

      ● Los presupuestos militares están aumentando considerablemente, mientras muchos países sufren de una severa recesión económica.

      ● Los científicos, médicos y clérigos están trabajando celosamente para hacer que el público esté cada vez más consciente de lo devastador que un ataque nuclear sería para los humanos, el ambiente y generaciones futuras.

      Una vez que el movimiento haga que la gente esté consciente de los efectos mortíferos de una guerra nuclear, ¿cuál es su meta?

      ¿Qué se espera que logre?

      Se espera que el movimiento no solo persuada a su favor a la mayor parte de la gente, sino que también cambie las normas políticas tocante a las armas nucleares. El periódico The New York Times hizo este comentario respecto a la meta del movimiento: “Ellos creen que la cuestión principal es si pueden convertir la preocupación del público respecto a la carrera de armamentos nucleares, la cual va creciendo rápidamente, en votos en el Congreso”.

      ¿Han tenido éxito? La presión política de los apoyadores del movimiento influyó en gobiernos europeos de modo que revisaron sus normas sobre las armas nucleares. Helmut Schmidt, quien entonces era canciller de Alemania Occidental, advirtió que no se pasara por alto el movimiento, pues dijo que sus apoyadores “están enviando señales claras a los líderes políticos”.

      En los Estados Unidos hay representantes elegidos que sienten la presión. Por ejemplo, en agosto del año pasado una resolución que pedía que se aprobara inmediatamente una “congelación” de los arsenales nucleares estadounidenses y soviéticos, presentada a la Cámara de Representantes, perdió por un escaso margen de 204 a 202 votos. No obstante, esto pintó un cuadro vívido de la fuerza que ha ganado esta cuestión en poco tiempo.

      Rusia también está consciente del poder que tiene este movimiento. Por primera vez, que se recuerde, Rusia permitió que personas del exterior marcharan por la paz. En julio del año pasado un grupo de 300 manifestantes procedentes de Escandinavia encabezaron una marcha de casi un kilómetro por el centro de Moscú, llamada Marcha de Paz 82, en protesta por las armas nucleares, y llevaban un letrero grande que decía: “Quiten las armas nucleares de todo el mundo”.

      ¿Obligará este movimiento a los líderes gubernamentales a tomar medidas que garanticen alguna forma de paz mundial? ¿O se oirá esta proclamación solo de la boca de las masas? ¿Ejercerá el gobierno su poder para reprimir este movimiento por medio de acallar a uno de los instigadores principales del movimiento... el clero? En agosto del año pasado el presidente estadounidense Ronald Reagan se dirigió a un grupo internacional de miembros de alto rango de la jerarquía católica durante la celebración del centenario del Concilio Supremo de los Caballeros de Colón, y habló sobre este mismísimo asunto. Hizo un llamamiento a los católicos romanos para que rechazaran la “congelación” de lo nuclear.

      En relación con los mencionados esfuerzos por establecer paz mundial, el apóstol Pablo escribió en 1 Tesalonicenses 5:2, 3: “Cuando sea que ellos estén diciendo: ‘¡Paz y seguridad!’, entonces destrucción repentina ha de sobrevenirles instantáneamente”. Cuando Jehová Dios mismo ejecute juicio contra los gobiernos corruptos, Su acción será rápida y decisiva. Pero ¿constituirá este movimiento un paso de las naciones hacia la proclamación de “¡Paz y seguridad!”? Veremos.

      Sin embargo, este hecho es evidente en sí: La emoción dominante del movimiento que quiere la “congelación” de lo nuclear es el temor. ¿Por qué hay tanto temor en todo el mundo hoy?

  • El temor mundial... ¿de qué es prueba?
    ¡Despertad! 1983 | 22 de mayo
    • El temor mundial... ¿de qué es prueba?

      EL TEMOR es parte de “la señal” de lo que la Biblia llama el “tiempo del fin”, la “conclusión del sistema de cosas” o los “últimos días” (Daniel 12:4; Mateo 24:3; 2 Timoteo 3:1). Jesús dijo que los hombres ‘desmayarían por el temor y la expectativa de las cosas que vienen sobre la tierra habitada’. No obstante, dándonos razón para esperanza, dijo que ese temor global sería evidencia de que la “liberación se acerca”. (Lucas 21:7, 25-28.)

      ¿Es realmente evidente hoy día el temor que significaría la inminente liberación? Muchas personas piensan que sí. ¿Qué opina usted?

      Considere los hechos

      “Como nunca antes, el mundo está lleno de temor”, dice el periódico alemán Die Welt. Llama a nuestro siglo “el siglo del temor”. Sin embargo, en vista del progreso sobresaliente de la ciencia, la tecnología, la medicina y la sicoterapia, resulta paradójico el aumento del temor. Debió haber sido posible el que se redujera el temor; en vez de esto, ha sucedido lo contrario.

      El temor ha sido comparado con “un fantasma errante”, con una enfermedad “que va esparciéndose como una epidemia”. Así la revista alemana Horzu dice: “Nunca antes ha tenido la humanidad tanto temor como en el día actual”. Al señalar algunas de las causas, la revista añade: “La brutalidad y el terror, el egotismo y la indiferencia, la injusticia social, la guerra, las influencias extranjeras, el abuso de las drogas, la envidia, la energía atómica, la delincuencia juvenil, los fracasos profesionales... el temor actual tiene mil nombres”.

      Cada vez más personas concuerdan en que esto no es una exageración. ¿Qué hay de usted? ¿Le causan temor también algunas de estas cosas?

      Alcance internacional

      El temor no está limitado a los habitantes de un solo país. Note como la revista Time describe la situación de los Estados Unidos:

      “El ambiente está lleno de un temor que es demasiado intenso de dominar”. ¿Por qué? Debido al temor a la guerra atómica.

      La juventud tampoco está excluida de este temor a un desastre termonuclear. De acuerdo con un estudio reciente de la “American Psychiatric Association”, el temor a la guerra nuclear está influyendo sicológicamente en los niños. Y The New York Times cita las siguientes palabras del Dr. R. J. Lifton, profesor de siquiatría de la Escuela de Medicina de la Universidad de Yale, tocante a los niños que van creciendo bajo la amenaza de una guerra nuclear:

      “Ellos tienen otra manera de pensar que incluye la posibilidad de que todo, ellos mismos, sus padres y toda persona que hayan conocido o tocado, sea súbitamente aniquilado”.

      O como dijo una niña de 12 años de edad: “Me dio mucho miedo saber que el mundo puede destruirse”.

      El temor de una guerra nuclear ha alcanzado hasta a países que no son blancos principales de los mísiles nucleares. ¿Por qué? Por la lluvia radiactiva que caería en todo el mundo. Las partículas radiactivas letales que entraran en la estratosfera después de una guerra nuclear pudieran caer en cualquier parte de la Tierra y contaminarían todo lo que tocaran.

      Otros temores han complicado el problema. Temor a un ataque terrorista. Temor a la destrucción del ambiente. Temor al crimen.

      Dondequiera que usted viva, le preguntamos: ¿Ha leído declaraciones similares en los periódicos y las revistas de su país? ¿Nota que palabras como “temor”, “inquietud”, “aprensión” o “incertidumbre” ocurren con alarmante regularidad en conversaciones y consideraciones privadas y públicas? Si así es, ¿se ha preguntado alguna vez lo que eso significa?

      ¿Es el temor algo nuevo?

      Muy correctamente muchas personas señalan que el temor es tan viejo como el hombre mismo. Un artículo de fondo del Suddeutsche Zeitung admite esto, al decir: “El temor a la muerte, al dolor y a la enfermedad, a las pérdidas materiales e inmateriales siempre ha sido parte del hombre mismo”. No obstante, al mostrar que el temor ha tomado una nueva dimensión en nuestra generación, el artículo pasa a decir: “Por otra parte, el tipo de peligro potencial que el hombre ha creado ahora es nuevo, así como su alcance; también serían nuevas, sin duda, las graves consecuencias, si de veras ocurrieran las catástrofes concebibles”.

      Para que sea parte de una señal creíble que marque la “conclusión del sistema de cosas” que Jesús profetizó, tendría que haber: 1) un aumento notable en la cantidad de cosas que causaran temor y 2) un aumento en la intensidad del temor debido a las posibles consecuencias (Mateo 24:3; Lucas 21:10, 11, 26). Esto es exactamente a lo que se refieren las citas anteriores. Además, el temor a la guerra nuclear es único. Nunca antes había podido el hombre librar las poderosas fuerzas del átomo... fue en este siglo veinte cuando pudo lograrlo. Por primera vez la gente teme a la completa extinción de la raza humana, de hecho, a la eliminación de toda forma de vida en la Tierra.

      Pero recuerde: al ver las evidencias que infunden cada vez más temor hoy día, en realidad está viendo mucho más. Usted está viendo que la “liberación se acerca”, de acuerdo con la promesa de Jesús. (Lucas 21:28.)

      ¿Vendrá esta “liberación” mediante el movimiento pro “congelación” de lo nuclear? Muchas personas piensan que sí. Pero ¿cómo es una manifestación en pro de la “congelación” de lo nuclear? ¿Ofrece esperanza de “liberación”?

      Una manifestación pro “congelación...cómo es

      No nos den guerra nuclear

      no queremos irradiar

      No nos frían con radiación

      no queremos ser carbón

      Sonidos de cantos, música popular juvenil, pregones de lemas e himnos compiten con un fondo estruendoso de miles de voces para captar la atención de usted. Sus ojos se encuentran frente a un calidoscopio de imágenes: banderas de colores brillantes con lemas distintivos... frases estereotipadas, algunas de ellas originales en su humor u horror; manifestantes en atavíos extravagantes con máscaras espantosas; efigies de cartón piedra; hombres vestidos elegantemente; ministros con cuellos clericales, monjes de la cristiandad con ropaje pardo, monjes budistas con mantos azafranados, jóvenes, ancianos, madres sosteniendo niñitos, y un perro que lleva colgando en el cuello un letrero con una sola palabra... paz.

      Unas 700.000 personas en las calles de la ciudad de Nueva York, todas con un solo propósito... evitar que alguna vez ocurra una guerra nuclear.

      Aquélla fue la mayor manifestación pro desarme que los Estados Unidos haya visto. Los organizadores de la demostración escogieron el 12 de junio de modo que coincidiera con la Segunda Sesión Especial de las Naciones Unidas sobre el Desarme, lo cual suministró una oportunidad dramática para obligar a la O.N.U. a considerar la cuestión de la “congelación” de lo nuclear.

      Una atmósfera de carnaval dominó el día. No obstante, el paño mortuorio de una devastación nuclear siguió reapareciendo en las escenas y los ruidos de la muchedumbre. Fue una demostración pacífica. Y aunque la vasta mayoría de los manifestantes eran estadounidenses, otros países fueron representados. Algo que añadió sabor internacional a la manifestación fue una delegación japonesa de jóvenes y ancianos que ponían guirnaldas de papel de multicolor, con la paloma de la paz, alrededor del cuello de toda persona con quienes se encontraban, y a la vez entregaban tarjetas de diferentes colores con mensajes personales de paz escritos con caracteres en japonés.

      “Señoras ¿por qué están aquí?” Una señora que tiene unos 60 años de edad contesta: “Queremos que el mundo sea seguro para nuestros nietos”. Otra contesta: “Queremos que haya un mundo para nuestros nietos”.

      Un científico nuclear del Laboratorio Nacional de Argonne, que funciona para el Departamento de Energía de los Estados Unidos y queda cerca de la ciudad de Chicago, dice por qué vino a la demostración. “Por la misma razón que todos los demás, debido a la carrera de armamentos. Opino que hay una amenaza muy real de que estalle por accidente una guerra nuclear en la cual yo muera. No quiero que los seres humanos mueran, sean rusos o americanos.”

      He aquí el director de medicina nuclear de uno de los principales hospitales de Nueva York. ¿Por qué está en la manifestación? Él contesta con una sola palabra: “¡Miedo!”. Quiere que la energía nuclear se use con fines pacíficos en la medicina, no en la guerra.

      El pastor de un colegio de Kentucky (E.U.A.) marcha porque cree que las manifestaciones pro “congelación” “obligarán a los líderes gubernamentales a traer la paz”.

      El ciudadano común marcha —sorprendentemente— lado a lado con grupos organizados de profesionales y miembros de uniones obreras. Visible en todas partes está el clero. Grupos religiosos animan a la gran multitud de manifestantes. La primera impresión: un cuerpo unido. Pero un examen más detenido revela un apoyo dividido. Al comparar las frases de los letreros y escuchar las ideologías, uno puede notar las diferentes opiniones de los manifestantes tocante a lo que debe ser la fórmula final para la “congelación” de lo nuclear. También una gran cantidad de manifestantes se aprovechan de la cuestión de la “congelación” para promover sus resentimientos personales y expresar sus motivos políticos.

      Enormes y blancas, las máquinas de limpieza esperan que los manifestantes terminen su marcha. A medida que éstos se van, pisándoles los talones viene una serie de máquinas enormes que devoran la literatura que está tirada en el suelo, barren las calles y las dejan limpias. Sea que el movimiento pro “congelación” nuclear se desvanezca y vaya desapareciendo de la mente de los políticos, o sea que tales manifestaciones tengan algún efecto, como por medio de ejercer más presión para que los gobiernos proclamen la paz, está por verse.

      Sin embargo, si no podemos cifrar nuestra confianza en los movimientos humanos, como el que está a favor de la “congelación” de lo nuclear, ¿hacia dónde podemos volvernos en busca de la esperanza de paz y seguridad duraderas?

      [Comentario en la página 9]

      “El ambiente está lleno de un temor que es demasiado intenso de dominar”

      [Ilustración en la página 8]

      El temor cubre el mundo

  • Verdadera paz y seguridad... ¿por “congelación” de lo nuclear, o mediante el Reino de Dios?
    ¡Despertad! 1983 | 22 de mayo
    • Verdadera paz y seguridad... ¿por “congelación” de lo nuclear, o mediante el Reino de Dios?

      EL “CONGELAR” los arsenales nucleares a los niveles actuales es como hacer que la temperatura de un paciente febril baje únicamente hasta 40° Celsio. ¡No basta con hacer esto! Las armas y la fiebre son tan solo síntomas de un mal más profundo. La curación depende de que se elimine la fuente del problema. Por ejemplo, actualmente las reservas nucleares del mundo contienen un poder explosivo que equivale a más de tres toneladas de TNT por cada hombre, mujer y niño que vive en la Tierra... ¡13.000.000.000 de toneladas de TNT! ¿Se siente usted seguro viviendo bajo tal amenaza?

      Ya que no basta con imponer una “congelación” de las armas nucleares, ¿qué hay si se eliminara toda arma nuclear? El desarme mundial no es una idea nueva. El famoso físico Alberto Einstein era partidario de esto. Además, desde 1945 se ha oído a una hueste de otros dignatarios hacer llamamientos para un desarme nuclear mundial. No obstante, durante los últimos 10 años la cantidad total de ojivas nucleares de los Estados Unidos y la Unión Soviética ha aumentado a más del doble de lo que era antes. ¿Realmente cree usted que un desarme mundial esté más cerca ahora de lo que lo estuvo hace 37 años?

      El eliminar las armas nucleares de la Tierra no pondrá fin a las guerras. Desde la última vez que se usó la bomba atómica, hace tres décadas, ha habido más de 130 guerras. En vista de esto, ¿disfrutaría uno de verdadera paz y seguridad si desapareciera todo armamento bélico?

      El que se eliminara todo instrumento de guerra constituiría un paso gigantesco hacia la paz y la seguridad, pero eso no bastaría. Habría que llegar al corazón de la gente, educarlo y cambiarlo. Ningún movimiento humano puede lograr esto. Pero Dios sí puede hacerlo. El Dios Todopoderoso Jehová puede leer el corazón y sanarlo (Jeremías 17:10; Salmo 51:10). Aun hará más que esto. El Reino de Dios, el gobierno celestial por el que se ha orado desde hace mucho tiempo, traerá paz y seguridad a la Tierra (Mateo 6:10). ¿Le parece a usted que esta solución se apegue a la realidad?

      Según el libro The Fate of the Earth, que habla contra la guerra nuclear, un gobierno mundial es la única manera segura de impedir un desastre nuclear, y luego dice: “En resumidas cuentas, se trata nada menos que de inventar de nuevo la política; inventar de nuevo el mundo”. Y esto es exactamente lo que Jehová se propone hacer. ¿Realmente cree usted que las naciones renunciarán voluntariamente a sus respectivas soberanías?

      En el caso de los que se oponen a la gobernación justa, Dios usará el poder de su Reino de manera controlada para destruir a todas las naciones que se oponen a Su movimiento de paz (Daniel 2:44). Además, bajo el sistema educativo del Reino de Dios, toda persona que sinceramente ame la paz será instruida en los verdaderos caminos del desarme, de modo que ‘las espadas se convertirán en rejas de arado’. (Isaías 2:4; Salmo 46:8, 9.)

      Por lo tanto, no se deje engañar de modo que crea que los movimientos humanos pueden proporcionar salvación, pues la Biblia advierte: “Cuando sea que ellos estén diciendo: ‘¡Paz y seguridad!’, entonces destrucción repentina ha de sobrevenirles instantáneamente, como el dolor de angustia a la mujer encinta; y no escaparán de ninguna manera” (1 Tesalonicenses 5:3). Pero para los de corazón honrado hay una esperanza segura. Ellos confían en que Dios pronto hará que haya verdadera paz y seguridad, las cuales durarán para siempre... y usted puede tener esta misma esperanza segura. (Salmo 72:7, 8; Isaías 9:6, 7.)

      [Diagrama en la página 12]

      (Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)

      Se prevé que los arsenales de ojivas nucleares aumenten durante esta década

      50.000 OJIVAS NUCLEARES EN 1972

      75.000 OJIVAS NUCLEARES EN 1990

      [Ilustración en la página 12]

      BATIREMOS NUESTRAS ESPADAS [MÍSILES] EN PODADERAS

  • ¿Desarme, o ilusión?
    ¡Despertad! 1983 | 22 de mayo
    • ¿Desarme, o ilusión?

      “El eliminar la amenaza de una guerra mundial —de una guerra nuclear— es la tarea más crítica y urgente de la actualidad. La humanidad tiene que escoger entre dos cosas: o ponemos fin a la carrera de armamentos y pasamos al desarme, o nos encaramos a la aniquilación.” (Documento final de la Primera Sesión Especial de las Naciones Unidas sobre el Desarme, 1978.)

      ¿Se han hecho progresos en cuanto a ‘eliminar la amenaza de una guerra nuclear’? Para contestar esta pregunta y dar pasos hacia el desarme mundial, se celebró la Segunda Sesión Especial sobre el Desarme que duró desde el 7 de junio hasta el 9 de julio de 1982. Note los comentarios que hicieron los líderes estatales y mundiales durante aquella Segunda Sesión Especial:

      ● El primer ministro del Japón, el señor Zenko Suzuki, dijo: “Durante los pasados cuatro años, la carrera de armamentos ha resultado en que la paz esté en mayor peligro, lo cual ha intensificado las inquietudes de los pueblos y ha impuesto cargas más pesadas a cada nación a costa del desarrollo económico y social”.

      ● Mensaje papal que presentó el cardenal Agostino Casaroli, secretario de estado de la Santa Sede: “Parece que ha habido muy poca mejora. De hecho, hay quienes creen que ha habido un deterioro, en el sentido de que las esperanzas que nacieron de aquel período pueden describirse ahora como meras ilusiones”.

      ● El primer ministro de la República de Finlandia, el señor Kalevi Sorsa, dijo: “Estadistas dedicados y sinceros, muchos de los cuales están en esta sala, han hecho todo lo posible por poner fin a tal desarrollo. No obstante, la carrera de armamentos continúa. Es como si la carrera de armamentos estuviera más allá del control racional del ser humano”.

      ● El primer ministro de la República de Uganda, el señor M. Otema Allimadi, dijo: “El cuadro es realmente sombrío. [...] En el transcurso de los pasados cuatro años, las esperanzas que en un tiempo surgieron [...] han sido socavadas casi hasta el punto de producir la desesperación”.

      ● El presidente de los Estados Unidos, el señor Ronald Reagan, dijo: “La Organización de las Naciones Unidas se dedica a la paz mundial, y sus estatutos claramente prohíben el uso de la fuerza en escala internacional. No obstante, la ola de agresividad sigue creciendo. La influencia que los estatutos ejercen ha disminuido aun en el transcurso de los cuatro años que han pasado desde que se celebró la primera sesión especial sobre el desarme”.

      ● El primer ministro del Canadá, el señor Pierre Elliot Trudeau, dijo: “Creo que tenemos que aceptar el hecho de que la seguridad total ha llegado a ser, en el caso de todas las naciones, un objetivo inalcanzable en el mundo de hoy”.

      ● La primera ministra del Reino Unido, la señora Margaret Thatcher, dijo: “Tenemos que buscar un sistema que sea mejor que la disuasión nuclear para impedir la guerra. Pero sería una pretensión peligrosa insinuar que dicho sistema esté actualmente al alcance de Oriente y Occidente”.

      ¿Se logró más en la Segunda Sesión Especial que en la primera? El señor Kittani, presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas, contesta: “A pesar de todos nuestros preparativos y esfuerzos, esta sesión no ha tenido éxito. Nuestras esperanzas y aspiraciones, al igual que las de incontables millones de personas, todavía están lejos de realizarse”.

Publicaciones en español (1950-2025)
Cerrar sesión
Iniciar sesión
  • Español
  • Compartir
  • Configuración
  • Copyright © 2025 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania
  • Condiciones de uso
  • Política de privacidad
  • Configuración de privacidad
  • JW.ORG
  • Iniciar sesión
Compartir