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  • Advertencias que merecen que se les preste atención
    La Atalaya 1981 | 15 de mayo
    • a examinar la evidencia y decidir por sí misma si estas advertencias tienen base sólida.

      ¿MERECEN QUE SE LES PRESTE ATENCIÓN?

      Obviamente, algunas advertencias no tienen fundamento, y sería tonto el que les prestáramos atención. Pero el hecho de que muchas personas —entre ellas miembros prominentes de alguna comunidad— se burlen de algunas advertencias, o las menosprecien, no es razón suficiente para pasarlas por alto. Recuerde la situación en lo referente a la montaña Pelada. El 5 de mayo, tres días antes de su mayor erupción, el volcán arrojó una corriente de material hirviente que mató a docenas de personas a su paso. Muchas personas consideraron esto como suficiente advertencia para huir, según escribió Peter Francis en su libro de reciente publicación Volcanoes:

      “Muchas personas trataron de abandonar a Saint-Pierre e irse a Fort-de-France, el segundo pueblo en importancia de Martinica. Sin embargo, las autoridades locales no vieron con buenos ojos la perspectiva de una evacuación en gran escala. Aparte del problema de tratar con grandes cantidades de refugiados atemorizados, el 10 de mayo iban a celebrarse las elecciones, y puesto que las facciones políticas del pueblo estaban deseosas de que nada estorbara las elecciones, hicieron un esfuerzo unido por restar importancia al posible riesgo. Se organizó una ‘delegación científica’ compuesta de algunas de las personas más instruidas de la isla y éstas produjeron un informe que había sido preparado con el fin de tranquilizar a los atemorizados.”

      Hasta cierto punto tuvieron éxito al hacer esto. La gente se quedó... ¡y todos murieron, a excepción de uno!

      En la actualidad, las profecías bíblicas con relación a “los últimos días” se están cumpliendo. Se pueden ver todos los rasgos de la “señal” compuesta que Jesús dio. Sí, lo que Cristo y sus apóstoles predijeron que ocurriría justamente antes de la “grande tribulación” está sucediendo ahora. Las pruebas son abrumadoras. Como predijo Jesús, hay ahora “sobre la tierra angustia de naciones, no conociendo la salida.” Además, los “hombres desmayan por el temor y la expectativa de las cosas que vienen sobre la tierra habitada.”—Luc. 21:25, 26.

      Como ilustración de que existen tales condiciones de temor, considere los comentarios de Jim Hampton, director del Herald de Miami. Aunque él no estaba viendo el Armagedón desde un punto de vista enteramente bíblico, escribió el 4 de mayo de 1980 lo siguiente:

      “¿Se le está formando a usted en lo más profundo de las entrañas un nudo como el que se está formando en las mías? ¿Ese horrible nudo que mantiene a uno desvelado toda la noche y que le informa que algo marcha terriblemente mal en su país, sí, en todo el mundo? ¿El nudo que le hace temblar a veces porque usted empieza a darse cuenta de que Armagedón no es simplemente alguna alegoría acerca de la cual se lee en la Biblia, sino algo real? ¿Y comprende usted por primera vez en la vida que el fósforo está tan cerca de la mecha que el Armagedón es verdaderamente posible?

      “Yo tengo ese nudo. Y no me da vergüenza confesarlo, porque he preguntado a una docena de mis amigos si ellos lo tienen también, y no hay uno que no lo tenga.”

      Hay quienes se burlan de la idea de que Dios haya de poner fin a la iniquidad. Otros hacen poco caso de las pruebas de que las profecías bíblicas están cumpliéndose. Pero la Biblia predijo esta misma situación, al decir: “En los últimos días vendrán burlones con su burla, procediendo según sus propios deseos y diciendo: ‘¿Dónde está esa prometida presencia de él? Pues, desde el día en que nuestros antepasados se durmieron en la muerte, todas las cosas continúan exactamente como desde el principio de la creación.’”—2 Ped. 3:3, 4.

      Pero esos burlones están equivocados. La realidad es que las cosas han cambiado. Las profecías bíblicas están cumpliéndose. La prueba de que el Armagedón está cerca es tan clara como la prueba que indicó a principios del año pasado que el monte St. Helens estaba a punto de hacer erupción. No obstante, muchas personas que se hallaban en aquella área rehusaron prestar atención a las advertencias de mantenerse fuera de la zona de peligro. Pagaron con la vida. Una señora que fue entrevistada en un programa de televisión expresó su desaprobación de las restricciones de viaje que se habían impuesto para mantener alejada de aquella área a la gente. Después que el volcán hubo hecho erupción, la misma señora apareció nuevamente en el programa de televisión y agradeció humildemente el que se hubieran puesto en vigor las restricciones, las cuales, según ella, le habían salvado la vida.

      DÓNDE SE PUEDE HALLAR LA SEGURIDAD

      Ante el peligro de enfrentarse a una erupción volcánica, es bastante obvio dónde se puede encontrar seguridad... muy lejos del volcán. Asombrosamente, se informa que cuando el monte St. Helens hizo erupción la “zona de muerte” abarcó un área de 380 kilómetros cuadrados. ¡Árboles que se encontraban hasta a 23 kilómetros de distancia en tres direcciones fueron derribados por el volcán, y todo quedó chamuscado por varios kilómetros más allá de eso! Pero, ¿dónde se puede hallar seguridad durante la cercana “grande tribulación”?

      No es en ningún lugar físico. Tal como en el Diluvio, Jehová Dios podrá destruir a los inicuos dondequiera que ellos traten de esconderse. Por la misma razón, él podrá conservar con vida a cualquier persona a quien escoja, sin importar dónde viva. El apóstol Juan dio la clave a la seguridad cuando escribió: “El mundo [de la humanidad desobediente] va pasando y también su deseo, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.”—1 Juan 2:17.

      El único lugar de seguridad existe en la propia relación que uno tenga con Jehová, y solo se puede disfrutar de ésta por medio de hacer Su voluntad. Pero antes de que podamos hacer la voluntad de Jehová tenemos que aprender lo que él requiere de nosotros. Eso envuelve estudiar su Palabra, la Biblia, y luego aplicarla en la vida. ¿Está usted dispuesto a hacer eso? Los testigos de Jehová le ayudarán con gusto. De todos modos, no pase por alto las advertencias basadas en la Biblia que ellos están dando en el sentido de que el Armagedón está cerca. Estas son advertencias que merecen un examen cuidadoso... y a las cuales se debe prestar atención.

  • Cuando no se presta atención al consejo de Dios
    La Atalaya 1981 | 15 de mayo
    • Cuando no se presta atención al consejo de Dios

      Una joven Testigo de menos de 25 años nos relata las consecuencias de no prestar atención al consejo de Dios. Escribe:

      “Hace dos años cometí un terrible error. Cometí fornicación con un joven que no estaba bautizado, pero que para aquel tiempo estaba estudiando la Biblia. Yo estaba bautizada. Quería que él me amara. En vez de eso, los dos violamos la ley de Jehová. . . .

      “Ahora, mi vida es una serie de “si tan solos.” Si tan solo, como joven que amaba a Jehová, yo hubiera sido más fuerte. Si tan solo hubiera prestado más atención a los requisitos de Dios. Si tan solo hubiera pensado en la seriedad de mis actos cuando cometí el mal. Ahora tengo que segar lo que sembré. . . . Las noches sin dormir y los períodos de desesperación y llanto son parte del precio que tengo que pagar por haber desobedecido a Jehová. . . .

      “Solo desearía que los jóvenes se dieran cuenta de que los ancianos y Jehová los aman y no desean verlos sufrir. Los requisitos de Dios son solo para nuestra felicidad. Una vez que se ha cometido un error, no se puede volver atrás para deshacerlo. Debemos siempre confiar en Jehová y estar resueltos a apegarnos a sus principios justos y amorosos. Nuestra misma felicidad de jóvenes está envuelta en ello. Debemos siempre pensar en el futuro; en nuestra relación con Jehová. Para poder hacer esto debemos escoger nuestro derrotero sabiamente ahora, según los principios bíblicos. Es una lección que, por desgracia, he aprendido de mala manera. Espero que otros eviten toda maldad, confiando en Jehová.

      “Amo verdaderamente a Jehová. Me duele el haberle desobedecido. Pero estoy resuelta a seguir adelante, a trabajar duro, a edificar una relación fuerte y duradera con Jehová. Espero con vivo interés el tiempo en que el don de Jehová a sus súbditos leales, un nuevo sistema de excelencia moral, sea una realidad de que todos podamos disfrutar. Solo entonces podré olvidar la angustia y el dolor que mi pecado me ha causado.”

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