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  • ¿Cuáles son sus raíces?
    ¡Despertad! 1979 | 22 de junio
    • dio al movimiento de las discotecas su ímpetu principal. Invariablemente, a medida que se esparcen las noticias acerca de un nuevo club homosexual en el que el sonido y los decorados son magníficos, la gente normal que desea bailar comienza a tocar a la puerta.”

      No se hacen esfuerzos por ocultar las conexiones homosexuales de las discotecas. Por el contrario, el Free Press de Detroit hace notar: “Las discotecas probablemente serán recordadas como el primer suceso cultural en el que se dio publicidad libre a la participación de homosexuales.”

      Pero más que eso, a veces parece haber cierto orgullo en cuanto a esas conexiones con homosexuales. Richard Peterson, profesor de sociología de la Universidad Vanderbilt y especialista en las implicaciones sociales de la música contemporánea, hizo notar que ser homosexual en el mundo de las discotecas “no solo es aceptable, sino también un poco a la moda.”

      En años recientes ciertamente ha habido grandes cambios en las normas de la moralidad sexual. Y las discotecas reflejan este cambio a mayor grado que tal vez cualquier otro aspecto de la vida moderna. Enfatizando este hecho, la revista Horizon de mayo de 1977 dijo:

      “En el baile de hombres con hombres y mujeres con mujeres, las discotecas representan un verdadero cambio drástico en las convenciones sociales y las actitudes sexuales.

      “No es ni un secreto ni una excusa para chismear el hecho de que algunas de las mejores discotecas de Norteamérica y Europa comenzaron como establecimientos de homosexuales que comenzaron a abrir sus puertas a cualquiera que deseara bailar. . . . De vez en cuando las columnas de la vida nocturna de los periódicos principales hacen notar el hecho de que algunas discotecas son de homosexuales o ‘mixtas,’ lo cual da por sentado libertades que hasta muy recientemente eran base de escándalo.”

      ¿Asunto de preocupación?

      En vez de preocuparse, muchas personas aplauden los cambios en las normas sexuales. Se alegran de ver desechadas las inhibiciones y reciben con gusto las nuevas libertades sexuales que se ponen tan de manifiesto entre los que frecuentan las discotecas. Pero las personas que efectivamente respetan las enseñanzas de la Biblia se preocupan. ¿Por qué?

      Porque, en vez de aprobar la homosexualidad o siquiera tolerarla, la Biblia la condena. En su ley a la nación de Israel, Dios declaró: “No debes acostarte con un varón igual a como te acuestas con una mujer. Es cosa detestable.” (Lev. 18:22) ¿Cuán serio era este asunto?

      La Palabra de Dios responde: “En el caso donde un hombre se acuesta con un varón igual a como uno se acuesta con una mujer, ambos han hecho una cosa detestable. Deben ser muertos sin falta. Su propia sangre está sobre ellos.” (Lev. 20:13) Sí, así es como Dios consideraba la homosexualidad.

      ¿Ha cambiado de opinión Dios? Considere esta advertencia apostólica a los cristianos: “De seguro ustedes saben que los injustos nunca llegarán a poseer el reino de Dios. No se equivoquen: nadie que sea fornicador ni idólatra, nadie que sea culpable de adulterio o de perversión homosexual . . . poseerá el reino de Dios.”—1 Cor. 6:9, 10, The New English Bible.

      Sí, la Palabra de Dios claramente revela que la homosexualidad es mala, y que los que se envuelven en ese modo de vivir no disfrutarán de la bendición de Dios. En vista de esto, ¿podemos entender por qué los superintendentes cristianos expresarían su preocupación al ver la propagación de la popularidad de las discotecas?

      Pero las discotecas tienen otras raíces. ¿Cuáles son?

      Raíces de la música y el baile

      En el artículo inicial se observó que la música de discoteca es de popularidad reciente. Pero las autoridades dicen que sus orígenes se pueden trazar a tiempos antiguos. En “Evolución de la música de discoteca,” un artículo de fondo que fue publicado en septiembre de 1977, Discoworld dice:

      “Lo que la mantiene unida, de hecho, lo que la hace música de discoteca, es el ritmo.

      “Y, para el que no está informado, el ritmo de las discotecas no comenzó en una hermosa mañana de 1965 . . . ni siquiera cuando Van McCoy por primera vez hizo un impacto en las gráficas una década más tarde con su versión de ‘The Hustle.’ En ese ritmo —la base de la música de discoteca— nos habla África.

      “Hablando de raíces. Cuando uno va a una discoteca hoy día, está participando básicamente en una versión de 1977 de ceremonias que se efectuaban hace eones en la Costa Occidental de África. Ciertamente, la música de discoteca ha sido engalanada con las últimas fruslerías tecnológicas, como grabaciones de veinticuatro pistas sonoras, ‘sintetizadores,’ amplificación ensordecedora, sobreimposición de cuerdas y voces arrulladoras. Pero si uno elimina todos estos accesorios está disfrutando del mismo ritmo que sin duda movía a los antepasados de Kunta Kinte.”

      ¿Es objetable la música de discoteca simplemente porque tiene un antiguo origen africano? Es obvio que no, no más objetable que si el origen de esta música fuera asiático, europeo o americano antiguos. Sin embargo, lo que sí tiene relación con el asunto es el propósito de la música antigua. ¿Qué clase de danzas se efectuaban con ella?

      La literatura relacionada con las discotecas ha comentado sobre estas antiguas danzas y su propósito. De hecho, ante los bailarines de discoteca modernos se pone como ejemplo el desenfreno salvaje de aquellos antiguos bailadores; se les insta a deshacerse de cualesquier inhibiciones que tengan. Discoworld de mayo de 1977 dice:

      “Los nativos bailaban para exorcisar a diablos-demonios y espíritus malos de sus cuerpos frenéticos y para conseguir que la Madre Tierra produjera nuevas cosechas. En la primavera bailaban durante los ‘ritos de fertilidad’ a fin de que las mujeres produjeran niños saludables para perpetuar la especie. Bailaban para celebrar la vida nueva y hasta para prepararse para la muerte. Pero prescindiendo del propósito exacto de su danza, toda la danza en realidad era una manifestación de la adoración a sus dioses, adoración que o rendía homenaje a los dioses; procuraba la buena voluntad de los dioses; o trataba de apaciguar la ira de los dioses . . . A menudo la energía se hacía tan intensa que se sacrificaba a una virgen joven o a un cordero con la esperanza de que la sangre derramada aplacara a los dioses.”

      Entonces, a modo de consejo para el moderno bailarín de discoteca, este artículo de revista pasa a decir: “Sencillamente es asunto de soltar las riendas. Primero hay que liberar la mente; entonces el cuerpo sigue. Cuando bailo casi proyecto el espíritu y abandono el cuerpo.”

      Otro número de Discoworld también llama atención a las raíces de las discotecas “entre los adoradores de vudú, hombres de tribus primitivas, los macumbas brasileños y bosquimanos de Kalaharí,” y entonces aconseja: “El cuerpo es un complejo de fuerzas de energía entrelazadas y conectadas con fuerzas de energía cósmica aún mayores. Así lo consideraban los antiguos y así estamos comenzando a volver a aprenderlo. Al bailar, trate de estar consciente de cada sensación hasta que por fin pierda gradualmente la conciencia, y se mezcle con sus alrededores.”

      ¿Prestan los bailadores de discoteca atención a este tipo de consejo? ¿Sueltan las riendas comúnmente en desenfreno salvaje? Note lo que dice el nuevo libro Disco Fever: “Con las discotecas vino el baile de discoteca... una forma de baile totalmente divorciada de la disciplina del Hustle, no obstante completamente en armonía con éste en la pista de baile. . . . El baile de discoteca —sea que se le llame de estilo libre o de forma libre— es baile de hacer lo suyo.” Sí, es un estilo de baile en el que no hay inhibiciones y en que todo está permitido.

      ¿Pero es esto objetable? ¿Es malo adoptar un estilo de baile que los antiguos usaban en la adoración de sus dioses? Sí, para los cristianos verdaderos lo es. ¿Por qué? Porque el Creador, el Dios de la Biblia, condenó a aquellos dioses de las naciones. Él no aprobaba las antiguas danzas de fertilidad que fueron diseñadas para estimular las pasiones sexuales de los participantes y los observadores. Lamentando la situación que se desarrolló entre los israelitas de la antigüedad, la Biblia dice:

      “Ellos también siguieron edificándose lugares altos [sitios en los que se efectuaban ritos licenciosos] y columnas sagradas [símbolos fálicos del dios Baal] y postes sagrados [que representaban a una diosa cananea de la fertilidad] sobre toda colina alta y debajo de todo árbol frondoso. Y hasta el prostituto de templo se hallaba en el país. Actuaron conforme a todas las cosas detestables de las naciones que Jehová había expulsado de delante de los hijos de Israel.”—1 Rey. 14:23, 24; Isa. 57:5-8.

      Pero, ¿hay verdadera base para comparar lo que se efectúa en las discotecas modernas con los lugares antiguos en los que se efectuaban danzas de fertilidad que excitaban sexualmente? Echémosle una ojeada más detenida a todo lo que está envuelto en el concepto de discoteca.

  • La clase de lugares que son las discotecas
    ¡Despertad! 1979 | 22 de junio
    • La clase de lugares que son las discotecas

      POR todo el mundo millones de personas van semanalmente en busca de alguna discoteca para entretenerse. ¿A qué clase de lugares están yendo? ¿Se parecen mucho todas las discotecas?

      No necesariamente. Las discotecas pueden diferir considerablemente unas de otras, pues como dice la revista Discothekin: “Discoteca sencillamente es música y baile y se le puede dar cualquier forma que uno desee. La gente dicta el éxito de un club, y si el dueño/administrador es astuto puede determinar su clientela con solo definir por medio de la música el ambiente que desea crear... sea el de los años setenta, los cuarenta o hasta los alegres noventa.”

      Hasta hay discotecas para niñitos; otras están diseñadas particularmente con sus abuelos en mente. Algunos lugares se clasifican como “restaurantes-discotecas.” Pueden ser restaurantes durante las primeras horas de la noche. Pero más tarde se usan como discotecas. Esto le permite al dueño del restaurante obtener ingresos adicionales durante horas en las cuales su restaurante normalmente estaría cerrado. En Europa la mayoría de las discotecas son sitios en los que uno puede comer y beber así como bailar.

      De modo que no todas las discotecas son iguales; puede fijarse ese nombre a lugares muy diferentes. Pero, ¿cuál es la esencia —la sustancia misma o alma— de las discotecas? ¿Qué estilo de vida promueven? ¿Cómo se refleja éste en su música, su baile, su indumentaria, y así por el estilo?

      ¿Qué son las discotecas?

      Kitty Hanson, quien ha investigado y escrito extensamente sobre el tema, dice acerca de una discoteca moderna: “Bajo el deslumbrante dosel de luces, el piso parecía combarse a fuerza del golpear de los pies, y el aire comenzó a crepitar debido a la tremenda energía física. Entonces la sala estalló. El aire se llenó de gritos y llamados y miles de brazos oscilaban frenéticamente a medida que el efecto de la música casi arrebataba a los bailarines y los alzaba del piso. Fue un momento candente, hirviente de emoción puramente primitiva. Fue la esencia de la experiencia de las discotecas.”

      ¿Qué es esta “emoción puramente primitiva” —la esencia de la experiencia de las discoteca— que se evoca en los bailarines? Show Business, una revista para actores de variedades, nos da una idea en su artículo “Dinámica Década de Discotecas,” al decir:

      “Un efluvio de aceptación rodea la tendencia de las discotecas . . . Las anticuadas costumbres sexuales, combatidas con éxito durante los años sesenta, se han rendido ante una nueva libertad sexual en que la gente trata honradamente con sus deseos y participa sin sentimiento de culpa.

      “El homosexual baila codo a codo con la persona normal, y a ninguno de los dos parece importarles un bledo. Es esta libertad polifacética lo que constituye el alma de las discotecas, y su corazón es el pulsante ritmo de la música de discoteca.”

      La expresión sexual libre, liberada —el abandono de las restricciones— esa es la esencia, el alma de las discotecas. De seguro esto recuerda las antiguas danzas de fertilidad en las que los adoradores se desencadenaban en movimientos frenéticos que excitaban las pasiones, y que muy bien pueden haber culminado con el coito sexual entre los participantes a fin de inducir a la “Madre Tierra” a producir nuevas cosechas.

      Cierto, no todas las discotecas necesariamente animan a desechar las inhibiciones, pero las discotecas están identificadas con dicho estilo de vida ‘sexualmente-libre.’ “Lo que hace diferir a la discomanía de la mayoría de sus predecesores es su tendencia manifiesta a convertirse en orgía,” explica la revista Esquire. “Toda discoteca implícitamente es una orgía . . . Por medio de ofrecer la satisfacción instantánea y total de todos los deseos sexuales en un ambiente de intensa excitación imaginativa, la orgía inspirada por la discoteca promueve el despertar de un estado ensalzado de conocimiento, de éxtasis literal, o de estar fuera del cuerpo.”

      Énfasis en el yo

      Algunos quizás piensen en el baile de discoteca en particular como una forma disciplinada de baile que da realce al Hustle, y para algunos quizás lo sea. Sin embargo hay más envuelto en el baile de discoteca. Más bien, se concentra la atención de los que bailan no tanto en bailar con otra persona, sino en hacer como se le antoje —‘hacer lo suyo’— como dicen. Es una escena de exhibición sexual.

      Se ha notado que la “discocultura” tiene por fuerza direccional el desenfreno y la complacencia para consigo mismo, y como resultado se han hecho algunos comentarios sumamente interesantes. Note el editorial “Discoteca, Narcisismo y Sociedad” en el Daily News de Nueva York del 19 de marzo de 1978:

      “Separados por muros de música ensordecedora y arrebatados en una locura de luces brillantes, los que bailan hacen lo suyo, apenas tocándose, sin mirarse unos a otros, y ni siquiera hablarse. Es muy semejante a pararse ante un espejo y gritar: ‘yo, yo, yo, yo . . . ’ sin cesar.

      “Esta autoindulgencia pura refleja una filosofía de raíces peligrosamente profundas en nuestra sociedad. Predica que cualquier cosa que el individuo desee hacer es 100% correcta... prescindiendo de cómo afecte a cualquier otra persona.

      “La actitud se manifiesta en nuestra creciente proporción de divorcios, en nuestras legiones de familias rotas y en los incontables libros y movimientos amoldados a satisfacer los deseos personales y el amor propio.

      “Queda muy poco espacio para el amor en la filosofía que impregna el mundo de las discotecas. Y eso es una lástima, porque los que han olvidado —o nunca han conocido— los gozos de dar y compartir se están perdiendo la parte más rica de la vida.”

      El artículo del 20 de junio de 1978 de Esquire, tiene un empuje semejante, y se intitula “El estilo de las discotecas: Ámate a ti mismo.” El decir “que la discoteca se ha edificado sobre un renacimiento del ‘baile de contacto’ o que tiene como foco un paso llamado el Hustle latino,” “es o una ilusión por parte de los instructores [de baile] de las escuelas Arthur Murray o sencillamente una página femenina de periodismo malo. Lo cierto es que el actual bailarín de discoteca se interesa en la clase de espectáculo de un solo hombre que John Travolta despliega en la secuencia más excitante de Fiebre del Sábado Noche.”

      Puesto que la película Fiebre del Sábado Noche ha tenido tanto que ver con el fenómeno del crecimiento y la propagación de las discotecas, considerémosla. ¿Qué clase de estilo de vida realza esa película y, de hecho, promueve?

      “Fiebre del Sábado Noche”

      El personaje principal de la película vive solo para una cosa... brillar en la discoteca el sábado por la noche. Se presentan las aventuras sexuales de los que frecuentan las discotecas, incluso el sexo oral, que se efectúa fuera de la discoteca en el automóvil durante los intermedios del baile. El lenguaje es de la peor especie. No obstante, todo esto se presenta como algo normal... el modo de vivir entre los que frecuentan las discotecas. En un artículo noticioso: “Por qué los adolescentes no deben ver ‘Fiebre del Sábado Noche,’” el Dr. Herbert Hoffman, un sicólogo neoyorquino, dice:

      “Travolta y sus amigos están enseñando a los adolescentes a envolverse sexualmente con las jóvenes sin sentimientos románticos de ninguna clase, a usar a las muchachas como objetos sexuales, a privar de personalidad a la entera experiencia sexual.

      “Las ideas que los adolescentes se llevan consigo de esta película pueden dañar trágicamente toda su vida.

      “Los jóvenes se esforzarán por ‘marcarse un tanto’ con el sexo opuesto, con la idea de que tener relaciones con una joven es un logro del cual jactarse ante los amigos a fin de realzar su posición ante el grupo.

      “Las jovencitas estarán convencidas de que o se requiere la promiscuidad a fin de asegurar la popularidad, o que los hombres están en busca de ‘una sola cosa.’ En cada caso, se pone en peligro la oportunidad que tienen de un envolvimiento profundo y emocionalmente duradero.

      “Es una película enferma y no debemos permitir que los adolescentes susceptibles la vean.”

      No obstante, millones de jóvenes en todo el mundo, a menudo junto con sus padres, han ido en tropel a ver esta película, haciendo de ella uno de los triunfos más grandes en la historia de la taquilla. Como se hizo notar, la película realza la esencia misma de las discotecas. Pero también lo hacen otros aspectos de la escena de las discotecas.

      Música, ropa y drogas

      A medida que crece su popularidad, son pocas las personas que no están familiarizadas con el sonido de la música de discoteca. Muchas canciones populares de los decenios anteriores se han mezclado con el ritmo pulsátil de la música de discoteca. A medida que se acostumbran a estas tonadas, hasta algunas personas de más edad a quienes les gustaban las canciones originales empiezan a disfrutar de las versiones actualizadas. Pero, de nuevo, ¿cuál es a menudo el empuje dominante de la música de discoteca?

      Al informar acerca de uno de los grupos populares de música de discoteca, Discoworld dice: “En ‘Baby I’m On Fire,’ de su álbum actual, ‘Arabian Nights,’ las tres mujeres pronuncian con sonidos entrecortados y ronroneos ‘Oh, me estoy quemando.’ Entra un saxofón fálico, que convierte la canción en una fabulosa banda de sonido para un espectáculo con bailarinas semidesnudas de Times Square.” Entonces la revista añade: “El estilo cargado de sexo de la Familia Ritchie cae dentro de la esfera del empuje principal de la música de discoteca de hoy día, que es celebrar el placer.”

      También la revista Time mencionó la flagrante explotación del sexo, incluso los esfuerzos por excitar sexualmente a los oyentes. Su artículo “Reinado llamativo de la reina de las discotecas” dijo: “En 1976 . . . recibió un disco de oro por medio de simular el orgasmo 22 veces.”

      Las cubiertas de los álbumes de los discos también suministran una idea del tipo de música que éstos contienen. A veces se realza la desnudez, aunque la explotación sexual a menudo es más sutil. De una cubierta Discoworld dice: “Las posturas de Jaqui y Dodie, combinadas con la de Ednah, crean un símbolo de tres letras que al observarlo casualmente es invisible a la conciencia, pero que se percibe instantáneamente en el nivel del subconsciente: S-E-X [Sexo en inglés].”

      Los estilos de ropa de los que frecuentan las discotecas también están en armonía con el énfasis que éstas dan al sexo. El libro Disco Fever muestra la fotografía de una joven bailando en una discoteca de Nueva York. Su vestido está abierto hasta la cintura y tiene la pierna alzada, mostrando una vista interior de casi toda su cadera. El pie del grabado dice: “La escena . . . resume la atracción de las discotecas.” Paulette Weiss, del personal de redactores de la revista Stereo Review, dice acerca de las personas que han sido arrebatadas por la experiencia de las discotecas: “He visto a mujeres desnudarse en la pista de baile.”

      Al mantener el paso con el énfasis que las discotecas dan al llamado “placer,” las drogas fluyen libremente en las discotecas. Recientemente un arresto ocasionado por el narcotráfico en la más famosa discoteca de Nueva York recibió mucha publicidad. Pero el Daily News de Nueva York hizo notar: “Según los que frecuentan el establecimiento, el descubrimiento de drogas en Estudio 54 no debe sorprender a nadie que haya pasado algún tiempo allí. Se informa que desde que el sitio abrió en abril del año pasado la cocaína y la marihuana se intercambian, venden y usan abiertamente.”—15 de diciembre de 1978.

      Sonido y luces

      Por lo general se considera que el sonido y las luces son vitales a la experiencia de las discotecas. El sonido no solo se oye; es tan abrumador que se siente.

      Pero, ¿puede ser peligroso un sonido tan poderoso? Un reciente informe noticiero de Rio de Janeiro, Brasil, dijo: “La posibilidad de que las discotecas sean peligrosas a la salud ha hecho que el gobierno se abstenga de emitir licencias a 20 establecimientos en la ciudad meridional de Porto Alegre hasta que se pueda hacer una investigación médica.” La cuestión bien puede haber tenido que ver con los niveles de ruido, y eso es fácil de entender.

      El año pasado se efectuó una verificación del sonido en las discotecas de Long Island, Nueva York, en los Estados Unidos, y los inspectores hallaron que 18 establecimientos tenían niveles de ruido que sobrepasaban 95 decibelios por más de 30 segundos. A cada uno de estos establecimientos se le obligó a fijar en su entrada una señal de advertencia: “LOS NIVELES DE SONIDO EN EL INTERIOR PUEDEN OCASIONAR DAÑO PERMANENTE AL OÍDO.” La investigación médica revela que los niveles de ruido que por lo general se experimentan en las discotecas pueden ocasionar daño permanente al oído de ciertas personas, particularmente a las que se exponen a estos niveles de ruido con regularidad.

      Las luces también presentan un posible peligro a la salud. ¿Cómo es eso? Pues bien, ciertas discotecas tienen un sistema de luces laser. “Si el haz de luz entra en el ojo,” dice el profesor Paul L. Ziemer de la Universidad Purdue, “se puede recibir una quemada en la retina... un punto ciego permanente.” Además, las luces estroboscópicas que oscilan al compás del ritmo de la música, pueden producir mareo, náusea y accesos alucinatorios. Entre los que han emitido advertencias acerca de estos posibles peligros se encuentra el gobierno británico, que hizo esto en un folleto sobre la seguridad en las escuelas.

      ¿Le ayuda esta consideración de las discotecas —sus raíces y la clase de lugares que las discotecas son— a ver por qué aquellos superintendentes cristianos que se reunieron en Brooklyn, Nueva York, el pasado diciembre estaban preocupados acerca de la creciente popularidad de las discotecas?

      Sin embargo, muchas personas disfrutan de las discotecas debido a las mismas cosas acerca de ellas que otros consideran peligrosas. Creen que los riesgos son mínimos, y que vale la pena correrlos para disfrutar de lo que ellos consideran un rato de placer. En realidad, ¿cuán grandes son los peligros? ¿Representa el ir a las discotecas un riesgo para el bienestar y felicidad duraderos? Estos son asuntos que merecen nuestra consideración.

  • El modo cristiano de ver las discotecas
    ¡Despertad! 1979 | 22 de junio
    • El modo cristiano de ver las discotecas

      ¿ES PRUDENTE que los cristianos vayan a las discotecas? ¿Es prudente que vean películas como Fiebre del Sábado Noche? En muchas familias cuestiones como éstas han sido temas de conversación, y han producido cierta medida de preocupación.

      Algunos superintendentes cristianos han hablado de estos asuntos en la plataforma pública, aun ante los auditorios de grandes asambleas. Por lo general, han señalado el peligro que corren los cristianos al ir a estos lugares. ¿Qué opina usted del consejo de ellos? ¿Considera usted que esos superintendentes cristianos son personas que ‘estropean la diversión,’ que se preocupan innecesariamente acerca de las actividades recreativas de sus compañeros cristianos?

      Lo que otros aconsejan

      Bueno, ¿qué aconsejan los expertos en materia de discotecas... los publicadores de Discoworld? Una jovencita de 15 años de edad de Chicago, Illinois, escribió a esa revista: “Solía concurrir a las discotecas hasta hace dos semanas cuando uno de los maestros de mi escuela me sorprendió en ello y se lo dijo a mi padre. Me propongo volver a asistir después que las cosas se

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