BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
Watchtower
BIBLIOTECA EN LÍNEA
Español
  • BIBLIA
  • PUBLICACIONES
  • REUNIONES
  • La lucha contra las enfermedades
    ¡Despertad! 1983 | 22 de marzo
    • La lucha contra las enfermedades

      “LAS naciones del futuro se enterarán de que existió la repugnante viruela solo mediante la historia”, escribió el tercer presidente de los Estados Unidos, Thomas Jefferson, en 1806. Esas palabras eran parte de una carta en la que felicitaba al médico británico Edward Jenner por su descubrimiento de la vacuna.

      No obstante, en fecha tan reciente como 1967 murieron unos 2.000.000 de personas debido a la viruela. Pero para 1979, una campaña global de la Organización Mundial de la Salud aparentemente consiguió erradicar esta espantosa enfermedad. Por fin, después de 173 años, la predicción de Jefferson pareció hacerse realidad.

      En 1928 sir Alexander Fleming descubrió el primer antibiótico... la penicilina. Esta se emplea para tratar el envenenamiento de la sangre, la pulmonía, la meningitis y muchas otras enfermedades. “La historia de la penicilina es una de las más dramáticas en los anales de la medicina”, declara Black’s Medical Dictionary, al comparar la penicilina con la introducción de los anestésicos y antisépticos.

      Durante el siglo 19 la causa principal de muertes era la tuberculosis. Chopin, Paganini, Rhodes y muchas otras personas famosas padecieron de ella. En 1906 dos franceses, Calmette y Guérin, desarrollaron una vacuna útil. Y en 1944 se descubrió la estreptomicina. Con estas y otras ayudas casi se ha vencido a “la plaga blanca”, como se llama a veces a la tuberculosis, en los países desarrollados.

      Sin embargo, la tuberculosis actualmente es muy común en las áreas subdesarrolladas, y hasta en algunas sociedades en vías de desarrollo. Por ejemplo, en Sudáfrica surgen como promedio 45.000 nuevos casos cada año. Miles de personas mueren. Aunque existen vacunas eficaces para combatir el sarampión, la polio, la difteria y otras enfermedades infantiles, millones de niños mueren debido a ellas cada año en los países menos desarrollados.

      Mientras tanto, en algunas sociedades occidentales ha aumentado de manera alarmante la cantidad de casos de otras enfermedades. Según el South Africa Medical Post, cerca de 70% de los habitantes de tales sociedades mueren actualmente de enfermedades cardíacas, ataques de apoplejía y cáncer.

      Aunque escapen de la muerte, muchas víctimas de las enfermedades quedan inválidas permanentemente. En 1981 el ex secretario general de las Naciones Unidas, Kurt Waldheim, advirtió que la cifra actual de 400.000.000 de inválidos en el mundo pudiera ascender a 500.000.000 para el año 2000. ¿Significa esto, entonces, que la ciencia, con todos sus descubrimientos y progresos maravillosos, realmente está perdiendo la lucha contra las enfermedades? ¿Qué muestran los hechos de nuestros tiempos?

  • El ruido y la tensión... ¿cómo nos afectan?
    ¡Despertad! 1983 | 22 de marzo
    • El ruido y la tensión... ¿cómo nos afectan?

      “LA MAYORÍA de las personas centenarias del mundo se hallan en las colinas o en los valles al pie de regiones montañosas”, dice el Dr. D. Davies, escritor científico. ¿Por qué? Las personas que viven en tales lugares “son tranquilas por naturaleza, y generalmente en tales lugares aislados la vida está libre de tensión”, declara él.

      Esas observaciones se hicieron después de haberse efectuado un estudio comparativo entre personas que alcanzaron los 100 años de edad. Entre esas personas están los abjasios, de la Unión Soviética, y los hunzas, de Cachemira. Estos tranquilos centenarios rara vez padecen de enfermedades del corazón, cáncer u otras enfermedades comunes.

      Desgraciadamente, para la mayoría de nosotros este siglo veinte no ha sido nada tranquilo. En este siglo ha habido dos guerras mundiales —las más devastadoras y trascendentales de la historia— y otros montones de guerras. Es asombrosa la cantidad de personas que han sufrido daño físico o grave perjuicio emocional. Y el aumento diario de la violencia en las calles y los hogares, junto con el temor a una catástrofe nuclear, contribuye a que las personas experimenten mayor tensión. También, al tener más posesiones materiales y vivir en torno a un mundo comercial que insta constantemente a la gente a viajar o a envolverse en diferentes actividades, muchas personas tratan de hacer demasiadas cosas durante el día, y así aumenta la tensión que sienten.

      Se tiene conocimiento de que el estar expuesto diariamente a niveles de ruido que alcanzan como promedio los 90 decibeles o más es perjudicial para el oído y aumenta la tensión. En un artículo intitulado “Ruido en el trabajo” la publicación British Medical Journal expresó su preocupación por 600.000 británicos que “trabajan en medio de niveles de ruido que sobrepasan el promedio de 90 decibeles... lo suficientemente ruidoso como para tener que gritar si se quiere decir algo a alguien que está a un brazo de distancia”.

Publicaciones en español (1950-2025)
Cerrar sesión
Iniciar sesión
  • Español
  • Compartir
  • Configuración
  • Copyright © 2025 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania
  • Condiciones de uso
  • Política de privacidad
  • Configuración de privacidad
  • JW.ORG
  • Iniciar sesión
Compartir