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Preguntas de los lectoresLa Atalaya 1958 | 1 de octubre
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Preguntas de los lectores
● Una testigo de Jehová que dice ser del resto ungido recientemente fué a un hospital y aceptó una transfusión de sangre voluntariamente. ¿Debe permitírsele participar de los emblemas del pan y el vino en el tiempo del Memorial?—R. J., Estados Unidos.
Nosotros, por supuesto, junto con usted sentimos mucho el que esta hermana que dice ser del resto ungido haya aceptado una transfusión de sangre voluntariamente durante el tiempo que estuvo en el hospital. Nosotros creemos que ella hizo algo incorrecto y contrario a la voluntad de Dios. No obstante, nunca se les ha dado instrucciones a las congregaciones de expulsar a los que aceptan transfusiones de sangre de su propia voluntad o que las aprueban. Dejamos con Jehová, el Juez Supremo, el juicio de los que violan esta ley de Dios respecto a lo sagrado de la sangre. Lo único que se puede hacer en el caso de personas como ésta es considerarlas como faltas de madurez y por lo tanto no capacitadas para tomar ciertas responsabilidades, y por eso rehusar hacerles ciertas asignaciones de servicio.
Puesto que no se expulsa a una persona por haber aceptado voluntariamente una transfusión de sangre o por haber aprobado el que una persona amada acepte una transfusión de sangre, usted no tiene el derecho de excluir a esta hermana de la celebración de la Cena del Señor. Como miembro ungido del cuerpo de Cristo ella está bajo órdenes y mandato de Cristo Jesús de participar. En cuanto a si ella es infiel en lo que afirma ser al tomar los emblemas de la Cena del Señor, eso es algo que le toca a Jehová Dios decidir. Su juicio empieza en la casa de Dios. No le atañe a usted ni a cualquier otro que sirva los emblemas del Memorial hacer las veces de juez, sino dejar que los emblemas lleguen a todos en el auditorio a medida que éstos se pasan de la manera normal dejando que cada uno tenga la oportunidad de participar.
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AnunciosLa Atalaya 1958 | 1 de octubre
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MANTENIÉNDONOS DESPIERTOS RESPECTO AL MINISTERIO DEL REINO—1 Cor. 16:13, 14.
“¡Manténganse despiertos, estén firmes en la fe, pórtense como hombres, háganse fuertes! Que todos sus asuntos se efectúen con amor,” aconseja el inspirado apóstol Pablo. Su consejo nos es especialmente importante hoy día. Tenemos que estar despiertos, no dormidos; ser firmes, no personas que ceden; varoniles y maduros, no infantiles y pueriles; fuertes, no débiles. Y ¿cómo adquirimos las cualidades deseables a las que se acaba de hacer referencia? Por medio de tener fe en Dios y estudiar su Palabra que da fortaleza. Habiendo conseguido un entendimiento acertado de los propósitos de Dios para con el género humano, los testigos de Jehová se mantendrán despiertos en cuanto a los privilegios que tienen en el ministerio del Reino este mes yendo a los hogares de la gente para impartirle las buenas nuevas acerca del reino de Dios mediante Cristo Jesús. Impulsados por el amor que les tienen a los que necesitan esta información vital, después de pronunciar un sermón de tres a ocho minutos, les ofrecerán a los amos de casa las revistas La Atalaya y ¡Despertad!, invitándolos a suscribirse a las dos por un año por $2 (dinero de E.U.A.). A cada nuevo suscriptor se le darán gratis seis folletos que contienen materia fundamental para el estudio de la Biblia.
¿ESTA USTED DESPIERTO?
Vivimos en días trascendentales, pero ¿está usted despierto de modo que perciba su significado? ¿Está usted enterado de las cuestiones y sucesos de nuestro día? ¿Conoce usted cómo están relacionados éstos con la Palabra de Dios? ¿Está usted alerta en cuanto a la manera en que los hallazgos de la ciencia confirman la exactitud de la Biblia? ¿Se mantiene usted al corriente respecto a las cosas que se aprenden en los muchos otros ramos de conocimiento y empeño humano? La revista ¡Despertad! lo mantendrá despierto en cuanto a todas estas cosas. Es la revista compañera de La Atalaya. Revela lo popular que es ¡Despertad! el hecho de que se imprimen 2,800,000 ejemplares de cada número. Esta es una revista que usted debe tener en su hogar, especialmente si usted es una persona ocupada. Sus artículos cortos pero substanciosos hacen posible que la persona ocupada se mantenga bien enterada sobre muchos ramos de conocimiento humano, incluyendo los asuntos mundiales. Se le puede enviar a usted quincenalmente por un año por la pequeña cantidad de un dólar.
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