BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
Watchtower
BIBLIOTECA EN LÍNEA
Español
  • BIBLIA
  • PUBLICACIONES
  • REUNIONES
  • Sosteniendo a la organización de Jehová
    La Atalaya 1955 | 15 de julio
    • de que un número relativamente pequeño de personas haya hecho una contribución voluntaria de su tiempo y de su dinero para el sostenimiento de la obra que Dios les ha encargado. Jehová ha puesto su rica bendición sobre su organización y ha concedido tal aumento que ahora 580,000 ministros están cantando Sus alabanzas hasta los fines de la tierra. Todos éstos, entrenados por el “esclavo fiel y discreto,” con gusto están prestando su sostén al entrenamiento de todavía más personas que reconocen que Jehová está apoyando a la organización sobre la que ha puesto su nombre.

      38. ¿Cómo puede ser sostenida ahora y en el futuro la prosperidad continua de la organización de Jehová?

      38 Miles de estas personas recién interesadas están congregándose con la familia de Dios y están ofreciéndose para la obra ministerial. En los años venideros, al ver todos los hermanos su gran privilegio de contribuir para la obra, aun de manera pequeña directamente a la Sociedad y directamente a sus Salones del Reino, y al entrar los fondos, ¡cuánto mayor será la obra de expansión que podrá llevarse a cabo que la que ya se ha hecho con los fondos que tan generosamente han sido contribuídos hasta ahora! ¿Qué maravillosas perspectivas nuevas yacen ante nosotros? “Traed todo el diezmo al granero, para que haya alimento en mi Casa, y probadme, si queréis, en esto, dice Jehová de los Ejércitos; y veréis si no os abro las ventanas del cielo, y os derramo una bendición tal que no haya donde quepa.” “Gracias sean dadas a Dios por su indescriptible don gratuito.”—Mal. 3:10; 2 Cor. 9:15, NM.

  • Preguntas de los lectores
    La Atalaya 1955 | 15 de julio
    • Preguntas de los lectores

      ● Pablo dijo que un hermano cristiano no debe comparecer ante los tribunales de justicia contra otro hermano cristiano, sino que debe llevar la controversia ante los hermanos maduros de la congregación para que ellos la decidan. Pero, ¿qué hay si uno está defraudando a otro de tal manera que causa daño extremo a la víctima y el ofensor rehusa cumplir con la decisión de los representantes de la congregación?—G. S., Estados Unidos.

      Pablo escribió a los corintios: “¿Se atreve alguno de ustedes que tiene un caso contra otro ir al tribunal ante hombres injustos, y no ante los santos? ¿O no saben ustedes que los santos juzgarán al mundo? Y si el mundo ha de ser juzgado por ustedes, ¿son ustedes incapaces de juzgar asuntos muy triviales? ¿No saben ustedes que juzgaremos a ángeles? Entonces, ¿por qué no las cosas de esta vida? Si, pues, tienen asuntos de esta vida que han de ser juzgados, ¿es a los hombres que son despreciados en la congregación a quienes nombran como jueces? Hablo para hacerles sentir vergüenza. ¿Es verdad que no hay ni un solo hombre sabio entre ustedes capaz de juzgar entre sus hermanos, sino que hermano va con hermano a los tribunales, y eso ante los incrédulos? En verdad, pues, significa una derrota completa para ustedes el que estén teniendo pleitos los unos contra los otros. ¿Por qué no dejan más bien que les hagan injusticias? ¿Por qué no dejan más bien que los defrauden? Al contrario, ustedes cometen injusticias y defraudan, y eso a sus hermanos.”—1 Cor. 6:1-8, NM.

      Si hay hermanos cristianos envueltos en controversia sobre asuntos monetarios que son de proporciones tan graves como para considerar un pleito en los tribunales, deben llevar su problema a los hermanos maduros de la congregación para que se lleve a cabo un juicio entre ellos más bien que comparecer ante un tribunal mundano y dejar que el mundo los vea en querella sobre asuntos de dinero. Eso haría daño a la reputación de la organización cristiana, el hacer públicos tales asuntos e indicar al mundo que el espíritu cristiano no está presente. Más bien que traer oprobio de esta clase a la organización, Pablo sostiene que sería mejor dejarse defraudar. Si los hermanos han de juzgar al mundo y a ángeles, cuando estén asociados con Cristo Jesús en los cielos, ¿acaso no son capaces de juzgar asuntos triviales entre ellos mismos, sin necesidad de llamar a los incrédulos, hombres despreciados por la congregación, para que éstos resuelvan sus problemas? El que tuvieran que salir al mundo para conseguir que tales hombres juzgaran sus asuntos más bien que resolverlos dentro de la congregación en verdad sería una derrota burlona para la congregación. ¡Mejor sería ser defraudado que dejar que eso sucediera!

      Pero ¿qué hay si el caso se ha traído ante los representantes de la congregación y se ha probado definitivamente que uno de los altercantes ha obrado mal, se ha dado evidencia de su culpabilidad y de que ha obrado un fraude perjudicial contra un hermano, y a pesar de todo el culpable no quiere aceptar la decisión de la congregación y no quiere reintegrar la cantidad que ha estafado? Cuando la evidencia es segura y convincente la congregación no puede pasarla por alto, sino que tiene que expulsar al que es ladrón. Respecto a esto Pablo dijo que un ladrón, entre otros ofensores, no heredaría el reino de Dios; tampoco tiene derecho alguno de estar en la congregación cristiana en la tierra. (1 Cor. 6:9, 10) De modo que cuando la evidencia es concluyente y el ofensor no demuestra ningún arrepentimiento ni la inclinación a reintegrar el dinero, debe ser expulsado.

      Hecho esto el ladrón expulsado se encuentra fuera de la congregación. Ya no es hermano. Ya no tienen que ver con él las instrucciones de Pablo en 1 Corintios 6:1-6. El que el ofendido que todavía se encuentra como miembro de la congregación llevara al defraudador ante los tribunales de justicia no constituiría una violación del consejo de Pablo, porque ya no sería un caso de hermano contra hermano en el tribunal, y eso es lo que Pablo prohibía. Si acaso el ofendido querrá hacer esto, o si valdría la pena ocupar su tiempo y sufrir la molestia y el gasto de un juicio, es otro asunto y uno que él mismo tendría que decidir individualmente. La responsabilidad de la congregación en el asunto termina con el acto de expulsión.

      El proceder de llamar a los hermanos maduros para que ellos den una decisión cuando hay dificultades que causan división entre hermanos, de acuerdo con el consejo que Pablo da aquí, coincide con el consejo que dió Jesús: “Además, si su hermano comete un pecado, vaya y descubra su falta entre usted y él a solas. Si él le escucha, usted ha ganado a su hermano. Pero si no le escucha, lleve consigo a uno o dos más, para que por boca de dos o tres testigos todo asunto pueda establecerse. Si él no les escucha, hable a la congregación. Si él no escucha ni siquiera a la congregación, que él sea para usted como un hombre de las naciones y como un recaudador de impuestos.” (Mat. 18:15-17, NM) Si el pecado es grave y no puede ser pasado por alto, haga lo posible por resolverlo con el hermano pecador primero. Si esto no sale bien, lleve consigo a dos o tres más. Si esto no da resultados, llame a los representantes de la congregación. Si el pecador, frente a evidencia concluyente de su culpabilidad, no demuestra arrepentimiento por haber cometido una transgresión muy grave y se rebela contra la decisión de la congregación, entonces tiene que ser expulsado y queda “como un hombre de las naciones y como un recaudador de impuestos.” Se le echa de la congregación. Este es el fin lógico del proceder teocrático que se puso en moción cuando se invitó a la congregación para que considerara el caso, tanto en las instrucciones que Jesús dió como en las que Pablo dió.

  • Anuncios
    La Atalaya 1955 | 15 de julio
    • Anuncios

      TENIÉNDOLE APRECIO A LA ORGANIZACIÓN TEOCRÁTICA DADORA DE VIDA

      Se hace que todas las cosas cooperen juntas para el bien de los que aman y sirven a Jehová Dios. Por eso los testigos de Jehová trabajan juntos eficazmente, honrando a Dios y siendo honrados por él al hacerlo. (1 Sam. 2:30) Visitan a la gente con conocimiento dador de vida que puede libertar a la gente, y con ayudas para el estudio de la Biblia que edificarán y ocasionarán gozo a los de la humanidad que son de disposición de oveja. Durante este mes seguirán ofreciendo la combinación de un libro y un folleto por la pequeña cantidad de 50c (dinero de E.U.A.). ¿Está usted participando en la proclamación de la verdad bíblica? A usted se le invita a hacerlo. Para informarse, diríjase al Salón del Reino de los testigos de Jehová más cercano a usted o escriba a esta oficina.

      MANTÉNGASE EN BUENA SALUD

      ¿Cuánto tiempo deja usted pasar sin tomar alimento? Casi toda persona come tres veces al día o más: por la mañana, al mediodía, por la noche, y a veces entre medio. Teniendo presente las palabras de Jesús de que ‘el hombre no vive de pan solo, sino de toda palabra que procede de la boca de Dios,’ la siguiente pregunta es digna de seria consideración: “Además de comer alimento material, ¿participo regularmente de alimento espiritual en armonía con la declaración de Jesús?” Para mantenerse en buena salud espiritual es preciso estudiar la Palabra de Dios. Una ayuda sana y deleitable para el estudio de la Biblia por la mañana, al mediodía, por la noche y entre medio es esta revista, La Atalaya. Se publica el día 1 y 15 de cada mes. El precio de la suscripción es de sólo un dólar al año. Se le invita a usted a mantenerse en buena salud y sacar provecho de cada número por medio de suscribirse ahora.

      ESTUDIOS DE “LA ATALAYA” PARA LAS SEMANAS

      14 de agosto: Sosteniendo a la organización de Jehová, §1-20. Página 433.

      21 de agosto: Sosteniendo a la organización de Jehová, §21-38. Página 439.

Publicaciones en español (1950-2025)
Cerrar sesión
Iniciar sesión
  • Español
  • Compartir
  • Configuración
  • Copyright © 2025 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania
  • Condiciones de uso
  • Política de privacidad
  • Configuración de privacidad
  • JW.ORG
  • Iniciar sesión
Compartir