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  • Adónde dirigirse en tiempo de tensión
    La Atalaya 1962 | 15 de abril
    • P. G. Lindhardt, de Dinamarca: “El orar a Dios ha llegado a ser una especie de higiene mental. La oración ha venido a ser parte de la tendencia del siglo veinte hacia la autoreflexión, un medio por el cual hacer cumplir la propia voluntad de uno. Muchos cristianos son realmente tan ingenuos como para creer, al igual que los paganos, que por medio de la oración constante y persistente pueden arrebatar de Dios cosas que El no daría de otro modo.”

      Pero, ¿qué quiso decir Jesús cuando dijo: “Todas las cosas que ustedes pidan en oración, teniendo fe, las recibirán”? (Mat. 21:22) Note que esto no se le prometió al mundo en general, sino a los seguidores de Jesús, hombres de fe. Juan, su compañero amado, explica: “No importa qué sea lo que pidamos de acuerdo con su voluntad, él nos oye.” (1 Juan 5:14) ¿De acuerdo con su voluntad? Sí, junto con la fe tiene que haber un buen entendimiento de lo que podemos y lo que no podemos pedir en la oración. ¿Cuántas personas toman el tiempo que necesitan para aprender la voluntad de Dios por medio de estudiar la Biblia? ¿Cuántos muestran mediante sus acciones que creen las palabras de Jesús: “Está escrito: ‘El hombre ha de vivir, no solo de pan, sino de toda declaración que procede de la boca de Jehová.’ ”? (Mat. 4:4) ¿Es Dios quien falta para con el hombre, o el hombre quien falta para con Dios por pasar por alto su Palabra? Las oraciones que se hacen en pugna con la voluntad y propósito de Dios conducen prontamente a la desilusión.

      ORACIÓN Y CONOCIMIENTO

      El caso de un oficial militar italiano ilustra bien que el tener éxito en buscar a Dios implica oración y algo más. A Cornelio, hombre que oraba a menudo, se le instruyó que mandara a pedir que alguien viniera a su hogar y le enseñara la voluntad de Dios. Pedro y otros cristianos verdaderos fueron gozosamente al hogar de Cornelio. Con Cornelio había parientes y amigos íntimos, todos presentes delante de Dios para oír todas las cosas que Jehová le había mandado a Pedro que dijera. (Hech. 10:1-33) La discusión bíblica fue lo que manifestó a Cornelio, a su familia y a sus amigos cómo volverse a Jehová y hallarlo. Significó salvación.

      No es menos la falta que hace el conocimiento bíblico exacto hoy. Nos han sobrecogido los tiempos críticos y difíciles de manejar que fueron predichos por la Palabra de Dios. (2 Tim. 3:1) La tensión ha sido grandemente aumentada, no solo por el desatino de los hombres, sino también porque el gran productor de tensión, Satanás el Diablo, ha acelerado sus esfuerzos malignos por gobernar o arruinar al género humano. (Apo. Rev. 12:12) Para que sepa manejar estos tiempos críticos el hombre necesita sabiduría de parte de Dios. La Biblia dice que es correcto pedir a Jehová Dios esta sabiduría. (Sant. 1:5) Pero, así como en el caso de Cornelio, hay que buscar hasta descubrir a cristianos verdaderos que estén dispuestos a llegar hasta la casa de usted e impartir la verdad que Jehová les ha mandado que hablen en toda la Tierra con el propósito de dar un testimonio a las naciones.—Mat. 24:14.

      Por medio de estudio bíblico, centenares de miles de hombres y mujeres están aprendiendo que el conocimiento de la voluntad de Jehová hace una diferencia en tiempo de tensión. Sus oraciones ya no se hacen por cosas que no están en armonía con la voluntad de Dios. Por ejemplo, mientras que millones oran por la paz de este mundo, los que adquieren conocimiento acertado ven que Jesús con cuidado hizo “petición, no concerniente al mundo,” sino tan solo por aquellas personas que deseaban hacer la voluntad de Dios. (Juan 17:9) Aunque temían en un tiempo que la próxima guerra destruiría al hombre y a su hogar terrenal, los que se vuelven a Jehová aprenden que Dios previó el derrotero suicida del hombre y ha prometido “traer a la ruina a los que están arruinando la Tierra.” Su gran acto de intervención se llama “Armagedón.” (Apo. Rev. 11:18; 16:16) ¿Dejará el Armagedón solamente a uno o dos sobrevivientes en alguna playa desolada? No, entrarán en el nuevo mundo de justicia de después del Armagedón los que se han vuelto a Jehová en tiempo de tensión—sobrevivientes ¡“de entre todas las naciones y tribus y pueblos y lenguas”!—2 Ped. 3:13; Apo. Rev. 7:9, 10.

      Pero, ¿qué de la tensión personal ahora, antes del Armagedón? Hoy día quizás la tensión más grande es causada por la muerte, sea cual fuere la causa inmediata de ésta. La enfermedad y la vejez también pueden ser realidades aflictivas. ¿Trae alivio práctico el volverse a Jehová? ¡Sí! La congoja ocasionada por la muerte de un amado se convierte en la asegurada expectativa de la resurrección prometida por Jesús, quien dijo: “No se maravillen de esto, porque la hora viene en la cual todos los que están en las tumbas memorialescas oirán su voz y saldrán.” (Juan 5:28, 29) La fe en el temprano cumplimiento de esa promesa imparte una fuerte voluntad para vivir. El aprender principios bíblicos y las buenas nuevas del reino de Dios trae paz mental saludable y aleja a uno de acciones imprudentes que producirían tensión adicional. Llega a ser posible soportar la vejez y la enfermedad crónica con buen ánimo cuando uno sabe que nuestra generación se halla en el umbral del tiempo en el cual la enfermedad, el dolor, el pesar y la muerte le serán quitados al género humano.—Apo. Rev. 21:3, 5.

      El volverse a Jehová no solo le da a uno fuerza para aguantar la enfermedad física pacientemente, sino que en la enfermedad espiritual que se debe a transgresión uno puede pedir a cristianos maduros que oren a Dios por su perdón y su espíritu sanador a favor del angustiado. (Sant. 5:13-15) En la crisis económica los siervos de Jehová apropiadamente le piden que él haga que les sea posible conseguir suficiente “pan para este día.” (Mat. 6:11; Pro. 30:7-9) Bajo la tensión de persecución los cristianos acuden a Jehová por liberación o fuerza para aguantar por causa de la justicia. (Sal. 143:9; 1 Cor. 10:13) También podemos pedir con confianza que se nos libre de tentación.—Mat. 6:13; 26:41.

      A SU PUERTA

      Cuando los testigos cristianos de Jehová llaman a su puerta con la Biblia en las manos, recuerde usted el proceder sabio de Cornelio. Reúna a su familia para oír las cosas que Jehová les ha mandado que digan. Ellos gustosamente le enseñarán a usted cómo dirigirse a Jehová en estos tiempos de tensión creciente. De hecho, tome la iniciativa, como lo hizo Cornelio; mande un recado al Salón del Reino más cercano para que un testigo de Jehová lo visite en su hogar. Ellos se deleitan en dar a conocer al Dios verdadero y su maravilloso propósito para el género humano. A usted y a sus amigos los testigos de Jehová dicen entusiastamente: “¡Mira! Este es nuestro Dios. Hemos esperado en él, y él nos salvará. Este es Jehová. Hemos esperado en él. Estemos gozosos y regocijémonos en la salvación por él.”—Isa. 25:9.

      Sí, llegue a conocer a Jehová Dios sin demora. Es a él a quien dirigirse en tiempo de tensión.

  • Los cristianos deben predicar
    La Atalaya 1962 | 15 de abril
    • Los cristianos deben predicar

      El clérigo P. H. Jørgensen, de Kongerslev, Dinamarca, hizo notar la obligación bíblica de predicar que tienen los cristianos. Él dijo que el sacerdote es, “como todos los demás de la congregación, apóstol, emisario, misionero, pero de ningún modo o manera más ni menos que todos los demás de la congregación.” Dijo también que el sacerdote puede suministrar ayuda, y su ayuda teológica “debe ser de tal clase que la congregación llegue a estar mucho mejor equipada para salir al mundo con su testimonio.” ¿En cuántas iglesias se hace eso, verdaderamente?—Kristeligt Dagblad, 27 de septiembre de 1960.

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