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Carta de la SucursalMinisterio del Reino 1973 | noviembre
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Carta de la Sucursal
Estimados publicadores:
Durante los meses recientes muchos miembros de la familia Betel en varios países han experimentado la realidad de nuestra hermandad internacional. Verdaderamente ha sido una experiencia enternecedora. No solo tuvimos muchos visitantes de otros países, sino que algunos de nosotros pudimos asistir a asambleas en otros países y así disfrutar del agradable compañerismo de los hermanos en esos países.
Varios de nosotros estuvimos en las asambleas en Europa, donde la concurrencia total para todas las asambleas fue de 502.494 personas. Fue emocionante el ver allí a decenas de miles que han abrazado la verdad en los últimos pocos años y sentir su celo y entusiasmo por la adoración pura. También fue un placer el encontrarnos con hermanos que habían perseverado fielmente durante muchos años, algunos durante la era de Hitler. Los años de privaciones y encarcelamiento no habían enfriado su determinación de esparcir las “buenas nuevas.” Sus rostros fulguraban de gozo y aprecio interior.
Animadora, también, fue la hospitalidad de los hermanos. Los anfitriones hicieron todo lo posible para que todo fuera cómodo, dando de sí mismos como lo harían amorosos padres e hijos para los miembros de sus propias familias.
Los de entre nosotros que fuimos a las asambleas en el Oriente vimos evidencia del mismo espíritu de hermandad cristiana entre las 77.331 personas que concurrieron a las varias asambleas que se celebraron allí. Hay un refrán que dice “El Oriente y el Occidente nunca se encuentran.” Pero ése no fue el caso con el pueblo de Dios. Los misioneros de países occidentales disfrutan de una espléndida relación con sus hermanos orientales. De hecho, el profundo amor por Jehová ha hecho que Oriente y Occidente se encuentren.
Entre los que recorrieron las tierras bíblicas, hubo algunos de nosotros, y también disfrutamos de deleitables experiencias. El visitar lugares desde el monte Hermón en el Norte hasta Beer-seba en el Sur hizo que los sucesos bíblicos relacionados con éstos llegaran a vivir en nuestra mente. Y pudimos apreciar más cabalmente el gran esfuerzo que Jesús, Pablo y otros hicieron para efectuar su ministerio... la mayor parte de éste a pie. ¡Qué excelente ejemplo pusieron para nosotros!
Aunque las asambleas ya han pasado, su efecto nos debe estimular a todos a apreciar el don de nuestra obra del Reino. Reciban todos nuestro afectuoso amor cristiano.
Sus consiervos,
LA OFICINA DE SUCURSAL DE BROOKLYN
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Ellos tendrán que conocer a JehováMinisterio del Reino 1973 | noviembre
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Ellos tendrán que conocer a Jehová
1 Cuán emocionados estuvimos este verano pasado al recibir el libro nuevo “Las naciones sabrán que yo soy Jehová”... ¿cómo? La urgencia de los tiempos, la importancia del nombre sagrado, el cambio inminente en la administración de los asuntos del hombre... estos son puntos que han sido grabados profundamente en nuestras mentes a medida que hemos leído este libro. Después de leerlo un hermano expresó: “¡Es la más emocionante vista previa de cosas por venir que jamás hemos tenido!”
2 Pero muchas personas no han leído esta emocionante “vista previa de cosas por venir.” Como resultado, pocas personas tienen alguna idea del juicio violento de Jehová que pronto le sobrevendrá a los sistemas religiosos falsos a los cuales posiblemente ellos mismos pertenecen.
3 Esto no es debido a que estas personas jamás han tenido la oportunidad de aprender. La indiferencia de la gente se debe, de una manera general, a que Satanás ha cegado sus mentes. ¿Significa esto que es en vano el continuar yendo de casa en casa? ¡De ningún modo! Sea que la gente escuche o no, es la voluntad de Dios que se siga dando el testimonio. (Eze. 2:5) Esto engrandece su amor y su justicia, y es nuestro privilegio el tener una participación en ello. Además, sin duda en su vecindario hay algunas personas que están ‘suspirando y gimiendo’ debido a las condiciones detestables que existen en la cristiandad. Estas personas tienen que ser ‘marcadas en la frente’ a fin de escapar de la destrucción. Pero, ¿cómo?
4 En gran parte depende de nosotros. Este libro nuevo, “Las naciones sabrán” es de interés especial para los que están “suspirando y gimiendo.” Por lo tanto, debemos ser diligentes al compartir su contenido con toda persona que lo acepte. El distribuir este libro es un privilegio que tienen muy pocos habitantes en la Tierra. También es un desafío que pocos están dispuestos a aceptar. Aprovechémonos gozosamente de este privilegio y desafío y presentemos el libro “Las naciones sabrán” en nuestro ministerio del campo durante el mes de noviembre.
5 Primeramente, ofrezca esta nueva publicación en cada puerta y déle a cada persona con quien habla la oportunidad de conocer a Jehová así como nosotros lo conocemos. ¿Cree usted que ésta es una asignación difícil? No lo es, cuando se compara con la asignación de Ezequiel. El dejar con la gente un libro encuadernado, el cual ellos pueden leer en su tiempo libre, es más fácil que el acostarse sobre un lado por cuarenta días y luego sobre el otro lado por trescientos noventa días sin voltearse, y al mismo tiempo vivir de una dieta bastante restringida. Ciertamente que
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