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Nuestro bebé nació en casa¡Despertad! 1974 | 8 de septiembre
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“El hábito de separar a la madre y al bebé al nacer por la mayor parte de los próximos días es casi un descuido criminal de las necesidades más fundamentales de los dos.”
Reconociendo estas necesidades, algunos hospitales proveen un servicio en la habitación para mantener a la madre y al bebé juntos.
Sin embargo, los alumbramientos en casa brindan beneficios que los hospitales no pueden igualar. Nuestros hijos mayores aceptaron a su nueva hermana el día que nació. Ella nunca cargó con el estigma de haberse llevado a mamá por una semana al hospital.
Frecuentemente los hijos mayores y los padres tienen que esperar hasta que el bebé llega a casa para desarrollar amor por el pequeñito. ¡En nuestra casa no hubo espera!
¿Es seguro?
En una parte del mundo donde la gente depende casi completamente de los médicos y los hospitales para supervisar el alumbramiento, algunos quizás piensen que el dar a luz en casa es arriesgado, hasta peligroso.
Pero, ¿lo es?
“¿Deberían los bebés nacer en casa?” pregunta el autor Dr. Ashley Montagu. “¡Qué pregunta! ¿En qué otro lugar deberían nacer, si no en casa? ¿En el hospital? Pero yo había pensado que el hospital era un lugar donde uno va para aliviarse de una enfermedad o una lesión. . . . ¿Es el embarazo una enfermedad? ¿Es el nacimiento de un niño una dolencia?”
Algunos países en los que la mayoría de los partos se efectúan en el hogar tienen mejores proporciones de supervivencia que los de la América del Norte, en los que la mayoría de los nacimientos se efectúan en el hospital. ¡Nuestra enfermera partera ha parteado a cientos de bebés y no ha necesitado a un médico, ni siquiera debido a un desgarrón en una madre!
Obviamente, el concepto popular de los problemas del parto está muy exagerado en la América del Norte.
“En este país hay indicaciones de que el alumbramiento en casa, aunque no está de moda, es, de hecho, más seguro,” informa la Sra. Hazell en Commonsense Childbirth.
¡En la década de 1950 cuando los Estados Unidos estaban perdiendo, en promedio, una madre por cada 1.000 alumbramientos, un centro de maternidad ayudó a dar a luz a 8.339 bebés en casa en los barrios bajos de Chicago sin perder una sola madre!
Por tres años, desde 1960 a 1963, cuando en el condado de Madera, California, funcionó un servicio de enfermeras que servían de parteras, el promedio de la mortandad infantil se redujo a la mitad, a 10,3 por cada 1.000 nacimientos vivos de un nivel anterior de 23,9. ¡Menos de un año después que los casos de alumbramiento fueron devueltos a un sistema que giraba alrededor de médicos y hospitales, la mortandad infantil en el condado se triplicó, a 32,1 por cada 1.000 nacimientos!
Los partos en casa tienen menos probabilidad de implicar caprichos médicos, los cuales frecuentemente se confunden con adelantos verdaderos. Como un ejemplo, hubo el auge de los calmantes de partos, que produjo proporciones ascendentes de complicaciones asociadas con falta de oxígeno al cerebro del bebé. Las madres y los bebés no están expuestos a las infecciones o enfermedades presentes en los hospitales.
Cuando los bebés nacen en casa, el médico que asiste o la partera es un invitado en la casa. La primera preocupación son la comodidad y conveniencia para mamá y el bebé. No se descarta al padre como un mueble inútil en un pasillo vacío sino que permanece como el cabeza y protector de la familia.
Como lo expresó un médico del departamento de sanidad pública en California: “Vemos la partería como una manera de humanizar los partos.”
Otras consideraciones
Los padres cristianos quizás tengan otra consideración seria. Quieren médicos que respeten sus deseos cuando el tratamiento médico corriente es inaceptable debido a que viola la ley de Dios acerca de la sangre.—Hech. 15:28, 29.
En muchos hospitales, un médico asiste en el parto del bebé y otro lo cuida después del nacimiento. Los padres prudentes querrán que todos los médicos implicados les den la seguridad de que respetarán sus deseos.
En ocasiones, los infantes recién nacidos han sido sometidos a transfusiones de sangre a pesar de la petición de los padres de usar otro tratamiento médico sano y más seguro. Los padres han transferido a sus hijos de hospitales que no cooperan para evitar esas tragedias. Otros han hecho arreglos para el alumbramiento en casa.
La gente se olvida que no son los médicos, ni las enfermeras, ni los hospitales los que dan a luz. Son las mujeres. Y su habilidad fue diseñada por un Creador sapientísimo. Un buen cuidado prenatal de la madre por lo general puede detectar y reducir los problemas en los pocos casos de alumbramiento que requieren atención especial debido a la imperfección humana.
Más que aprender
Nuestra niña nació en casa, y estamos convencidos de que esto trajo bendiciones especiales para la madre, la niña y toda la familia.
Pero también sabemos que nuestra experiencia y otras similares no representan la última palabra en alumbramientos. Hay mucho que aprender.
Sin embargo, qué privilegio disfrutamos. Ni siquiera los ángeles en el cielo pueden procrear. Con nuestro privilegio viene la responsabilidad. Los padres que comparten la experiencia del nacimiento tienen presente la responsabilidad que ellos comparten.
¿Está usted esperando un agregado a su familia? ¿Estará el padre presente en el momento del nacimiento? ¿Nacerá el bebé en casa o en un hospital? La decisión es de ustedes.
Prescindiendo de su elección, que hallen verdadera recompensa en ver a su pequeño responder al entrenamiento que le impartan de la Palabra de Jehová, ‘para que le vaya bien y dure largo tiempo sobre la tierra.’ (Efe. 6:3)—Contribuido.
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Una familia reunida¡Despertad! 1974 | 8 de septiembre
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Una familia reunida
LA Biblia puede tener un efecto saludable sobre la vida de la gente, como lo pudo ver una señora en Noruega. De sus consideraciones bíblicas con los testigos de Jehová llegó a reconocer que no podía continuar viviendo con un hombre con quien no estaba casada legalmente. Debido a que ella rehusó cambiar el punto de vista bíblico sobre asuntos morales que recientemente había adquirido, él la dejó y se hizo a la mar. Unas pocas semanas más tarde su anterior esposo vino a ver a los hijos. Ella lo invitó a entrar en la casa y le dijo lo que había ocurrido mientras tanto y que ahora estaba estudiando con los testigos de Jehová.
Esa noche había una reunión en el Salón del Reino de los testigos de Jehová. Puesto que ella no tenía un automóvil, le preguntó a su anterior esposo si estaría dispuesto a llevarla a ella y a los niños al Salón. Él lo hizo, y quedó tan impresionado con lo que oyó que continuó asistiendo a las reuniones, trayendo a la familia. También estaba complacido con los excelentes cambios que había hecho su anterior esposa para poner su vida en armonía con la Biblia. Había dejado de fumar y se había hecho más calmada y equilibrada. Existía una buena relación entre ella y los niños. Debido a lo que pudo observar, decidió volverse a casar con su anterior esposa. Ahora toda la familia se esfuerza unidamente por tratar de vivir según los principios bíblicos.
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