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El modelo antiguo de la obra rara de JehováLa Atalaya 1959 | 1 de agosto
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cual él no cambiará. Isaías fué usado como profeta para informar esto, diciendo: “Sólo un resto volverá, el resto de Jacob, al Dios Poderoso. Porque aunque tu pueblo, oh Israel, resultara ser como los granos de arena del mar, sólo un resto de entre él volverá. Un exterminio que se ha decidido estará inundando de un lado a otro en justicia, porque un exterminio y una decisión estricta estará ejecutando en medio de toda la tierra el Señor Soberano, Jehová de los ejércitos.”—Isa. 10:21-23.
8. ¿Sobre quiénes vino primero ese exterminio, pero cómo coloca Pablo un cumplimiento mayor de ello en un tiempo futuro al de su día?
8 Les sobrevino exterminio a los habitantes de Jerusalén y de Judá en el siguiente siglo después de Isaías. Sin embargo, el apóstol Pablo coloca un cumplimiento más grande del exterminio en un tiempo futuro al de su propio día al citar a Isaías y decir: “Además, Isaías clama tocante a Israel: ‘Aunque el número de los hijos de Israel sea como la arena del mar, es el resto el que se salvará. Porque Jehová ajustará cuentas sobre la tierra, consumiéndola y abreviándola.’ . . . al tiempo presente también un resto se ha presentado según una selección [por Jehová Dios] debido a [su] bondad inmerecida.”—Rom. 9: 27, 28; 11:5.
9. ¿Cuándo hubo un segundo exterminio, y ahora qué habrá en nuestro día?
9 Ese ‘ajuste de cuentas sobre la tierra’ fué hecho por Jehová en la tierra de Judá y Jerusalén y resultó en el exterminio de los judíos que fué ejecutado por los soldados romanos en el año 70 (d. de J.C.). Ahora en nuestro día habrá un exterminio final.
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Advertencias sobre la obra rara de JehováLa Atalaya 1959 | 1 de agosto
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Advertencias sobre la obra rara de Jehová
1, 2. (a) ¿Cómo tuvieron la cristiandad y Judá y Jerusalén ejemplos amonestadores del exterminio venidero? (b) ¿Cómo dió advertencia Isaías?
HOY la cristiandad tiene un ejemplo amonestador de lo que está para sobrevenirle en lo que les sobrevino a Judá y Jerusalén. A su vez, Judá y Jerusalén de la antigüedad tuvieron su ejemplo amonestador del exterminio que venía sobre ellos en el exterminio que le sobrevino al reino de diez tribus de Israel, cuya tribu principal era Efraín y cuya ciudad capital era Samaria. En realidad el nombre Efraín se usaba para designar al entero reino de diez tribus de Israel. El exterminio que le sobrevino a Efraín y a su ciudad capital Samaria ocurrió en los días del profeta Isaías, en 740 a. de J.C. Antes de venir ese exterminio, Isaías fué usado para dar la advertencia, diciendo:
2 “¡Ay de la corona eminente de los borrachos de Efraín, y la flor que se marchita de su decoración de belleza que está sobre la cabeza del fértil valle de los vencidos por el vino! ¡Mire! Jehová tiene a alguien fuerte y vigoroso. Cual tormenta atronadora de granizo, tormenta que diezma, cual tormenta atronadora de poderosas e inundadoras aguas, él ciertamente efectuará un echar abajo a tierra con fuerza. Con los pies serán holladas las coronas eminentes de los borrachos de Efraín. Y la flor que se marchita de su decoración de belleza que está sobre la cabeza del fértil valle debe llegar a ser como el higo temprano antes del verano, que, cuando el que mira lo ve, mientras todavía está en la palma de la mano, se lo engulle.”—Isa. 28:1-4.
3. (a) Cuando Samaria fué hecha la capital nacional, ¿cuál era la condición religiosa de Israel? (b) ¿De qué estaban embriagados sus borrachos, y qué clase de decoración usaban?
3 Hacia el extremo occidental de un valle fértil se eleva el cerro de 90 metros con faldas pendientes llamado Samaria o “monte de vigilancia.” La ciudad de Samaria fué construída allí. Su posición era de gran belleza y encanto, y, según los antiguos métodos de guerra, era una estratégica fortaleza militar que sólo podía ser sometida por medio del hambre. Cuando la ciudad de Samaria fué hecha la capital del reino de diez tribus de Israel, ya la nación había apostatado de Jehová y se había hecho enemiga de Judá y Jerusalén. Aun se unió en una alianza con la Siria no judía contra el reino de Jehová en Judá. Hubo guerras continuas entre Israel y Judá. La ciudad capital, Samaria, el asiento de la adoración de Baal, estaba llena de borrachos, en particular borrachos políticos. Se emborrachaban no sólo con vino literal, sino también con vino político. Este vino era el vino de independencia política de Judá y también vino de alianza política con los sirios y otros enemigos del reino de Jehová en Judá. En sus borracheras se coronaban la cabeza alegremente con una guirnalda o lauro de flores. Era una decoración de belleza; pero estaba hecha de flores que se marchitan y mueren. Era una corona que se marchitaba la que se ponían los borrachos que eran vencidos por el vino. Era una corona que se marchitaba la que la entera ciudad capital Samaria tenía puesta mientras estaba borracha con los placeres del poder político independiente, apoyado por alianzas políticas.
4. ¿Cómo habría de haber ay para la corona perecedera de esos borrachos, y qué fué el “fuerte y vigoroso” a quien Jehová usó para ejecutar la ira divina?
4 ¡Ay de aquella corona perecedera!, declaró Jehová Dios por medio de Isaías, porque ella iba a ser hollada sobre el suelo. La gloria de ser un reino iba a ser manchada. La condición ebria del desenfreno como reino iba a ser interrumpida abruptamente. La experiencia desembriagadora de ser derribados y subyugados por una poderosa potencia mundial iba a hacer que Samaria y Efraín recobraran el sentido en cuanto a las severas realidades de la situación. Esto les habría de venir como un sacudimiento a los borrachos de Samaria, porque su reino había rechazado a Jehová y se había dirigido a la adoración de becerros de oro y al dios falso Baal y había peleado continuamente contra el rey ungido de Jehová que se sentaba en el “trono de Jehová” en el monte Sión. A fin de derrocar al reino apóstata que pertenecía a Samaria, Jehová Dios tenía a uno “fuerte y vigoroso” para ejecutar la ira divina. ¿Quién era? La potencia mundial de Asiria, cuya ciudad capital era Nínive. A semejanza del río Éufrates inundador, los ejércitos conquistadores de Asiria marcharían a través de la tierra, saqueándola y destruyendo a Samaria la capital. (Isa. 7:17-20; 8:7, 8) Rápidamente, como cuando un higo temprano de verano es engullido al instante que uno lo descubre, la belleza de la corona adornante de los borrachos de Samaria sería ajada.
5. ¿Qué deberían haber observado y hecho los borrachos de Jerusalén y Judá, y cómo, por medio de ellos, dió Jehová una advertencia a la cristiandad moderna?
5 Sin embargo, Judá y Jerusalén también tenían sus borrachos. Estos deberían haber observado lo que les sucedió a los idólatras borrachines de Efraín y Samaria que abandonaron a Dios, y deberían haber tomado a pecho el ejemplo amonestador y deberían haber recuperado el juicio. Para poner sobre aviso a Judá y Jerusalén tocante a lo que les aguardaba a menos que recobraran el sentido, Jehová inspiró a Isaías para indicar lo que le habría de sobrevenir al reino vecino de Efraín y Samaria. Al mismo tiempo, al hacer esto, Jehová estaba dando una advertencia a la cristiandad del día moderno tocante a lo que le espera pronto en el Armagedón.
6. ¿A quiénes entonces identifica Isaías como borrachos de Judá y Jerusalén, y cómo han llegado a estar sus mesas?
6 Refiriéndose a los borrachos de Judá y Jerusalén, el inspirado Isaías dijo: “Y éstos también—a causa del vino se han extraviado y a causa del licor embriagador han vagado. Sacerdote y profeta—se han extraviado a causa del licor embriagador, se han confundido como resultado del vino, han vagado como resultado del licor embriagador, se han extraviado en su visión, han tambaleado en cuanto a decisión. Porque todas las mesas mismas han llegado a estar llenas de asqueroso vómito—no hay lugar sin él.”—Isa. 28:7, 8.
7. (a) Tocante a los sacerdotes levitas de Jerusalén, ¿qué requerían las obligaciones de su puesto? (b) Tocante a los profetas de Jerusalén, ¿qué exigían los requisitos de su puesto?
7 El rey y el pueblo acudían a los sacerdotes y profetas de Jerusalén para dirección espiritual y servicios religiosos. Estos hombres deberían haber ejercido gobierno de sí mismos y no deberían haberse dejado emborrachar. Los sacerdotes levitas estaban bajo el mandato de Dios de no tomar en lo absoluto bebidas alcohólicas antes de comenzar sus servicios religiosos. Tenían que conservar su juicio y tener cuidado de no hacerse presuntuosos para con las cosas de Dios y las restricciones que él colocó sobre ellos y ser muertos a causa de ello. (Lev. 10:1-11) Era preciso que se mantuvieran listos, con la mente alerta para recordar prontamente la Palabra de Dios y enseñarla a Su pueblo. Debían servir de ejemplos juiciosos para que Su pueblo santo los siguiera. De igual manera con los profetas de Jerusalén. Era vergonzoso y vituperioso para Dios y un ejemplo degradante para su pueblo el que estos profetas se emborracharan. Los requisitos de su puesto encumbrado como portavoces de Jehová exigían el que ellos mantuvieran despejada su vista y aguzadas sus facultades de discernimiento para ver la voluntad de Jehová. Necesitaban cabeza equilibrada para expresar las decisiones de Jehová. No podían tener las lenguas entorpecidas y enturbiadas con un exceso de bebidas alcohólicas y también explicar el mensaje de Dios de modo que pudiera entenderse.
8. ¿A quiénes, sin embargo, imitaron esos hombres de puesto santo, y con qué resultado?
8 Triste es decirlo, ellos imitaron a los borrachos de Efraín y Samaria. En vez de salir en abundancia de su boca la Palabra de Dios, eructaban asqueroso vómito. Salpicaba todo. Ebriamente caían en él y daban manotadas en él. Al hacer tal cosa, ¿regresaban a su vómito y lo lamían? No; regresaban a su vino para poder mantenerse de juerga. Por consiguiente sus juicios eran torcidos. Veían cosas falsas para la nación santa de Dios. Tambaleaban inestablemente en el camino en que iban. A nadie podían guiar sin peligro o a un destino específico. Sólo se podía esperar que cometieran los mismos errores que cometieron los borrachos de Efraín y Samaria. Para ellos mismos y su nación que los seguía estaban reservándose un fin semejante al que les vino a Efraín y Samaria. ¡Ay de aquellos sacerdotes y profetas borrachos de Jerusalén! No estaban dirigiendo correctamente al pueblo de Jehová de modo que pudiera preservarse Su reino típico que él había establecido entre ellos. No se hallaban en condición apta para ser consejeros espirituales del rey que se sentaba en el “trono de Jehová.”
9. ¿A quiénes de hoy día representan bien, y qué efecto embriagador producen ciertas otras cosas aparte del vino y licor literales?
9 ¡Cuán bien representaron a los borrachos espirituales de la cristiandad al tiempo presente! Además de vino y licores embriagadores literales, hay otras cosas que embriagan a los sacerdotes y predicadores de la cristiandad de modo que producen en ellos somnolencia, los hacen tambalear, confunden las cosas ante su vista religiosa, los hacen arrojar el vómito de cosas espiritualmente asquerosas y hacen que estén embotados e insensibles en cuanto a los peligros a que se encara el mundo religioso y para con los intereses verdaderos del reino mesiánico de Dios.
10. Refiriéndose a tales cosas que causan borrachera espiritual, ¿qué clamó Jehová por medio de Isaías?
10 Refiriéndose a tales cosas que producen borrachera espiritual, Jehová clamó por medio del profeta Isaías: “Demórense y asómbrense; ciéguense, y sean cegados. Ellos se han emborrachado, pero no con vino; se han movido inestablemente, pero no a causa de licor embriagador. Porque sobre ustedes Jehová ha derramado un espíritu de sueño profundo; y les cierra los ojos, los profetas, y les ha cubierto aun las cabezas, los videntes. Y para ustedes la visión de todo llega a ser como las palabras del libro que ha sido sellado, el cual dan a alguien que sabe la escritura, diciendo: ‘Lea usted esto en voz alta, por favor,’ y él tiene que decir: ‘No puedo, porque está sellado’; y hay que dar el libro a alguien que no sabe escritura, diciendo alguien: ‘Lea usted esto en voz alta, por favor,’ y él tiene que decir: ‘No sé nada de escritura.’” Por tal razón se habían acercado a Dios sólo con la boca, pero no con el corazón; seguían mandatos de los hombres, no de Dios. Por consiguiente él dijo: “Por lo tanto aquí estoy yo, Aquel que volverá a obrar maravillosamente con este pueblo, de manera maravillosa y con algo maravilloso; y la sabiduría de sus sabios debe perecer, y el mismísimo entendimiento de sus hombres discretos se esconderá.” (Isa. 29:9-14) Esta borrachera le es más detestable a Jehová Dios que la borrachera física.
11. (a) En las Escrituras se usó el vino para simbolizar ¿qué? (b) ¿Qué espiritual viñedo del reino ha rechazado Jehová, pero qué viñedo espiritual cultiva y salvaguarda él?
11 En el antiguo Israel se cultivaban viñedos para producir vino. En las Escrituras se usó el vino para simbolizar el poder del reino de Dios para producir gozo y estímulo. Debido a que el antiguo Israel no fué fiel a él como reino típico de Dios, Dios rechazó al Israel infiel como el viñedo del reino típico que él estaba cultivando. Sin embargo, en la congregación cristiana que es leal a los intereses de su reino, Jehová Dios tiene un viñedo espiritual que él cultiva y salvaguarda, y por él se regocija. Jesucristo es la Vid; sus seguidores ungidos que moran en él son sarmientos, y este viñedo da mucho fruto para glorificar a Jehová. (Isa. 5:1-7; 27:2-6; Juan 15:1-8) Pero la cristiandad ha resultado ser una vid que le es extraña, que es extranjera a Jehová. El vino de sus sacerdotes y predicadores-profetas no es el espíritu del reino de Dios, un espíritu que produzca gozo y entusiasmo puros, piadosos. No es el vino junto con leche que Jehová Dios por medio de Isaías nos invita a venir y comprar, “aun sin dinero y sin precio.”—Isa. 55:1.
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