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    La Atalaya 1976 | 1 de agosto
    • Ponderando las noticias

      “Una sola solución”

      ● “Para evitar una guerra nuclear dentro de 25 años, peritos norteamericanos han encontrado solo una solución: ¡La de los Testigos de Jehová!” dice un encabezamiento reciente de “La Nouvelle Gazette” de Charleroi, Bélgica. ¿Por qué?

      Bueno, el periódico hizo notar que cinco prominentes peritos en el control de armamentos, de la Universidad de Harvard y el Instituto de Tecnología de Massachusetts, están convencidos de que el rápido almacenamiento de armas nucleares y su probable diseminación a entidades irresponsables hacen inevitable el conflicto atómico. “Un evalúo raciocinado en cuanto a dónde pudiéramos estar de aquí a 25 años sugiere que no podremos regular las armas nucleares . . . tal como no podemos controlar [las pistolas], la heroína ni la pornografía hoy día,” dijeron en un número reciente de la revista “Harvard.”

      Según la “Nouvelle Gazette,” estos peritos creen que “el único remedio sería un importante abandono de soberanía por cada país, un cambio radical en el modo de vivir de la humanidad . . . a favor de un gobierno mundial.” “Así,” continúa el periódico, “¡los peritos norteamericanos concurren exactamente con la proposición que sostienen los testigos de Jehová!” La “proposición” de los testigos de Jehová es la que se expresa en la Biblia: Que el gobierno universal del Reino de Dios —no el gobierno de hechura humana— es “el único remedio.” Este gobierno mundial “pulverizará . . . a todos estos reinos, y él subsistirá eternamente.”—Dan. 2:44, “Biblia de Jerusalén.”

      Anticongelante natural

      ● Mientras más aprenden los científicos, más risible se hace la afirmación de que la casualidad sin mentalidad de la evolución produjo todas las maravillosas aptitudes y cualidades de las cosas animadas. Considere la resistencia al frío extremo que se ha observado tanto en los peces como en los árboles.

      Los químicos humanos han producido soluciones anticongelantes. Pero en los últimos cinco años los científicos han aprendido más en cuanto a la manera en que los peces de agua fría sobreviven durante el invierno por medio de producir su propio “anticongelante” natural... ciertas proteínas en su caudal sanguíneo. Los científicos todavía no entienden con exactitud de qué manera funciona, pero teorizan que un alto contenido del aminoácido alanina en estas proteínas ayuda a eslabonar moléculas del “anticongelante” con cristales de hielo de manera que se impide que los cristales crezcan. Un hecho es patente... el arreglo funciona bien.

      Y en el norte lejano, después que las aves y los animales se dirigen al sur alejándose del cruel clima bajo cero del invierno, los árboles subsisten, arraigados en el suelo congelado. ¿Cómo sobreviven? Bueno, se sabe que sales en solución pueden reducir mucho el punto de congelación del agua. Además, los científicos han descubierto que agua muy pura, sin partículas sobre las cuales se formen cristales de hielo, puede ser superenfriada a unos —40 grados centígrados antes de que se congele. En un estudio de 350 clases de árboles de clima frío, el agua de los tejidos leñosos de 175 mostró esa pureza, y las sales naturales de los fluidos de los árboles redujeron todavía más el punto de congelación, ¡a casi —46 grados centígrados! ¡Verdaderamente otro caso notable de la sabiduría práctica del Creador en operación!

      La salud mental y las escuelas

      ● Un psicólogo de Phoenix, Arizona, el Dr. Kenneth Olson, dice que ‘la escuela puede ser devastadora para la salud mental de los niños.’ ¿Por qué? Aunque él enfatizó un ‘ambiente intelectual negativo, las escuelas se han hecho más amenazadoras de muchas otras maneras. En los últimos años se ha visto en las escuelas aumento en el abuso de las drogas, inmoralidad, violencia, exceso de estudiantes, maestros desinteresados y normas que están en pugna con las normas de los padres.

      Además, los estudiantes ven que muchas asignaturas no tienen uso práctico en la vida. Sin embargo, como dice Olson: “Antes de llegar a la escuela, el niño ha dominado el lenguaje verbal y simbólico sin haber tenido nunca un curso de instrucción [formal]. Ha sido una máquina de aprender.” Pero gran parte de esa potencialidad se desperdicia en la escuela.

      En el Israel de la antigüedad, que duró mucho más tiempo como nación soberana que casi cualquier otra, mientras los jóvenes crecían se hacían peritos en las artes, los oficios y la agricultura, y se les enseñaban las leyes de Dios para la vida cotidiana. Todo esto se hacía sin que tuvieran jamás un sistema escolar público formal. La ley de Dios asignaba a los padres la responsabilidad principal de educar o entrenar a los jóvenes. (Deu. 6:6, 7) No se les entregaba a algún sistema escolar para recibir entrenamiento.

      Aunque las circunstancias pueden ser diferentes hoy día, mucho se puede hacer para compensar por la deficiencia en el ambiente escolar. Por eso los testigos de Jehová enseñan a sus hijos desde la infancia las leyes de Dios para la vida cotidiana, y a menudo les enseñan a leer antes que los niños ingresen en la escuela. Tal atención personal continúa hasta que llegan a la edad adulta. También, a los niños se les estimula a aprender oficios prácticos. Y pueden esperar el justo nuevo orden de Dios, donde no existirán ambientes perjudiciales, y donde a todos se les enseñará lo que en realidad es útil.—2 Ped. 3:11-13.

  • Paralítico... pero viviendo a plenitud
    La Atalaya 1976 | 1 de agosto
    • Paralítico... pero viviendo a plenitud

      Según lo relató Rodolfo Barin en las Filipinas

      YA HAN pasado siete años desde cuando podía ponerme de pie y andar sin ayuda. Hace cinco años todavía podía escribir mi nombre y alimentarme sin ayuda, pero ya por un año hasta estas tareas sencillas son imposibles para mí. Cuando leo, alguien tiene que pasar las páginas para mí, y si me inclino demasiado adelante en mi silla de ruedas, la cabeza se me dobla sobre el pecho y no puedo levantarla otra vez sin ayuda. Padezco de la parálisis que se conoce como esclerosis múltiple.

      Puesto que cuando esta enfermedad me atacó yo era un hombre robusto, fornido, de treinta y siete años, usted quizás se pregunte cómo he podido permanecer alegre y activo. ¿Cómo he combatido el abatimiento del desaliento durante mi batalla de once años contra este enemigo implacable? La respuesta se remonta al año 1957, cuando dediqué mi vida a servir a nuestro Creador, Jehová Dios.

      APRENDIENDO A CONFIAR EN JEHOVÁ

      Aunque necesité más de dos años de estudio con los testigos de Jehová antes de quedar cabalmente convencido de la verdad de la Biblia, sin embargo, cuando quedé convencido, me esforcé por efectuar cambios en mi vida. Había sido dueño de un bar y club nocturno lucrativo, y bebía en exceso y era un fumador de los que se fuman un cigarrillo tras otro continuamente. Pero después de considerar el consejo

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