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Educación sexual escolar... ¿provechosa, o peligrosa?¡Despertad! 1972 | 8 de mayo
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pacientes el tratamiento que favorece, puesto que “él sabe lo que mejor les conviene.”—Berlingske Tidende, 20 de junio de 1971.
Dónde realmente estriba el problema
¿Habrá de resolverse realmente en las escuelas el problema de las preñeces indeseables, de los abortos, de las ideas pervertidas acerca del sexo? En cuanto a eso, ¿qué éxito han tenido las escuelas en resolver otros problemas morales serios que envuelven a los jóvenes? ¿Han podido sus cursos sobre el civismo y la buena ciudadanía impedir o detener el aumento de la afición a las drogas, la delincuencia y la violencia entre los jóvenes? Por eso, ¿es la ausencia o grado limitado de la educación sexual en las escuelas la verdadera fuente del problema?
Allá en 1960, cuando el Consejo Nacional de la Mujer apeló al gobierno, dijo: “Tenemos la impresión de que demasiados jóvenes no obtienen en el hogar o en la escuela el apoyo que deberían obtener y por lo tanto salen al mundo sin preparación e ignorantes.”
No obstante, es obvio que el entrenamiento en el hogar precede al entrenamiento escolar en la vida del niño.
El ex-ministro de educación K. Helveg Petersen se concentra en la verdadera fuente del problema, diciendo: “La escuela jamás podrá llevar a cabo esta asignación de manera plenamente satisfactoria, porque ésta, ante todo, pertenece al hogar.”
Es allí mismo donde la Biblia también coloca la asignación. Cuando un padre israelita consideraba la ley mosaica con sus hijos, como había de hacerlo según Deuteronomio 6:6-9, éstos inevitablemente recibían mucha instrucción sexual, como cualquiera puede ver sencillamente al leer esa Ley en la Biblia. Los padres —no algún extraño— suministraban esa instrucción y contestaban las preguntas de sus hijos. Y cuando los hijos oían la lectura de la ley en público acerca de estos asuntos, los padres estaban presentes con ellos. (Deu. 31:10-13) Hoy los padres que prefieren dejar que las escuelas atiendan esta asignación no pueden esperar tener el apoyo bíblico. Hacen esto a gran riesgo.
Lo que pueden hacer los padres
Los padres tienen grandes ventajas sobre otros en el asunto de suministrar educación sexual a sus hijos. Conocen a sus hijos mejor que cualquier otra persona. Saben cuánto se han desarrollado física, mental y emocionalmente. Y, si son concienzudos, los padres naturalmente muestran consideración superior a sus hijos al dar ayuda individual de acuerdo con las necesidades y circunstancias de cada niño.
¿Qué pueden hacer los padres en las zonas en las cuales las autoridades compelen a los niños a recibir instrucción sexual en la escuela? Con regularidad le pueden preguntar al niño lo que se le está enseñando, así como averiguar lo que éste ha oído de parte de compañeros de juego y otros sobre este tema. Entonces, por medio de una discusión abierta y honrada, los padres le pueden suministrar al niño información adicional, saludable y útil. Pueden corregir y contrarrestar ideas incorrectas y fortalecer la determinación y el deseo del niño de seguir la norma bíblica, cristiana, de la conducta correcta, de esa manera buscando la bendición de Dios.
Por supuesto, en este asunto más vale prevenir que remediar. Los padres deben mantenerse alerta para no permitir que las escuelas les quiten la iniciativa en cuanto a la instrucción sexual. En Dinamarca, la opinión sobre la cual se basa la nueva ley dice que se les debe informar a los padres en cuanto a cómo se enseñará la educación sexual y a qué edad se introducirán los diferentes rasgos del tema. Si ciertas escuelas no llevan a cabo esto, los padres podrían entrevistar a los maestros para obtener esa información. Entonces pueden preparar a sus hijos de antemano para que los niños ya tengan el punto de vista bíblico saludable en su mente cuando las escuelas comiencen a considerar ciertos puntos. En países como Dinamarca los padres necesitan comenzar a hacer esto aun antes de que sus hijos entren al primer año.
Y, aunque los gobiernos impongan la educación sexual obligatoria, los padres todavía pueden hablar con las autoridades escolares y dar a conocer su preocupación en cuanto a las cuestiones morales que puedan surgir. Pueden expresar su desaprobación si los maestros estimulan la conducta sexual relajada. Algunos padres daneses han autorizado a sus hijos a solicitar permiso para salir del aula si la discusión sexual llega a ser depravada. Sin embargo, en vista de la curiosidad natural de los niños y de los jóvenes, quizás algunos padres opinen que esto es esperar mucho de sus hijos. En algunas partes del mundo, los padres que tienen los medios han preferido suministrar a sus hijos instrucción escolar particular, como por cursos de correspondencia u otros medios aprobados por la ley. Consideran cualquier gasto adicional envuelto como muy insignificante en comparación con el bienestar espiritual de sus hijos.
Obviamente, el poner en ejecución una nueva ley como la que se aprobó en Dinamarca trae consigo peligros implícitos. Pero el mayor peligro ya existía antes de que se aprobara la nueva ley: la indiferencia de tantos padres que aceptan la idea de que los ‘expertos’ saben más y que ellos mismos no tienen la habilidad para suministrar instrucción sexual adecuada y completa a sus hijos.
Basándose en su propia experiencia, el psicólogo de niños Svend Heinild expresa la convicción de que los problemas de los jóvenes no se deben tanto a una falta de información como a una clase de desnutrición espiritual y emocional. (Politiken, 16 de agosto de 1970) Los padres cristianos que genuinamente aman a su prole se encargarán de que esto jamás sea cierto de sus hijos. Conocen su responsabilidad y derecho dados por Dios de aconsejar e instruir a sus hijos en toda faceta de la vida. Están dispuestos a dar el tiempo, consideración y el esfuerzo que sean necesarios para proteger a sus hijos de las malas influencias morales.
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Población y superficie terrestre¡Despertad! 1972 | 8 de mayo
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Población y superficie terrestre
En el Brooklyn Public Library News Bulletin de abril de 1969 se hizo una pregunta acerca del porcentaje de terreno utilizado por la población urbana de los Estados Unidos. Se dio la siguiente respuesta:
“Según el texto del Census of Population de 1960, ‘La población urbana que constituía casi el 70 por ciento de la población total estaba concentrada en poco más del 1 por ciento de la superficie terrestre del país.’”
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