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Victoria sobre el mundo sin conflicto armadoLa Atalaya 1974 | 1 de mayo
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él no se hizo como ellos pagándoles con la misma moneda. Alrededor de las tres de la tarde, cuando Jesús dijo: “¡Se ha realizado!” e inclinó la cabeza y exhaló su último aliento, ciertamente había obtenido la victoria sobre el mundo, y eso sin conflicto armado. (Juan 19:30; 1 Ped. 2:22-24) El mundo lo había matado como hombre, pero él murió invicto. El mundo lleno de odio no obtuvo satisfacción de su muerte. No podía evitar, y no evitó, que él obtuviera la gloriosa recompensa de su victoria mundial. No pasaron completamente tres días antes que el Dios Todopoderoso lo levantara de entre los muertos en una estupenda victoria sobre la muerte y entonces lo exaltara a la diestra del trono de su Padre celestial, mucho más allá del alcance del mundo lleno de odio allá abajo en la Tierra, el simple escabel de Dios. (Fili. 2:5-11; 1 Ped. 3:22) Otra clase de victoria le espera, y ésta con sus santos ángeles guerreros en la venidera “guerra del gran día de Dios el Todopoderoso” en Har-Magedón.—Rev. 16:14, 16; 19:11-21.
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Compañeros de victoria sobre el mundoLa Atalaya 1974 | 1 de mayo
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Compañeros de victoria sobre el mundo
1. ¿Para quiénes fijó un patrón la victoria de Jesús sobre el mundo, y cómo fue ilustración de esto el apóstol Juan en edad avanzada?
LA VICTORIA de Jesús sobre el mundo sin participar en conflicto con él por el uso de armas militares queda como patrón o modelo para sus discípulos. Sus apóstoles fieles del primer siglo E.C. copiaron ese modelo. Nada logró todo el odio del mundo expresado durante décadas de tiempo en cuanto a quebrar la devoción firme de ellos al reino mesiánico de Dios y en cuanto a silenciar la predicación de aquel reino por ellos por todo el mundo. Solo unos cuantos años antes del fin de aquel siglo el apóstol cristiano Juan, probablemente el último apóstol sobreviviente, escribió a compañeros cristianos y dijo: “Yo Juan, hermano de ustedes y partícipe con ustedes en la tribulación y reino y perseverancia en compañía con Jesús, vine a estar en la isla que se llama Patmos por hablar acerca de Dios y por dar testimonio de Jesús.” (Rev. 1:9) Como aquellos fieles apóstoles, los verdaderos discípulos de Jesús están copiando su patrón o modelo para obtener victoria sobre este mundo del siglo veinte.
2. Según la profecía de Jesús acerca de las dificultades que experimentarían sus seguidores, ¿cómo es él objeto del odio del mundo?
2 Aunque Jesucristo ya no está en la escena terrestre, aun hoy es objeto del odio mundial. Los casi mil millones de miembros de las iglesias de la cristiandad quizás levanten objeción a esta declaración, e insistan en decir: “¡Nosotros no lo odiamos!” Y sin embargo hay una prueba por la cual podemos saber si odiamos a Jesús hoy. En una profecía acerca de lo que sus discípulos experimentarían, Jesús de antemano les dio una advertencia con estas palabras: “Ustedes serán objetos de odio de parte de toda la gente por motivo de mi nombre; mas el que haya perseverado hasta el fin es el que será salvo.” “Entonces los entregarán a ustedes a tribulación y los matarán, y serán objetos de odio de parte de todas las naciones por causa de mi nombre.” (Mat. 10:22; 24:9) Lógicamente, pues, el odiar a los discípulos de Cristo por motivo de su nombre significa odiar a Cristo mismo a la vez.
3. Para seguir siendo un seguidor genuino de Jesús, ¿qué victoria tiene uno que obtener lo mismo que él, y con qué galardón para ésta?
3 No hay manera de escapar de la verdad escueta: los discípulos genuinos de Jesucristo tienen que afrontar y aguantar el odio del mundo tal como lo hizo él. Por eso, para que un discípulo siga siendo tal cosa en sentido verdadero, tiene que obtener victoria sobre el mundo. No por medio de ninguna violencia, sino sin conflicto armado, como en el propio caso de Jesús. La pregunta para el discípulo es: ¿Lo derrotará el mundo, o derrotará él al mundo? Si sufre derrota, también tiene que sufrir las tristes consecuencias de la derrota. No obstante, si derrota al mundo, será recompensado con el magnífico galardón de la victoria... de manos de Dios.
4. ¿Qué prueba que hoy el ser odiado por todas las naciones y pueblos debido al nombre de Cristo no significa ser odiado sencillamente por ser llamado cristiano?
4 ¿Qué significa esto de ser odiado por toda la gente y las naciones por motivo del nombre de Cristo? ¿Significa ser odiado uno por la gente y las naciones solo por ser llamado cristiano? No, no hoy. Hoy hay centenares de millones de personas religiosas a quienes se llama “cristianos” y que están en buena reputación ante el resto del mundo de la humanidad y en relaciones amistosas con ellos. ¿Quiénes son estos llamados cristianos que disfrutan de amistad mundial y no están experimentando odio mundial? Según toda observación, son los miembros de las sectas religiosas de la cristiandad. Como clase no están siendo perseguidos, ¿verdad? Como clase no están proscritos ni se ven obligados a funcionar clandestinamente, ¿verdad? Es verdad que sí pelean entre sí, no por ser llamados cristianos, sino por pertenecer a diferentes sectas religiosas de la cristiandad. Envuelta en esto está la cuestión de cuál es la autoridad religiosa que quieren que los rija.
5. Por eso, la expresión de Jesús “por motivo de mi nombre” significa por motivo de ¿qué?
5 La expresión de Jesús “por motivo de mi nombre” significa por motivo de adherirse a Jesús por lo que él es oficialmente, el Rey Mesiánico nombrado por Jehová Dios. Significa por motivo de que lo confesamos y le rendimos obediencia como verdadero Señor, nuestro Señor celestial cuyos mandatos cumplimos por considerarlos de más peso que los de cualquier gobernante terrestre. Significa apegarse uno al gobierno mesiánico que él representa sin dividir su lealtad por medio de mezclarse en los asuntos de gobierno terrestre alguno de hechura humana. Significa considerarse y comportarse uno como esclavo de Jesucristo, un esclavo que no se pertenece a sí mismo sino que es posesión de Jesucristo, que pagó como costo su propia sangre vital. Sí, también significa ser testigo del Dios y Padre de Jesucristo, a saber, Jehová, la Fuente del reino mesiánico.
6. Por ende, el ser llamado uno por el nombre de Cristo significa ¿qué, y a qué nos obliga el vivir de acuerdo con Su nombre?
6 Por ende, el ser llamado uno por el nombre de Cristo significa mucho más que sencillamente llevar una vida limpia. Exige que uno se identifique, no como perteneciente al sistema mundial de cosas del cual la cristiandad es la parte más prominente y poderosa, sino como perteneciente al limpio y nuevo sistema de Dios que él tiene para los habitantes de la Tierra. Coloca a uno en la posición de ser residente forastero, morador temporal en este sistema de cosas mundano que va pasando. (1 Ped. 2:11) Esto excluye al verdadero cristiano de ser una misma cosa con las personas del mundo y de amoldarse a las costumbres y pensamientos de éstas, dejándose emocionar y controlar por el nacionalismo mundano, el orgullo de la patria terrestre. Acerca de sí mismo, Jesús dijo a judíos nacionalistas: “Ustedes son de las regiones de abajo; yo soy de las regiones de arriba. Ustedes son de este mundo; yo no soy de este mundo.” (Juan 8:23) Jesús, pues, no se hizo parte de este mundo con sus aspiraciones egoístas. El vivir de acuerdo con el nombre de él obliga igualmente a su discípulo a no ser parte de este mundo.—Juan 17:14, 16.
7. ¿Cuál es la respuesta normal de los mundanos a la no participación de los cristianos verdaderos en los asuntos favoritos de este mundo, y cómo explicó esto Jesús?
7 ¿Despierta resentimiento esa posición o causa un acaloramiento de indignación en la persona que es amigable con este mundo? Este sentimiento hostil es respuesta normal a la no participación del
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