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  • “Levántese Dios, sean esparcidos sus enemigos”
    La Atalaya 1968 | 1 de mayo
    • “Levántese Dios, sean esparcidos sus enemigos”

      “Levántese Dios, sean esparcidos sus enemigos, y los que lo odian intensamente huyan a causa de él.”—Sal. 68:1.

      1, 2. ¿A quiénes tiene Dios como enemigos, y algunos de éstos sin saberlo?

      ¡DIOS tiene enemigos! Hoy millones de personas son enemigas del mismísimo pensamiento de que hay un Dios, el Altísimo y Todopoderoso, el Ser Divino que no tuvo principio y no tendrá fin, el Creador del cielo y de la Tierra, el Hacedor del hombre, Aquel a quien todas las criaturas humanas inteligentes en la Tierra son responsables, pues dependen plenamente de Él.

      2 Hay otros individuos que pretenden ser adoradores de Dios, pero que realmente son sus enemigos, muy probablemente sus peores enemigos en virtud de que lo presentan en falsos colores y por eso son hipócritas religiosos. Es como dijo hace mucho tiempo un amador de Dios: “Declaran públicamente que conocen a Dios, pero por sus obras lo repudian, porque son detestables y desobedientes y no aprobados para obra buena de clase alguna.” (Tito 1:16) Otros centenares de millones son enemigos de Dios sin saberlo, no porque adoran a dioses falsos, sino porque son amigos de este mundo: “¿No saben que la amistad con el mundo es enemistad con Dios? Cualquiera, por lo tanto, que quiere ser amigo del mundo está constituyéndose enemigo de Dios.” (Sant. 4:4, NM; TA) Sin contradicción alguna, Dios tiene enemigos, ¡por desgracia para ellos!

      3. (a) ¿A qué grado se levantará ahora Jehová contra sus enemigos? (b) ¿Cuál es su propósito según se declara en Isaías 28:21, y en qué debería hacer pensar esto a los enemigos?

      3 Ha llegado el tiempo para que Dios se levante contra sus enemigos en la Tierra en un movimiento final para disponer completamente de ellos. Hay casos en las páginas de la historia en que Dios se ha levantado contra ciertos enemigos del día para librarse de la resistencia de éstos. Pero ahora, según su propósito declarado, se levantará para eliminar de la Tierra a sus enemigos de hoy día en un solo gran movimiento abarcador, no permitiendo que ninguno escape. Él no ha olvidado su propósito declarado, aunque se registró hace veintisiete siglos: “Jehová se levantará tal como en el monte Perasim, se agitará tal como en la llanura baja cerca de Gabaón, para hacer su hecho —su hecho es extraño— y para obrar su obra —su obra es extraordinaria—.” (Isa. 28:21) La historia muestra lo que ocurrió en Perasim en aquella ocasión, y debe ser suficiente para hacer que los enemigos de Jehová de hoy día piensen en cómo sus fuerzas destructoras irrumpirán como aguas arrolladoras para barrerlos a ellos y sus ídolos.

      4, 5. (a) ¿Quién fue testigo ocular de lo que hizo Dios en Perasim y Gabaón, y qué papel tuvo éste que desempeñar para con los enemigos de Dios en toda la tierra? (b) En el Salmo 68:1-3, ¿qué dijo en oración concerniente a los enemigos y los justos?

      4 Un hombre que fue testigo ocular tanto de lo que aconteció en Perasim como de lo que aconteció más tarde en Gabaón en el siglo undécimo antes de nuestra era común fue el rey David de Jerusalén. (2 Sam. 5:17-25; 1 Cró. 14:8-17) El sacar a aquellos enemigos filisteos de Perasim y Gabaón no acabó completamente con todos los enemigos del reino de Dios que Jehová había establecido allí en el Oriente Medio con el rey David como su representante visible sobre el trono de Jerusalén. Había muchos otros enemigos que todavía permanecían en la faja de terreno que Jehová Dios había prometido dar al antepasado de David, el patriarca Abrahán, una faja de terreno que se extendía desde el gran río Eufrates hasta el río de Egipto. (Gén. 15:17-21; 12:1-9; 13:14-18) Otros enemigos poderosos, como los sirios, quedaban en esta zona general de terreno y tenían que ser o destruidos o subyugados y hechos vasallos. El rey David estaba bajo el mandato de Dios de tratar con estos enemigos de tal manera que se cumpliera la promesa de Dios de dar “toda la tierra” a los descendientes de su fiel amigo Abrahán. David debe haber estado pensando en estos enemigos cuando escribió las palabras de apertura del Salmo 68 (versículos uno a tres, inclusive):

      5 “Levántese Dios, sean esparcidos sus enemigos, y los que lo odian intensamente huyan a causa de él. Como se ahuyenta el humo, quieras ahuyentarlos tú; como se derrite la cera a causa del fuego, perezcan los inicuos de delante de Dios. Pero en cuanto a los justos, regocíjense, exulten delante de Dios, y alborócense con regocijo.”

      6, 7. (a) ¿A quién citó allí el salmista David, y qué se le mandó a éste que hiciera para representar la presencia de Dios? (b) ¿Cuándo y por qué dijo éste las palabras que citó David?

      6 Puesto que todavía había enemigos no subyugados en la Tierra de Promisión, la marcha victoriosa de Jehová Dios contra sus enemigos no se había efectuado completamente todavía. Apropiadamente, entonces, se inspiró al rey David a escribir y citar las palabras del hombre a quien Jehová Dios utilizó cuando comenzó esta marcha victoriosa, a saber, el profeta Moisés, en el siglo dieciséis antes de la era común. En aquel tiempo Moisés estaba en el desierto de Sinaí, en Arabia, junto con las doce tribus de los hijos de Israel y también con una “vasta compañía mixta” de no israelitas. (Exo. 12:38; Núm. 11:4) El campamento entero estaba compuesto de millones de personas. En la primavera del año anterior Jehová Dios había librado de Egipto milagrosamente a todas estas personas, aun destruyendo a los ejércitos de los egipcios bajo Faraón cuando éstos trataron de alcanzar a los israelitas en huida mientras éstos cruzaban por el lecho secado del mar Rojo. En el tercer mes después de esto los israelitas y la “muchedumbre mixta” llegaron al monte Sinaí, y allí Jehová Dios hizo un pacto o contrato nacional con ellos.

      7 Según la ley de este pacto nacional se erigió un tabernáculo sagrado para la adoración de Dios. En el cuarto más interior de este tabernáculo se colocó el arca dorada del pacto para representar la presencia de Dios allí. Cuando los israelitas recogían sus tiendas y se transferían al siguiente lugar, el arca del pacto era transportada sobre los hombros de sacerdotes a aquella siguiente parada. Así Dios y su pueblo estaban en marcha para tomar posesión de la Tierra de Promisión. Había muchos enemigos en el camino antes de que ellos consiguieran posesión completa de toda aquella tierra. En reconocimiento de esto, Moisés como mediador entre Dios y la nación de Israel le pidió a Dios que llevara la delantera, como nos dice Números 10:35, 36 en estas palabras: “Sucedía que cuando el Arca emprendía la marcha, Moisés decía: ‘Levántate, sí, oh Jehová, y sean esparcidos tus enemigos; y huyan de delante de ti los que te odian intensamente.’ Y cuando ella se posaba, decía: ‘Vuelve, sí, oh Jehová, a las miríadas de millares de Israel.’”

      8, 9. En el Salmo 68:4-6, ¿qué instó el rey David a su pueblo a hacer tocante a Dios?

      8 Las victorias de Jehová y todo el trato misericordioso que dio a su pueblo merecían ser celebrados con canto en alabanza a Él. El rey y salmista David, quien era cantante y músico, instó a su pueblo, las doce tribus de Israel, a hacer eso:

      9 “Canten ustedes a Dios, celebren con melodía su nombre; levanten una canción a Aquel que cabalga por las llanuras del desierto como Jah, que es su nombre; y estén jubilosos delante de él; padre de huérfanos de padre y juez de viudas es Dios en su santa morada. Dios está haciendo morar en casa a los solitarios; está sacando a los prisioneros a la plena prosperidad. Sin embargo, en cuanto a los tercos, ellos tienen que residir en una tierra abrasada.”—Sal. 68:4-6.

      10. ¿Cómo, en el caso de Israel, se había mostrado Dios (a) padre de huérfanos de padre y (b) juez de viudas?

      10 Ninguna nación o pueblo en la Tierra hoy día podría tener mejor gobernante que el que tenía la antigua nación de Israel en su Dios, su Rey invisible. La entera nación de ellos había sido prisionera involuntaria e inmerecidamente en el Egipto pagano; pero Jehová Dios desoló la tierra de Egipto con diez plagas milagrosas y los sacó a prosperidad, una prosperidad que llegó a su plenitud para el tiempo del rey David. En Egipto la nación de Israel había sido como un muchacho huérfano de padre, pero Jehová resultó ser un padre para ellos, llamando a la entera nación “mi primogénito.” (Éxo. 4:22) Cuando sacó a Israel su primogénito de la opresión bajo el Faraón que desafiaba a Dios, todos los varones primogénitos de Egipto fueron muertos. El pueblo de Dios allá era como una viuda indefensa que no tenía a nadie que la defendiera en un tribunal, y él actuó como el justo Juez del Tribunal Supremo y se encargó de que la nación afligida consiguiera justicia, una liberación. Él llegó a ser como un esposo para su pueblo.—Isa. 54:5; Jer. 3:14; 31:31, 32.

      11. ¿Cómo trató Dios con los “solitarios” en contraste con los “tercos,” y con qué nombre cabalgó?

      11 Tratados como esclavos peligrosos en Egipto, los israelitas eran como personas solitarias en un desierto inhospitalario, sin hogar adonde ir. Pero Jehová los sacó y los estableció como en una casa, en la Tierra de Promisión. A los que se mostraron enemigos de él y tercamente lo resistieron, él hizo que residieran sin las bendiciones refrescantes del favor divino como en una tierra abrasada por el sol. Su nombre es Jah, que es una abreviatura para el nombre Jehová. El dio a conocer su nombre Jehová a su pueblo allá en Egipto como ellos y sus antepasados fieles no lo habían conocido antes. (Éxo. 15:1, 2; 17:16) Con este nombre, sobre el cual él había amontonado fama, cabalgó a través de la llanura del desierto mientras conducía a su pueblo a través a la tierra prometida. ¡Levántese canción a Él!

      LA MARCHA DESDE SINAÍ HASTA SIÓN

      12, 13. Como el salmista David nos recuerda, ¿qué cosas puede mover Dios para mostrar su poder como Creador, y cómo demostró esto en Sinaí?

      12 Para este Dios Todopoderoso Jehová no es nada el mover el cielo y la Tierra para mostrar que él es el Dios de la creación y de todas sus leyes. El exhibió el poder que tiene para hacer eso en el monte Sinaí en Arabia, adonde trajo a su pueblo en el tercer mes después de librarlos del Egipto esclavizador y opresor. Aun antes de declarar los Diez Mandamientos desde la cumbre del monte Sinaí, él causó manifestaciones aterrorizadoras en la Tierra y el cielo, para grabar en el pueblo de Israel el hecho de que su Legislador no era ninguna mera criatura humana endeble, sino que era el Dios de cielo y Tierra. Si las cosas inanimadas de la creación se mueven ante su presencia invisible, ¿por qué no habrían de ser movidas también sus criaturas humanas inteligentes que contemplan sus obras maravillosas de creación? Él puede mover cielo y Tierra para ejecutar su voluntad. La cualidad divina de poder para hacer esto la recordó y mencionó el salmista y rey David, para alabanza de Jehová, cuando dijo:

      13 “Oh Dios, cuando tú saliste delante de tu pueblo, cuando marchaste por el desierto . . . la tierra misma se meció, el cielo mismo también goteó a causa de Dios; este Sinaí se meció a causa de Dios, el Dios de Israel. Un copioso aguacero empezaste a hacer caer, oh Dios; tu herencia, aun cuando estaba fatigada... tú mismo la reanimaste. Los de tu comunidad en tiendas... ellos han morado en ella; con tu bondad procediste a prepararla para el afligido, oh Dios.”—Sal. 68:7-10.

      14. (a) ¿Cómo refrescó Dios a su herencia cuando estaba fatigada? (b) ¿Por cuánto tiempo fue su pueblo una “comunidad en tiendas,” y qué resistencia encontraron al fin?

      14 El pueblo de Israel había sido sacado de naciones paganas para que fuera la propia posesión exclusiva de Dios, y él lo llamó su herencia. (Deu. 32:8, 9) Había sido afligido en Egipto; y cuando llegó al pie del monte Sinaí en el desierto, sin duda estaba cansado, como una tierra sedienta. Pero allí, al darles los Diez Mandamientos y todas las otras leyes de su pacto y al establecer su adoración organizada pura entre ellos, Jehová Dios empezó a hacer que cayera un aguacero de bendiciones espirituales. Esto fue espiritualmente reanimador al pueblo de su herencia y fortalecedor para ellos como alimento. Descubrieron que tenían que vivir, no solo por alimento físico, sino por toda palabra que procedía de la boca de Dios. Pasaron largo tiempo —cuarenta años— como una comunidad en tiendas en el desierto y fuera de los límites de la Tierra de Promisión. Pero en el año final Jehová los trajo a los límites de la ‘tierra que manaba leche y miel.’ Entonces los reyes locales empezaron a ofrecer resistencia. ¿Qué se había de hacer ahora? Escuche:

      15, 16. Como se nota en el Salmo 68:11, ¿qué papel desempeñaban las mujeres de Israel con relación a las victorias de Dios por medio de sus hombres?

      15 “Jehová mismo da el dicho; las mujeres que anuncian las buenas nuevas son un ejército grande. Aun los reyes de los ejércitos huyen, ellos huyen. En cuanto a la que permanece en casa, ella participa de despojo. Aunque ustedes se quedaron acostados entre los montones de ceniza del campamento, habrá las alas de una paloma cubiertas de plata y sus plumas remeras de oro verde amarillento. Cuando el Todopoderoso esparció a los reyes en ella, empezó a nevar en Salmón.”—Sal. 68:11-14.

      16 En tiempos antiguos las mujeres no participaban en la batalla, pero cuando los soldados victoriosos regresaban ellas salían en grupos de los hogares para celebrar y para declarar las buenas nuevas con danza, canto y música. Míriam, la hermana de Moisés, dirigió a las mujeres israelitas en danza y canto después que su Dios Jehová derribó a los ejércitos egipcios en el mar Rojo. (Éxo. 15:20, 21) La hija de Jefté salió a encontrarse con él con danza y música cuando él regresó de su victoria sobre los enemigos amonitas. (Jue. 11:34) Cuando el rey Saúl en compañía de su general David regresó de alcanzar victoria sobre los filisteos, las mujeres salieron de todas las ciudades para saludarlos con música, canto y danza. (1 Sam. 18:6, 7) Las mujeres no habían de mantenerse en silencio en tales ocasiones. Eran sus hombres los que habían sido utilizados en el victorioso pelear bajo Dios, y ellas tenían derecho a unirse a la celebración de la victoria y dar la gloria y el crédito por la victoria a Dios, cuya voluntad habían hecho sus hombres.

      17. (a) ¿Por qué están obligadas hoy las mujeres a decir las “buenas nuevas”? (b) ¿Cuál fue el “dicho” que Dios dio al antiguo Israel, y qué resultado habría por obedecer el “dicho”?

      17 Mujeres de esa clase no son enemigas de Dios. Grandiosas como eran las buenas nuevas que estas mujeres tenían que anunciar allá en el tiempo del cual escribió el salmista David, las mujeres de este día moderno tienen buenas nuevas aun mayores que anunciar y por eso probar que son, no enemigas, sino amigas de Dios. Reciben las buenas nuevas de Dios, y es su derecho y obligación anunciarlas. Allá en los días de la joven nación de Israel, ‘Jehová mismo dio el dicho.’ ¿Qué fue el dicho? Al acercarse los israelitas a la Tierra de Promisión para arrancarla de las manos de los enemigos de Dios, Su “dicho” a ellos sería el ir adelante animosamente y tomar posesión de la tierra, ejecutando con armas de guerra a los enemigos de Dios que ocupaban la Tierra de Promisión sin derecho dado por Dios a ella. La obediencia a este mandato o “dicho” de parte de los hombres de batalla de Israel habría de tener ¿qué resultado? ¡El Dios al cual se elevaba la oración: “Levántate, sí, oh Jehová, y sean esparcidos tus enemigos,” garantizaba que el resultado sería victoria! Resultaría en “buenas nuevas” que impulsarían a las mujeres a celebrarlas con música y danza y a anunciarlas con canto.

      18. (a) ¿En qué sentido se podía decir que Dios daba el “dicho” a las mujeres? (b) ¿De qué manera comenzó a “nevar” en Salmón cuando Dios esparció a los reyes enemigos?

      18 Al pelear Jehová por su pueblo y darle victoria, Jehová estaría dando a las mujeres algo para anunciar. Les estaría suministrando el tema de su canto de celebración; les estaría dando las buenas nuevas. En este sentido se podía decir de él que estaba ‘dando el dicho.’ En la celebración de la victoria las mujeres anunciarían que los reyes paganos de los ejércitos enemigos habían huido de delante de Jehová Dios, cuando él se levantó contra ellos en batalla. Las mujeres anunciarían que, cuando Dios el Todopoderoso esparció a los reyes enemigos que estorbaban en el camino de Israel, los cadáveres de los ejércitos enemigos cubrieron el campo como nieve, como en Salmón; o, posiblemente, que, para otorgar victoria a su pueblo, él había causado nieve milagrosa en Salmón. Los victoriosos peleadores a favor de Dios regresarían a sus hogares después de despojar al enemigo muerto y compartirían el despojo con sus mujeres, a quienes habían tenido que dejar en el hogar para atender la casa.

      19. ¿Cómo, aunque los hombres se acostaron entre los montones de ceniza del campamento, habría de haber una paloma cubierta de metales preciosos?

      19 Puede que, aunque los ejércitos ejecutores de Dios tuvieron que acostarse entre los montones de ceniza durante la campaña, se haya hecho una paloma de metales preciosos, con plumas cubiertas de plata y sus plumas remeras de oro verde amarillento, para llevarla a casa como trofeo de la victoria de Jehová. Pero, también, a la nación de Israel se le llamaba la “tórtola” de Jehová. (Sal. 74:19) Desde este punto de vista, aunque los hombres de esta nación como tórtola de Dios habían tenido que acostarse entre los montones de ceniza del campamento, durante una campaña de pelear contra los enemigos de Dios, saldrían como una tórtola, de ala firme y limpia apariencia, brillando como si estuviera cubierta con plata y oro verde amarillento. Así Dios no daría su nación parecida a una tórtola en manos de Sus enemigos.

      20. ¿Qué es lo que siguen haciendo los enemigos desde 1914, de modo que Jehová tiene que levantarse contra ellos en el Armagedón?

      20 El vigor de esta narración poética de los tratos de Dios no se debe perder sobre los enemigos de Dios hoy día. Estos enemigos tratan de estorbar el que Dios logre su propósito en cuanto a su pueblo, el llevarlos con éxito al justo nuevo orden que él ha prometido. El “tiempo del fin” como se predijo en su Palabra les ha sobrevenido a las naciones de este mundo, comenzando en 1914 al fin de los Tiempos de los Gentiles, “los tiempos señalados de las naciones.” Ellas rehúsan salirse del poder durante este “tiempo del fin” y ceder lugar pacíficamente al ejercicio de soberanía de Dios sobre la Tierra creada por él. Por lo tanto se hace necesario que el Dios Todopoderoso las eche. Él tiene que levantarse contra ellas en batalla. Esto lo hará en el campo de batalla del Armagedón. Mientras tanto las naciones enemigas continúan estorbando el progreso del pueblo de Dios al trabajar éste por dar adelanto a los intereses terrestres del reino de Dios.

      21. Como en el caso de David, ¿cómo trataron los enemigos de evitar que Jesucristo gobernara, y con cuánto éxito?

      21 El reino no es el reino del David de la antigüedad en la Jerusalén terrestre, sino el del prometido Hijo de David, Jesucristo, quien nació en la línea de familia de David por medio de la virgen judía María por un milagro de Dios. Los enemigos trataron de evitar que David gobernara como rey sobre el monte Sion en Jerusalén, pero fueron vergonzosamente derrotados cuando Dios se levantó contra ellos. Igualmente los enemigos trataron de evitar que el Hijo de David, Jesucristo, gobernara como rey, pero ellos también tuvieron que inclinarse en derrota. Mataron a Jesucristo fuera de Jerusalén en el día en que se mataba el cordero de la pascua judía, pero al tercer día el Dios Todopoderoso lo levantó de entre los muertos como un glorioso e inmortal Hijo espíritu. El Hijo de David entonces ascendió a su Padre celestial. Allí Jehová Dios lo colocó como una Piedra real en el Sion celestial, para que comenzara a gobernar allí al tiempo debido de Dios, es decir, en 1914. Entonces Dios comenzaría a hacer de todas las naciones gentiles un banquillo bajo los pies del Hijo de David.—Luc. 21:24; Isa. 28:16-21; Sal. 110:1, 2; Hech. 2:34-36; Heb. 10:13.

      22. ¿A qué han ofrecido resistencia las naciones gentiles desde 1914?

      22 Desde 1914 las naciones gentiles han rehusado reconocer el fin de los “tiempos señalados de las naciones” y han resistido el que se les haga el banquillo de los pies del reinante Hijo de David. Pero su resistencia terca resultará en vano en el Armagedón.

      DANDO NOTIFICACIÓN FORMAL A LAS NACIONES

      23, 24. (a) ¿Cuál fue el “dicho” que Jehová dio en 1914? (b) ¿Qué predijo Jesús que acontecería después de 1914? ¿Se incluye esto bajo el “dicho” mandatorio?

      23 Como el Salmo 68:11 dijo hace mucho tiempo: “Jehová mismo da el dicho.” Al fin de los Tiempos de los Gentiles en 1914 Jehová Dios dio el dicho para que se echara a las naciones enemigas que estaban en la Tierra. Están en su “tiempo del fin.” (Dan. 11:40; 12:4) En lo que respecta a lo que había de suceder durante este “tiempo del fin,” el Hijo de David, Jesucristo, predijo, no solo guerra mundial, hambres, pestes, terremotos y angustia de naciones, sino también la proclamación de las buenas nuevas de un nuevo gobierno, el gobierno legítimo de la Tierra, a saber, el reino de Dios. Después que predijo las persecuciones que les vendrían a sus seguidores fieles, Jesús dijo: “Estas buenas nuevas del reino se predicarán en toda la tierra habitada para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.”—Mat. 24:7-14.

      24 Así Dios está dando notificación formal a las naciones enemigas. Él ha dado el “dicho” para que se subyugue a tales enemigos, para hacerlos como un banquillo bajo los pies del Hijo de David. Este “dicho” mandatorio incluye también el dar la notificación formal a ellas antes que Él se levante contra ellas en el Armagedón. ¿Se ha dado esta notificación formal?

      25. (a) ¿Qué ha significado para los testigos del Reino y para Dios el dar notificación formal? (b) ¿Qué significó igualmente el nacimiento del Reino, y qué clase de nuevas resultaron?

      25 Sí, particularmente desde el año 1919. Esto ha querido decir una pelea de parte de los testigos del Reino de Jehová desde ese año. Pero estos testigos del Reino han orado: “Levántese Dios, sean esparcidos sus enemigos.” En respuesta, Dios les ha abierto el camino para que ellos den notificación formal a las naciones enemigas por medio de predicar las buenas nuevas de que el reino de Dios se estableció en manos del Hijo de David en 1914. Esto ha querido decir una serie de victorias para Jehová, lo cual hace posible que hoy día la notificación formal sobre el Reino se esté dando a las naciones en 197 países y en 165 idiomas. El nacimiento mismo del reino de Dios en los cielos significó una victoria por El sobre Satanás el Diablo y sus demonios. (Rev. 12:5-12) La expansión de la obra de dar la notificación formal acerca del Reino a más y más naciones ha significado más victorias para Jehová Dios. Tales victorias divinas sirven como buenas nuevas que deben anunciarse a los pueblos.

      26. (a) ¿Cómo es verdad hoy que “las mujeres que anuncian las buenas nuevas” son una gran cantidad? (b) ¿Por qué es la palabra “ejército” buena palabra para este grupo de mujeres?

      26 Esas victorias espirituales de Dios hasta ahora se han celebrado por todo el mundo. El “dicho” de Dios no ha sido en vano. Como resultado de proceder él a ejecutarlo victoriosamente, “las mujeres que anuncian las buenas nuevas son un ejército grande.” (Sal. 68:11) Los hechos informados prueban eso. El año pasado, 1967, hubo por todo el globo terráqueo un máximo de 1.160.604 personas dando notificación formal acerca del reino de Dios y anunciando los hechos de El en su marcha victoriosa al Armagedón. Esa es una gran compañía de celebradores. Y si examinamos en cuanto a las personas de esta multitud de celebradores, descubrimos que la gran mayoría de éstos eran mujeres. Por lo tanto, de estos 1.160.604 celebradores el número de las mujeres haría un “ejército grande.” Y “ejército” es buena palabra para este grupo de mujeres que “anuncian las buenas nuevas.” ¿Por qué? Porque son peleadoras bajo Dios, cuyo nombre es Jah, o Jehová. Muchas de ellas quizás tengan que atender una casa como esposas, madres o hijas, pero participan de los despojos de las victorias de Dios por medio de sus testigos del Reino en la Tierra. Al ir de casa en casa a predicar, estas mujeres están, en general, haciendo más que todos los hombres.

  • Dios asciende a lo alto sobre todos los enemigos
    La Atalaya 1968 | 1 de mayo
    • Dios asciende a lo alto sobre todos los enemigos

      1. ¿Hasta qué grado se interesan los hombres en el reino de Dios, y qué envidian acerca de él?

      SI LOS hombres, en su mayoría, no quieren celebrar el reino establecido de Dios por medio del celestial Hijo de David, Jesucristo, un “ejército grande” de mujeres lo hará. Los hombres están principalmente interesados en la política de este mundo. Prefieren la política y el nacionalismo humanos al reino de Dios, que reina desde el monte Sion celestial. (Rev. 14:1-5; Heb. 12:22-28) Los gobiernos políticos de la humanidad envidian el lugar que la Santa Biblia, la Palabra de Dios, asigna al reino celestial del Hijo de David. Pasan por alto su existencia y su derecho de gobernar toda la Tierra. Se consideran más grandes, más elevados, que el reino de Dios. Se resienten porque Dios los rechaza. Su actitud envidiosa es parecida a la que el salmista David atribuyó poéticamente a las montañas de la región de Basán, cuando éstas se comparaban con el monte Sion, donde estaba ubicada Jerusalén.

      2, 3. ¿Cómo figuraba Basán en cuanto a altura, y qué montaña mostró Jehová que había escogido como el asiento de gobierno, y cómo?

      2 Dice el salmista David: “La región montañosa de Basán es una montaña de Dios; la región montañosa de Basán es una montaña de cumbres. ¿Por qué, oh montañas de cumbres, se quedan mirando con envidia a la montaña que Dios ha deseado para sí para morar en ella? Aun Jehová mismo residirá allí para siempre. Los carros de guerra de Dios se cuentan por decenas de millares, millares repetidas veces. Jehová mismo ha venido de Sinaí al lugar santo. Has ascendido a lo alto; te has llevado cautivos; has tomado dones en la forma de hombres, sí, aun a los tercos, para residir entre ellos, oh Jah Dios.”—Sal. 68:15-18.

      3 Se puede decir que la región montañosa de Basán alcanza su punto máximo de altura en el monte Hermón, de más de dos mil setecientos metros de altura. Ahora se cree que la “montaña encumbrada” en la cual Jesucristo se transfiguró delante de sus discípulos Pedro, Santiago y Juan fue el monte Hermón. (Mat. 17:1, 2) A pesar de la altura de la zona montañosa de Basán, Jehová Dios escogió al monte Sion como la altura en la cual establecer la ciudad capital del rey David y en la cual tener su santa arca del pacto, cerca del palacio de David. (2 Sam. 6:12-16) Por eso él hizo posible que el rey David tomara la fortaleza de Sion y mudara la residencia del gobierno desde Hebrón al monte Sion. (2 Sam. 5:4-10) La toma de Sion fue una victoria para Jehová Dios; y cuando su arca del pacto fue transportada allá por el rey David, fue como si Jehová estuviera comenzando a reinar en Sion sobre la nación de Israel. Se decía que en el monte Sion el rey David estaba sentado en el “trono de Jehová” como su representante visible.—1 Cró. 29:23.

      4. (a) En el tiempo de David, ¿cómo ascendió Jehová lo alto? (b) ¿Cómo se llevó Jehová cautivos y tomó “dones en la forma de hombres”?

      4 El monte Sion se eleva solo hasta setecientos sesenta metros, aproximadamente, sobre el nivel del mar. Cuando Jehová, según estuvo representado por su arca del pacto, se mudó allí, estuvo ascendiendo a lo alto, acompañado triunfalmente por decenas de millares de carros de guerra, por decirlo así, puesto que el monte Sion había sido ganado para su reino terrestre por medio de guerra. David su rey ungido recibió victoria sobre los enemigos en la Tierra de Promisión. Se tomaron muchos cautivos, muchos de los cuales resistieron tercamente al pueblo escogido de Dios cuando éste se apoderaba de la tierra. Fue como si Jehová mismo estuviera tomando los cautivos y regresando al monte Sion en triunfo. Muchos de éstos estaban disponibles como eslavos y con estos cautivos se podían hacer dones en la forma de hombres, especialmente a los levitas para que hicieran el trabajo servil en el tabernáculo de la adoración de Dios. (Esd. 8:20) De esta manera Jehová sí tomó “dones en la forma de hombres.” También, él comenzó a residir en la Tierra de Promisión, aunque hubo que subyugar a enemigos tercos.

      5. (a) ¿Dónde colocó Jehová a Jesucristo como la Piedra Real, y cómo? (b) Tocante a aquella Piedra Real, ¿qué comparación hay entre los gobernantes de la cristiandad y los gobernantes judíos?

      5 El monte Sion terrestre fue donde David mismo reinó. Porque como hombre el Hijo unigénito de Jehová, Jesucristo, fue el Hijo de David, la altura celestial sobre la cual Jehová ha entronizado a este Hijo glorificado puede asemejarse al monte Sion. Allí en el monte Sion celestial es donde Jehová Dios colocó a Jesucristo como la Piedra Real después de haberlo resucitado de entre los muertos, todo esto en cumplimiento de la profecía de Isaías 28:16. (1 Ped. 2:5-7) Pero en cuanto a aceptar a Jesucristo el Hijo de David como el Heredero legítimo del reino de David debido a su descendencia humana de David, los gobernantes judíos de hace diecinueve siglos le gritaron al gobernador Poncio Pilato, quien servía al emperador Tiberio César: “No tenemos más rey que César.” (Juan 19:15) No obstante, por el poder de resurrección de Dios este Hijo de David comenzó a reinar en el monte Sion celestial. Jehová escogió a esta montaña simbólica como la residencia del gobierno en lugar del monte Sion terrestre o cualquier pico montañoso de Basán. Pero, como los gobernantes judíos, los reyes de la cristiandad no quieren ninguna residencia celestial de gobierno sobre ellos; prefieren sus propias encumbradas montañas gubernamentales en la Tierra.

      “DONES EN LA FORMA DE HOMBRES”

      6, 7. En su carta a los efesios, ¿cómo prueba el apóstol Pablo que el Salmo 68 es profético?

      6 Esta no es una manera imaginaria de ver nosotros las cosas. Es el cumplimiento de profecías. El apóstol Pablo consideró el Salmo 68 como profético. Al escribir a la congregación cristiana de la antigua Éfeso, en Asia Menor, él citó de Salmo 68:18 y explicó cómo esta profecía se cumplió en Jesucristo y su congregación de discípulos. Así, en Efesios 4:7-13, Pablo escribió:

      7 “Ahora bien, a cada uno de nosotros se le dio bondad inmerecida según la manera que el Cristo dio por medida el don gratuito. Por lo cual él dice: ‘Cuando ascendió a lo alto se llevó cautivos; dio dones en la forma de hombres.’ Ahora bien, la expresión ‘ascendió,’ ¿qué significa, sino que también descendió a las regiones inferiores, es decir, a la tierra? El mismísimo que descendió también es el que ascendió muy por encima de todos los cielos, para dar plenitud a todas las cosas. Y dio algunos como apóstoles, algunos como profetas, algunos como evangelizadores, algunos como pastores y maestros, teniendo en mira el entrenamiento de los santos, para obra ministerial, para la edificación del cuerpo del Cristo, hasta que todos logremos alcanzar la unidad en la fe y en el conocimiento exacto del Hijo de Dios.”

      8. (a) ¿Qué significado se ha dado al hecho de que Pablo aplicara el Salmo 68:18 a Jesucristo? (b) En el día de David, ¿cómo hizo Jehová las cosas que se describen en el Salmo 68:18?

      8 La manera en que el apóstol Pablo explica aquí el cumplimiento de Salmo 68:18 no significa o dice que Jesucristo sea Jehová Dios. Pero, en la Biblia Hebrea, ¿no se dirige Salmo 68:18 a Jehová? Sí. Pero en el cumplimiento típico de estas palabras, en el cual participó el rey David, no fue Jehová mismo quien literalmente ascendió por el monte Sion y tomó su asiento real allí y levantó allí su tienda de adoración. De manera directa fue David, el gobernante y guerrero ungido que representaba a Jehová, quien hizo esto. Por lo tanto, según estaba representado en David, Jehová Dios hizo estas cosas. Aunque David mismo hizo estas cosas, David consideraba a Jehová Dios, quien era el Responsable, como quien hacía estas cosas. Por lo tanto, David se dirigió a Jehová Dios como el Hacedor de estas cosas. El mismo procedimiento es cierto también en el cumplimiento hoy día.

      9. (a) En el cumplimiento completo del Salmo 68:18, ¿cómo descendió y ascendió Jehová? (b) ¿Cómo “ascendió muy por encima de todos los cielos” Jesucristo?

      9 En este cumplimiento completo no fue Jehová mismo quien “descendió a las regiones inferiores, es decir, a la tierra.” Fue el Hijo unigénito de Jehová quien realmente descendió, aun yendo a las profundidades del Seol o Hades, pues su cadáver fue colocado en una sepultura tallada en una roca. (Isa. 53:9; Mat. 27:57-61; Sal. 16:10; Hech. 2:25-32) Jesucristo ascendió de la tumba terrestre, pero no por su propio poder. (¿Cómo podría un muerto resucitarse a sí mismoa o, algo aun más difícil, darse vida a sí mismo en una resurrección espiritual?) Repetidamente las Escrituras inspiradas dicen que fue Dios quien levantó a Jesucristo, el Hijo de David, de entre los muertos. Tampoco fue de manera literal Jehová Dios quien ascendió de la Tierra de regreso al cielo, al monte Sion celestial. Fue el resucitado Hijo de David, Jesucristo, quien, en el día cuadragésimo desde su resurrección, ascendió de regreso al cielo. En el monte Sion celestial él fue colocado como preciosa Piedra Angular por Jehová Dios. Jesucristo “ascendió muy por encima de todos los cielos” porque Jehová Dios le dio un lugar más elevado que el de todas las otras criaturas celestiales, una posición más alta sobre ellas que la que había tenido antes.—Fili. 2:5-11.

      10. (a) Cuando citó el Salmo 68:18, ¿por qué usó Pablo el pronombre “él” en vez de “tú”? (b) ¿De qué manera es que “se llevó cautivos,” y qué hizo con ellos?

      10 Por lo tanto, es notable que, cuando el apóstol Pablo citó del Salmo 68:18, él no lo dirigió a Jehová Dios y usó el pronombre personal “Tú,” sino que dijo “él.” Pablo sabía que en el día del Pentecostés de 33 E.C. Jesucristo ya ascendido recibió de Jehová Dios el espíritu santo y lo derramó sobre sus discípulos que esperaban abajo en Jerusalén, como ciento veinte de ellos. “Se llevó cautivos,” no por medio de resucitar a los fieles siervos precristianos de Dios y llevarlos al cielo consigo, puesto que en el día del Pentecostés el apóstol Pedro mismo dijo que aun el rey precristiano David no había ascendido al cielo sino que estaba enterrado en la tierra de Judea. (Hech. 2:1-34) Los “cautivos” que Jesús se llevó y que él, como David, entregó al servicio de Dios, eran aquellos ciento veinte que estaban en Jerusalén y sobre los cuales él derramó espíritu santo. En aquel mismo día del Pentecostés se añadieron unos tres mil “cautivos” más a su procesión victoriosa. (Hech. 2:37-42) En medio de esas circunstancias él podía, como el representante de Jehová, ‘dar dones en la forma de hombres.’

      11. ¿Cómo fue, entonces, que Jehová tanto tomó como dio “dones en la forma de hombres”?

      11 Por medio de Jesús, a quien él resucitó, Jehová Dios había “tomado dones en la forma de hombres.” (Sal. 68:18) Por medio del resucitado Jesús él podía también ‘dar dones en la forma de hombres’ en el día del Pentecostés y después de eso.

      12. (a) ¿Qué “dones en la forma de hombres” otorgó Jesucristo, y sobre quiénes? (b) ¿De qué hecho fue la dádiva de tales “dones en la forma de hombres” evidencia tangible?

      12 Los “dones en la forma de hombres” en la forma de los doce apóstoles, algunos de los cuales también eran profetas cristianos, estuvieron claramente en evidencia en aquel día del Pentecostés de 33 E.C. (Hech. 2:37, 42, 43) Estos apostólicos y proféticos “dones en la forma de hombres” fueron prontamente aceptados por los otros discípulos cautivos. Pero hubo otros “dones en la forma de hombres” que el victorioso Cristo a la diestra de Dios en el cielo dio a su congregación de discípulos en la Tierra, a saber, evangelizadores, pastores espirituales y maestros. Hombres dedicados, bautizados, llenos del espíritu sirvieron prominentemente en estas capacidades en las actividades de la congregación cristiana del primer siglo, según el registro bíblico. Por eso fue que el apóstol Pablo habló de “dones en la forma de hombres” en Efesios 4:11 y Hechos 20:28. (Hech. 21:9; 2 Tim. 4:5) Cuando tales “dones en la forma de hombres” fueron otorgados a la congregación cristiana recién formada en Jerusalén, aquello fue evidencia tangible, visible, de que el resucitado Jesucristo había ‘ascendido’ victoriosamente al monte Sion celestial, donde Jehová Dios lo colocó como una preciosa “piedra angular de fundamento.” Sobre él se edifica su congregación.

      13. (a) ¿Qué “dones en la forma de hombres” tiene hoy la congregación cristiana, y particularmente desde cuándo? (b) ¿Cómo rechazaron las naciones de la cristiandad a la Piedra Real de Dios, pero qué le hizo Dios a él?

      13 Aun hoy día la verdadera congregación cristiana tiene tales “dones en la forma de hombres.” No tenemos a los apóstoles y profetas cristianos en persona, pero sí los tenemos con nosotros en sus escritos inspirados en las Escrituras Griegas Cristianas. Además, nosotros los de la verdadera congregación cristiana tenemos los otros “dones en la forma de hombres” en las capacidades de evangelizadores, pastores espirituales y maestros, particularmente desde el año 1919. Al pelear la primera guerra mundial de 1914 a 1918 las naciones de la cristiandad probaron que ellas rechazaban el reino de Dios y rechazaban a la Piedra Real a la cual él le había asignado un lugar en el monte Sion celestial, la residencia legítima del gobierno para toda la Tierra. Culminaron este rechazamiento de la Piedra Real de Dios al votar en 1919 a favor de una Sociedad de las Naciones, principalmente naciones de la cristiandad. Pero la Piedra Real a la cual los edificadores políticos, apoyados por el clero religioso, rechazaron así, Jehová Dios la confirmó en su posición exaltada sobre el monte Sion celestial, en un cumplimiento completo de Isaías 28:16. Jehová Dios hizo evidente ese hecho al librar a su pueblo en 1919 de la esclavitud babilónica y entonces dar “dones en la forma de hombres.”

      14. (a) ¿Cómo reside ahora Jehová entre los “tercos”? (b) ¿Qué llegan a ser los “cautivos” dispuestos, y cómo reside Jehová entre ellos?

      14 Los resistidores “tercos” del reino victorioso de Dios realmente no están logrando nada en contra de él. En el Armagedón, cuando Jehová Dios se levante contra ellos como en el monte Perasim y en Gabaón, los destruirá completamente por medio de su exaltada Piedra Real, Jesucristo. Mientras tanto Dios todavía reside como Rey aun en medio de los “tercos,” y a pesar de ellos. A su Piedra Real, Jesucristo, en el monte Sion celestial, Jehová dice: “Ve sojuzgando en medio de tus enemigos.” (Sal. 110:1, 2) Pero los que aceptan “estas buenas nuevas del reino” y voluntariamente llegan a ser “cautivos” del victorioso Jehová Dios y su Cristo llegan a ser sus “hombres de buena voluntad.” (Luc. 2:14) Él los edifica espiritualmente como congregación cristiana por medio de “dones en la forma de hombres,” a saber, evangelizadores, pastores y maestros. Por su espíritu santo Jah Dios reside entre tales cautivos dispuestos.

      NINGUNO DE SUS ENEMIGOS ESCAPARÁ

      15, 16. A la luz de lo que dijo David en el Salmo 68:19, 20, ¿cuál es la única manera de explicar el que hayan escapado de ser extinguidos los escogidos para el reino celestial?

      15 Hoy, cuarenta y nueve años después de terminar la I Guerra Mundial en 1918, al mirar atrás podemos expresar para nosotros mismos las palabras del salmista David, junto con las fuertes garantías de él para el futuro: “Bendito sea Jehová, que diariamente nos lleva la carga, el Dios verdadero de nuestra salvación. . . . El Dios verdadero es para nosotros un Dios de hechos salvadores; y a Jehová el Señor Soberano pertenecen las maneras de salir de la muerte. En verdad Dios mismo hará pedazos la cabeza de sus enemigos, la coronilla cabelluda de la cabeza de cualquiera que vaya andando en su culpabilidad. Jehová ha dicho: ‘Desde Basán traeré de vuelta, los traeré de vuelta desde las profundidades del mar, a fin de que te laves el pie en sangre, que de los enemigos tenga su porción la lengua de tus perros.’”—Sal. 68:19-23.

      16 Durante este “tiempo del fin,” y bajo la persecución mundial que se predijo que les vendría a los seguidores fieles de Cristo, el que los “cautivos” anuentes del victorioso Jesucristo hayan escapado de ser borrados de la existencia es una maravilla. Solo se puede explicar por el hecho de que Jehová es un “Dios de hechos salvadores” y de que a él “pertenecen las maneras de salir de la muerte.” En conexión con esto debemos recordar que desde 1918 en adelante hasta el Armagedón Dios acortó los días de la tribulación sobre las naciones y reinos mundanos. Hizo esto, como predijo Jesucristo, por amor de sus escogidos, para que alguna carne se salvara en la Tierra. (Mat. 24:21, 22) Este acortamiento de la tribulación ha resultado en la salvación de hasta el resto ungido de aquellos a quienes Dios ha escogido para el reino celestial con Cristo.

      17. ¿Qué otros “cautivos” anuentes tienen razón hoy para bendecir a Jehová por hechos de salvación?

      17 No solo éstos, sino también la “grande muchedumbre” de otros “cautivos” anuentes en la Tierra tienen razón para bendecir a Jehová como el “Dios de hechos salvadores,” “el Dios verdadero de nuestra salvación,” Aquel “que diariamente nos lleva la carga.” Exactamente esto es lo que la “grande muchedumbre” hace ahora, según se predijo en Revelación 7:9, 10.

      18. ¿De qué manera los traerá Jehová de vuelta de Basán y de las profundidades del mar, y a qué clase de trato?

      18 Jehová Dios no ejecutará “hechos salvadores” para sus enemigos. Se levantará contra ellos en el Armagedón, para hacer pedazos las cabezas, para romper la coronilla cabelluda de los que son culpables delante de él y que siguen añadiendo a su culpa. En la destrucción de la religiosa Babilonia la Grande y en “la guerra del gran día de Dios el Todopoderoso” en el Armagedón estos enemigos tratarán de escapar a lugares altos y bajos, escondiéndose en lugares aparentemente más allá del alcance de cualquiera. Si, por decirlo así, entran en la región montañosa de Basán y sus elevadas cumbres, desde allí el inescapable Jehová Dios los bajará y los traerá al castigo. Si, aun en submarinos de energía atómica, tratan de esconderse en las profundidades del mar, el inevitable Jehová Dios los hará volver. ¿A qué? A afrontar el degüello, para que su sangre vital sea derramada. Esto hará posible que los verdaderos seguidores del Hijo de David, por decirlo así, laven su pie en la sangre de sus enemigos. No se dará entierro decente a estos detestables enemigos, sino que, si tenemos cualesquier perros despreciados, bíblicamente, en nuestro servicio, Dios les hará lamer la sangre de los enemigos contra los cuales Dios se ha levantado.

      PROCESIONES TRIUNFALES

      19. ¿Qué procesiones victoriosas han visto los enemigos “tercos,” y qué tribus participan en estas procesiones?

      19 Ya en estos emocionantes tiempos antes de la guerra del Armagedón los enemigos tercos que no quieren ceder han visto las procesiones victoriosas del pueblo de Jehová. Estos están celebrando con júbilo las notables victorias que Jehová ya ha obtenido por medio del Hijo de David desde 1914, cuando comenzó el “tiempo del fin.” Hoy no se pueden identificar las tribus del Israel natural, tales como las tribus de Benjamín, Judá, Zabulón y Neftalí, puesto que los registros genealógicos judíos se perdieron durante la segunda mitad del primer siglo de nuestra era común. Pero si tenemos un resto de las “doce tribus” del Israel espiritual, los cuales estarán de pie con el Hijo de David en el monte Sion celestial. (Rev. 7:4-8; 14:1-5; Gál. 6:16) Este resto pequeño de israelitas espirituales se ha unido a estas procesiones victoriosas de estos días modernos en honor del victorioso Jehová Dios y su Hijo de David. Es como lo que describió David acerca de su propio día:

      20, 21. (a) ¿A qué procedieron tales procesiones victoriosas, y por qué se llamaban las procesiones de Dios? (b) ¿Por qué llamó David a Jehová “mi Dios, mi Rey”?

      20 “Ellos han visto tus procesiones, oh Dios, las procesiones de mi Dios, mi Rey, entrando en el lugar santo. Los cantores procedieron enfrente, los tocadores de instrumentos de cuerda detrás de ellos; en medio estuvieron las doncellas tocando panderetas. En multitudes congregadas bendigan a Dios, a Jehová, o ustedes que son de la Fuente de Israel. Allí está el pequeño Benjamín sojuzgándolos, los príncipes de Judá con su muchedumbre que da gritos, los príncipes de Zabulón, los príncipes de Neftalí. Tu Dios ha dado mandato a tu fuerza. De veras muestra fuerza, oh Dios, tú que has obrado por nosotros.”—Sal. 68:24-28.

      21 En el antiguo Israel cada victoria de Jehová Dios llegaba a ser la razón para una procesión victoriosa por parte de su pueblo escogido, los cuales marchaban a su santuario o lugar central de adoración. Procesiones de tal clase se llamaban procesiones de Dios, como si él estuviera conduciendo la procesión a su santuario. Por victoria para su pueblo él había confirmado su gobernación real sobre ellos, por la cual razón el salmista David habló de Jehová Dios como “mi Rey.” Por lo tanto, él merecía ser públicamente alabado con música y canto, participando en ello hombres y mujeres de todas las tribus de Israel.

      22. (a) ¿Quién fue la “Fuente de Israel” de quien procedieron los israelitas? (b) ¿Por qué pudo dar mandato Dios a la fuerza de ellos, y por qué tuvo él que mostrar su propia fuerza?

      22 Los cantores y las mujeres que golpeaban las panderetas podían cantar: “En multitudes congregadas bendigan a Dios, a Jehová, oh ustedes que son de la Fuente de Israel.” (Sal. 68:26) La fuente terrestre de todas las tribus de Israel, las doce, fue, por supuesto, el patriarca Jacob, llamado Israel; pero su verdadera Fuente como nación escogida era Jehová Dios, y a él deberían bendecir cuando estuvieran en multitudes congregadas como en la ocasión de una procesión victoriosa. De él había venido la fuerza de la nación, y por lo tanto él en derecho daba mandato a su fuerza para su servicio. Pero para que la nación tuviera éxito y triunfara, Él tenía que mostrar su fuerza y tenía que actuar para ellos contra los enemigos.

      23. (a) Desde 1919, ¿cómo han visto las naciones gentiles las procesiones de “mi Dios, mi Rey”? (b) ¿Quiénes han participado grandemente en éstas?

      23 En tiempos modernos, desde 1919 de nuestra era común, los testigos cristianos de Jehová han tenido tales procesiones victoriosas en honor de las victorias de su Dios Jehová. Unidamente, “en multitudes congregadas,” han salido a dar testimonio de su nombre y reino tanto públicamente como de casa en casa, como lo hacían los apóstoles de Jesucristo. (Hech. 5:42; 20:20) Han hecho esto bajo el acaudillamiento invisible de Jehová Dios, cuyo nombre llevan. De esta manera la gente de todas las naciones gentiles ha visto las procesiones del Dios y Rey de los testigos de Jehová. En tales procesiones de la obra de dar testimonio la gran sección de mujeres testigos dedicadas ha obtenido una prominencia que no puede ser pasada por alto o dejarse sin mencionar.

      24. En conexión con eso, ¿dónde se han visto realmente “multitudes congregadas”?

      24 En conexión con estas modernas procesiones victoriosas, ¡oh qué vastas “multitudes congregadas” se han visto en las asambleas de circuito y distrito y nacionales e internacionales de los testigos de Jehová! ¡Note, por ejemplo, la reunión pública de la ciudad de Nueva York el domingo 3 de agosto de 1958, cuando el presidente de la Sociedad Watch Tower Bible & Tract pronunció el discurso intitulado “El reino de Dios domina—¿se acerca el fin del mundo?” ante un auditorio de 253.922 personas!

      25. (a) ¿Cuándo se celebrará la mayor victoria, y por qué? (b) ¿Qué mandato se dará a la fuerza de los de la procesión?

      25 Ah, ¡pero qué procesión victoriosa debe haber por todo el mundo después que Jehová se levante contra sus enemigos en el campo de batalla del Armagedón y gane su mayor victoria de todos los tiempos! ¡Oh cómo celebrarán Su eterna victoria con canto y música los favorecidos sobrevivientes de la guerra del Armagedón, bendiciendo al que es la Fuente de vida de su pueblo! En respuesta a sus oraciones fervientes él habrá mostrado allí su fuerza para la vindicación de su soberanía universal y su santo nombre. También habrá actuado para la liberación de ellos. Comprendiendo la deuda que tienen contraída con él, ellos continuarán respondiendo a los mandatos que él da a la fuerza física y espiritual de ellos. Durante los mil años del reino de Cristo que vienen después, ellos gozosamente usarán su fuerza para anunciar los hechos de Jehová y su gloriosa victoria a los miles de millones de personas que serán resucitadas de entre los muertos.

      REPRENSIONES PARA TODOS LOS QUE NO TRAEN REGALOS ANTES DEL ARMAGEDÓN

      26, 27. ¿Por qué, como se indica en el Salmo 68:29-35, es aconsejable hacer una decisión correcta ahora?

      26 Los años que quedan ahora antes de que Dios se levante contra sus enemigos en el Armagedón son años críticos, y esto hace muy aconsejable que toda persona haga una decisión correcta. Se administrarán reprensiones en el Armagedón, y el que uno sea reprendido allí significará su destrucción. Muy aptamente el salmista David recomendó una decisión correcta como un acto de sabiduría para nuestro tiempo trascendental, diciendo:

      27 “A causa de tu templo en Jerusalén, reyes te traerán regalos a ti mismo. Reprende a la bestia salvaje de las cañas, a la asamblea de toros, con los becerros de los pueblos, cada uno pisando duro piezas de plata. Ha esparcido a los pueblos que se deleitan en peleas. Efectos de bronce saldrán de Egipto; Cus mismo rápidamente extenderá sus manos con regalos a Dios. Oh reinos de la tierra, canten a Dios, celebren con melodía a Jehová — . . . a Aquel que cabalga en el antiguo cielo de los cielos. ¡He aquí! Hace sonar su voz, una voz fuerte. Atribuyan fuerza a Dios. Sobre Israel está su eminencia y su fuerza está en las nubes. Dios es inspirador de temor desde tu magnífico santuario. El Dios de Israel es él, que da fuerza, aun poder al pueblo. Bendito sea Dios.”—Sal. 68:29-35.

      28. ¿En qué sentido han suministrado regalos a Jehová Dios “Egipto” y “Cus”?

      28 ¿Quién, entonces, es “Rey de las naciones,” sí “el Rey hasta tiempo indefinido”? Es Jehová Dios, el Soberano Universal, que es superior a todos los reyes de las naciones. (Jer. 10:7, 10) Aun su Hijo Jesucristo es superior a todos ellos. (Rev. 17:14; 19:16) Los reyes de la cristiandad así como del paganismo rehúsan reconocer la gobernación real suprema de Jehová. Pero han sido obligados a hacer contribuciones a la adoración de Jehová como se lleva a cabo en su templo espiritual, del cual Jesucristo es la Piedra Angular de Fundamento y sus discípulos fieles son “piedras vivas.” (1 Ped. 2:5-9) Puesto que los adoradores de Jehová, sus testigos cristianos, han obedecido decididamente a Dios como Gobernante más bien que a los hombres, los gobernantes terrestres se han visto obligados a hacer legislación y rendir decisiones jurídicas que han mostrado consideración favorable a los adoradores fieles de Jehová en su templo. De este modo, por decirlo así, han salido regalos de bronce de la antigua nación enemiga, Egipto; y Cus o Etiopía, otra enemiga, ha sido presta a entregar regalos a Jehová Dios.

      29. (a) ¿Cómo debe cantar la gente de los “reinos de la tierra” al Cabalgador de los cielos? (b) ¿Cómo serán reprendidas la “bestia salvaje de las cañas” y la “asamblea de toros,” y por qué?

      29 Ahora es cuando los pueblos de todos los “reinos de la tierra” deben escuchar el mensaje del Reino que proclaman los testigos cristianos de Jehová y participar en cantar alabanzas a Jehová, Aquel que cabalga triunfalmente, como en un carro de guerra, sobre los más elevados cielos desde tiempos antiguos. Los poderosos gobernantes de la Tierra, como la “bestia salvaje de las cañas,” el hipopótamo, o como la “asambleas de toros,” con sus súbditos que los siguen como “becerros de los pueblos,” serán reprendidos por Jehová Dios en el Armagedón, porque no le ofrecen “piezas de plata” como tributo sino que siguen “pisando duro” lo que le pertenece a él. “Se deleitan en peleas” con él y con sus fieles adoradores. En respuesta a nuestra oración de que se levante contra tales opositores, Jehová Dios los esparcirá y los destruirá y librará a su pueblo perseguido. Como ruidoso trueno, su “voz fuerte” resonará con reprensiones que para siempre silenciarán a todos los enemigos.

      30. (a) ¿Por qué debemos atribuir fuerza a Dios? (b) ¿Cómo está su “eminencia” sobre su pueblo?

      30 ¿Creemos realmente que Jehová Dios tiene la fuerza que se requiere para hacer esto? Es vital que nosotros le atribuyamos tal fuerza. Hasta este mismísimo día él ha dado fuerza y poder a su resto del Israel espiritual y a sus compañeros terrestres dedicados para hacer lo que les ha mandado hacer como testigos suyos durante estos días peligrosos antes del Armagedón. A él tenemos que dar, a él tenemos que atribuir la fuerza por lo que nosotros mismos hemos podido efectuar a causa de las maravillosas victorias que nos ha dado. Entre nosotros a él se le otorga el más elevado lugar de “eminencia,” y no se reconoce a ningún otro dios ni gobernante terrestre como superior a él o siquiera tan elevado como él. Su “eminencia” como Soberano Universal claramente está sobre nosotros, porque le obedecemos como Gobernante y predicamos en todo el mundo su reino por medio del Hijo de David.

      31. ¿Cómo está su fuerza “en las nubes”?

      31 Verdaderamente “su fuerza está en las nubes,” en los cielos, en lugar más alto que el espacio exterior, porque él es el Todopoderoso. En el Armagedón desplegará su omnipotencia sobre los hombres y sobre los diablos, para vindicar su soberanía universal. ¿No deberíamos bendecirlo como Dios? ¡Sí, tanto ahora como eternamente!b

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