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“Oro negro” en el traspatio de Alaska¡Despertad! 1970 | 22 de septiembre
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Por más de 640 kilómetros de ríos congelados y faldas de montañas se deslizaron, como enormes caracoles, con sus cargas.
Ciento veintinueve kilómetros al norte de Fairbanks está el extremo del sur de la carretera Walter J. Hickel, de 800 kilómetros, que se inauguró en la primavera de 1968, una carretera de dos carriles construida literalmente de nieve y hielo y que solo se puede utilizar cuando está congelada en el invierno. Sus constructores tuvieron que luchar contra temperaturas y vientos de 70 grados Fahrenheit bajo cero. En un punto se tuvo que construir un puente de hielo de 400 metros de largo sobre el río Yukón. Encima de la acumulación natural de hielo se colocó un enrejado de troncos de 10 a 25 centímetros de diámetro. Se bombeó agua sobre esta estructura hasta que se convirtió en un puente de hielo reforzado. Entonces se agregaron más troncos en la parte superior y se bombeó más agua sobre ellos hasta que la superficie del puente del hielo igualó el nivel de las vías de entrada de la carretera en las riberas del río. Herramientas, colchones y ropa de cama, ropa para vestir y alimento para por lo menos 48 horas son el equipo de emergencia que necesitan los camioneros que utilizan esta carretera de hielo.
Barcos remolcadores y barcazas lucharon por abrirse paso al norte desde dos direcciones para entregar sus cargas comerciales. Algunos fueron bordeando la costa occidental de Alaska, arrostrando un clima que no se podía pronosticar y la capa de hielo polar. Otros vinieron al norte por el río Mackenzie del Canadá. Estos tuvieron que vigilar los bajíos del río causados por la temporada muy seca.
Sacando el petróleo
Eso basta en cuanto a cómo se trajo el equipo y cómo se levantaron las instalaciones. Pero ahora, ¿qué hay de sacar de aquel lugar el petróleo una vez que se bombea hacia afuera desde gran profundidad?
Algunos quisieran que el ferrocarril de Alaska fuera extendido otros 640 kilómetros más o menos a un costo de 500 millones de dólares. Entonces el petróleo crudo podría enviarse por ferrocarril a puertos marítimos de Alaska como Anchorage, Seward o Whittier y de allí por buque cisterna al mercado. También se están considerando rutas directas a la bahía de Prudhoe por buques cisternas y barcazas. Tanto la ruta occidental a través del estrecho de Bering como el pasaje del noroeste a través del Canadá están siendo considerados seriamente, aunque ambos están cerrados la mayor parte del año por hielo grueso. Equipado especialmente con casco fuertemente blindado, el SS Manhattan recientemente se las arregló para vencer los peligros de esta última ruta. (Vea ¡Despertad! del 8 de mayo de 1970.) Las compañías petroleras todavía no han decidido si es práctico este medio de embarque.
Parece que el Oleoducto Trans-Alaska será el primer medio de llevar el petróleo crudo al mercado. Para abarcar los 1.287 kilómetros de la bahía de Prudhoe hasta Valdez en el golfo de Alaska, se planea una arteria enorme de poco más de un metro de diámetro, una arteria que verterá de 500.000 a 1.000.000 de barriles de petróleo diariamente en la terminal. Se espera que el costo llegue a la elevada cifra de 900 millones de dólares.
Ya está en marcha la obra preliminar de este trabajo de “plomería” que envolverá doce estaciones de bombeo para llevar el “oro negro” a través de tres cordilleras con elevaciones de hasta 1.463 metros.
Provechoso para la economía
Alaska está muy interesada en el proyecto. Crea empleo para muchos. Las compañías petroleras derramaron más de 900 millones de dólares en el tesoro del estado cuando pidieron el privilegio de arrendar 164.981 hectáreas de tierra de North Slope para desarrollarla.
Sin embargo, todo constituye una empresa muy costosa. Los arrendamientos petrolíferos han costado más de mil millones de dólares. Los primeros pozos de exploración costaron entre 2 y 4 millones de dólares cada uno. Los costos de las primeras exploraciones y ahora también el oleoducto verdaderamente han hecho que el costo de toda esta empresa esté llegando a centenares de millones de dólares.
Además hay otros costos, que no se miden inmediatamente en dólares y centavos. Los conservadores de bosques han hablado fuertemente acerca del costo para la tierra y sus bellezas naturales. Estudios de ecología, en los que participan compañías petroleras, están buscando medios para disminuir el daño a la vegetación de la tundra. La capa delgada de musgo y líquenes sobre la superficie sirve para aislar el suelo permanentemente congelado. Si se quita esta capa protectora el resultante deshielo del suelo permanentemente congelado puede producir erosión, hundimiento y desplomes de la superficie.
¿Y qué hay del costo en lo que afecta a la vida animal? ¿Disfrutarán de libertad los millares de caribúes para emigrar de un lado a otro a través de la tundra cada año como lo han hecho por siglos? ¿Pueden las aves acuáticas continuar disfrutando de lagos y estanques incontaminados? ¿Continuarán retozando por las laderas la zorra, el oso gris, el lobo y la ardilla de la región ártica sin ser molestados?
Los conservadores de los bosques suplican que se trate ordenadamente de los desperdicios y la basura. Barriles descartados de petróleo, maquinaria y otros artículos de desecho del principio de la exploración están esparcidos en la región de Slope. El acero y otros materiales sólidos difícilmente se deterioran en este clima frígido. Las compañías petroleras están dando algunos pasos para conservar el terreno, proteger la vida silvestre y reducir los costos en términos de sacrificar bellezas naturales.
El inmenso trabajo envuelto en desarrollar la industrial petrolera en esta ubicación tan al norte es verdaderamente impresionante. Y los alasquenses se felicitan por el hecho de que pronto gente de todo el mundo estará usando algo de este “oro negro” de su traspatio.
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Mi vida como polígamo¡Despertad! 1970 | 22 de septiembre
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Mi vida como polígamo
Según relatada al corresponsal de “¡Despertad!” en Dahomey
DE MUCHACHO crecí en el recinto cercado de mi padre en Dahomey. Era un recinto bien poblado, pues mi padre tenía doce esposas y, por supuesto, muchos hijos además de mí. Era una vida feliz, libre de cuidados para nosotros los muchachos, porque teníamos muchos compañeros de juego dentro de la familia cercana. Mi padre era el jefe del recinto y exigía el respeto de todos.
Pero, ¿no contribuye la práctica de la poligamia a muchos problemas en la casa?, quizás se pregunte usted. Como respuesta yo diría que sí, realmente sí. Y me gustaría contarle algo acerca de ellos. Pues verá, yo también llegué a ser polígamo.
Le ayudará a entender nuestra vida el que usted sepa exactamente lo que es uno de estos recintos. Realmente es una parcela rodeada de un muro alto hecho de lodo rojo que se ha endurecido bajo el Sol. Dentro están las muchas moradas pequeñas construidas de bloques le cemento o del mismo lodo rojo. Hay una
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